sábado, 29 de octubre de 2011

... JORGE MURIEL (Enero 2011)



Siempre resulta gratificante charlar con alguien repleto de pasión, que contagia ilusión y fuerza en cada palabra. Jorge Muriel rebosa energía. Energía y constancia es lo que ha necesitado para ver sobre las tablas “El proyecto Laramie”. Una propuesta que va más allá del teatro. Un teatro necesario en el que este actor, guionista y director se ha comprometido con el fin de recordarnos que este arte tiene una función la de cambiar el mundo, cambiando nuestras conciencias.
Hemos charlado con Jorge Muriel, traductor del texto original de este proyecto y antes de leer el resultado de esta entrevista, no podemos por menos que felicitarlo por su trabajo, por su nominación a los Premios Goya y por concebir de esta manera el teatro y la vida:

Pregunta: Creo que has sido tú el artífice del estreno de “El proyecto Laramie” en España, ¿no es así?

Jorge Muriel: Así es. “El proyecto Laramie” habla de un caso real de homofobia que ocurrió en Estados Unidos en 1998 y yo tenía una beca en EEUU en 1999; entonces allí, a través de una amiga que conocía Tectonic Teatre, supe que este grupo teatral estaba inmerso en la elaboración de una obra de teatro sobre el caso, y tuve la suerte de verlo en 2000, en Nueva York, cuando se estrenó. Desde ahí, tenía la idea del texto en la cabeza y no fue hasta 2005, que estaba de gira con el Teatro de la Abadía por Granada, cuando leí que un chico había sido apaleado en las afueras de un pueblo de la ciudad andaluza... y dije, “como Matthew Shepard, como en Laramie”... y entonces, pensé que era el momento de contar esta historia. Se había aprobado la ley del matrimonio homosexual, pero también a nivel social había mucho revulsivo... Soy un enamorado del texto y pensé que me encantaría contar esta historia, me puse a traducirla y desde 2005 hasta la actualidad ha sido el proceso...

Pregunta: ¿Y cómo es el camino a partir de esa traducción que haces... Cómo es el proceso de buscar a alguien que se arriesgue contigo, porque es un texto muy comprometido... Un texto que nos recuerda que el teatro aún no ha perdido su función principal?...

Jorge Muriel: Así es. Sí, eso mismo fue lo que me enganchó del texto y ha sido difícil; ha sido arduo, ha habido mucho trabajo y se han ido sumando cosas. Lo primero que hice fue traducir el texto, lo empecé a mover y la mayor dificultad que encontré es que en realidad nadie se lo terminaba de leer; nadie se lo leía y entonces no había un apoyo en firme, desafortunadamente yo no tenía el dinero para sacarlo adelante y lo que fue crucial fue presentarlo a las ayudas del Matadero, en Madrid; entonces, a través de Fernanda Andura que es la que lo lleva, lo leyó, le gustó y me dio una ayuda para sacarlo adelante. Con eso compré los derechos de autor y una vez que tenía los derechos, lo pude mover más en firme y encontré a Julián Fuentes, el director del proyecto, que es un chico joven de Aragón, de Zaragoza. Había visto algún trabajo suyo, sabía que se había formado más internacionalmente y se añadió al grupo como director y a través de él, conocimos al Proyecto Kieu, que es una ONG, una asociación que promueve proyectos culturales y nos ayudaron en la producción y se fueron añadiendo granitos de arena. Hicimos el elenco, gracias a la ayuda del Matadero, el Teatro Español empezó a interesarse en el proyecto, nos cedieron un espacio de ensayos, la productora La Zona empezó a interesarse y nos va a distribuir... Ha sido un proceso muy bonito... Largo, pero sumando siempre...

Pregunta: Me ha parecido interesante lo que has dicho; que te fue un poco difícil, porque no conseguías que terminasen de leer el texto ¿Cómo se puede decidir sin saber el contenido, sin leer una propuesta...?

Jorge Muriel: No lo sé, pero...

Pregunta: Resulta muy extraño...

Jorge Muriel: Sí... Yo también soy de los que creen que todo ocurre cuando tiene que ocurrir, pero durante mucho tiempo intenté, aunque ahora me alegro de que no fuese así, que grandes nombres o que productoras o que incluso grandes teatros nacionales, intentaran leerlo... porque yo pensaba que el texto en sí, es muy interesante, y pensé que tenía un interés social y teatral, pero no... hubo respuesta... y a mí también me sorprende, es un poco como, tristemente, delata el panorama teatral en el que nos movemos, que cosas nuevas no interesan cuando lo de siempre y los de siempre, que tienen un lugar muy merecido no quiero tampoco quitar importancia, pero... que es difícil alzar la voz cuando no estás dentro del círculo. Al mismo tiempo, quiero comentarte que es muy bello que alguien como María Andura, gerente del Teatro Español, Mario Gas... a quienes les mandamos el texto, estuvieran alerta y nos hayan apoyado tanto, nos hayan brindado un lugar de ensayo gratuito; también el Teatro de la Abadía nos ha cedido parte de la escenografía y del vestuario... Una vez que el proyecto arranca, hay mucha respuesta y en este caso en particular, el Teatro Español con la acción tan bonita que está haciendo... con la gerencia, con el servicio de cedernos la sala pequeña... No habíamos estrenado el texto y vamos a estar cinco semanas en cartel... Eso también demuestra la apuesta por un teatro joven, por un director joven, por un elenco sin cabezas de cartel... Al mismo tiempo, tantos meses esperando... Y la recompensa es muy gratificante, poder mostrarlo donde se muestra...

Pregunta: Sois ocho actores, interpretando setenta personajes...

Jorge Muriel: Así es, lo bueno de esta obra es que llega un momento en el que no importan los personajes. Son testimonios de personas reales... Entonces como también tuve la suerte, este verano, de ir a Nueva York para encontrarme con los autores de la obra; ellos han escrito una segunda parte de la obra que llaman “El epílogo. El proyecto Laramie diez años después” (han vuelto al pueblo y han hecho nuevas entrevistas) Entonces, con ellos quise reafirmar el texto y la propuesta. Tectonic Teatre se fue durante dos años a Laramie para hacer entrevistas a la gente del pueblo; todo es testimonios reales de esa gente; entonces, llega un momento, en el que en esta obra, aunque somos setenta personas diferentes, lo que aparecen son setenta seres, setenta voces, setenta discursos... Así pues, llega un instante en el que como todo tiene un ritmo bastante ágil, lo que se pretende es no tanto hacer un personaje, sino empatizar con el discurso de esa persona y compartirlo con el público. Lo hacemos con cambios muy sutiles de elementos de vestuario; unas gafas, un gorro, un pañuelo... que luego se mantienen a lo largo de toda la función para que el público lo vaya relacionando y los reconozca.

Pregunta: Algo muy interesante que se incluye en el dossier de prensa y muy ambicioso es la afirmación de que “El proyecto Laramie” es más que una representación teatral. Es un acontecimiento humano y real que no debe olvidarse, quizá el ser humano es un tanto olvidadizo...

Jorge Muriel: Sí, mucho y más que eso, es reiterativo... Y además de una forma no consciente. De lo que habla esta obra que es la agresión al diferente; en este caso es un homosexual, pero lo vemos con la mujer demócrata que ha sido tiroteada en Arizona, que es el diferente... El diferente respecto a la `persona que tiene otras ideas políticas y entonces, se cree con el derecho de poder asesinarla; el diferente por la mujer de violencia machista, a la que el marido maltrata porque cree que la posee... Entonces, cuando afirmamos que es más que una representación teatral, es porque en realidad esta obra lo que denuncia es el porqué esas cosas siguen ocurriendo; porqué el germen de un odio social existe... Y lo bonito de esta obra es que creo que se eleva del hecho ocurrido, para profundizar en el contexto; por eso lo interesante es que van a entrevistar a la gente del pueblo, porque así se entiende porqué esas cosas ocurren donde ocurren... entonces, va un poco por ahí. La idea sería qué hacemos como sociedad para que esto ocurra o qué responsabilidad tenemos sobre ello...

Pregunta: Tras esta experiencia, ¿has encontrado alguna respuesta. Por qué ocurre lo que ocurre?

Jorge Muriel: Es difícil, pero también es muy interesante... porque en realidad son las reflexiones que nos deja la obra... Querría apuntar que la obra también es muy esperanzadora; nos dice que debe haber esperanza; la idea no es “qué fuerte, cómo somos, qué mierda de sociedad...” La idea es “esto pasa, podemos hacer algo para que no pase” y respecto a la pregunta, lo que diría es que la esperanza es la aceptación de lo diferente... ¿Cuál es la respuesta? Son muchas respuestas; la educación, por ejemplo... la hermandad, aunque la palabra tenga alguna connotación religiosa... Pero lo que quiere decir es que debemos hermanarnos como seres humanos, todos somos iguales... El cambio debe venir desde una concienciación social... A tu pregunta, diría, humildemente, que textos como éste son los que ayudan, es decir, algo que no simplemente haya en el teatro una cosa para reírte, para pasar dos horas y desconectar... que está bien, que todos lo necesitamos... pero es que obras como ésta son necesarias y sería necesario incluso poder hacer estas obras en universidades, en institutos... tener un compromiso social, un compromiso como seres humanos; pero ya no sólo por la violencia machista, es vergonzoso lo que está pasando en Haití, entonces piensas “cómo como sociedad nos venden esta mentira...”... luego están los medios de comunicación, los políticos... unos elementos de manipulación y de egoísmo intrínseco en el ser humano y en la sociedad que hemos construido... que claro, pasan estas cosas...

Pregunta: Una sociedad hipócrita, también... porque rechazamos al diferente que no tiene dónde caerse muerto, mientras que si su statu social es elevado lo aceptamos de buen grado... Saludamos y damos la bienvenida al chino, pero al cubano no, y en los dos países existe una dictadura...


Jorge Muriel: Exactamente... O hasta que no me molestes o no pongas la música tan alta, porque en tu país se pone así, pero aquí no... O no me estés quitando la guardería de mi hijo... encima si nos venden eso... qué creamos.. más odio.

Pregunta: ¿Puede que interese crear ese odio, esa mentira... Tal vez no interesa fomentar el hermanamiento bien entendido como explicabas anteriormente?

Jorge Muriel: Tristemente sí. Creo eso mismo, hay una parte de los que dirigen el mundo a los que no le interesa, porque el mundo funciona así, porque hay gente que se está enriqueciendo de ello... y como se está enriqueciendo, no interesa... Lo interesante es explotar a esos países, sacar tajada del llamado tercer mundo... pero al mismo tiempo poner en las noticias, por ejemplo “Haití no se recupera”... ¿Cómo que el ciudadano medio tiene que intentar ayudar a que esto mejore, cuando los gobiernos deberían unirse como seres de un mismo planeta y decir “ha habido una catástrofe, ayudémosles?... Y no que seguramente, hay empresas... como las farmacéuticas... en fin... te das cuenta que lo que mueve el mundo es el dinero, no el amor... y eso es muy triste... siempre que el dinero impere por encima del amor hacia el prójimo, pasará lo mismo...
También decirte, que en esta obra, un elemento fundamental de la agresión es la diferencia de clase, la diferencia social. Es un pueblo de 26.000 habitantes, en una zona bastante rural, con una universidad carísima... entonces, el chico asesinado es de buena familia, con dinero, que va a ese centro de estudios y es asesinado por dos chicos con una infancia difícil, con abusos, que limpian tejados... y se encuentran con un joven de su misma edad... y también hay esa cosa de envidia social... de pensar “¿por qué este chico tiene esto, yo no, y encima está en mi pueblo?”... entonces, ahí es donde dices... es que... no nos importa, hay mucho egoísmo...

Pregunta: Volviendo a la obra, aunque de alguna forma seguimos en ella, en su planteamiento, Algo importante de este “Proyecto Laramie” son los actores, en un tiempo en el que parece que lo accesorio les resta protagonismo...


Jorge Muriel: Eso ha sido un acierto y un regalo por parte de Julián, el director. El siempre dice algo muy bonito. Para él, el teatro es contar historias... entonces, vuelve a lo que también Peter Brook, el gran maestro, ha recuperado en sus últimos montajes: La idea del cuentacuentos. Entonces, Julián decía que para él, lo importante éramos nosotros, los actores y al mismo tiempo, el público. En el montaje hay una idea muy potente, la de la comunicación directa con el público y claro, el que cuenta es el actor. También nos ha exigido mucho, un compromiso personal con lo que contábamos, para tener la idea, que a mí siempre me ha enamorado, de que el actor sea un canal de lo que cuenta y el actor también se quite de en medio. En realidad en esta historia no importa Jorge Muriel, importa lo que Jorge Muriel pueda pensar de lo que está contando pero debe ser canal del mensaje, del cuento... Ésta es también la dificultad y la facilidad, a un tiempo, de la obra, de al no tener que construir un personaje ni una escena, se rompe la cuarta pared y ante eso, la escenografía tampoco es interesante. Todo debe estar al servicio de la historia.

Pregunta: ¿Hoy en día es complicado encontrar algo en lo que comprometerse de este modo. Es difícil encontrar compañeros que compartan ese compromiso. Es difícil encontrar a un público presto a ese compromiso?


Jorge Muriel: Es difícil, pero lo bonito es que lo hay. He encontrado compañeros tanto técnicos como actores... Lo que siempre me ha ilusionado mucho es que la gente que ha leído el texto ha dicho “yo quiero formar parte de este proyecto”... también hay gente a la que no le gusta... Pero esto mismo nos ha hecho fuertes, porque esto se podía haber contado de muchas formas, pero queríamos hacerlo así y así lo hemos hecho. Habrá gente a la que este teatro no le interese, no le guste, pero lo bueno es que hemos encontrado a un grupo que quiere contarlo desde ahí y está unido y esto es muy hermoso... Por otro lado el público que quiera ser partícipe de ello estará ahí, de hecho ya lo está.

Pregunta: Eres un actor con una formación muy exhaustiva; danza, canto, has trabajado en EEUU. Tienes una perspectiva muy amplia, contando con ello, ¿cómo ves el teatro en España?

Jorge Muriel: Afortunadamente creo que cada vez estamos más cercanos. Estudié en EEUU desde 1999 a 2001 y a la vuelta sí notaba diferencias... sobre todo en la idea de compromiso... ahí estaba la diferencia mayor... Lo que me alegra es que en los diez años que han pasado, creo que estamos en ello... No creo que haya mucha diferencia y también quiero apuntar que mi maestro que fue Antonio Malonda me enseñó muy bien, porque cuando fui a EEUU muchas de las cosas que aprendí allí, Malonda ya me las había apuntado... es también muy hermoso descubrir que la gente que ama el teatro y la cultura están conectados independientemente del lugar en el que vivan... que es no darle importancia al ego y darle la importancia al mensaje y a la parte catártica del teatro... pues este arte también surgió de los griegos como un servicio social... y un servicio social que también implica el compromiso total del actor y del artista... Eso es también, y volviendo al hermanamiento, importante. El mundo del teatro es un universo simbólico de lo que es la vida, todos estamos dentro... El hermanamiento es la respuesta siempre.

Pregunta: ¿Se puede hacer teatro sin compromiso?


Jorge Muriel: Se puede hacer, pero a mí no me interesa... Se puede hacer, se debe hacer y si hay público que lo quiere ver es necesario... Para mí es tan importante esto que hago, dedicar mi vida a esto, que si no tengo compromiso... no lo quiero hacer... Pero lo mismo te diría, por ejemplo, el año pasado he estado dando clases como profesor de teatro y es el mismo compromiso, o los viernes soy camarero en un restaurante y también lo hago con absoluto compromiso... Entonces, es casi el compromiso que hemos de tenernos con nosotros mismos como personas... Entonces en esta profesión, a veces te toca y lo pasas mal cuando no es así. El regalo de “El proyecto Laramie” es darme cuenta que lo que quiero hacer es posible y mejor hacer algo de lo que quieras hablar que no hacerlo por hacer.

Pregunta: No sólo te comprometes con el teatro, también lo haces con el cine, con los largos y los cortos... ¡¡Enhorabuena por la nominación a los Goya!! ¿Qué tal sabe ese “Zumo de limón”?

Jorge Muriel: Hoy sabe dulce, dulce, dulce... (risas) La nominación al Goya ha sido una guinda... “Zumo de limón” es también una historia muy personal que habla de la vejez, de los ancianos y de lo efímera que es la vida... El título surgió porque es la historia de una abuela que tiene raíces extremeñas, mis padres lo son, entonces, lo que cuento es que la vida se exprime rápidamente y como no la disfrutes se te va... y a veces es muy ácida, agridulce... pero hoy tras la nominación es una limonada estupenda (risas) Estoy muy contento con ello...

Pregunta: No sé si hacer un corto es más complicado que un largo, como un micro relato respecto a una novela... Condensar tanta información en tan poco tiempo...

Jorge Muriel: Sí, es así... Para mí ha sido un regalo. También estudié audiovisuales y lo he codirigido con un amigo, con Miguel Romero para sentirme más fuerte y lo bonito es que te das cuenta que hemos algo grande en siete días, sabemos que hacer un largo sería dedicar un mes o dos meses intensos de tu vida a crear a contar algo más extenso y con más medios... pero es un aprendizaje tremendo... Y sí es más complicado, además por ejemplo, yo que he escrito también el guión, el rodaje de todo nos duraba 25 minutos... Y claro, había que cortar... entonces, lo bueno del corto es que nos ayudó a ir a la esencia... la escena está muy bien, las actrices son estupendas... pero, no es un largo, tenemos que ir a la esencia, me ha ayudado mucho a saber qué quiero contar y cómo puedo hacerlo de la manera más sencilla, sin reiteraciones, sin diálogos... te ayuda a ir a lo que importa...

Sofía Basalo.

sábado, 22 de octubre de 2011

... MAR REGUERAS (Mayo 2011)



Acaba de recalar en Madrid la adaptación de la novela de Warren Adler, que a su vez adaptó al cine y que hace unos siete meses, llevó a los escenarios Garbi Losada. Hablamos de una historia real, que ocurrió en la década de los cincuenta y que protagonizó un matrimonio aparentemente ideal; un matrimonio que vivía muy bien con el sueldo de su marido, un abogado de prestigio... Hasta que un día, su mujer se cansó de estar detrás, de ser la esposa sumisa y abnegada. Comenzó a trabajar y a reconocer su valía. A partir de aquí la aparente estabilidad de esa familia se resquebrajó hasta desembocar en una batalla campal que culminó con la muerte bajo los vidriosos brazos de la gigantesca lámpara que presidía el lujoso salón, ya en ruinas...
Mar Regueras interpreta la virtuosa esposa que en un momento dado, piensa que debe hacer algo con su vida, ha de hacer algo con su vida... No sé si “Porque ella lo vale”...

Mar Regueras: (risas) Entre otras cosas, sí, “porque yo lo valgo”.

Pregunta: ¿El amor y el odio son las dos caras de una misma moneda?

Mar Regueras: Dicen que del amor al odio hay un paso y efectivamente es así; de hecho así lo podemos comprobar en esta comedia negra... También es cierto que el matrimonio llevaba 18 años... Y que las cosas no suelen ocurrir de un día para otro; pero es cierto que durante ese trayecto de casi dos décadas, ha habido de todo y al final es una pena, que los dos personajes acaben perdiendo por una lucha de poder y en este caso pierden lo más maravilloso que tenemos, que es la vida.

Pregunta: ¿Estos dos personajes han perdido, son perdedores, desde un principio?


Mar Regueras: No te puedo decir en qué momento pierden, no sé en qué momento pierden del todo, pero creo que en el momento en el que una batalla comienza no hay ganadores, porque siempre por una parte pierden muchos más, aunque parezca que hay ganadores... Al final todos han perdido... No sabría decirte en qué momento, pero sí, en el instante en el que deciden llegar al final y no pactar unas razones justas, o terminar y convertirla en una batalla campal, desde luego los dos personajes pierden.

Pregunta: En un momento dado el abogado y amigo del Sr. Rose dice una frase que creo acertada y además puede ser lo que les ocurra a este matrimonio “Alguien que no acepta que tu pareja ya no te quiere. Alguien que no quiere ver que tu pareja quiere ser feliz lejos de ti. Alguien que no acepta que una relación se ha terminado”...


Mar Regueras: Yo creo que mi personaje, Bárbara, quiere divorciarse hasta el final, y cuando lo dice lo dice con todas las consecuencias; claro es que no quiere llegar a la muerte, pero sí se plantea que se acabó esa relación y es lo que ocurre con muchas mujeres; sin embargo lo que pasa con muchos hombres, y también en esta novela llevada al teatro es que el hombre no es capaz de entender que la mujer ya no quiere estar con él, y de hecho, sigue ocurriendo hoy en día que hay hombres que incluso “ni conmigo ni sin mí” y acaban matando a su pareja... Lamentablemente es algo que tenemos a la orden del día...Creo que esa frase se refiere más al personaje de Carlos Sobera...

Pregunta: ¿Cómo ha sido y está siendo la vuelta a las tablas?


Mar Regueras: La verdad es que está siendo muy bueno... Empezando a recordar ya lo que era subirse al escenario, aunque llevamos ya algunos meses de gira, empezamos en noviembre, pero así con una continuidad diaria lo estamos haciendo en Madrid, la verdad saboreándolo mucho, porque teníamos ganas de volver con algo interesante y creo que en este caso “La guerra de los Rose” nos proporciona a los dos ese aliciente, ese caramelo que necesitábamos para volver a las tablas...

Pregunta: Un caramelo muy exigente, y en tu caso una exigencia doble. El personaje en sí es muy rico dramáticamente y físicamente, te tienes que cuidar mucho para conservar la agilidad que sobre el escenario demuestras...


Mar Regueras: Sí, la verdad es que todavía me quedan algunos restos de cuando era bailarina, de hecho hace unos días, fue al teatro una de las coreógrafas con las que comencé, Lola González y le dije: “¿Qué hacemos algo?” (risas)... Y todavía me quedan algunos recursos de aquella época, y ahora también estoy volviendo a ponerme las pilas, entreno en un centro muy bueno... y estar aún mejor, porque a medida que pasan los años, una va perdiendo fuelle.

Pregunta: ¿Cómo surge esta oportunidad, cómo aparece en tu camino?


Mar Regueras: Apareció por mi compañero, que forma parte de la producción. Carlos tiene una parte de la producción. Nos conocíamos desde hace tiempo, nos habíamos cruzado por los platós como el de Telecinco, siempre había habido feelling, siempre habíamos tenido ganas de trabajar juntos, de conocernos; lo encontré en un estreno, acababa de hacer “Herederos” y me ofreció la función, la ojeé y sólo con el nombre, que es algo que ya tiene peso, recordé la película y me pareció que era una buena manera de volver a los escenarios. Me encantó porque es un personaje muy rico, donde puedes ir desde el amor al odio, pasas por bastantes registros que es muy interesante a nivel actoral.

Pregunta: Y del humor negro al dramatismo más absoluto. ¿Es complicado nadar entre esas dos aguas o facetas?


Mar Regueras: Sí es difícil encontrarle el punto, estar dando comedia pero a la vez meterle toda la carga que lleva la función; pero cuando lo encuentras, hay un día que se lo encuentras más otros menos, es bastante gratificante... También es verdad que si todos recordamos la película, veremos que ésta era mucho más dura y nosotros hemos querido llegar al público de una manera más cómica, porque creemos que desde la comedia, desde el humor, entran mucho mejor las cosas, son más fáciles de entender...

Pregunta: A la salida escuchaba a algún espectador comentar extrañado “Nos estamos riendo de esto”... Y realmente nos reímos de algo muy grave y lo peor es que resulta muy cómico ¿no?

Mar Regueras: Efectivamente (risas) A veces es porque la gente se siente en algunos comentarios identificados y otras veces el pudor de cosas que pasan nos hacen reír...

Pregunta: A veces podemos pensar que lo que nos mostráis sobre el escenario es imposible que ocurra, aunque se basa en algo real...

Mar Regueras: Sí, totalmente. Es un hecho real que pasó en los años cincuenta. La obra está escrita posteriormente, fue llevada al cine en los ochenta, a finales de la década, pero yo creo que una de las cosas que tiene la obra y por lo que engancha, es porque estamos hablando de algo que ocurre hoy en día; las bodas desde luego no están de moda, pero los divorcios sí... están a la orden del día...

Pregunta: ¿Podemos afirmar que dentro de cada ser humano hay una bestia deseando salir?

Mar Regueras: ... No sé si una bestia y no sé si está deseando salir... pero desde luego, lo que sí es cierto, es que todos tenemos nuestra parte buena, nuestros momentos más malos y que a veces hay que controlar esa agresividad y no llegar hasta los extremos que llegan los personajes, porque entonces viviríamos en un mundo más loco todavía...

Pregunta: Decías que las bodas están en crisis... ¿tal vez nos hemos dado cuenta de que para amar no son necesarios unos papeles que lo único que ocasionan son problemas?

Mar Regueras: No sé si nos hemos dado cuenta de eso o es que ya no creemos en el amor... o que la sociedad ha cambiado muchísimo... Yo creo que sí, que hemos cambiado pero para nosotras, para la mujer, porque el hombre sigue igual, mientras las mujeres seguimos ocupándonos de la casa y además trabajamos fuera, y esto es algo que descompensa muchísimo la pareja... tiene que haber una compensación... basta ya de que los hombres digan “ayudo en casa”... Ayudo, no; aquí todo es en un cincuenta por ciento... Ahora no nos olvidemos de que un hombre es un hombre y una mujer, una mujer y la caballerosidad no está reñida con la igualdad...

Pregunta: Sí, hay mucho comentario demagogo y machista que dice algo así como que las mujeres ya no queremos que nos dejen pasar antes o que nos abran las puertas...

Mar Regueras: Exactamente...No, una cosa es una cosa y otra es otra.

Pregunta: Has hablado de la crisis del matrimonio, hablemos de la otra crisis... ¿La estáis notando?


Mar Regueras: Bueno, se nota en todos los oficios, desde luego en el nuestro muchísimo... No entiendo lo de las televisiones porque no las veo en crisis, pero bueno, todo el mundo se une a la misma palabra y sacamos beneficio del trabajo de los demás... Lo que sí es cierto es que si antes se hacían dos o tres bolos en una plaza, ahora se hace uno; montas, haces el bolo y desmontas... y así andamos ¿no?... Haciendo bolos de un día, con lo que efectivamente se nota, quizá no tanto en el teatro, más en otros menesteres u otros medios, pero se nota...

Pregunta: Has hablado de televisión, algunos compañeros, comentan que en estos momentos se están viviendo buenos tiempos sobre todo para el actor, por el gran número de series españolas que se están emitiendo...


Mar Regueras: Pues no sé, será para algunos actores... porque desde luego los presupuestos y lo que te ofrecen es absolutamente demencial... Me imagino que los que están trabajando lo están (desde luego porque son buenos, pero ésta es otra historia) porque han aceptado una miseria de presupuestos que a excepción de algunos, son una auténtica miseria... Yo no entiendo cómo se puede comer así, porque a este paso, dentro de nada nos tocará hacerlo gratis...

Pregunta: ¿Cuál sería la solución... falta unidad quizá...?


Mar Regueras: Básicamente no tener los mínimos que tenemos, que todo el mundo se agarra a los mínimos; tener también otras leyes que nos apoyaran... desde luego como nuestra carrera no tiene nada que ver, es tan efímera y hoy eres famoso, ganas algo de dinero y dejas de salir en la tele un mes y ya no ganas ni vales nada... creo que tendríamos que tener unos mínimos... Ya hay gente que hace cosas, como “La casa del actor” para cuando te estás muriendo de hambre, entonces... pero deberíamos hacer más cosas, desde luego como dices, deberíamos estar mucho más unidos... y no aceptar depende de qué presupuestos...

Pregunta: Sí, si siempre hay alguien que acepte un presupuesto miserable...

Mar Regueras: Claro, el problema es ése...

Pregunta: Y paradójicamente, éste es uno de los momentos en los que contrariamente a lo que podría pensarse, se acentúa el individualismo, la desunión...

Mar Regueras: Sí, cada uno va a lo suyo y ahora los que pueden se aprovechan para trabajar aunque sea por poco, pero trabajar... entonces, al final, pasa lo que pasa...

Sofía Basalo.

jueves, 13 de octubre de 2011

... NIEVE DE MEDINA. (Mayo 2011)



“Ni con el pétalo de una rosa” es una frase colombiana, que nos indica cómo no se debe pegar a una mujer. Pero hay muchas preguntas muchos porqué que surgen cuando una situación de violencia machista tiene lugar. Muchos porqué que Nieve de Medina ha querido plantear para que pensemos, para que dejemos de juzgar, para que durante un segundo detengamos nuestro paso e intentemos ponernos en el lugar del otro. Tras su estreno en octubre y su regreso en plena primavera, este primer texto de la también directora y actriz gallega, se ha convertido en una pequeña joya, intensa, edificante y rotundamente humana, tan humana como la misma Nieve de Medina, con quien hemos podido charlar:

Pregunta: “Las mujeres que han sido golpeadas de cualquier forma, por ejemplo con el pétalo de una rosa, no se pueden defender, no se pueden defender ni salir de su situación porque ya no son personas... Ya no tienen armas... Ya sólo son animales...” ¿Tu personaje, llega a convertirse en un animal?

Nieve de Medina: Yo creo que a ella le queda todavía el amor propio, que no tiene nada que ver con la soberbia ni con otras cosas... Hay en ella todavía una chispita, cuando casi estás derrumbada, que es el amor a ti mismo, y por eso ella comienza a tirar de ahí, empieza a salir y no se ha convertido en un animal. Por eso mismo puede salir adelante. La función tiene un buen final, ella abandona una relación... Es algo doloroso porque se tiene que encontrar con todo lo que ha sido hasta ese momento, pero bueno, es un camino que tiene que recorrer.

Pregunta: En esta obra, tenemos cuatro formas de ver y actuar ante un caso de violencia machista. Es algo realmente interesante porque esas cuatro miradas se abren ante el espectador de una forma muy limpia, incluso la forma en que esa mujer siente su propia situación al descubrir que quizá los otros creen saberlo mejor que ella...

Nieve de Medina: Sí, “todo el mundo sabe cómo me siento yo, cómo soy yo, cuando yo misma no lo sé...” Eso tiene que ver con la falta de la identidad, con haber perdido un poco el norte, dejar de saber quién eres y empezar a hacer todo lo que otras dicen que eres... Su marido, que opina sobre ella, además de golpearla, Los demás, que dicen que es una maltratada... Pero quién es ella... Mi personaje en la función no tiene ni nombre, esas cosas para los actores, cuando tenemos que coger a un personaje es muy importante. Ella llega a deshumanizarse un poquito, no del todo, porque en el último momento se gira, como te comenté antes, pero... La verdad es que ella se pregunta quién es, porque no lo sabe... en ese largo camino de destrozo ha perdido la idea de quién era ella...

Pregunta: No sé si también al hacerse tu personaje esas preguntas, se critica un poquito a la sociedad que olvida a menudo a escuchar a dar voz a las víctimas, a las mujeres... Quizá la sociedad habla demasiado por ellas, cuando son ellas las que deberían hablar.

Nieve de Medina: Se la escucha desde lo que uno es. Quiero decir, que uno siempre intenta poner el criterio de uno, sobre las cosas que pasan fuera, y a veces eso no es lo correcto. La función lo que ofrece es la posibilidad de ver cómo su hermana opina sobre ella, sobre la actitud y la postura que ha tomado su hermana respecto a ella, la actitud que toma el marido, la actitud que toma la vecina que pasa por ahí... Dónde estamos, cuál es nuestro posicionamiento... Mi intención sobre todo con la función no es dar una clase de nada, es simplemente ver cuál es tu posicionamiento; a lo mejor tu posicionamiento no es ninguno de los que ves en la función, perfecto, pero ¿cuál es. Te lo has preguntado?... Me parece que eso es importante porque para poder enfrentarte al maltrato que sufre otra persona, tendrás que saber cómo te posicionas ante eso; no sólo si criticas o no, o si... No, tienes que ver cuál es tu posicionamiento, cómo lo ves, de qué lado estás tú, qué harías... Para poder entenderla, porque si simplemente decimos si le pega y no deja a su marido, será porque a ella le gusta... Si sólo hacemos esos juicios de valor... Para separarnos y que no nos toque... Eso no vale... ¿Tú que estás aquí, en la sociedad, en la vida, en tu bloque de pisos, si conoces a una amiga de una amiga que le pasó, cómo te posicionas, qué parece, por qué no has llegado a esto..? Ése es el juego de la función, hacer preguntas y que el espectador se las haga.

Pregunta: E incluso el aviso, o el cuidado, de la forma en que nos posicionamos y porque podemos llegar a ser tan violentos como “el hombre que no es bueno”... Ya que la actitud que toma la hermana de tu personaje, llega a ser muy cruel y despreciativa...

Nieve de Medina: Porque no nos apetece nada tener a alguien triste a nuestro lado, no nos apetece tener a alguien perdido a nuestro lado, no nos apetece tener a alguien que nos cuestione mínimamente nuestra forma de vida... entonces, claro, ella había idealizado a una hermana que ponía el belén los inviernos, y de repente ve que tiene esto... esta tipa que deja que la sacudan, o que deja que alguien pase y que la pisotee... claro, eso no lo queremos nadie al lado, pero sin darse cuenta, con su actitud la está tratando igual, está siendo tan maltratadora como la pareja de esta mujer... ella está haciendo lo mismo, por eso creo que es muy importante posicionarnos, y la verdad es que la función sólo pretende que lo mires y digas “ah, pues es cierto”... con eso me doy por pagada, más que pagada... me doy por satisfecha.. claro, puedes decir “yo no haría lo que hace esa hermana”... pero claro ¿Tú qué harías. Dónde estás tú, en la que calla y plancha. Tú quién serías. Venga dímelo? Lo importante es que eso cree una reflexión en los casos de los malos tratos, al menos yo lo hice con esa intención... La hermana, además, están marcados los momentos en los que tiene que despreciarme más o menos, y ayer, el director, le pidió a mi compañera, que creo que lo hace estupendamente bien, que es Marta Poveda, le pidió que no se excediera tanto porque entonces iba a haber un momento en que no se iba a entender lo que hacía, a veces está tan metida en el personaje, porque marta es una actriz magnífica, y quizá parece que va un poco más allá de lo que habíamos propuesto ¿no? Porque es muy fácil, y eso también es bonito, perderte en la violencia, es muy fácil...

Pregunta: Lo que también consigues con esa discusión que no vemos y escuchamos es una intensidad absoluta... No vemos lo que pasa pero la inquietud que producen esos gritos es sobrecogedor...

Nieve de Medina: Cuando escribí la función de teatro, lo hice pensando en el Teatro Lara, no la escribí primero y después la adapté al espacio del Lara. La función se desarrolla en el Hall del Teatro Lara, no en el teatro a la italiana, el teatro lara, precioso que se llamaba La Bombonera, se desarrolla en el Hall. Este espacio tiene unas características muy concretas, un espacio que nos marca una serie de acciones, yo imaginé la función de teatro y la escribí, pensando en el Hall y como me ofrecieron escribir algo para ese lugar, dije, “vamos a pensar a ver”... Y lo primero que vino a mi mente fueron unas voces que se oían arriba, esas voces pasaron rápidamente a ser una bronca... Y rápidamente tuve el tema... Para mí es muy importante que las peleas que tienen ese hombre y esa mujer no se vean, sólo se oigan, porque es muy inquietante y porque no me apetecía hacer algo muy explícito que todos hemos visto, sino recurrir a la teatralidad, a esta cosa que tiene el teatro y es su facultad para hacerte pensar, para hacerte evocar cosas... Lo que tú no ves, la pelea que está arriba, tú no la ves... Pero, ¡uf! No sé yo...

Pregunta: Es sobrecogedora...

Nieve de Medina: Lo digo porque yo la hago, pero no la puedo oír, aunque en alguna otra entrevista, nos las han grabado y nos las han puesto en radio... Y... No veas, oír las peleas... lo llevo mal... me pongo muy nerviosa, porque es impactante... oír algo que no ves, intuir imaginar que algo está pasando...

Pregunta: Algo también muy interesante es que en esta obra, nadie es culpable... ni esa niña, a la que esa mujer en un momento dado quiere proteger, para protegerse a sí misma, liberarse y reconocerse...


Nieve de Medina: A mí lo que me parecía muy importante es que la fuerza la cogiese de esa niña que fue, de la niña valiente que fue... Creo que, cuando empezábamos la entrevista te decía que le quedaba un hilito con el que ella todavía podía ser humana, el amor propio, y ese hilo es la niña, esa niña de once años que fue... No sé si hay víctimas y verdugos, pero he intentado ponerlos a todos en el mismo lugar. Yo pienso que si tú le das una paliza a una niña de seis años el verdugo eres tú y la víctima es ella, no hay duda; si tú eres más fuerte que una mujer y la sacudes constantemente, el verdugo eres tú y la víctima es ella, no hay otra; bien; partiendo de esta base, también digo, el que sacude también es un ser humano, qué le ha pasado a ese ser humano para que llegue a eso... tiene que haber tenido un deterioro, porque si yo digo que a una persona cuando la maltratas deja de ser persona y la conviertes en un animal, qué le ha pasado a él para llegar a ser ese animal que golpea... A mí me parecía muy interesante presentarlos así, y no juzgarlos... Esto me parecía que era mejor... Hay gente que sale convencida de que él es el culpable, y hay gente que sale diciendo lo que tú has dicho, que no hay culpables... Aquí hay un desarreglo total... Sí, hay un poco de todo, pero es de nuevo, lo de antes, cómo lo vemos, desde qué punto, desde qué prisma... qué le ha pasado a él para que llegue a eso... es que sino, si sólo señalamos culpable, culpable, culpable... no avanzamos....

Pregunta: Exacto. Quizá esta obra contenga algo que escasea en la sociedad: La comprensión. El hecho de pararse para reflexionar, para entender, para ponerse en el lugar del otro...

Nieve de Medina: Claro, es que... me parece muy complicado ponerse en el lugar del otro, porque vivimos en una sociedad en la que prima el yo... todo el rato “yo”... todo lo juzgamos desde el “yo”... Y juzgamos a los demás, no hacemos críticas constructivas, siempre juzgamos, siempre decimos “esto no se hace así porque...” No, espera, vamos a ver ¿sabes?... Ponte en el lugar del otro, pregúntate por qué esa persona está haciendo eso, porque todos tenemos siempre un estado de vivir en la posesión de la verdad y eso varía en el momento en el que te colocas en el lugar del otro... Ponte a pasar lo que pasó él, ponte a vivir como vivió él, ponte ahí, a ver si va a resultar que opinas lo mismo que él o vuelves a opinar lo que opinas tú... eso nos cambia... Y parece que es interesante...

Pregunta: En algún medio de comunicación te he escuchado comentar que para huir del tópico, has consultado con psicólogos, para saber cómo es el hombre que no es bueno y has hablado de algo muy interesante: Los Micromachismos...


Nieve de Medina: Sí... Luis Bonino, que es un psicólogo de maltratadores y Andrés Montero que es otro con los que me he entrevistado y con los que también se entrevistó Itziar Bollaín, por lo menos con Andrés estuvo, porque él me lo comentó, cuando hizo la película “Te doy mis ojos” con Laia Marull y Luis Tosar... Luis Bonino ha estado muchos años dedicándose a eso, ya no, porque tiene un desgaste importante, Tanto él como Andrés, quizá él más, hablan de “los micromachismos” que son una serie de pequeños acuerdos tácitos que están en la sociedad y que están en todos los lados y que es una manera de ningunear o no hacer visible a una mujer o de no valorarla... nunca se dice “tú ganas más que tu compañero”, rara vez... pero siempre o se dice o se deja entrever, cuando alguien, si es masculino, gana más o ha tenido un ascenso o un logro importante a destacar o cosas de éstas. Hace muchos años que las mujeres hacemos las dos cosas, hacemos la vida de dentro y la vida de fuera, y eso parece que no se valora, si eso lo hicieran los hombres, se valoraría una barbaridad. Yo tengo la oportunidad, por la vida en que vivimos, de conocer a varios hombres que tienen custodia compartida o que ya la situación de las parejas es muy diferente a la que era cuando nuestros padres se casaron y se separaron en aquella época y siempre me llama la atención de que estas personas siempre buscan y tienen a otra persona que las ayuda; generalmente ese trabajo lo hace la mujer, la mujer que se queda sola con sus hijos trabaja dentro y fuera... Es decir, hay un montón de pequeñas cosas que se pactan, que tienen que ser así y sin embargo lo que hacen es silenciar ciertos logros de la mujer, cierto esfuerzo, ciertos valores que no se han tenido en cuenta... y sin embargo cuando los hace un hombre sí se tienen en cuenta... Entonces, Luis Bonino siempre me decía “la mentira es la estrategia y el argumento más importante que tiene el hombre”. Yo me preguntaba cómo podía decirme esto un hombre... y él lo repetía, “el hombre tiene una estrategia que es la mentira”... En cambio, cuando una mujer hace eso... es tremendo, mientras que en el hombre está, no institucionalizado, pero está aceptado... Y sobre todo, silenciar cualquier logro de la mujer... Y esto ocurre en la función... Por ejemplo “Yo no te digo que no te prepares unas oposiciones, pero que cuando yo llegue a casa que la casa esté hecha”... ¡Jo, si estoy estudiando para las oposiciones, no tengo tiempo de hacer la casa!... pero si yo te exijo a ti que lo hagas todo, lo más seguro es que no llegues a nada, y si no llegas a nada, es complicado que saques las oposiciones, con lo que la conclusión que sacas es que no eres lo suficientemente buena. Todo este pequeño mecanismo que dirás “¡qué maquiavélico!” no lo es, míralo a tu alrededor... está pasando todo el rato... Mi madre, que era muy sabia, decía siempre: “No te digo que barras, pero ahí tienes la escoba” (risas)... Esto es un poco eso... Es decir, nunca se celebran los logros de la mujer, no se dicen, o si se dicen se dicen de pasada, estamos en una conversación en una mesa y te pido que te calles porque tú de esto no entiendes... Esto es ningunear ¿eh?...

Pregunta: Y lo que ocurre es que cuando pones todo esto sobre la mesa y reivindicas tu lugar y tu logro, como son gestos tan sutiles... De repente surgen las voces que te tachan de retorcida, feminista radical, demagoga....

Nieve de Medina: Claro... Y eso de ser una feminista radical, me encanta porque ya nadie es una feminista radical, pero enseguida sí, se te ataca con eso... Y dices, bueno, si en el caso de ellos no se dice que sea un exceso de algo, sin embargo, no estás... Es como el sexismo en el lenguaje, ¡¡Ay por favor que no es para tanto!! Y es que es todos los días, eso es la moneda de cambio que tenemos a la hora de relacionarnos... O sea que, sí se pueden tener en cuenta esas cositas...

Pregunta: Directora de teatro, actriz y ahora dramaturga , cómo surge esta oportunidad y cómo han sido los ensayos, supongo que ha sido un proceso muy arduo...

Nieve de Medina: Yo soy licenciada en dirección de escena, además de actriz, y el texto es mío, pero elegí a una persona que se llama Juanfra Rodríguez, que fue profesor en la Cuarta Pared y luego tuvo su propia compañía y además fue compañero de carrera y bueno, me gusta mucho trabajar con él porque me entiendo con él, algo muy básico pero no siempre es así, y te apetece estar con la gente con la que te entiendes y con las que sabes que... no que no vayas a tener problemas, porque montar una función es problemático, sino que vamos a tener un estilo común, un lugar común donde llegar... Y yo le pedí a Juanfra que lo hiciera y en el momento en el que se lo digo y él lo acepta, yo me convierto en una actriz y abandono por completo el texto... porque yo no puedo estar metiendo mano aunque la haya escrito yo... esto es complicado, porque callarte... el estar... Y decir “muérdete la lengua, no es tu función, ya no lo es, porque esta persona tiene su propia manera de sentir y leer y cuando lo hace lo lee de manera diferente a como lo has querido montar tú”... Y eso me costaba más a mí... pero he estado muy contenta y el proceso de ensayos ha sido muy agradable porque tuvimos la oportunidad de ensayar en el Teatro Lara, nos lo cedieron y fue maravilloso, porque yo había pensado la función para ese lugar, entonces ensayar directamente con escenografía, porque el espacio es nuestra escenografía, no tenemos otra; es un teatro desprovisto de todo, en el que el espacio es la escenografía...

Pregunta: ... Con esas escaleras...

Nieve de Medina: Sí, esas escaleras maravillosas... Es que el Lara es un lugar maravilloso. El Lara es... cuando se apaga la luz, se apaga todo, me quedo a oscuras, arriba, que tengo que empezar a bajar las escaleras... madre mía, yo no sé si está o no, Lola Membrives y me está ayudando... es que tiene un embrujo el lugar... todo el mundo lo dice... Las escaleras, el violín, cómo suena el Lara, es que suena... que te mueres... El teatro es precioso y nos está acogiendo tan bien... Fíjate, que creo que llega un momento en el que ese hall llega a convertirse en una casa de vecinos auténtica, en el que unos estáis dentro, las escaleras están vivas porque no paran de pasar cosas en esas escaleras... No sé, a mí me parece que el lugar es muy importante...

Pregunta: Creo que estrenasteis en Octubre...

Nieve de Medina: Sí, estrenamos en octubre, estuvimos un tiempito con estas cosas que tiene el Lara y después decidimos, Antonio Fuentes y Mónica Regueiro, decidieron que volviésemos. Tenían mucha programación y nosotros estábamos encantados, de hecho como se concibió para el Lara... Pues volver ahí es maravilloso, y vamos a estar lo más seguro hasta finales de junio, porque el público está respondiendo francamente bien...

Pregunta: ¿Tenéis previsto girar con la función?

Nieve de Medina: Sí, de hecho nada más acabar aquí, fuimos a Lanzarote y ahora hay alguna posibilidad de algunos bolillos, pero bueno, todavía estamos viéndolo. Lo que sí sabemos es que en octubre, vamos a retomarlo en un centro cultural y supongo que va a ocurrir todo en verano... Hay varias cosillas pero no están cerradas.

Sofía Basalo.

miércoles, 5 de octubre de 2011

... JORDI DAUDER. (Noviembre 2005)



Vive en Madrid, por motivos profesionales. Es licenciado en Historia, escritor y un actor comprometido . Actualmente lo está con Don Juan Malec, personaje que interpreta en el nuevo montaje de la Compañía Nacional de Teatro Clásico , que ha dirigido Eduardo Vasco , “Amar después de la muerte” o “El Tuzaní de la Alpujarra” de Calderón de la Barca.
Es miércoles, dos de noviembre y a las seis de la tarde, encuentro a la persona que adivinaba tras el gran actor que responde al nombre de Jordi Dauder.

Pregunta: “Amar después de la muerte” es una de las obras de Calderón menos representadas a lo largo de la historia. ¿Tal vez esta característica os ha ofrecido una mayor libertad a la hora de llevarla a escena y a la hora de interpretarla. Creo además que sois los mismos que interpretasteis “La Entretenida”?

Jordi Dauder: No solamente es una de las obras menos representadas, si no también una de las más censuradas. Durante siglos estuvo censurada y los diferentes estamentos públicos, la iglesia en aquel momento, se dedicaron a modificarla, incluso el propio título “El Tuzaní de la Alpujarra”, en su origen. Posteriormente, ya en la época contemporánea se ha hecho poquísimo. Yo creo que sólo se ha hecho una o dos veces. No sabemos por qué razón, a parte de la temática, evidentemente; porque es una obra magnífica de Calderón, como todas las suyas por otra parte, aunque esta de manera especial, porque plantea la represión de los españoles contra los moriscos en las Alpujarras y el tema no es que sea de actualidad, pero ya significaba una toma de posición curiosa en Calderón, que comprometía mucho a los estamentos públicos.
No creo que el hecho de que haya sido poco representada, aunque también influye, en la decisión de Eduardo Vasco y en la Compañía Nacional de Teatro Clásico de montarla... Pero también ha influido el hecho de que no era conocida por el gran público y darla a conocer es uno de los objetivos de la compañía... Dar a conocer obras muy importantes de autores muy conocidos y no tan conocidos.
En principio es la misma compañía de “La Entretenida” ya que estamos funcionando en una especie de compañías estables, de equipos que trabajamos con Eduardo, mientras otras compañías circulan. Actualmente está de gira “El Parnaso” y “El Castigo sin venganza” que ha estado en el Teatro Nacional de Catalunya y nosotros terminando aquí, el once de diciembre, empezaremos gira y con “La Entretenida” al mismo tiempo; de tal manera que una misma compañía, podrá asumir la posibilidad de ir con tres o cuatro obras de repertorio.

Pregunta: ¿Cómo ha sido el proceso de ensayos, la puesta en escena?


Jordi Dauder: Apasionante, como siempre. Apasionante porque cuando tienes una obra que, entre otras cosas, reproduce una represión brutal, te planteas que el teatro no es el lugar más idóneo para hacerlo, que en el cine eso sí puede funcionar pero en el teatro no... Y creo que ahí, Eduardo ha intervenido con una mano izquierda extraordinaria, una gran sutileza para transmitir todo lo que significó aquello, por un lado y al mismo tiempo que esto tenga un acercamiento estético y emotivo hacia el público.

Pregunta: Tu anterior trabajo fue “La Entretenida” de Cervantes, ahora abordas un Calderón. ¿Qué hay de diferente en ellos y qué hay de común; tal vez todos los clásicos caminan sobre un eje único?

Jordi Dauder: Lo que ocurre es que cuando hablamos de clásicos nos limitamos a referirnos al Siglo de Oro y los clásicos son un poco más extensos... Podemos irnos hasta el Siglo XVII ó XVIII. ¿Diferentes? Sí... Yo he estado haciendo en los últimos años “El Alcalde de Zalamea” por un lado y “La Dama Boba” por otro, Lope, Cervantes, Calderón... Digamos que hay una línea general que es que evidentemente que están escritos en verso y eso significa un trabajo actoral y un trabajo de respeto de la forma de decir el verso... Esa gran, perenne y continua discusión de cómo hay que decir el verso... Como dicen algunas grandes actrices: Hay que decirlo con Sentido, es lo fundamental. Pero aún así, hay reglas ¿no? A parte de eso, está el sentido trágico de Calderón, la extraordinaria vena lúdica de Lope de Vega, el juego dramatúrgicamente extraordinario, la ironía de Cervantes en la “Entretenida”, desconocida teatralmente... Tienes que integrarte en cada una de las maneras de narrar de cada uno de los autores, no porque sean clásicos hay una misma forma de actuar o de decir, respetando, evidentemente las reglas del verso.

Pregunta: Hablando del verso ¿Es quizá “el verso” la asignatura pendiente de nuestros actores?


Jordi Dauder: Si hablamos de jóvenes actores que salen en televisión, evidentemente (risas) Y lo digo sin ánimo de menospreciar a nadie... Pero es verdad que ya no solamente el verso, sino que la dicción está prácticamente pasando a un tercer lugar, sin preocupación de que se entienda o no... Sí es una asignatura pendiente. Nosotros tenemos la suerte de, a parte de haber trabajado mucho en el clásico, de tener unos grandes maestros que continuamente nos dan cursos y trabajamos... No se adquiere en dos días, ni mucho menos, porque el verso condiciona mucho... De tal modo que el propio personaje se te puede escapar por la versificación, y eso es muy peligroso, porque el personaje tiene que estar y la sintaxis tiene que estar y el sentido de lo que dice tiene que estar y al mismo tiempo, respetar la sinalefa cuando corresponde y el encabalgamiento cuando corresponde y los agudos ... Toda una serie de normas que exigen un trabajo superior al de la prosa, por supuesto, para que el personaje tenga carne, dicho en prosa igual que dicho en verso. Ése es el gran trabajo y eso sí es una asignatura pendiente y hay que ir a fondo en eso, sí. Creo que nunca se llega a aprender... Es un trabajo permanente.

Pregunta: Sería un doble o triple trabajo, entonces.


Jordi Dauder: Claro, hay muchas veces, siempre decimos los actores que el texto hay que olvidarlo... Cuando piensas el texto, inevitablemente, te distraes, aunque el público no se dé cuenta, pero tú, por dentro, estás recordando el texto... Y hay que dominarlo, hasta el punto de olvidarlo, absolutamente, para hablar como si no tuvieses que decir aquello que estás diciendo, aprendido de memoria. Ése es un trabajo. En el verso a ese trabajo se añade esa pausa verbal o ese respeto del agudo, o la pausa estrófica, que también hay que olvidar... Es olvidar muchas cosas para dar mucha verdad. Sí, es un trabajo triple, pero apasionante.

Pregunta: Ha trabajado en la Compañía Nacional de Teatro Clásico bajo la dirección de José Luis Alonso de Santos y actualmente, con la dirección de Eduardo Vasco ¿Qué le ha aportado éste último a la CNTC?


Jordi Dauder: Yo, realmente estuve poco tiempo, porque “El Alcalde de Zalamea” lo dirigió Sergi Belbel y era una coproducción con el Teatro Nacional de Catalunya y aquí estuve sólo representando los tres meses de función, con lo que, la parte que estuve con José Luis Alonso de Santos fue, prácticamente con “La Dama Boba” pero no tuve relación profesional con él, porque la dirigía Helena Pimenta... No es el caso de Eduardo Vasco, porque además de ser el director de la compañía es el director de la obra, a parte de que Eduardo y yo nos conocíamos anteriormente. Con lo que los cambios de los que puedo hablar son aquellos que veo y que está estructurando Eduardo. Estimo que esta posibilidad de tener tres compañías. Una con textos pequeños y las otras dos con un repertorio más amplio, circulando por todo el país, por América Latina, Estados Unidos, México etc, haciendo intercambio con teatros nacionales como el Teatro Nacional de Catalunya, creando subsedes en todo el país es buena y además es la gran responsabilidad del teatro público; lo digo porque no sucede lo mismo, y no me muerdo la lengua, con el Centro Dramático Nacional, que parece un Centro Dramático de Madrid, dicha sea la verdad, de esa manera, pues lo pagan todos los españoles. Creo que el CDN debe circular por toda España; los problemas que tenga que afrontar que los afronte como lo hace la CNTC, pero son teatros públicos y en consecuencia el público de todo el país tiene el derecho de verlo.

Pregunta: Hablando de público, ¿Cómo ha recibido a Cervantes y a su “Entretenida”, como recibe a los clásicos, en general?


Jordi Dauder: De una forma muy hilarante. Nosotros estábamos bastante sorprendidos, porque no es una obra fácil, es bastante compleja. Cervantes al mismo tiempo intentaba hacer una crítica a Lope de Vega y a su teatro. Así, crea un personaje inexistente; era prácticamente el protagonista, esa mujer que todo el mundo busca, ansía y desea, que no sale durante la obra y que se llama por casualidad exactamente como la otra protagonista que sí salía y que se llamaba como la última amante de Lope de Vega. Había una serie de líos bastante difíciles de seguir por nosotros mismos… Pero, curiosamente, el público los seguía de un modo perfecto. A veces, desde dentro, tienes una impresión que es subjetiva y errónea, porque la lanzas al público y éste la recoge mucho mejor que tú mismo. Creo que el público es más maduro de lo que creemos.

Pregunta: ¿No es tan acomodado, o poco dado a implicarse en lo que se ve, a pensar y reflexionar sobre lo que ve?

Jordi Dauder: Hay muchos tipos de público. Hay públicos muy diferentes. Yo recuerdo una de mis mayores satisfacciones y no sólo por amistad, por muchos años de trabajo juntos, sino por la calidad de la obra, el montaje. Fue la gira de “El lector por horas”, con Juan Diego y Clara Sanchís; obra de Sanchís Sinisterra. Me parece una pequeña maravilla y era una obra muy difícil, muy compleja. Justamente pretendía que el público saliese con deberes. No queríamos darlo todo mascado, que es en general la preocupación en el teatro de Sinisterra. No quiere crear un producto fácil de consumir. Quiere crear una interrelación con el público para que él intervenga y se construya su propia historia sobre aquello que está allí sucediendo. Pinter es un maestro en eso también. Curiosamente en esa obra compleja el público entraba y nos quedábamos, luego a debatir y era apasionante los debates que hacíamos. Habían visto cosas que nosotros no veíamos y ése es el tipo de teatro que me interesa, no el que lo da todo mascado y que el público consume tranquilamente, con todo el respeto a lo que se hace comercialmente y sólo para distraer; pero prefiero el teatro que, de alguna forma, interpela, es crítico con la sociedad, plantea problemas y sobre todo, crea una relación de complicidad con el público.

Pregunta: Quizá para ello nació el teatro en su origen ¿no?

Jordi Dauder: Yo creo que sí.

Pregunta: Se ha hablado mucho de los clásicos y de la puesta en escena de esos clásicos. Del respeto o no a la hora de trasladarlos de época, ambientarlos en un momento determinado, distinto del que fue concebido ¿Tú qué criterio tienes sobre ello, estimas que lo importante es el texto y el actor?


Jordi Dauder: Yo creo que el respeto está en servir al texto y lo que quiere decir o quería decir él en su época. Si ese respeto está, a mí no me importa que se lleve a una época moderna o al pop, o al año tal. Si la esencia de lo que se dice está. Hay algunos montajes que a mí no me han gustado, porque han desnaturalizado el texto y se ha perdido; lo que se obtiene de ello es basado en una idea de un tal shakespeare, pero no estás haciendo Hamlet, o no estás haciendo Otello o a Lorca y con esto está claro a quién me estoy refiriendo. Pero el respeto está en el contenido; creo que hubiésemos podido hacer esta obra con trajes como si estuviéramos desembarcando de las pateras, sin ningún problema, manteniendo absolutamente la esencia, incluso haciendo una versión “A saco con los clásicos” decía Brecha. El respeto para mí está en aquello que pretenden decir y lo que es el núcleo de la historia que cuentan, si eso se mantiene, no me crea ningún problema que esté ambientada en otras épocas, en la época contemporánea. Me encanta la visión que tienen los ingleses sobre Shakespeare, sobre su actualización o no; pero creo que hay que ser totalmente irrespetuoso en el sentido de mayor respecto a los clásicos.

Pregunta: ¿Cuál ha sido el resultado de la gira que tenía programada del recital llamado “No en el nostre nom” ¿Hay aún posibilidades de que llegue a Madrid?

Jordi Dauder: Pues creo que nos vamos a quedar con las ganas… Ha sido impresionante. La verdad, me he quedado muy muy “touchè”, porque yo lo hice como una necesidad propia de expresar una serie de cosas evidentes en aquel momento, me lo siguen reclamando. He hecho sesenta representaciones por Catalunya; desgraciadamente me es un poco difícil compaginar ambas cosas, pero intentaré retomarlo porque tengo otros proyectos que intento compaginar con el clásico, a medida que tengo la gira, intento colocarlos donde puedo… Pero no renunciaré absolutamente en trabajar sobre todo los temas actuales o de un pasado muy reciente. Últimamente he trabajado en Barcelona, he estrenado una cosa que hasta el año que viene no podré ponerla en circulación, es “Paralelo desconocido”. Las cartas de Chrisman Taylor, entre dos alemanes, uno de ellos judío que evolucionan hasta el nazismo. Intentaré traerlo aquí. A “No en el nostre nom” le tengo mucho cariño y creo que sigue siendo muy actual.


Jordi Dauder tenía prisa; Televisión Española estaba esperando a la compañía para grabar unos momentos del montaje… Le hubiera dicho muchas cosas, que sentí enormemente no poder ser una de las privilegiadas que vio “No en el nostre nom”… Porque en el mío, tampoco. Que esperaré “Paralelo desconocido”, contando los días. Y que leí su libro “El Estupor”, apropiándome de algunas frases que guardo en los bolsillos sin final de mi memoria… Le hubiera dicho muchas cosas … Pero “… Mi quehacer cotidiano está repleto de estas timideces o cobardías que siempre me dejan en los labios un amargo sabor de fracaso…” Aunque esto no se llame así.

Sofía Basalo.