martes, 9 de diciembre de 2008

... ZUTOIA ALARCIA. (Septiembre 2007)




No es la primera vez que Zutoia Alarcia se sumerge en el laberinto de Edgar Allan Poe. No es la primera vez que se enfrenta al intenso texto escrito por Alfonso Sastre... Aunque la ilusión y la pasión que manifiesta sí son las mismas. Se muestra encantada de haber regresado al que es el flechazo de su vida, el teatro; encantada de que aprendan a no llamarla “Elena”; encantada de que la descubran en nuevas facetas y en nuevos rostros; encantada de trabajar con un tipo de director que creía que ya no había y encantada de contribuir a recuperar el nombre de un autor al que quiere, admira y al que se le empieza a hacer justicia...



Pregunta: No es ésta la primera vez que se adentra en el universo de Edgar Allan Poe, y también de Alfonso Sastre en “¿Dónde estás Ulalume, dónde estás?”...


Zutoia Alarcia: Estrenamos “Ulalume” en 1994 con una compañía vasca, “Eolo”. La dirigió un director alemán, Konrad Zschiedrich... ha pasado mucho tiempo desde entonces, unos cuantos años... yo tenía también unos cuantos menos... Esta aventura la afronto con muchísima más sabiduría... fue espectacular cuando lo hicimos en 1994, en el sentido de que Alfonso había hecho unas declaraciones en las que decía que abandonaba el teatro, que él ya no seguía escribiendo más, entonces el hecho de que nosotros nos animásemos, una compañía como era “Eolo” que acababa de empezar, aunque nos habían dado un montón de premios... para él eso fue un nuevo empujón a su carrera literaria y teatral... eso fue lo que animó de nuevo a Alfonso a seguir escribiendo, con lo que eso sólo fue ya interesante que sucediera así... ahora hay un salto en el tiempo, de unos cuantos años, a mí me pilla ya más madurita, más mayor y creo que para los personajes creo que es muchísimo mejor... los afronto mucho mejor... mejor que nunca, porque tengo más edad que la que tenía antes, date cuenta que hago todos los personajes de la obra, desde “Elmira” la mujer del puerto que está enamorada de Poe y que aspira a pasar los últimos años que le queden de vida con él... aunque luego no es así, claro... y... todos los demás personajes femeninos que se va encontrando este hombre, en este viaje hacia los infiernos... hasta “Maddie” la tía que tanto quería a Poe y con la que concluye la obra, con un monólogo muy bello... hay una diferencia de edades, entre unos personajes y otros, entre los que voy saltando y es muy interesante el trabajo... lo afronto con muchísima alegría y con muchísima ilusión... estoy muy contenta de estar trabajando aquí en Madrid, estar en las manos de Juan Carlos Pérez de La Fuente... para mí ha sido un gran descubrimiento, sinceramente... pensaba que ya no quedaban directores como él y tenía una cierta desilusión también... para mí ha sido una sorpresa muy grata, muy grata y le estaré eternamente agradecida... luego, trabajar con Alfonso... un texto de Alfonso Sastre... es que... a Alfonso, yo lo quiero... lo adoro porque lo quiero como persona, somos amigos desde hace muchísimo tiempo... y lo estimo como persona y como autor y también a Eva (su mujer) que ya no está con nosotros pero bueno, como si estuviera... porque estuvo en el estreno y tengo la impresión de que todos los días pasa por aquí... Eva nos dejó en el mes de marzo... nos dejó en cuerpo pero no en espíritu... la recordamos como el primer día...

Pregunta: Ha comentado que está encantada de poder trabajar con Juan Carlos Pérez de la Fuente, porque creía que no quedaban directores como él...

Zutoia Alarcia: Te lo digo sinceramente; he trabajado con muchos directores, mi carrera es una carrera quizá un poco lenta para otras actrices, es una carrera más de fondo, no es que haya hecho demasiadas cosas, si lo comparo con otros actores... voy despacio pero considero que hago trabajos interesantes... sí que hay una separación en cuanto al tiempo, entre uno y otro, también he trabajado bastantes temporadas en la televisión y también me ha tenido retirada, porque estuve haciendo “El Comisario” cerca de cinco años... ahora lo dejé... ¡¡gracias a Dios!!...he vuelto de nuevo donde tenía que volver... y... bueno, quizá por algunas experiencias que tuve en el pasado que no fueron muy gratificantes... no todas ¿eh? Pero pensaba de verdad que no quedaba gente como Juan Carlos... es un hombre, creo que tiene 48 años, y es un hombre de 48 años... quiero decirte que sabe muy bien lo que hace y es muy joven... tiene un espíritu “súperjoven” es un enamorado del teatro... respeta a los actores, crea una atmósfera que yo... es que... no la he vivido otros momentos como los que vivo con este hombre cada vez que trabajo con él... para mí, sinceramente, ha sido un descubrimiento, estoy feliz de haberlo conocido, te lo digo de verdad...

Pregunta: Comenta que Juan Carlos Pérez de la Fuente “respeta a los actores” ¿tal vez estima que hoy en día se le ha perdido el respeto al actor?

Zutoia Alarcia: Sí, creo que no se respeta a los actores... hay un período, al menos el que yo he vivido, he trabajado siempre en el teatro independiente, entonces el actor no tiene nombre... no tenía nombre... yo he trabajado en compañías muy importantes pero eres, es un colectivo y cuando apareces en un cartel no aparece tu nombre, aparece el colectivo que eres y ya está; primeramente eso, no tienes nombre... eres un colectivo y no hay individuos... o hay individuos pero están ahí como camuflados... aquí es sorprendente porque... hombre también ha cambiado todo mucho, es verdad, pero tienes nombre y apellido, tienes un respeto desde que llegas ante el trabajo... lo que tu aportas... claro, en mi caso qué ha pasado, que quizá yo sabía demasiado... en este personaje... y eso algunas veces parece que te puede beneficiar pero otras veces juega en tu contra... que sepas demasiado a veces... tienes que hacer un acto de humildad y de decir “mira tú no sabes nada y estás empezando”... entonces retomas de nuevo la obra como si fuera un texto nuevo que lo descubres o redescubres por primera vez... aunque no sea así pero lo tienes que hacer así... eso he tenido que hacer... al principio tuve un cierto problema con eso... pero Juan Carlos me ha dejado trabajar en completa libertad, cada personaje teníamos que inventarnos... porque de hecho hay personajes que son de hombre pero él los ha puesto de mujer... se sigue el mismo tema, el mismo conflicto, se ha respetado lo que el autor quiere contar, pero lo cuenta una mujer... desde el punto de vista de una mujer y eso es muy interesante... en ese aspecto he tenido completa libertad para poder crear mis personajes y por supuesto, cuando me he perdido, que lo he hecho muchas veces, he tenido a una persona ahí que me ha sabido recolocar y reorientar... y me ha ayudado en todo momento...estoy muy contenta de haber conocido a este hombre, de verdad...

Pregunta: Ha comentado anteriormente que ha trabajado durante cinco años en televisión, concretamente en la serie “El Comisario” y que “¡¡gracias a Dios!!” lo ha dejado... con una exclamación de alivio y satisfacción...

Zutoia Alarcia: Sí, porque mira, yo reivindico que soy actriz de teatro y donde realmente me muevo y domino y sé lo que hago es aquí en teatro... la televisión, el teatro, el cine, son lenguajes distintos... no tienen nada que ver... y yo si quieres, creo que hice un personaje bastante digno en la serie, como policía científica... no me sentía... ahí... no sé cómo decirte... la televisión es tan falsa... es todo mentira lo que estás contando... luego el espectador lo ve y ve un producto acabado y bueno cree lo que le estás dando... pero para el actor realmente, tú trabajo se vuelve un poco funcionario... de esto que tienes unos horarios, vas, grabas, todo está mecanizado... te aprendes el texto de un día para otro... repites una y otra vez... si ha salido mal se vuelve a repetir... no tiene nada que ver con el teatro, con la frescura del aquí y ahora, está sucediendo esto y yo te lo estoy contando, te lo voy a contar así, me puede salir bien, me puede salir mal, pero es lo que te voy a dar... eso no existe en la televisión... entonces llega un momento en el que empiezas a sentirte frustrada y yo me sentía ya mal... entonces llega un momento en el que tienes que decidir porque... yo ya sufría... entonces, pensé que no podía hacer eso sufriendo... yo necesito que la gente me vea de otra manera, que la gente me deje de llamar “Elena” y que me vean en otras facetas... y de alguna manera había veces que me veía desaprovechada como actriz... porque claro, tú estás en una serie como en la que yo estaba, aunque yo era un fijo en la serie, pero estás a disposición de unos personajes centrales que hay, entonces tú estás ahí y vas girando en torno a lo que va sucediendo, pero de alguna manera, haces de apoyo a esos personajes y para cuando pescas un día por fin un capítulo en el que te sucede realmente algo y tú quieres ya como actriz decir ¡por Dios, por fin llegó mi momento!... es terrible... y a lo mejor has hecho cerca de setenta capítulos e igual pillas por fin un día un trocito... y en mi caso, pues dejas de ver cadáveres, de hacer informes, de... lo que hacía yo que no hacía otra cosa que hablar de muertes... y estoy muy contenta de haber retomado de nuevo el teatro, que es lo que quería... quería volver de nuevo... no descarto volver a la televisión, creo que se están haciendo series ahora muy interesantes, espero que cambie el mundo de la televisión, tiene que pasar todavía muchas cosas... pero de momento quiero seguir concentrada en mi carrera de actriz... pero de teatro que es donde me siento mejor...

Pregunta: En una entrevista he leído una declaración suya en la que afirma que “el flechazo de su vida ha sido el teatro”... ¿quizá debería ser el flechazo de la vida de cualquier actor?

Zutoia Alarcia: .. No lo sé, porque mira, hay actores son maravillosos profesionales haciendo teatro... y en el teatro están fantásticos y luego los ves por ejemplo en la televisión y son pésimos... o al revés... hay actores que son fantásticos en la televisión o haciendo cine y no los pongas sobre un escenario porque es que están... que no, vamos... no sé muy bien dónde está la... hay gente que piensa que a lo mejor el hecho de ser actor es que tienes que hacer de todo, que tienes que estar moviéndote en todos los medios, tienes que hacer un poquito de aquí, un poquito de allá... no lo sé... yo... prefiero moverme en el medio del teatro, es donde más a gusto me siento, yo creo que cuando ya te sientes mal como me pasaba a mí en la televisión, por ejemplo, pues hombre, es cuestión de que te pares un momento y digas bueno, a ver, qué está pasando conmigo, no soy feliz, siento que estoy echando mi carrera no sé dónde... que es tu visión, claro, porque sé que la visión que tienen otros... yo sé que a muchísima gente le ha dado pena que me haya ido... tú abres la página web de “El Comisario” y andan preguntando que dónde está Elena... es verdad que no soy un personaje muerto, que es recuperable pero es que ¡no quiero volver!... no puedes decir nunca de esta agua no beberé y muchas veces tienes incluso necesidades económicas y no te queda más remedio que decir que sí a cosas que en otro momento dirías que no si estuvieras mejor... pero yo prefiero mantenerme ahora, en la medida en la que pueda, quiero mantenerme haciendo teatro...

Pregunta: Volvemos a “¿Dónde estás Ulalume, dónde estás?” “Ulalume” es el personaje de un poema de Edgar Allan Poe. Un personaje, un amor, que se encuentra perdido en la región de Weir, en el oscuro lago de Auber. ¿Puede ser en este montaje “Ulalume” también Edgar Allan Poe, o el mismo ser humano en general... en una especie de símbolo?

Zutoia Alarcia: Sí... Ulalume, realmente, es en lo que convierte Edgar Allan Poe a su amante... la convierte en Ulalume... porque su querida Virginia, que era la mujer con la que él vivía, murió muy jovencita... y él le escribe ese poema tan terrible... esta historia de Poe, es una historia muy triste... pero es muy cercana. Estamos hablando de Edgar Allan Poe y parece que no se le ha hecho justicia, parece que se le empieza a hacer ahora... pero hay muchos Allan Poe por ahí, no hace falta que sean poetas... hay mucha gente por ahí que ha desperdiciado su vida, que se han perdido por circunstancias terribles que te han podido pasar y en un momento determinado de tu vida, cuando ya por fin consigues coger las riendas y te serenas y dices, bueno, me he recuperado de esto, voy a seguir... en el caso de él, de la bebida... y el pobre intenta rehacer su vida con una vieja novia que había conocido en su juventud, cuando se iba a la universidad, Elmira, resulta que no es así... resulta que el pobre se va de viaje de nuevo a recoger las cuatro cositas que le quedaban allí en la casita donde vivía Virginia con su tía Maddie y resulta que no puede salir de allí... se pierde ¿no? Y de alguna manera eso, creo que, igual no con tantos signos dramáticos o trágicos como tiene esta historia... pero yo creo que humanamente, a lo largo de la vida de cualquier ser humano, nos hemos perdido muchísimas veces... por muchísimas calles... sin necesidad de haber bebido alcohol...

Pregunta: Eso le iba a preguntar; Edgar Allan Poe se pierde por el alcohol, las alucinaciones le impiden coger ese tren, no sé si el último... pero ¿qué puede perder o qué pierde al ser humano...?

Zutoia Alarcia: Sí... Edgar Allan Poe no puede salir de Baltimore... él se despide de Elmira en el puerto, camino de Filadelfia, pero él nunca llegará a Filadelfia... y la tragedia de este pobre hombre es que no sabe que no ha salido de allí... está durante tres días perdido por las calles de Baltimore y no sabe dónde está... y muere allí... se lo encuentran muerto en la calle y no saben quién es... eso puede pasar... se han dado casos de gente, pintores, creadores que de pronto se mueren en su apartamento y los encuentran después de no sé cuánto tiempo... es terrible... Este pobre es un perdedor... yo creo que Poe no ha superado la muerte de Virginia, estaba locamente enamorado de ella, de esta niña... y él creo que no supera ese dolor que tiene... él ya bebía, tiene el problema de la bebida... a Poe lo que le pasaba es que con muy poca cantidad de alcohol que bebía, pero muy poquita, un vaso que bebía de alcohol, se ponía terrible... entonces imagínate lo que podría ser una botella para él... una botella era entrar ya en el delirium tremens... entonces todos esos fantasmas le aparecen... él empezaba a vagabundear por las calles, por los andenes y acaba en una taberna... yo creo que la gran tragedia de Poe es que el hombre quería ser una persona corriente, un hombre corriente y no pudo, no lo consiguió... el después de todo lo que había sufrido, creo que lo que quería era casarse con Elmira, recoger las cuatro cositas que le quedaban en la casa donde había vivido con Virginia y la tía Maddie, volver de nuevo a casa y vivir ya tranquilito y seguir escribiendo... pero no lo logró...

Pregunta: A veces, hay cosas que quizá por su misma sencillez las convertimos en imposibles...

Zutoia Alarcia: Pues sí, es cierto... hay muchas cosas que están a tu alcance y las tienes ahí, y crees que podrían dar un importante cambio en tu vida... y no se consiguen... no sé realmente por qué... no sé por qué te puedes perder de esa manera... porque él realmente cuando está en la primera escena, cuando está con Elmira, en el puerto... nosotros partimos de que los personajes se quieren, se aman... pero más que amarse, se necesitan... date cuenta que son personajes ya de unos cuarenta y cinco años, más o menos, de esa época, claro... estamos hablando del siglo pasado... y a qué puede aspirar una mujer, por ejemplo, de cuarenta y cinco años, como es ella... la aspiración que tiene es recuperar a este novio que había tenido y con el que le hubiera gustado casarse pero no lo hizo y se acabó casando con el otro, con el que le obligaron sus padres... se queda viuda e intenta rehacer su vida con él, pero de alguna manera, esa despedida en el puerto, es como... ya es trágica, porque es como... sabes, eso de cuando te estás despidiendo de alguien y sabes que ya no lo vas a volver a ver... y dices, estamos haciendo planes, estamos haciendo cosas, estamos hablando del futuro... del futuro... todo va a ser distinto en el futuro... ya verás cuando vuelvas en el futuro... nos vamos a casar... en una iglesia pequeñita... pero sabemos, en el fondo, que uno de ellos se puede perder y es lo que le pasa a Poe... que se va y se pierde... no vuelve... terrible... es fácil perderse, sí...

Pregunta: Sí, realmente es estremecedora esa sensación... despedirte de alguien, emplazarlo de alguna manera sabiendo que nunca más volverás a verlo...

Zutoia Alarcia: Sí es terrible... tiene también algo de muerte... cuando te estás despidiendo de alguien que se está muriendo y sabes que se va a morir y que de alguna manera te gustaría volverlo a ver... intentas, de algún modo, recuperar el pasado que has tenido con él, intentas recordar, revivir... y sabes que no vas a poder hacerlo... que no vas a poder retenerlo, que se va a ir y que no vas a volver a verlo... tiene algo de trágico, de muerte... de pérdida... de no me lo acabo de creer... pero sé que te vas a ir y que no te voy a volver a ver... la muerte está presente... es como... yo creo que está presente todo el rato...

Pregunta: Antes comentaba que interpreta todos los personajes femeninos y alguno masculino... Juan Carlos Pérez de la Fuente ha comentado que este juego de máscaras ha sido una solución teatral... no sé si para acentuar esa pérdida, esa incapacidad para comunicarse, esa soledad... ¿Cómo la ha afrontado, no sé si un nuevo reto tras haberlo interpretado anteriormente?

Zutoia Alarcia: La verdad es que el montaje de 1994 con éste, creo que lo único que tienen en común es el texto y el autor... y que se ha respetado la obra de Alfonso Sastre... hemos sido muy muy respetuosos con el texto... no se ha movido una coma... a parte que es un lenguaje muy difícil de mover... está tan bien escrita... es tan poética... que no puedes improvisar... te la tienes que saber, no puedes meter morcillas, no puedes hacer nada, tienes que ser fiel a esta manera de hablar que tienen estos personajes, esta manera de hablar que tienen los personajes, Poe que habla demasiado despacio... tanto que es difícil entenderlo... Elmira que habla tan rápido... para él es difícil entenderla a ella... porque habla a una velocidad que no... son personajes que no se comunican... ahí ya hay un problema... ya tienen una dificultad con el lenguaje... no se pueden comunicar, con lo que ya son personajes desorientados, no saben muy bien en qué momento están de la conversación... es como estar hablando con alguien, le preguntas qué hora es y el otro te contesta “manzanas traigo”... la sensación de que no te escuchan... sí escuchan, lo que pasa es que están en diferentes claves... no hay comunicación... eso para nosotros, como actores, era una dificultad muy grande, porque a parte de que a mí me resultaba muy difícil hablar a esa velocidad... velocidad que en este montaje se ha aminorado un poco; ahora hablo menos rápido que en el montaje de 1994... Aquél era todo mucho más atroz, en cuanto a velocidad... pero tiene la misma fluidez... el problema de la incomunicación es constante en la obra de Alfonso Sastre, es uno de los temas importantes que plantea el autor y Juan Carlos lo ha querido plasmar... no te puedes saltar por alto eso... para los actores qué es lo que pasa, que cuando nos poníamos a trabajar, yo claro, cuando habla Poe, habla tan despacio, ahora ya no, pero al principio no tenía claro cuándo le tenía que contestar... era hablar antes de tiempo... ese atropello que parecía ser lo pretendido por el autor... es curioso, porque esto lo descubres cuando te pones con el texto... no le das tiempo a que termine de hablar ni él me da tiempo a mí... porque yo hablo demasiado rápido pero tú hablas demasiado lento. Es muy interesante el tema del lenguaje en la obra de Alfonso. En cuanto a mi trabajo, a mis personajes... son mujeres... mujeres con diferentes registros... quizá diferente manera de hablar, igual en algunas coloco la voz más aguda... en otras más grave... en otra combino... pero no se ha pretendido hacer máscaras... sólo hay un momento en que aparece un personaje, es un personaje de “cerda” en la fiesta electoral... ella está disfrazada... no se sabe muy bien si realmente Poe ve así ese personaje por sus alucinaciones o realmente es un personaje que se ha disfrazado y que está pululando por ahí por la fiesta electoral, momento en el que parece que todo se permite para conseguir más votos... no hay ningún tipo de caracterización de nada... porque a mí eso me preocupaba, jugaba mucho en los ensayos a cambiar las voces, además yo tengo mucha facilidad para cambiar las voces... a parte, soy muy gestual... pero Juan Carlos me decía “no, rebaja eso, no hace falta que estés tan histriónica...” no se pretende ningún tipo de máscara... son mujeres que hablan de una manera determinada en momentos determinados... y sin embargo es curioso porque yo tenía miedo a que la gente pudiera decir, “jo parece siempre la misma” pero la gente entra en esa clave y realmente no parece la misma... y eso es lo sorprendente... sin necesidad de hacer excesivos cambios más que en los vestuarios que se las trae... no te puedes ni imaginar lo que sudamos en la obra... porque estamos constantemente cambiando de vestuario y estamos hablando de trajes de época... que yo llevo siempre una base encima y no me la quito en ningún momento... y acabo... no te puedes ni imaginar... es como si me hubieran echado un balde de agua encima en cada función... es increíble...

Pregunta: Han llegado a Madrid después de una extensa gira... ha comentado que el público ha entrado muy bien en el juego teatral, en las claves de la obra... una obra difícil, compleja...

Zutoia Alarcia: Es curioso, porque cuando estás unos cuantos días en la misma sala... claro la gente va cambiando... el primer día viene todo el mundo de la cultura, autores, directores, actrices, viejas glorias... todo el mundo que... familiares también... pero bueno, viene gente del medio y gente que sabe de teatro... y claro, el público te va respondiendo de manera diferente... el día del estreno fue algo espectacular, fue muy emotivo, estaba el autor... fue fantástico que hubiera tanta gente aplaudiendo a Alfonso Sastre... da lo mismo, seas de derechas, de izquierdas, seas de donde seas... da lo mismo... porque el teatro es universal... entonces, el hecho de que estuviera todo el mundo aplaudiendo a Alfonso... aquello fue maravilloso... fue realmente mágico... luego van pasando los días, te van viniendo amigos, te viene el público que no conoces de nada... te viene la gente que se gasta sus pelillas... yo creo que éste es el mejor público... al que mejor hay que atender porque la gente no se puede permitir estar todos los días gastándose lo que cuesta una entrada... entonces la gente viene y quiere ver un buen espectáculo... claro ¿qué es esto?... es una obra, esto es teatro en estado puro, es una obra difícil, es una tragedia, la gente parece que no quiere ya ver en el teatro cosas trágicas, no queremos pensar, queremos ir al jijiji y al jajaja, queremos salir riéndonos... o sea, no queremos llorar... y en esta obra la gente llora, es que llora... porque es terrible lo que le estamos contando y supongo que mucha gente puede sentirse identificada, sino es con un personaje, será con otro... pero la gente se siente identificada... cada uno responde de una manera... hay veces que hay un silencio absoluto y decimos, porque esta obra tiene mucho humor, hay tragedia pero hay mucho humor, y es un humor muy inteligente, entonces cuando la gente se ríe, están entendiendo... y es difícil entender el discurso porque estás hablando de una manera poética, excesivamente lenta, muy rápido, pero siempre en una clave poética... no hablamos así normalmente por la calle, no hablamos así cuando nos levantamos de la cama... no hablamos así cuando vamos a trabajar... y sin embargo la gente conecta desde el principio, se engancha y se ríe... se va riendo... y se ríe en momentos, además, que tiene que responder... entonces lo está entendiendo... y eso es maravilloso... y el público está reaccionando muy bien... tienes al público silencioso que dices “dios mío, cómo está”... “¿le estará gustando, no?”... no lo sabes y a veces hay tanto silencio... es ese silencio que a veces parece atroz... y cuando termina empieza a aplaudir de forma absoluta... es curioso lo que pasa... el hecho de que la gente venga a ver este tipo de teatro... pues... “joer” está bien ¿no? Ya tenemos cosas en la tele más banales para pasar el rato... ahora, en el teatro, vamos a pensar un poco... vamos a ser críticos con todo lo que nos rodea...

Pregunta: Ha dicho que era emocionante ver cómo el primer día, el día del estreno, en cierta medida se le rendía homenaje a Alfonso Sastre... ¿Se es un tanto injusto con el autor español?

Zutoia Alarcia: Yo creo que sí somos injustos con el autor español y sobre todo con los que están vivos. Es muy triste, porque claro, pasa que cuándo se vuelve un autor interesante para poder poner sus obras en pie... ¿cuando se ha muerto? Hay autores... Alfonso dejó de escribir por eso, se hartó. En 1994 dijo señores me voy, ya no puedo más, no puedo seguir escribiendo y que mis obras se queden ahí, en los cajones, que nadie me las represente... que nadie sea capaz de ponerlas en pie... el hecho de que atendamos... yo creo que es nuestra responsabilidad, como actores, como creadores, como directores... toda la gente que nos movemos en el mundo de la cultura tenemos la responsabilidad de autores como Alfonso Sastre, poner sus obras en pie... porque además Alfonso es un autor muy importante y además creo que no se les está haciendo justicia, no se les ha hecho justicia... porque claro, siempre que se habla de Alfonso Sastre decimos “Escuadra hacia la muerte”... que creo recordar que se estrenó en el 53, yo no había nacido... pero es que Alfonso tiene muchísimas obras... “La taberna fantástica”, “Los hombres y sus sombras”, “La gitana celestina”... tiene tanta obra... y tiene obra muy buena... ¿Por qué Alfonso en concreto no está tan representado?... pues hombre, yo creo que es un tema político... te lo digo sinceramente... es que no me queda otra cosa que pensar... es un tema político... pero yo invitaría a la gente de derechas, a la gente de izquierda, a los políticos y a toda ideología en general que nos dejemos de tonterías... que hay que hacer teatro y hay que hacer buen teatro... y que el teatro es universal y que tiene un lenguaje universal, que me da lo mismo quién está sentado en el patio de butacas... cuando estrenamos la primera vez que lo hicimos en el Teatro Adolfo Marsillach, que tuvimos un lleno absoluto... entonces sí estaba Eva, allí había gente de derechas, había gente de izquierdas, había gente comunista... había de todo, y todo el mundo se puso de pie... todo el mundo aplaudió y todo el mundo dijo “Señor usted ha escrito una obra maravillosa” y es así... entonces si somos capaces de aislar lo que es el teatro, el concepto teatral, lo que es la creación, con todo eso que hay por ahí... pues igual somos capaces de montar a más autores que están vivos y coleando... no hay que esperar a que estén muertos para hacerles justicia...

Pregunta: Por último, ¿Cuáles son sus próximos proyectos?

Zutoia Alarcia: De momento quiero seguir con Juan Carlos Pérez de La Fuente... estoy muy contenta con él... no sé si contará conmigo para próximos trabajos, espero que sí... si no pues no pasa nada... me está viendo mucha gente y mucha gente me está contando cosas... y quiero seguir haciendo teatro... también me está tentando la televisión... pero no quiero de momento volver a la televisión... ya habrá tiempo para eso y bueno, de momento me voy a centrar en esta obra y en las jornadas de Alfonso Sastre que son ahora, en el mes de noviembre y hay unos textos de Eva que me pidió antes de morir que le gustaría que se pusieran en pie y estoy en ello... y espero que quede bonito para esa fecha... en principio eso... tampoco quiero hacer mucho más porque quiero hacer cosas como ésta y si es simplemente un montaje o dos al año, no quiero hacer nada más... es ya muy importante esto que hago ¿no?

Sofía Basalo.

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