Tras interpretar durante dos temporadas a la protagonista de la serie televisiva “Amar en tiempos revueltos” Ana Otero regresa a los escenarios de la mano de Ernesto Caballero, en la feliz recuperación de “Presas” un texto escrito por Ignacio del Moral y Verónica Fernández. Hace unas temporadas la veíamos en la Sala Triángulo, interpretada por estudiantes de la RESAD; hoy vuelve a la cartelera en el Teatro Valle-Inclán del CDN, con nuevos intérpretes pero con la misma intensidad y con la misma sensación de estar ante uno de los mejores textos y una de las mejores puestas en escena de los últimos tiempos.
Dentro del extenso reparto, nuestra interlocutora interpreta a Mari Cruz, La Comunista. Con Ana Otero podíamos hablar dos días antes del estreno:
Pregunta: Después de dos años alejada del teatro, regresa a él con “Presas” bajo la dirección de Ernesto Caballero, en el Teatro Valle-Inclán. ¿Cómo está siendo esta vuelta a las tablas?
Ana Otero: Estoy en un “ay”. La verdad es que es cierto, es mucho tiempo, bajo mi punto de vista, sin pisar un escenario. Lo último que hice fue con el Teatro de la Abadía, “El libertino”... y hace de esto, sí, dos años largos o tres... pero está siendo muy gozoso, la verdad... la experiencia también es muy distinta, porque somos muchos actores en escena, yo nunca había vivido la experiencia de trabajar con tantos actores en escena y el trabajo coral tiene algo muy diferente; el trabajo, la creación colectiva es muy distinta también dentro del teatro... y está siendo muy gozosa, estoy encantada.
Pregunta: Dentro de ese reparto coral, ¿A qué personaje interpreta?
Ana Otero: Mi personaje es Mari Cruz, la comunista. Es un personaje con cierta conciencia política pero sobre todo, creo que el hincapié del personaje no está tanto en lo político como en la circunstancia que le ha tocado vivir, que eso la universaliza un poco; la sustrae de esa anécdota concreta y más pequeña que es el ser o no ser comunista y la iguala con cualquier drama que se pueda acercar a la circunstancia que viven estas mujeres en ese espacio... hay muchas formas de cárcel, creo, en el mundo occidental a día de hoy... estar metida dentro de un burka y ver la vida a través de una rejilla es un pedazo de cárcel... y cosas como ésta... entonces, creo que va más por ahí... la creación de los personajes va más por un acercamiento a circunstancias que universalizan lo que padecen...
Pregunta: Eso mismo lo podemos leer en el programa de mano “Buena parte del mundo es aún una cárcel con doble cerrojo para las mujeres”... y es, quizá, otro de los atractivos de este texto y de esta puesta en escena que más allá de la localización en el tiempo y en un lugar se pueden extraer muchas lecturas y, como bien decía la universalidad de los sentimientos...
Ana Otero: Espero que sí, que tengas razón y que esto sea un atractivo, que seamos muchas chicas en escena... porque la verdad que muy atractivas no salimos... pero sí, hay un reparto maravilloso... hay unos compañeros y unas compañeras, en este caso, no voy a decir inmejorables, porque todo es mejorable en la vida, pero de verdad que hay un reparto magnífico, hay unos trabajos maravillosos en escena... dicho esto, efectivamente, creo que la intención ha sido ésta; sustraerlo, como te decía, de la anécdota más pequeña o de la peripecia más concreta para que cualquiera en su imaginario lo pueda colocar en cualquier sitio, porque... claro que es relevante sobretodo para aquellos que tienen aún memoria de los acontecimientos... estás hablando del año 39 o del 49 o de qué año concreto... para mucha gente es importante... pero una vez dicho esto lo importante es lo que sucede y cómo sucede, y en este sentido ha habido un intento, me voy a atrever a decir “Brechtiano” de distanciarse un poco, en ese sentido lo digo, no en el sentido didáctico por supuesto, no hay nada de didáctico, y confiemos en que resulte atractiva la manera, la forma de presentar lo que sucede en esta obra.
Pregunta: “Presas” realmente no es un estreno, ya que hace dos años más o menos la veíamos en la Sala Triángulo... el salto que ha dado del alternativo al CDN es más que considerable...
Ana Otero: Efectivamente, supongo que para los autores, en este caso, tiene que ser curioso cuando menos, el cambio. Este era un proyecto que se hizo expresamente para una promoción de la RESAD y es un proyecto conjunto de Ernesto Caballero e Ignacio del Moral que pusieron el texto a disposición de esta promoción que se daba la circunstancia de que eran muchas chicas, como suele pasar, entonces Verónica Fernández e Ignacio, escribieron esto para esa promoción... suscitó un gran interés y de hecho salió del contexto de la escuela para mostrarse en la Sala Triángulo, una sala alternativa y aquí están, efectivamente... ha habido cambios con respecto al texto original... y creo que esto es una ventaja absoluta... poder trabajar con el autor codo con codo y mano a mano, pudiendo crearla casi, recrearla sobre el terreno escénico es un lujazo...
Pregunta: Ha hablado de Ernesto Caballero, no es la primera vez que trabaja con él...
Ana Otero: No, tuve el placer de trabajar con él en el montaje de “Noches de amor efímero”, un texto de Paloma Pedrero que él dirigió en el Teatro Bellas Artes y la verdad es que ya me apetecía volver a coincidir, porque desde entonces no había vuelto a trabajar con él y tengo muchos compañeros que sí lo han hecho y me ponían los dientes largos... porque lo admiro mucho... me parece que es un director muy interesante, que trabaja muy bien, con una intuición salvaje y ya me tocaba... y estoy muy feliz con el reparto de “Presas” la verdad...
Pregunta: Un reparto, como bien decía, casi exclusivamente femenino... ¿La excepción en el teatro que se hace hoy en día?
Ana Otero: Uff... ¿sabes que pasa? Me da un poco de rabia, porque suena tan tópico y tan manido... ciertamente, cualquiera que conozca cómo se programa, porque no es tanto los textos, creo, sino lo que se programa... qué textos se programan... pues sí, efectivamente, no es lo que más abunda... grandes personajes femeninos, parece que todavía padecemos ese prurito creativo masculino que siempre los más protagónicos son los hombres... yo no sé... quiero pensar que hay estupendas actrices haciendo estupendos personajes y que quedan muchos por hacer pero sí es cierto que ha habido momentos en que esto era mucho más marcado, no sé si actualmente sigue pasando esto, quiero pensar que un poquito menos... por lo menos ahí estamos nosotras colocando un grano de arena para que no pase...
Pregunta: Comenta que no es tanto por los textos, como por la forma de programar...
Ana Otero: Yo creo que sí... en la literatura universal hay heroínas y personajes interesantes... pero claro, al final, creo que es como con todo en la vida, que se programan cosas muy concretas también... hay modas también en lo que se programa en el teatro... y todo esto unido al hecho de que efectivamente en literatura los grandes papeles épicos suelen ser masculinos... pero bueno, insisto quiero pensar que no son tan pocos y tampoco está tan mal la cosa...
Pregunta: ... Con lo que la cosa del teatro no está tan mal...
Ana Otero: Yo creo que no está tan mal ¿no? A mí me parece que se programa mucho más e incluso se ha reabierto algún teatro que estaba cerrado y la diversidad es más interesante... se programa mucho musical que en Madrid antes no había... no sé tengo la impresión de que Barcelona tiene más tradición musical que Madrid y sin embargo aquí se está abogando por esto... yo creo que sí, que goza de una estupenda salud el teatro, ahora lo que hace falta es, bueno, despertar el interés del público con respecto a aquello que se hace...
Pregunta: No está el público muy por la labor...
Ana Otero: No sé, no sabría qué decirte... estoy un poco despistada con esto... digo que estoy un poco despistada porque yo últimamente, cuando voy al teatro, veo las salas a más de medio aforo, o sea, hay gente... en los teatros hay gente... o incluso está lleno... entonces, no sé... yo creo que el público sea exigente y no lo vea todo, da igual que sea teatro, cine, televisión... no es malo... que el público tenga criterio no sólo no es malo, sino que es necesario... si luego el público para ir al teatro es más “vago”... no lo sé... la verdad, yo como espectadora de teatro nunca respondí a ese perfil y luego como profesional he seguido viendo... mi experiencia es otra muy diferente pero, quiero pensar que no, que la gente cuando hay algo que está bien hecho, que gusta y el boca a boca funciona... pues la gente va a verlo... y por eso se dan milagros como el de “Presas”, a lo mejor... que podía haberlo devorado un circuito más restringido y con menos acceso a un público más mayoritario y sin embargo está aquí.
Pregunta: En un principio comentaba que llevaba dos años alejada del teatro e inmersa en su personaje en “Amar en tiempos revueltos”, “Paloma”... ¿Cómo fue esa experiencia?
Ana Otero: ¡Oh, maravillosa! Eso ha sido un regalo... un regalo que me ha hecho la profesión a través de esa productora maravillosa que es “Diagonal” y un regalito... porque hablando de personajes femeninos, precisamente... por eso decía que no me puedo quejar, la verdad es que tanto en teatro como en televisión... cine he hecho menos, me queda mucho por hacer en cine... pero en este caso, he tenido una suerte estupenda... Paloma Beltrán es un personaje completísimo que ha ido evolucionando a lo largo del tiempo real y del tiempo ficticio... parece que es lo mismo pero no lo es... Paloma Beltrán existió para el público a lo largo de una década de ficción y en la vida real han sido dos años... entonces, le ha sucedido de todo, ha ido evolucionando, ha ido creciendo, comenzó con un statu y una forma de estar en el mundo muy diferente a la forma con la que acabó, todo eso sin dejar de ser coherente con lo que defendía y con lo que pensaba... a mí me parece un personaje maravilloso... todavía... a día de hoy pienso en él y me reconforta mucho pensar que he podido hacerlo...
Pregunta: ¿Volverá algún día Paloma, aunque sea de visita, a la Plaza de los Frutos?
Ana Otero: Esto... es muy complicado... el futuro no existe... yo qué sé... quién lo sabe... tampoco sé si tendría algún sentido... porque la serie va avanzando en el tiempo... van sucediendo otras peripecias, van entrando otros personajes... y creo que se trata de eso, de que la historia continúe con historias nuevas que van llegando, a eso sumado al hecho de que el paso del tiempo... pues no sé, como no vaya con una peluca llena de canas... no sé muy bien... ya es más complicado... también para mí a la hora de interpretar... porque el personaje está escrito para una actriz mucho mayor, el personaje era mayor que yo y para mí ya fue, de entrada, al comienzo pues era complicado... tenía miedo... porque tenía que dar credibilidad a un personaje que antropológicamente está un poco distante de ti, también... entonces, no sé, creo que a estas alturas ya sería bastante más complicado... pero bueno, nunca se sabe... la magia televisiva dónde te va a llevar...
Pregunta: Volviendo a “Presas” comentaba la lectura universal de este texto, de esta puesta en escena, que hoy en día hay no sé si muchas pero sí algunas cárceles, hoy en día la mujer en diversos países y quizá en todos, en distinta proporción, somos “presas”... ¿cree que llegará un día en el que no haga falta hacer estas lecturas, plantear textos como éste porque realmente no haya “Presas”?
Ana Otero: ¡Uff...! ha sonado muy romántico lo que acabas de decir... no sé, ojalá... y lo digo como un rezo casi... ojalá fuera así, ojalá no hiciera falta denunciar la desigualdad, la intolerancia, la homofobia... toda una serie de lastres humanos que no debieran suceder en pleno siglo XXI... pero ahí está, 67 mujeres muertas en lo que va de año, en este país... las mujeres de Kabul, África... qué voy a decir yo... pues es como una lista que no para, y eso con respecto a la mujer... pero en general... Guantánamo sigue ahí... es un poco disparate... la verdad es que tenemos un mundo disparatado a día de hoy... pero insisto, yo creo mucho en el grano de arena individual, en que las actitudes individuales cuentan para la colectividad y en la medida de lo posible, uno se involucra en proyectos y en cosas a través de las que puede posicionarse uno, con respecto a ello... y ahí queda... el público dirá...
Pregunta: A pesar de la lectura universal que se puede extraer de “Presas” la obra tiene un contexto determinado y también en el programa de mano podemos leer “Este texto investiga sobre la memoria colectiva, aquellas cosas del pasado que han permanecido ocultas y que ahora no se quiere recordar” ¿Es oportuna esta reposición. Se debe recordar?
Ana Otero: Es oportuna que no oportunista. Creo que esto es importante... y recordar... obviamente... recordar es bueno, no tiene porqué ser malo. Recordar que no regodearse... tener presente que no hay que quedarse enquistado en algo que te impida crecer... pero en este caso concreto, en lo que respecta a la memoria histórica de cada uno y a la memoria histórica colectiva... la memoria de los acontecimientos recientes, porque son muy recientes, hay cosas, sucesos muy recientes que estamos empeñados en sustraerlo a no sé qué siglo... pero es que esto es muy reciente... o sea que todavía hay personas vivas que recuerdan aquello... y en esta medida creo que es sano mirar hacia uno mismo, porque es mirar hacia uno mismo, no es mirar hacia atrás... mirar hacia tus abuelos es mirar hacia ti mismo y te ayuda a entender el ser humano que eres hoy y esta personita que anda por el mundo gracias o a pesar de aquello... en fin, creo que sí que sin ningún género de dudas, esto es importante... sobre todo es importante frente al que denosta y al que hace creer que no tiene que ser así... o cierta actitud negacionista absurda, que es incomprensible... hay un suceso objetivo que es innegable y entonces a partir de ahí se desencadena un conflicto y después vienen cuarenta años bien oscuros para este país... debido a todo eso, entonces... por qué no recordarlo desde algún lugar, aunque sea desde el lugar conciliador y artístico... pues sí... me parece bien... yo creo que eso es muy sano.
Sofía Basalo.
Dentro del extenso reparto, nuestra interlocutora interpreta a Mari Cruz, La Comunista. Con Ana Otero podíamos hablar dos días antes del estreno:
Pregunta: Después de dos años alejada del teatro, regresa a él con “Presas” bajo la dirección de Ernesto Caballero, en el Teatro Valle-Inclán. ¿Cómo está siendo esta vuelta a las tablas?
Ana Otero: Estoy en un “ay”. La verdad es que es cierto, es mucho tiempo, bajo mi punto de vista, sin pisar un escenario. Lo último que hice fue con el Teatro de la Abadía, “El libertino”... y hace de esto, sí, dos años largos o tres... pero está siendo muy gozoso, la verdad... la experiencia también es muy distinta, porque somos muchos actores en escena, yo nunca había vivido la experiencia de trabajar con tantos actores en escena y el trabajo coral tiene algo muy diferente; el trabajo, la creación colectiva es muy distinta también dentro del teatro... y está siendo muy gozosa, estoy encantada.
Pregunta: Dentro de ese reparto coral, ¿A qué personaje interpreta?
Ana Otero: Mi personaje es Mari Cruz, la comunista. Es un personaje con cierta conciencia política pero sobre todo, creo que el hincapié del personaje no está tanto en lo político como en la circunstancia que le ha tocado vivir, que eso la universaliza un poco; la sustrae de esa anécdota concreta y más pequeña que es el ser o no ser comunista y la iguala con cualquier drama que se pueda acercar a la circunstancia que viven estas mujeres en ese espacio... hay muchas formas de cárcel, creo, en el mundo occidental a día de hoy... estar metida dentro de un burka y ver la vida a través de una rejilla es un pedazo de cárcel... y cosas como ésta... entonces, creo que va más por ahí... la creación de los personajes va más por un acercamiento a circunstancias que universalizan lo que padecen...
Pregunta: Eso mismo lo podemos leer en el programa de mano “Buena parte del mundo es aún una cárcel con doble cerrojo para las mujeres”... y es, quizá, otro de los atractivos de este texto y de esta puesta en escena que más allá de la localización en el tiempo y en un lugar se pueden extraer muchas lecturas y, como bien decía la universalidad de los sentimientos...
Ana Otero: Espero que sí, que tengas razón y que esto sea un atractivo, que seamos muchas chicas en escena... porque la verdad que muy atractivas no salimos... pero sí, hay un reparto maravilloso... hay unos compañeros y unas compañeras, en este caso, no voy a decir inmejorables, porque todo es mejorable en la vida, pero de verdad que hay un reparto magnífico, hay unos trabajos maravillosos en escena... dicho esto, efectivamente, creo que la intención ha sido ésta; sustraerlo, como te decía, de la anécdota más pequeña o de la peripecia más concreta para que cualquiera en su imaginario lo pueda colocar en cualquier sitio, porque... claro que es relevante sobretodo para aquellos que tienen aún memoria de los acontecimientos... estás hablando del año 39 o del 49 o de qué año concreto... para mucha gente es importante... pero una vez dicho esto lo importante es lo que sucede y cómo sucede, y en este sentido ha habido un intento, me voy a atrever a decir “Brechtiano” de distanciarse un poco, en ese sentido lo digo, no en el sentido didáctico por supuesto, no hay nada de didáctico, y confiemos en que resulte atractiva la manera, la forma de presentar lo que sucede en esta obra.
Pregunta: “Presas” realmente no es un estreno, ya que hace dos años más o menos la veíamos en la Sala Triángulo... el salto que ha dado del alternativo al CDN es más que considerable...
Ana Otero: Efectivamente, supongo que para los autores, en este caso, tiene que ser curioso cuando menos, el cambio. Este era un proyecto que se hizo expresamente para una promoción de la RESAD y es un proyecto conjunto de Ernesto Caballero e Ignacio del Moral que pusieron el texto a disposición de esta promoción que se daba la circunstancia de que eran muchas chicas, como suele pasar, entonces Verónica Fernández e Ignacio, escribieron esto para esa promoción... suscitó un gran interés y de hecho salió del contexto de la escuela para mostrarse en la Sala Triángulo, una sala alternativa y aquí están, efectivamente... ha habido cambios con respecto al texto original... y creo que esto es una ventaja absoluta... poder trabajar con el autor codo con codo y mano a mano, pudiendo crearla casi, recrearla sobre el terreno escénico es un lujazo...
Pregunta: Ha hablado de Ernesto Caballero, no es la primera vez que trabaja con él...
Ana Otero: No, tuve el placer de trabajar con él en el montaje de “Noches de amor efímero”, un texto de Paloma Pedrero que él dirigió en el Teatro Bellas Artes y la verdad es que ya me apetecía volver a coincidir, porque desde entonces no había vuelto a trabajar con él y tengo muchos compañeros que sí lo han hecho y me ponían los dientes largos... porque lo admiro mucho... me parece que es un director muy interesante, que trabaja muy bien, con una intuición salvaje y ya me tocaba... y estoy muy feliz con el reparto de “Presas” la verdad...
Pregunta: Un reparto, como bien decía, casi exclusivamente femenino... ¿La excepción en el teatro que se hace hoy en día?
Ana Otero: Uff... ¿sabes que pasa? Me da un poco de rabia, porque suena tan tópico y tan manido... ciertamente, cualquiera que conozca cómo se programa, porque no es tanto los textos, creo, sino lo que se programa... qué textos se programan... pues sí, efectivamente, no es lo que más abunda... grandes personajes femeninos, parece que todavía padecemos ese prurito creativo masculino que siempre los más protagónicos son los hombres... yo no sé... quiero pensar que hay estupendas actrices haciendo estupendos personajes y que quedan muchos por hacer pero sí es cierto que ha habido momentos en que esto era mucho más marcado, no sé si actualmente sigue pasando esto, quiero pensar que un poquito menos... por lo menos ahí estamos nosotras colocando un grano de arena para que no pase...
Pregunta: Comenta que no es tanto por los textos, como por la forma de programar...
Ana Otero: Yo creo que sí... en la literatura universal hay heroínas y personajes interesantes... pero claro, al final, creo que es como con todo en la vida, que se programan cosas muy concretas también... hay modas también en lo que se programa en el teatro... y todo esto unido al hecho de que efectivamente en literatura los grandes papeles épicos suelen ser masculinos... pero bueno, insisto quiero pensar que no son tan pocos y tampoco está tan mal la cosa...
Pregunta: ... Con lo que la cosa del teatro no está tan mal...
Ana Otero: Yo creo que no está tan mal ¿no? A mí me parece que se programa mucho más e incluso se ha reabierto algún teatro que estaba cerrado y la diversidad es más interesante... se programa mucho musical que en Madrid antes no había... no sé tengo la impresión de que Barcelona tiene más tradición musical que Madrid y sin embargo aquí se está abogando por esto... yo creo que sí, que goza de una estupenda salud el teatro, ahora lo que hace falta es, bueno, despertar el interés del público con respecto a aquello que se hace...
Pregunta: No está el público muy por la labor...
Ana Otero: No sé, no sabría qué decirte... estoy un poco despistada con esto... digo que estoy un poco despistada porque yo últimamente, cuando voy al teatro, veo las salas a más de medio aforo, o sea, hay gente... en los teatros hay gente... o incluso está lleno... entonces, no sé... yo creo que el público sea exigente y no lo vea todo, da igual que sea teatro, cine, televisión... no es malo... que el público tenga criterio no sólo no es malo, sino que es necesario... si luego el público para ir al teatro es más “vago”... no lo sé... la verdad, yo como espectadora de teatro nunca respondí a ese perfil y luego como profesional he seguido viendo... mi experiencia es otra muy diferente pero, quiero pensar que no, que la gente cuando hay algo que está bien hecho, que gusta y el boca a boca funciona... pues la gente va a verlo... y por eso se dan milagros como el de “Presas”, a lo mejor... que podía haberlo devorado un circuito más restringido y con menos acceso a un público más mayoritario y sin embargo está aquí.
Pregunta: En un principio comentaba que llevaba dos años alejada del teatro e inmersa en su personaje en “Amar en tiempos revueltos”, “Paloma”... ¿Cómo fue esa experiencia?
Ana Otero: ¡Oh, maravillosa! Eso ha sido un regalo... un regalo que me ha hecho la profesión a través de esa productora maravillosa que es “Diagonal” y un regalito... porque hablando de personajes femeninos, precisamente... por eso decía que no me puedo quejar, la verdad es que tanto en teatro como en televisión... cine he hecho menos, me queda mucho por hacer en cine... pero en este caso, he tenido una suerte estupenda... Paloma Beltrán es un personaje completísimo que ha ido evolucionando a lo largo del tiempo real y del tiempo ficticio... parece que es lo mismo pero no lo es... Paloma Beltrán existió para el público a lo largo de una década de ficción y en la vida real han sido dos años... entonces, le ha sucedido de todo, ha ido evolucionando, ha ido creciendo, comenzó con un statu y una forma de estar en el mundo muy diferente a la forma con la que acabó, todo eso sin dejar de ser coherente con lo que defendía y con lo que pensaba... a mí me parece un personaje maravilloso... todavía... a día de hoy pienso en él y me reconforta mucho pensar que he podido hacerlo...
Pregunta: ¿Volverá algún día Paloma, aunque sea de visita, a la Plaza de los Frutos?
Ana Otero: Esto... es muy complicado... el futuro no existe... yo qué sé... quién lo sabe... tampoco sé si tendría algún sentido... porque la serie va avanzando en el tiempo... van sucediendo otras peripecias, van entrando otros personajes... y creo que se trata de eso, de que la historia continúe con historias nuevas que van llegando, a eso sumado al hecho de que el paso del tiempo... pues no sé, como no vaya con una peluca llena de canas... no sé muy bien... ya es más complicado... también para mí a la hora de interpretar... porque el personaje está escrito para una actriz mucho mayor, el personaje era mayor que yo y para mí ya fue, de entrada, al comienzo pues era complicado... tenía miedo... porque tenía que dar credibilidad a un personaje que antropológicamente está un poco distante de ti, también... entonces, no sé, creo que a estas alturas ya sería bastante más complicado... pero bueno, nunca se sabe... la magia televisiva dónde te va a llevar...
Pregunta: Volviendo a “Presas” comentaba la lectura universal de este texto, de esta puesta en escena, que hoy en día hay no sé si muchas pero sí algunas cárceles, hoy en día la mujer en diversos países y quizá en todos, en distinta proporción, somos “presas”... ¿cree que llegará un día en el que no haga falta hacer estas lecturas, plantear textos como éste porque realmente no haya “Presas”?
Ana Otero: ¡Uff...! ha sonado muy romántico lo que acabas de decir... no sé, ojalá... y lo digo como un rezo casi... ojalá fuera así, ojalá no hiciera falta denunciar la desigualdad, la intolerancia, la homofobia... toda una serie de lastres humanos que no debieran suceder en pleno siglo XXI... pero ahí está, 67 mujeres muertas en lo que va de año, en este país... las mujeres de Kabul, África... qué voy a decir yo... pues es como una lista que no para, y eso con respecto a la mujer... pero en general... Guantánamo sigue ahí... es un poco disparate... la verdad es que tenemos un mundo disparatado a día de hoy... pero insisto, yo creo mucho en el grano de arena individual, en que las actitudes individuales cuentan para la colectividad y en la medida de lo posible, uno se involucra en proyectos y en cosas a través de las que puede posicionarse uno, con respecto a ello... y ahí queda... el público dirá...
Pregunta: A pesar de la lectura universal que se puede extraer de “Presas” la obra tiene un contexto determinado y también en el programa de mano podemos leer “Este texto investiga sobre la memoria colectiva, aquellas cosas del pasado que han permanecido ocultas y que ahora no se quiere recordar” ¿Es oportuna esta reposición. Se debe recordar?
Ana Otero: Es oportuna que no oportunista. Creo que esto es importante... y recordar... obviamente... recordar es bueno, no tiene porqué ser malo. Recordar que no regodearse... tener presente que no hay que quedarse enquistado en algo que te impida crecer... pero en este caso concreto, en lo que respecta a la memoria histórica de cada uno y a la memoria histórica colectiva... la memoria de los acontecimientos recientes, porque son muy recientes, hay cosas, sucesos muy recientes que estamos empeñados en sustraerlo a no sé qué siglo... pero es que esto es muy reciente... o sea que todavía hay personas vivas que recuerdan aquello... y en esta medida creo que es sano mirar hacia uno mismo, porque es mirar hacia uno mismo, no es mirar hacia atrás... mirar hacia tus abuelos es mirar hacia ti mismo y te ayuda a entender el ser humano que eres hoy y esta personita que anda por el mundo gracias o a pesar de aquello... en fin, creo que sí que sin ningún género de dudas, esto es importante... sobre todo es importante frente al que denosta y al que hace creer que no tiene que ser así... o cierta actitud negacionista absurda, que es incomprensible... hay un suceso objetivo que es innegable y entonces a partir de ahí se desencadena un conflicto y después vienen cuarenta años bien oscuros para este país... debido a todo eso, entonces... por qué no recordarlo desde algún lugar, aunque sea desde el lugar conciliador y artístico... pues sí... me parece bien... yo creo que eso es muy sano.
Sofía Basalo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario