miércoles, 17 de diciembre de 2008

...NATALIA DICENTA (Noviembre 2007)




Natalia Dicenta protagoniza con total autoridad el nuevo proyecto teatral de Calixto Bieito. “Los Persas: Réquiem por un soldado”. Está orgullosa de ser la nueva “Chica Bieito”. Habla rápido, de una forma muy expresiva y consciente de su trabajo. Le gusta lo que hace y remarca el interés y la curiosidad que pone en cada proyecto. Afirma que no le gusta dar clase sobre el escenario aunque desea que lo que se pone sobre ellos despierte algo más que el mero entretenimiento en el espectador. Es fácil hablar con Natalia Dicenta, ahora Jerjes, hasta enero, en el Teatro Bellas Artes:


Pregunta: Calixto Bieito, director de “Los Persas: Réquiem por un soldado” nos hace unas preguntas. Se las traslado a usted: ¿Hay guerras justas e injustas. Hay alguna guerra justa?


Natalia Dicenta: Eso es una aberración. Es una perversión del lenguaje. La guerra, por definición es injusta y es aberrante y... en fin no, ¡¡no, no!! Si tengo que contestar de una manera breve: No eso es una aberración del lenguaje y la guerra por definición es injusta y es un puto infierno. (le digo que no tiene que contestar de una manera breve que se puede extender en las respuestas) ¡¡Ah!! Pues, mira, es que hay un libro fabuloso de donde sacamos... bueno, a mí me lo recomendó a leer Calixto. Cuando empezamos a trabajar sobre esto, dije, a ver, dame documentación, bibliografía, incluso películas... todo ¿no?... hemos visto mucho cine bélico, pero también hemos leído libros fantásticos y hay un libro magnífico que está escrito por Howard Zinn, él es profesor en la universidad de Boston... es un libro que se llama “Sobre la guerra. La paz como imperativo moral”... pero ya anteriormente en un librito maravilloso que es la correspondencia que establecieron Albert Einstein y Sigmund Freud, establecieron una correspondencia sobre la guerra a raíz de la primera guerra mundial; Einstein como persona más humanista, como científico pero a la vez, persona que como él se declaraba amigo de la condición humana quería preguntarle a Freud, que en ese momento era el psicólogo de más renombre, cómo era posible, qué pasaba con el ser humano que éramos capaces de hacer esto. La terminología “guerra justa” se acuñó durante la segunda guerra mundial, no durante la primera... y es una barbaridad. Es una perversión del lenguaje... y es de un cinismo brutal, porque además das pie y abres puertas a pensar que, bueno, el asesinar personas en un momento dado puede ser lícito... pero es que esto es salvaje... la guerra es asesinato, destrucción, tortura... la guerra es sacar al peor animal que llevamos dentro... la guerra es infierno, es el peor infierno del ser humano...

Pregunta: Ha hecho ahora una pregunta, la que le trasladaba Einstein a Freud, que también la formula su personaje en un momento de la obra ¿Qué ocurre con el ser humano que es capaz de hacer barbaridades como ésa?...

Natalia Dicenta: ... Si lo supiera... sería una gran teórica de la humanidad... y no estaría haciendo esta obra de teatro... porque como persona también me lo pregunto... necesito preguntármelo para crecer como persona y desde el escenario, preguntarlo para que quien esté escuchando, si alguien se queda con la pregunta y decide investigar y reflexionar sobre ello será lo más importante que podamos hacer como seres humanos... no sé lo que ocurre con el ser humano... ya lo preguntaba Einstein a Freud y ya se lo preguntaba Esquilo cuando escribió su obra “Los Persas”, documentando aquella batalla de Salamina del 480 a.C.... ya Esquilo se lo preguntaba cómo es posible que el ser humano tenga este doble canal; por un lado tan creativo, tan empático, tan solidario y tan compasivo entre seres humanos, creador de vida y por otro lado un canal tan destructivo y tan bestia... ¿cómo es posible que el ser humano sea así?... ¿Cómo es posible 25 siglos después de que Esquilo escribiera esa obra que el ser humano no haya aprendido que los conflictos no tienen salida mediante la violencia, que los conflictos tienen solución mediante la paz, un diálogo absolutamente justo y ecuánime, pero nunca mediante la guerra y la violencia...? y no hemos aprendido, es tremendo que utilizando la esencia de una obra de un autor anterior a Cristo, de tantos siglos atrás, resulta que estemos hablando del aquí y del ahora... es tremendo...

Pregunta: Hablaba de la pregunta que le hace al público para que éste reflexione y piense...

Natalia Dicenta: Bueno, la hace mi personaje, Jerjes, yo espero que la pregunta, es mi esperanza... yo no doy clases desde el escenario... yo espero ser un canal de transmisión, una correa de transmisión de ideas y de sentimientos...

Pregunta: Como decía, quizá por eso Calixto Bieito ha manifestado que esta propuesta no es un canto a la concordia de los países o un alegato pacifista... quizá lo que “Los Persas” coloca sobre el escenario es una realidad y es en el público en el que debe renacer ese sentimiento...

Natalia Dicenta: Sí, es una realidad lo que hay ahí arriba... al ponernos en la piel de una tropa española en una misión de paz en Afganistán, es lo que hay aquí y ahora en este momento... en diferentes conflictos, no sólo en Afganistán... en Irán, Irak, Líbano... ya sabes, el mundo está rodeado de conflictos, estamos en guerra permanente, es tremendo pero es así... entonces, desde ahí, desde esa realidad... Calixto habla al final de que esto, efectivamente, no es ningún alegato, no estamos haciendo un panfleto desde ahí arriba... no es un alegato pacifista ni en pro ni en contra de nada... es una realidad... son poner hechos sobre un escenario y que cada persona saque sus propias conclusiones... lo que sí que es cierto y no puedo evitar decirte es que todo el equipo, el de producción, el técnico y el artístico estamos a la misma y la misma es en contra de la guerra, en contra de la violencia, en contra de la injusticia, en contra del asesinato, la tortura, la censura.... cuando una persona despierta ya no puedes no mirar, porque ya lo has visto... ya no puedes girar la cabeza hacia otro lado, diciendo no me quiero enterar... y ahí están todavía muchas personas que dicen “¡uf, no me cuentes estas cosas que son tremendas!” pero estas ocurren y a nuestro lado... entonces no es solamente un “Réquiem por un soldado” como en un momento dice Calixto en el programa de mano... no es un Réquiem por un soldado muerto sólo... yo creo que si abrimos más las miras, es un poco réquiem por las personas, por la humanidad, porque claro que mueren soldados, pero por cada soldado, cuánta gente civil muere... cuántos niños, cuántas mujeres... es un réquiem por la humanidad... pero la palabra réquiem estaba en la esencia original también de Esquilo... porque él nos cuenta una batalla desde tres puntos, es decir, primero la expectativa de un ejército prepotente, superior, como en este momento son los ejércitos occidentales, un ejército muy grande que piensa que la batalla va a ser como un aperitivo, que no va a haber bajas... que hacen estadísticas de cuánta gente va o no va a morir... ésa es la primera parte. La segunda parte es el temor a ver si esa prepotencia va a hacer que se relajen y la batalla dé la vuelta. La tercera parte es el réquiem por cientos de miles de soldados muertos que se suponía que iban a hacer una pequeña maniobra de la que sólo vuelve vivo Jerjes, el capitán de aquella tropa convertido en el siglo XXI en mujer... cosa que me parece fabulosa e importantísima.

Pregunta: Eso mismo le iba a preguntar, como bien dice el protagonista, en esta relectura es una mujer, hoy en día buena parte de las tropas están formadas por mujeres...

Natalia Dicenta: Sí en este momento hay más de un veinte por ciento en la armada... con lo cual hay que contar con ellas... ya no es la visión de muchachos jóvenes que van a la guerra... hay muchachas y muchachos, es importante... y yo siempre lo he considerado muy importante porque soy mujer, porque estoy muy concienciada de ello y estoy muy comprometida con ello... y no tengo que decírtelo a ti que eres mujer, las mujeres hemos sido... somos, somos... creadoras y sustentadoras de vida, sustentadoras de la semilla, del alimento... las mujeres somos por esencia, por vida y por historia buscadoras de paz, de diálogo, de relaciones totalmente horizontales y no piramidales que son las que crean los hombres... los hombres han sido los creadores de la guerra, las mujeres somos las grandes perdedoras, somos motín de guerra, se nos considera así en las guerras... la mujer es un caso especial, es botín de guerra por el simple hecho de ser mujer... es violada, torturada, masacrada, masacrados sus hijos ante sus ojos para que lo vea y sufra... quiero decir... botín de guerra se usa además... es una táctica psicológica clarísima para debastar la autoestima y la seguridad del enemigo, del supuesto enemigo... cargarse a sus mujeres... es así de tremendo, nena... qué importante es, entonces, que tanto Calixto con Pau Miró, trabajando juntos, hayan decidido convertir a ese hombre en una mujer, porque ahora es una mujer la que habla de una manera muy ambivalente de la guerra y la paz. Es importante que haya una mujer ahí arriba... soy la única de hecho en todo el equipo, estoy rodeada de hombres...

Pregunta: Quizá también se haya convertido a Jerjes en mujer porque se quiere llegar al público desde la sensibilidad, se quiere mostrar el rostro más humano, si lo tiene, de la guerra...

Natalia Dicenta: ... no creo que vaya tanto por ahí... yo confío en que el ser humano, la persona sin sexo cultive esa sensibilidad y la empatía... todas y todos tenemos esas capacidades... lo que pasa es que históricamente... es una cuestión educacional y cultural también... todos y todas tenemos esas capacidades... yo creo que no... yo quiero creer, además trabajando con Calixto hemos hablado mucho de esto, es que es importante poner a una mujer ahí arriba por todo lo que te he contado antes... y que bueno, cuando estuve trabajando, documentándome, estuve hablando con mujeres soldado que habían estado allí y siendo como son, como somos nosotras femeninas, guapas y estas cosas absolutamente externas que no tienen importancia... pero a la hora del pensamiento, de una mentalidad, no había sexos... había una idea muy clara o tú o yo... si somos dos personas apuntándonos, voy a procurar dispararte mucho antes porque yo soy la que quiere sobrevivir... ante esto, que es una cuestión de instinto absolutamente primario que está en nuestro cerebro primario más interno, que no está en el córtex cerebral, que es donde desarrollamos otro tipo de capacidades más empáticas... pues esta parte del cerebro tan primaria es lo único que se desarrolla en guerra, ese instinto, el instinto de supervivencia, el centro de protección... y por supuesto de ataque en el supuesto de que me ataquen... entonces para eso no hay sexos... es así de tremendo, se cosifica a las personas porque así es más fácil... el trabajo mental en el ejército es muy bestia, muy cruel... pero es la única manera, supongo, que tienen de aguantar la presión, cosificar a las personas, cosificar a tu supuesto enemigo, para poderlo quitar de en medio sin ningún problema... porque como se den cuenta de lo que están haciendo... bueno, ahí están los casos... cómo vuelve la gente, tanto chicas como chicos, históricamente los chicos... cómo vuelven de losa enfrentamientos... el trabajo psicológico y terapéutico con ellos tiene que ser bestial, porque el infierno se les ha instalado en el cerebro, en el alma... y es muy difícil salir de ahí...

Pregunta: Ha comentado que ha conversado con mujeres soldado, que han ido a la guerra... ¿Cuáles son sus razones, sus ideales, sus principios...?

Natalia Dicenta: Pues... creer en ello... son razones muy lícitas y las mismas razones que pueden tener los chavales cuando se alistan. Creen en ello, creen en la noción de patria, en la noción de país, la bandera es algo importante y quieren defenderla... y con mucho orgullo ¿no? Son nociones que quizá para mí pueden ser lejanas pero que por supuesto respeto porque, de verdad, ante todo, tolerancia... si no... no hay manera. Creo que tenemos que ser tolerantes con las ideas de los demás... eso es lo que yo escuchaba, eran nociones que para mí podían ser lejanas pero que las respetaba muchísimo porque es el concepto general en un ejército, cuando es el estímulo... y además también la dignidad como personas y el orgullo de sentirse personas que van a defender a su nación en unos casos, que van a ayudar a la población a reconstruirse en otras... es decir, la fe en lo que están haciendo y la convicción es espectacularmente fuerte... es lo que les lleva a donde van... claro, luego, la realidad es muy contradictoria y es muy otra, pero hay una fe y una convicción en lo que están haciendo y es de donde yo quise tirar para componer mi Jerjes... de escuchar a una mujer encantadora como tuve delante de mí... hablé con una mujer soldado y hablé con una mujer médico-psicólogo de la marina una mujer encantadora, por cierto... cómo hablaba de los chavales o chavalas que recogía cuando volvían del frente... era tremendo cómo tenía que trabajar con ellos... y además es gente que nos ha dado las gracias por hacer lo que hacemos sobre el escenario... lo que es importante... son mujeres que tienen un concepto muy claro de lo que están haciendo, el trabajo que están haciendo es su oficio, su profesión, hay una dignidad muy grande que yo respeto y eso es lo que yo quería interiorizar en mí para entender mejor a mi joven Jerjes, interiorizar la convicción de Jerjes; es una chavala muy joven, que andaba despistada, su madre había muerto, el referente femenino se le había ido a la porra... y qué... tenía un padre que se empezó a apoyar en ella... esa muchacha necesitaba salir, encontrar un norte... y hay muchos posibles... ella lo encontró en el ejército... y lo cuenta “encontró su dignidad de persona y de profesional en el ejército...” y allí tenía sueldo y seguridad social, seguro de vida, formación cultural y deportiva... y bueno... encima iba a ayudar a la gente... y piensa, si me han enseñado a usar armas, espero tener la oportunidad de usarlas... es todo un complejo y ambivalente ser humano que me encanta interpretar...

Pregunta: ¿Cómo ha trabajado con Calixto Bieito?

Natalia Dicenta: Lo que más me importa es la persona... como siempre... qué suerte ¿verdad? Haber coincidido. Creo que ha sido muy bueno; hemos juntado talento, imaginación, creatividad para colaborar... creo que está muy bien... Es un hombre internacionalmente aclamado y reclamado... es un hombre, multitarea no sé cómo lo hace, es capaz de acudir a varios sitios... llevar montajes simultáneamente... está en Berlín, está aquí... ha sido una gran suerte por tener un hombre con un cerebro tan bien desarrollado, con una capacidad de inventiva y de ingenio, unos golpes de ingenio, un estímulo cerebral muy grande y todo esto no sería nada si no lo acompañara la gran pasión que tiene y por ahí nos hemos encontrado muchísimo. Soy una gran curiosa de la vida, me gusta mucho estudiar al ser humano, porque empecé estudiándome a mí para aprender y ser mejor persona y he terminado queriendo saber muchas cosas... y eso como actrices y actores nos ayuda mucho para luego componer nuestros personajes... conocer el fondo del ser humano... y bueno, soy una mujer muy apasionada de la vida, muy curiosa de la vida... deseo compartir... entonces creo que ahí hemos tenido Calixto y yo una buena colaboración, hemos intercambiado muy buenas ideas, hemos trabajado muy a gustito... hace algún tiempo por ahí, en algún bolo, me dijeron “hombre, la chica Bieito”... y me sentí orgullosísima, pero orgullosísima de verdad... y dije pues sí, por qué no... ya me gustaría volver a repetir, porque es todo un tránsito desde que un día empezamos a leer hasta que por fin estrenamos... es todo un tránsito un aprendizaje muy bueno...

Pregunta: Un aprendizaje muy bueno y muy duro, también, porque además de teatro de texto, tienen que cantar...

Natalia Dicenta: Sí... esta semana pasada lo he pasado francamente mal... y aún tengo restos de catarro... estuve muy resfriada y eso para la voz, pues es un crimen... lo pasé fatal porque sí se baja la posición, como toses tanto dañas las cuerdas... en fin, es muy sacrificado... pero bueno, sí, es la primera vez que puedo aunar esas dos capacidades que tengo como artista... espero tener más... pero bueno, estas dos que voy desarrollando que son la palabra y la música... comunicarme como actriz y como cantante y Calixto no me había escuchado nunca y cuando lo hizo se quedó, realmente, impresionado y se lo agradezco mucho... porque era mucho más de lo que se esperaba... muchísimo más... con lo cual, fantástico... con todos nosotros lo ha hecho, de todas maneras, con todos los actores ha hecho lo mismo... con Rafa, Javier, Chus, Ignacio, David y con Roberto... bueno, Roberto es el único que está un poco fuera porque es ese padre impotente que el hombre pues está... en fin... con la impotencia de que va a perder a una hija, de que ya la ha perdido... está perdido en un abismo de dolor... pero todos los que estamos arriba, los que somos la tropa, a todos nosotros nos ha sacado lo mejor... yo soy la cantante, la solista del grupo, pero todos mis compañeros tocan instrumentos, cantan también... la verdad es que el montaje a veces parece un concierto de rock con monólogo, pero no deja de ser una obra de teatro... creo que hay que desmitificar esta historia y hay que saber fusionar las diferentes artes ¿no? Y está muy bien, yo creo que aquí a parte de las canciones que hacemos concretas, de principio a fin, luego hay una banda sonora que acompaña el tránsito de emociones de la función potenciando mucho más esas emociones... está la música siempre ahí, potenciando el miedo, potenciando la expectativa, el horror, el optimismo en un momento dado, potenciando todas las emociones que salen... yo creo que está muy bien...

Pregunta: Natalia Dicenta como buena hija de actores, ha vivido el teatro desde siempre ¿Qué es ser actriz en su opinión y desde su vivencia?

Natalia Dicenta: El teatro es mi casa... yo he estado en la barriga de mi madre cuando estaba embarazada de ocho meses y ella estaba sobre el escenario y me apretaba con una fajita para que no se notara demasiado... así salí yo, un poco nerviosa... con dos vueltas de cordón y un poco nerviosa... pero lo cierto es que yo ya desde el vientre de mi madre ya debía estar escuchando cosas... me crié entre cajas... te digo que el teatro es mi casa porque es algo muy orgánico en mi vida... es muy natural... entrar en los teatros, estar entre cajas, subirme al peine... el telar, mirar los focos... para mí es una... no sé si llegar a decir, un modo de vida... realmente los artistas... es una opinión que voy sacando, según voy cumpliendo años, sí que es bueno que disociemos un poco nuestra vida del trabajo... porque al fin y al cabo es trabajo y la vida es otra cosa... lo que pasa es que cuando somos tan creativos, los actores, cantantes... a través de nuestro trabajo podemos crecer como personas también... yo no puedo negar que cada personaje que me ha tocado interpretar en estos casi... 28 años de profesión... todos me han enseñado algo de mí misma y de la vida... me he ahorrado muchas terapias... no todas, porque soy una persona a la que le gusta investigar el ser humano y practico mis terapias, pero me he ahorrado muchas, porque los personajes que he hecho me he lanzado a ellos muy valientemente y he tenido que rebuscar en mí, en lo más hondo... a veces son partes que podían no satisfacerme, precisamente y me he enfrentado a ellas y he procurado mejorarlas, por lo que he andado el camino con mis personajes y me han hecho crecer... eso es bueno, creo.

Pregunta: ¿Cómo contempla la situación teatral en la actualidad?

Natalia Dicenta: Bueno... te voy a decir mis deseos... Yo deseo que el teatro sea creatividad, que el teatro nunca pierda la cercanía a la sociedad, al aquí y ahora, y a las personas que formamos esa sociedad para que esté muy conectado a todos nosotros, que el teatro sea correa de transmisión no sólo de emociones sino de vida... hay muchas cosas... el teatro, por supuesto, ha de ser entretenimiento, ha de ser fiesta porque es una celebración, es lo que hacemos cada vez que levantamos telón... pero hay cosas importantes para mí y son el compromiso, no porque siempre quiera que el teatro sea militante... creo, insisto, hay que ser flexibles, tolerantes y hay muchas maneras de expresar ideas... pero que las ideas sigan fluyendo desde los escenarios... que no perdamos el contacto con la realidad... eso es bueno... y luego podemos contarla de una manera efectiva, cruel... como queramos... porque para eso estamos ahí y somos artistas, pero no podemos perder ese contacto, que el teatro sea vida, sea pasión... gran palabra, pasión... que no perdamos nunca la pasión... pasión por la vida... curiosidad por la vida...

Pregunta: Además de se Jerjes, por un largo tiempo, ¿tiene algún proyecto entre manos?

Natalia Dicenta: Sí, me toca ser Jerjes, durante un ratito... porque hemos empezado hace poco y terminaremos la temporada aquí en enero... luego seguiremos bolos y entraremos en Barcelona a hacer otra temporadita... más bolos... imagino que al ser Calixto quien está detrás de todo esto y ser reclamado internacionalmente, es posible que “Los Persas” se pegue una vuelta por ahí... es posible... en mi deseo... seguir disfrutando y trabajando... que no falte el trabajo... y que no falte la salud... y seguir desarrollando esa parte musical mía que me atrae mucho y que no puedo abandonar porque es una manera de comunicarme que me ilumina mucho, me eleva mucho por dentro... me hace sentir bien y sé que eso llega al público y es fantástico... de hecho estaba a punto de hacer un montaje sola yo, antes de que llegase Calixto... lo estábamos pergeñando con otro productor... hacer un montaje con una línea de acción... que llevaríamos por los teatros y por España... pero apareció Calixto y cuando Calixto viene hay que acudir, porque tampoco va a llamar dos veces ¿no? Llama ahora y si no está muy ocupado... pero eso está pendiente... y... la música creo que va a estar muy cerca siempre...

Pregunta: Y concretamente el Jazz...


Natalia Dicenta: Sí, ahí es donde yo me estoy desarrollando más... claro, cómo no... y lo que quiero es, sin dejar, mis cafés de Jazz, Café Central, mi Clamores, o cuando vaya a Barcelona cantar en el lugar que sea... sin dejar esa esencia que es hermosísima... pero ya desarrollarlo más, irme a los teatros, hacer gira, desarrollarlo más... hacerlo más grande... creo que es un proyecto que tiene que crecer, me siento preparada para ello y rodearme de la gente precisa, con el talento más que necesario para sentirme bien protegida y acunada y tirar hacia delante. Me apetece muchísimo... es que en el escenario me siento muy bien... me da mucha vidilla... qué quieres que te diga, chica, que no falte el trabajo... y a hacer feliz a la gente...

Pregunta: Para terminar, volviendo a las motivaciones que llevan a Jerjes a alistarse en el ejército, ha comentado que una de ellas es “encontrar su dignidad en ese ejército”... en el momento en el que el personaje entra en este pueblo devastado por el ejército invasor, en el momento en el que descubre a esos niños muertos... ¿Jerjes puede sentir que esa dignidad no es tal?... esa escena es realmente sobrecogedora...

Natalia Dicenta: Sí, sí lo es... sobre todo porque así lo intento con esa cercanía, bajando hacia el público... era la idea de Calixto... porque quizá describiendo semejante horror y dolor, acercándote a la gente con un fusil, vestida de camuflaje... ésa es la puta guerra... eso yo lo he visto en documentales reales... que los mismos soldados han grabado... los chicos llevan sus cámaras y con ese material han hecho documentales sobrecogedores y nos han mostrado eso que yo cuento... Jerjes... de momento, dice las palabras... describe lo que está viendo... pero en ese momento no reacciona, lo hace después... es un shock tan bestia que dice “estoy viendo muertos, algunos niños, unos huesos, sangre...” describe todo el horror y de momento queda en un shock traumático... bueno, quedan todos ellos... es un shock tan grande que viene después la reacción, ella sube y dice que Dios los acoja en su absoluta misericordia... se queda totalmente bloqueada... empieza Rafael Castejón maravilloso actor y compañero, la continuación donde se pregunta qué pasa con mis creencias, me habéis traído aquí, me enseñáis todo esto... que el cuerpo era divino, que había que creer en Dios, y resulta que esto con lo que pensamos es un amasijo de... pero qué me estáis contando... cuando Jerjes empieza a escuchar a ese compañero, al otro que ha entrado en “locurita”... al otro que dice “pero qué mierda es esto... he venido aquí porque me han dicho, como es real, que cuando vas a misiones ganas más de medio kilo al mes, con lo que puedes comprarte mil cosas...” ella empieza a escuchar las motivaciones de cada uno... y entra en un proceso mental muy intenso en el que les dice a todos “basta ya, no quiero seguir escuchando más, quiero estar sola” y empieza a reflexionar y empieza a pensar en su padre... es una vorágine sin retorno... es demasiado joven, eso lo podemos hacer tú y yo que somos más maduras y estamos aquí en paz y en casa, pero yo creo que estos chavales y chavalas cuando se encuentran con semejante infierno y Apocalipsis real no pueden reflexionar... es demasiado trauma... no reaccionan... uno se ríe, otro llora, otro dice “me voy”... otro hace fotos, a otro le entra el pánico... parece que se han vuelto todos locos... pues sí... es la locura, es el horror moral... es la única manera de defenderse... tu “coco” qué va a hacer viendo esas cosas qué haces... tiene que haber mecanismos, los hay, para poder seguir viviendo...eres responsable de ese horror y eso no lo puedes ver...

Sofía Basalo.

No hay comentarios: