sábado, 27 de febrero de 2010

... ALBERTO CASTRILLO-FERRER. (Abril 2009)



Actor, director y sobre todo, amante del teatro. Fue en París donde apreció la necesidad de este sentimiento para un arte que se hace con el alma, que se hace desde dentro. En 1999 crea la compañía “Gato Negro” con la que nos ha dejado joyas como “Ildebrando Biribó o un soplo al alma”. Hace poquitas fechas con Katu Beltz, a partir de un texto escrito por Iñaki Rikarte formaba parte de una de las propuestas más hermosas que han pasado por la capital esta temporada “Gris Mate”. Hemos hablado con Alberto Castrillo-Ferrer, quien en estos momentos prepara los ensayos de “El Mercader de Venecia” de Shakespeare que producirá el Centro Dramático de Aragón:


Pregunta: ¿La realidad es gris?


Alberto Castrillo-Ferrer: La realidad es según el color con el que se mira. Para empezar la realidad no es real, es muy subjetiva y desde luego, no me gusta que sea gris. A veces quizá sí lo es, pero es un color más...

Pregunta: ¿Cómo es tu realidad. Cómo la miras?


Alberto Castrillo-Ferrer: Intento ser, como dice una frase “Hay que ser feliz aunque sólo sea para dar ejemplo”... Soy muy optimista en mi vida, a veces demasiado... quizá somos más de lo que deberíamos... la verdad es que cuando me enfado, a lo mejor me enfado demasiado justamente por eso, porque en general soy más de color rojo... colores impactantes... más que grises...

Pregunta: ¿Qué nos contáis en “Gris Mate”?


Alberto Castrillo-Ferrer: Contamos un compendio de historias mínimas. No es una historia lineal, al uso. Son tres personajes muy teatrales, que tienen un poso arraigado en el ser humano que aunque a priori son un poco fantasiosos, todo el mundo puede identificarse con ellos y sobre todo con las cosas que pasan... Al teatro, un poco como éste, del absurdo, lo que le ocurre es que se sitúa en un lugar que es ninguna parte, pero las cosas que ocurren son de verdad... Todo comienza con un axioma de un estudiante fracasado, se llama él mismo “fracasado”, con el que quiere matar a Dios con un arco y una flecha y se coloca en el centro de la diana, entonces, esa imagen y ese axioma da lugar a muchos malentendidos, a muchos juegos, a mucho humor... porque cuando va a tirar la flecha se le cae el sombrero y eso es lo peor que le puede pasar porque no va a matar a Dios a cabeza descubierta o a morir a cabeza descubierta...

Pregunta: He leído que estos personajes crean la realidad a partir de las palabras, que son éstas las que los hacen ser y estar... ¿Crees que hoy en día la palabra ha perdido su valor?

Alberto Castrillo-Ferrer: Es indudable que estamos en una cultura audiovisual y que desde luego todos los que pertenecemos a una cierta generación, que ya hemos nacido con la televisión, ya no con el cine que lleva más años, sino con la televisión todo el día en casa, siempre esa imagen ha sido prevalente... pero precisamente el problema hoy en día es no saber contar las cosas... hay mucho malentendido porque no se cuentan las cosas, porque no se saben o porque no te atreves y porque se tiene no ese miedo a la palabra pero igual sí... sólo hay que ver que los “sms” estos, los mensajes de móvil, han crecido una barbaridad porque se pueden decir cosas mucho más profundas por medio del móvil... se puede decir “te quiero” rápidamente, y decirlo de tú a tú, cuesta un poquito más... pero creo que es más placentero...

Pregunta: Has comentado que el problema es no saber contar las cosas... ¿Puede ser también parte de este problema que no sabemos entender esas cosas?

Alberto Castrillo-Ferrer: Yo creo que nuestra sociedad siempre busca responsabilidades... cuando vas a un sitio y se te pierde la maleta, por ejemplo en el aeropuerto, no vas a encontrar a nadie que te diga “yo soy el responsable, no se preocupe la vamos a encontrar...” son todos firmas impersonales, ventanillas, se habla con un “Se” impersonal... entonces esto hace que no nos pongamos en la piel de las otras personas, no las entendamos... de esto trata el teatro, que debe desentrañar lo oculto... todos tenemos nuestras razones y cuando te toca un personaje que “es un malo”, no debes juzgarlo, debes defenderlo, debes entrar en las entrañas de los porqué intentar ver en ti cómo tú llegarías a ese momento, a ese lugar... creo que el mundo del teatro nos debe enseñar a entrar en el corazón del ser humano, en el alma del ser humano y para ello lo hacemos... para mostrar ese abanico, esas relaciones que surgen ...

Pregunta: Alguien un poquito descreído podría preguntar: ¿El ser humano tiene alma?...

Alberto Castrillo-Ferrer: Sí... hombre, lo que creo es que no somos máquinas... eso no lo digo desde la religiosidad, al contrario, sino que confío mucho en ese “n+1” que dicen los científicos, justamente en ese algo, yo lo llevo por el camino del arte, para mí el arte es lo inexplicable, es lo que entra directo al corazón, no decodifica el cerebro, sino que hay algo, una percepción, un placer... otros buscan esa falla, esa falta del ser humano, la buscan en la religión, en videntes y cada cual en donde puede, porque es innegable que el ser humano tiene ese hueco, esa falta, ese miedo, como se le quiera llamar...

Pregunta: A ese respecto hacéis un llamamiento al ser humano a creer en la espiritualidad, y en él mismo...


Alberto Castrillo-Ferrer: Sí, en la poesía... porque es muy difícil llevar la poesía al teatro...

Pregunta: ¿Tú crees?


Alberto Castrillo-Ferrer: Sí es muy difícil, porque ten en cuenta que la poesía cuando es leída, te paras en una frase, cierras el libro, miras al cielo... llevas tu propio ritual... y los libros tienen esa ventaja que vas a tu ritmo y a veces te apetece leer más... hay cosas que relees... entonces llevarlo al teatro, con esa inmediatez, cuando el tiempo nos coarta, cuando hay una interpretación también por parte de los actores... y por otra parte no se tiene que quedar ligero, tiene que ser algo arraigado, algo humano... estos tres personajes que te digo; uno es un peluquero, el peluquero del viento, otro es un limpiabotas sin memoria que lee el pasado en las arrugas de los zapatos, porque dice que las arrugas del zapato es el ayer de cualquiera y el otro es el estudiante fracasado que con rabia contenida decide ser un héroe, intentando matar a Dios o morir en el intento... entonces, por eso te digo que tienen esa parte humana estos personajes, y del oficio y de lo que podemos ver o antaño se podía ver... y por otro lado esa parte espiritual ¿no?... o poética, vamos a llamarla poética...

Pregunta: Siendo un poquito frívolos, ¿Cómo se peina al viento?


Alberto Castrillo-Ferrer: Bailando una música de Bach, por ejemplo... (risas)... Las palabras aquí se nos quedan cortas para describir ciertas imágenes... la palabra ha de convivir con la imagen y tenemos que darle su justa medida...

Pregunta: También nos invitáis a reír con dolor...


Alberto Castrillo-Ferrer: No hay tanto dolor... es una obra de sonrisa casi todo el rato, de carcajada a veces... también de risa, pero esa risa... te preguntas ¿Pero de qué me estoy riendo?... otras veces es una risa que se queda un poco no helada pero pensativa... y eso ocurre muchas veces, nos reímos siempre de desgracias... el ser humano es así... ves a alguien que se cae en la calle y te ríes... es algo superior a nosotros... si el cerebro es más rápido que tu boca, consigues aguantar la risa, pero generalmente en el ser humano sale la risa porque quizá piensas “qué suerte no he sido yo ése y estoy contento por ello”... Sí, es una obra con mucho humor en distintos estadios, pero a veces con esa risa un poquito agria que también gusta...

Pregunta: Dicen que los Gatos Negros no dan mucha suerte...


Alberto Castrillo-Ferrer: Bueno (risas)... es nuestra compañía... pero la de Gris Mate es Katu Beltz, que es Gato Negro en Euskera, porque nosotros comenzamos con Gato Negro que es la compañía que está ahora afincada en Aragón, que es la que conoces por otros montajes y por razones de operatividad y porque tanto Iñaki Rikarte como Alberto, son vascos, decidimos dividir la organización y éste es el primer montaje de Katu Beltz que es la compañía afincada en el País Vasco y que asume Gris Mate... Aquí yo evidentemente estuve desde el principio con ellos, como siempre, pero ahora que vivo en Zaragoza sigo con Gato Negro, con otros espectáculos, y aquí estoy felizmente como actor... digo felizmente, porque lo peor de tener una compañía es todo lo parateatral, como sabes... Llamar al del banco o que te llame que es peor, tener que ocuparte de la parte de producción... es terrible... al final subirte al escenario te parece lo más fácil...

Pregunta: Siguiendo con Gato Negro y los espectáculos que producís... siempre habéis apostado por un teatro de calidad, no sé si en cierto modo arriesgado... frente a, no sé, la comercialidad...


Alberto Castrillo-Ferrer: Sí... lo que ocurre es que hoy en día se entiende un poco mal la comercialidad, quiero decir, que si ser comercial es poner una cara conocida de televisión y ya con eso te ganas que tienes audiencia, porque es así porque la televisión es un medio de masa o el cine es un medio de masas... y el teatro es minoritario... entonces... no sé, en nuestros espectáculos el público y la crítica resultan satisfechos... e incluso te diría que somos muy queridos... lo que sí que es cierto, que hemos empezado muy artesanalmente, sin nada y cuando digo “nada” es nada... empezamos sólo con nuestras ganas, con nuestro ímpetu, nuestra formación y poco a poco afortunadamente vamos haciendo cosas... a veces sí, siempre suelen ser textos más contemporáneos, autores actuales, pero no tampoco... creo que tenemos una línea muy teatral, a veces nos decimos, riendo que somos “los carcas del teatro” porque no nos ajustamos a esa investigación sino que lo que nos gusta es el teatro que nos hace soñar, el teatro que provoca algo en el corazón del ser humano y no sólo ciertos panfleterismos que creo que deben existir, me parece muy bien, pero a mí me gusta la parte artística y como he dicho antes, un poco del oficio teatral. Tuve la suerte de trabajar en un teatro en París desde 1996 a 1999, un teatrito precioso pequeño, donde hice de todo... ayudantía de dirección, de regidurías, de iluminación, por supuesto era actor, hasta dirigí espectáculos... eso es una maravilla porque es el amor... lo que aprendí fue el amor por el oficio y creo que esto lo comunico y lo transmito y quien trabaja con nosotros desde luego lo aprecia y el público también y creo que es lo más importante.

Pregunta: Comentas que fue en esa época, en París, donde aprendiste el amor por el oficio... ¿En España falta ese amor, no sólo por parte del profesional sino también por parte del público hacia este arte?


Alberto Castrillo-Ferrer: Yo creo que ahí también los medios de comunicación tenéis una gran labor... todos, porque la prueba es que cuando el público va a ver un buen espectáculo de teatro, lo dice, lo grita, lo dice a sus amigos, se crea el boca a boca... pero claro, el boca a boca tarda... a mí me da mucha pena que hayan venido críticos a ver nuestra obra, que sepamos positivamente que han hecho buenas críticas, que las han entregado al periódico pertinente en su momento y que hace ya tres semanas... y aún esas críticas no han salido...¿por qué? Porque hay presiones y demás...y parece que ahí tenemos que estar un poco todos si queremos que la calidad prime y que podamos hacer cosas desde las compañías también artesanales o compañías pequeñas pero que hacen cosas buenas... tenemos que apostar todos por lo mismo... y esto haría que hubiera más gente que creyese en este tipo de trabajo, que hubiese más gente que dijese “hay compañías que hacen esto”... yo lo comparo mucho con la gastronomía, a todos nos gusta ir a grandes restaurantes o a veces a tascas o a un restaurante íntimo que está lejos pero es especial... bueno, lo que quiero decir es que conozcamos lo que hay, y ésa creo que es una labor de todos y cuanto más se conozca más amor habrá por el oficio, desde luego...

Pregunta: Creo que Gato Negro nacía en 1999... cumplís diez añitos...


Alberto Castrillo-Ferrer: Sí, este año cumplimos una década... En 1999 llegué de París y quise montar una obra pequeña... cometí todos los errores del mundo... una gran escenografía que no era operativa, muchos actores, un textos propio... ahí aprendí todo, porque me di cuenta de todos los fallos... la siguiente ya fue un monólogo, fíjate lo que te digo... hemos ido haciendo cositas, es cierto que tuvimos mucha suerte de encontrarnos después en la RESAD, sobre todo con Iñaki Rikarte, que éramos de la misma promoción y ahí hicimos más cosillas, luego también se unió Alberto y el tiempo que te da una escuela de teatro, aparte de la enseñanza... lo que te da, es que estás todo el día maquinando, haciendo cosas y si lo aprovechas, pues es un tiempo lo más importante... hoy en día es muy difícil que la gente se junte entre tantas horas... es impagable y allí las teníamos... y aprendimos de mucha gente muy buena que está ahí dando clase... compañeros que también tienen inquietudes... fue una época que recuerdo con mucha actividad pero con mucho cariño...

Pregunta: ¿Y cómo ha sido el recorrido?


Alberto Castrillo-Ferrer: Ha habido de todo... ha habido momentos buenos, también malos... empezamos como un grupito, como una asociación cultural... después ya eres empresa, aprendes el significado de ello... eso por la parte productiva. Por la parte de espectáculos, te van conociendo poco a poco, vas teniendo una serie de críticas que avalan tu trayectoria, una gente que te va queriendo y afortunadamente hemos ido siempre hacia arriba... pero no se puede imaginar nadie que no sea de la profesión lo que es esto, son 24 horas al día sin parar, por esa precariedad a veces que hay de medios y de que esa pasión la debes llevar a todos los lados... por otra parte, en cuanto al teatro noto que hay un resurgir o un gusto por el teatro y eso es maravilloso... está bien que haya grandes espectáculos, no he podido ir a ver “Hamlet” pero creo que Blanca Portillo está genial... y creo que el teatro estaba a rebosar, y me alegro... eso es maravilloso, porque da gusto por el teatro... quiero decir que se crea una dinámica... Madrid desde luego, creo que está funcionando muy bien... pero la cuestión es que hagamos espectáculos para que el espectador se vaya con buen gusto, quiera volver y tenga raíces... en provincias, yo estoy en Zaragoza, es más complicado... las cosas como son, porque no hay tantos teatros, ni a los políticos de provincias les interesa tanto la cultura... y sin embargo la gente es la misma en todas partes... cuando van a ver algo lo aclaman y les gusta, y te esperan y te escriben cartas... en fin, creo que habría que ponerle cariño a esto, porque los que estamos en la profesión le ponemos toda la pasión del mundo y el espectáculo teatral es en directo, en vivo, cada vez se tiene que requerir más eso... ya vemos que el cine, la música... desgraciadamente ha sufrido y sufre mucho por las copias... pero el teatro es algo en directo, la persona que está ahí, la tienes ahí y le puede pasar cualquier cosa... está ahí para ti, en directo... es un regalo... hay que tomárselo así...

Pregunta: Alguna vez en estos años, cuando comentabas que habéis trabajado las 24 horas... habéis pensado...


Alberto Castrillo-Ferrer: ¿En tirar la toalla? (risas) Lo que ocurre es que no sé hacer otra cosa... ya no me acuerdo si hice otras cosas antes... no puedo... es una vocación... mi madre no entendía nada... hasta que le dije “imagínate que fuera cura, eso lo entenderías ¿no?” ahí empezó a entender algo... es una vocación... no puedo evitarlo... sin embargo, a veces te acogota más lo parateatral que lo teatral y eso lo acusas en la vida e intentas no acusarlo en los espectáculos, porque al fin y al cabo todo se hace para eso... cuando los medios para hacer algo se convierten en el enemigo de lo que debiera ser, ahí hay ya un problema... entonces intentamos que no sea así... pero tirar la toalla, no me lo he planteado nunca... sí he pensado alguna vez “ojalá no tuviera compañía... “... pero luego tienes muchas satisfacciones... y mucha libertad...

Pregunta: Mucha libertad...

Alberto Castrillo-Ferrer: Sí, claro, porque al fin y al cabo haces las cosas en las que crees, haces las cosas que te gustan... hablo de libertad artística... Ser contratado tiene partes buenas, pero no eliges... hay gente que elige... hay gente que tiene varios guiones, pero eso ya está en otros niveles... normalmente el actor, o el director contratado, tiene poca capacidad de elección...

Pregunta: Tras “Gris Mate” qué próxima aventura te aguarda...

Alberto Castrillo-Ferrer: Yo creo que Katu Beltz Iñaki y Alberto, tienen un proyectito por ahí... un texto escrito por Iñaki que aún está en ciernes... y nosotros con Gato Negro, tenemos los otros espectáculos (Ildebrando, El Misántropo...) En principio para este año, probablemente haga un monólogo en noviembre o diciembre, que se llama “La Cómica Tragedia” de unos autores belgas... es un monólogo que ha funcionado muy bien, es muy teatral, no es un monólogo al uso... tiene muchos personajes... y personalmente, voy a dirigir en el Centro Dramático de Aragón “El Mercader de Venecia” es un proyecto muy bonito que va a ir por los pueblos de Aragón... y empezamos a ensayar el cuatro de mayo... estamos, pues, en capilla como quien dice... para que durante el verano fluyan los bolos... Atreverse con Shakespeare te pone las pilas!!!

Sofía Basalo.

jueves, 25 de febrero de 2010

... CARMEN LOSA (Diciembre 2009)





“Una historia de amor impensable en un tiempo imposible”. Una historia de seres humanos que han de luchar contra las costumbres anquilosadas de una sociedad que persigue, que tacha, que cierra las puertas a la felicidad. Un retrato fiel y lleno de detalles de un mundo no muy lejano. La radiografía exacta de un pueblo, de unas mujeres, de la libertad que en sus rostros se abre paso mirando a “Levante”.
Carmen Losa ha ganado el segundo certamen internacional de teatro de temática gay lésbica “Visible” y lo ha hecho con un texto maravilloso. Hemos tenido la oportunidad de leerlo, de caminar por las calles de ese pueblo, de contemplar la heroicidad de sus dos protagonistas… y también hemos tenido la oportunidad de hablar con su autora y saber que próximamente esta obra de teatro culminará su trayecto sobre los escenarios. “Levante” lo merece, desde luego:

Pregunta: Creo que el origen de esta obra, está en “Chicas”. “Levante” nace de una de las muchas escenas de la obra que hace algunos años, escribiste, dirigiste y también interpretaste ¿no es así?

Carmen Losa: Chicas era un recorrido por distintas épocas y situaciones y por lo tanto suponía un amplio catálogo de escenas. Así me lo hizo saber José Ramón Fernández cuando la leyó. Y fue él quien me hizo consciente de que podía desarrollar muchas de esas escenas en obras independientes. Curiosamente la que veía como obra corta terminada era la escena de “La costura”. No se equivocaba, la escena ya contaba en esencia lo que luego se convirtió en Levante.

Pregunta: Esta historia se desarrolla en un pueblo extremeño. Has comentado que podría haberse situado en cualquier otro, eso sí, si éste fuese una localidad pequeña ¿Por qué razón?

Carmen Losa: Estoy convencida de que las historias de amor entre mujeres han existido siempre y en todos los lugares, lo que tenemos que procurar es hacerlo ver a los demás. Así que sitúo la acción en un entorno cerrado y en una época significativa de nuestra historia. En ella cuento qué pasa en España y cómo viven los personajes esos acontecimientos.
La historia de Levante bebe desde luego del mundo de imágenes de Lorca, en particular de La casa de Bernarda Alba. Podría haber situado la acción en algún pequeño pueblo de Andalucía, ya que soy andaluza, pero me daba la impresión de que el estilo se me iba para otro lado. Era fácil entrar en esa especie de tragedia honda de la que tanto se abusa. Así que me liberé de esa presión. Yo he vivido unos años en Extremadura y tengo grandes amigos allí, en particular en Jerez de los Caballeros, una zona muy cercana a Salvatierra de los Barros, donde se desarrolla Levante.

Pregunta: “Una historia impensable en un tiempo imposible” ¿Tanto para las gentes de la época como para las protagonistas e incluso impensable en su feliz consecución?

Carmen Losa: Se me ocurrió esa frase que describe la paradoja que propone la función. Hacer posible lo imposible es una forma que tengo de ver la vida y es lo que me interesa reflejar cuando escribo teatro. La decisión de situar a estas dos mujeres en un tiempo y un lugar distinto al que uno pudiera pensar es un acto consciente de normalidad. Mucho más si al final ellas consiguen llevar adelante sus deseos.

Pregunta: Creo que es importante la evolución de Susana e Inés en el tiempo que transcurre. Desde que comienzan como un juego sin advertir la trascendencia hasta que saben perfectamente lo que están sintiendo…

Carmen Losa: Ellas no saben lo que les está pasando, lo viven con la mayor naturalidad. Es el entorno el que hace malo eso tan maravilloso que están sintiendo. Y luego está el destino concebido para una muchacha en aquella época y en un lugar como ese, el destino como obligación al que Susana se entrega de la misma forma inconsciente. Para ella es normal sentir lo que siente y compatibilizarlo con lo que tiene que hacer: casarse y seguir la vida. A medida que la acción avanza ambos personajes se van haciendo conscientes. Esto, contrariamente a lo que pudiera pensarse, las hace más fuertes.

Pregunta: Hay un personaje secundario que, personalmente considero muy importante y que protagoniza uno de los momentos más emocionantes de la obra. Este personaje es Rosario y el momento es cuando advierte a Inés y le confiesa que ella en su juventud también tuvo que alejarse de su amor…

Carmen Losa: Es la reafirmación del planteamiento de que no sólo existe el amor entre mujeres en la actualidad o en la época de Inés y Susana, sino también en épocas anteriores. Esto hace que tanto los personajes como el espectador sientan el peligro que corren, pero también hace que ellas no encuentren tan extraño su sentimiento. Inés por supuesto oculta a Susana esta circunstancia, lo hace para protegerla pero también para guardar el secreto que Rosario le acaba de confesar.

Pregunta: Otro de los momentos más emocionantes de la obra lo protagoniza el Jeromo, su generosidad, su humanidad incluso al ser consciente en todo momento de lo que hay entre Susana e Inés. ¿Esa generosidad es pura o quizá obedece a la ignorancia, al manifestar que en caso de tratarse de un hombre los mataría a los dos pero al ser dos mujeres no sabe bien cómo actuar?

Carmen Losa: Es una mezcla de ambos sentimientos. Efectivamente yo quería contar que el amor entre mujeres nunca se ha considerado ni siquiera como una posibilidad. Se da por hecho que las mujeres tienen relaciones afectivas con otras mujeres, pero no puede tratarse de amor. Por otro lado Jeromo, que nunca lo había visto como una amenaza para su relación con Susana, comienza a darse cuenta de que Susana es más feliz desde que vive cerca de Inés. El conflicto que vive Jeromo se produce entre los celos y el deseo de que Susana sea feliz. Es un tema que a mí me gusta tratar, el tema del amor altruista. “Te quiero todo lo que se puede querer. Te quiero hasta el dolor. Te quiero hasta no tenerte. Te quiero hasta imaginarte. Te quiero hasta perderte, hasta que seas de otro.”, dice uno de los personajes en Chicas.

Pregunta: Susana e Inés buscaban la libertad en el Levante. ¿Qué sería hoy en día ese Levante?

Carmen Losa: Se podría decir que Levante no es un lugar, es una metáfora. Es la huida hacia delante, hacia el destino donde su cumplan los deseos. Es el Moscú de Tres hermanas, un lugar que se desea y al que nunca se va. En este caso, siempre tememos que Susana e Inés nunca lleguen a emprender la marcha. Levante tiene todos los ingredientes para ser una tragedia, una historia de amor imposible. La fuerza y la convicción de los personajes convierte esa utopía en realidad.

Pregunta: En 2005 escribiste “Chicas”, la llevaste a escena, la interpretaste junto a un extenso y gran elenco. Fue sin duda un paso importante en la “visibilidad” de la mujer. Desde ese momento hasta hoy ¿Se han dado muchos pasos. Cuánto queda para la normalidad?

Carmen Losa: Cada paso es un paso adelante. Cuando escribí Chicas no era consciente de que estaba haciendo algo innovador. Yo no me considero militante y reconozco el trabajo que han hecho hasta ahora los militantes lgtb. Sus pasos han sido necesarios y muchas veces muy ingratos. Ahora el camino debe ir más allá, para que se llegue a normalizar también tenemos que normalizar nosotros. Debemos dejar a un lado las susceptibilidades, una especie de paranoia de discriminación bastante extendida. Si ya no somos detestables por ser homosexuales, eso no nos ha convertido a todos en maravillosos por ser homosexuales. Debemos aceptar las críticas cuando a alguien no le gusta lo que hacemos. Puede que no les guste lo que hacemos pero eso no significa que nos estén discriminando.

Pregunta: Escribe José Ramón Fernández: “Cuando la visibilidad ya no sea un problema en la sociedad española, ésta (por Levante) seguirá siendo una obra muy valiosa”
Y es que, según vamos leyendo vamos viendo ese pueblo, la casa de Susana, la casa de Rosario, el grupo de amigas cosiendo el ajuar de la novia, los prejuicios y recelos de las gentes… Supongo que algo importante para ti era que Levante no fuese sólo “la historia de amor de dos mujeres” ¿no es así?


Carmen Losa: Tanto José Ramón Fernández como Pedro Víllora dicen cosas estupendas de Levante. Yo les estoy muy agradecida por haber podido contar con ellos para prologar el libro, así como a Pablo Peinado, director del Festival Visible. Evidentemente mi deseo es que Levante no se valore solo por la temática de la trama principal. Para mí tiene tanta importancia el amor entre Inés y Susana como las circunstancias que hacen que la maestra se refugie en su casa. Y una de las escenas que más me costó escribir fue el regreso de Jeromo, le di muchas vueltas antes de poner a un hombre como él perdiendo la guerra y la mujer en una misma semana. Había que hacerlo, pero me produjo un gran conflicto como autora. Así que puse esas mismas palabras en boca de Jeromo.

Pregunta:¿Haber logrado con esta obra el premio en el segundo certamen internacional de teatro de temática gay lésbica, Visible, puede suponer quizá una si no pronta, sí más factible, puesta en escena?

Carmen Losa: Por el hecho de recibir un premio, una obra que se transmite en formato de libreto, y que se lee casi como un favor, se convierte en un libro de edición cuidada que cualquiera puede encontrar en las librerías. Eso ya es un logro. Pero Levante es teatro.
Yo llegué a la dirección desde la interpretación y a la escritura desde la dirección, así que en realidad yo escribo para dirigir. Escribo porque hay cosas que quiero contar y que no encuentro escritas o no las encuentro como yo las quiero contar. Así que el montaje de Levante desde luego ya lo tengo en mi cabeza. Lo que hace falta es apoyo. Es difícil convencer a los productores, así que es posible que tenga que producirla yo misma. Pero cuando hablo de apoyos, hablo de que es una obra con diez personajes y que no es fácil emprender un proyecto así sin respaldo público. Creo que es necesario que se promuevan estos proyectos, comprometidos y con historias contadas con un reparto suficiente, porque corremos el riesgo de ver en los teatros solo obras de cuatro personajes en clave de comedia. Ya tengo un reparto interesante, actores y actrices a los que el texto les ha entusiasmado, así que no tardaré en presentar el proyecto a quien pueda proporcionarle un marco adecuado de producción.

Sofía Basalo.

domingo, 7 de febrero de 2010

... JOSÉ LUIS ESTEBAN. (Junio 2009)



Don Pablos, El Buscón creado por Quevedo ha vuelto para recordarnos sus andanzas, sus peripecias, su propia indagación de ese ser que jamás llegó a encontrar, la lucha contra un origen que lo convirtió antes de nacer, incluso, en un desheredado de la fortuna.
Quienes nos cuentan esta historia, quienes la hacen original y novedosa; quienes nos la acercan son Ramón Barea y José Luis Esteban, llevando a efecto un proyecto que cumple ya cinco años.
José Luis Esteban es Don Pablos y al mismo tiempo, todos y cada uno de los personajes con los que el pícaro se encontrará en su camino...
Hemos hablado con el actor aragonés... Don Pablos, Pablillos como le gusta llamarlo, ha escuchado pacientemente la conversación...

Pregunta: He leído que el origen de este “Buscón” se halla cinco años atrás, cuando Ramón Barea y tú coincidisteis en “Morir Cuerdo y vivir loco”...


José Luis Esteban: Así es. Coincidimos los dos como actores, él era Don Quijote en la versión de Fernando Fernán-Gómez y desde el principio hubo una conexión especial entre los dos. Ramón es un hombre al que admiro mucho antes de conocerlo y entonces, en ese momento, no tenía más que una idea motriz, que era el deseo de plasmar estéticamente a esa persona que está escondida detrás del personaje que Quevedo dibuja y que es Pablos, El Buscón... entonces, yo no tenía en ese momento ninguna capacidad de producir ni dinero ni nada... lo que pasa es que luego con el tiempo, fui llamando a diversas puertas con el proyecto debajo del brazo, se encontró financiación, por una parte Templanza, una productora a quien estoy muy agradecido por el apoyo que le ha dado al proyecto, al Centro Dramático de Aragón exactamente lo mismo... y entonces, un par de años después de tener esa idea, nos pusimos en serio a trabajar sobre el asunto, llegó un tiempo largo hacer la versión, lógicamente no podíamos poner directamente la novela sobre el escenario, teníamos que hacer una labor de elección y combinación de los episodios que nos parecían más significativos para conocer a ese misterioso Buscón que muchas veces Quevedo oculta detrás de todas las desgracias y desventuras que le ocurren...

Pregunta: ¿Oculta su verdadero ser...?


José Luis Esteban: Yo creo que sí, porque hay momentos en la novela, Pablos es el protagonista, desde luego, todo esta contado en primera persona, pero yo creo que aparte de todas las putadas que le ocurren en ese camino a ningún sitio que él recorre, saliendo de la nada e intentando convertirse en una persona honorable, en una persona honrada, una persona... un caballero, que es lo que desea ser... entonces, Quevedo en ese camino le hace atravesar un verdadero calvario y vemos lo que ocurre, lo que pasa... cómo de algún modo, el mundo en el que vive Pablos, lo incapacita para conseguir aquello que desea, pero el verdadero Pablos, la persona que sufre, que se emociona, que llora, que ríe, que... ama... también... creo que Quevedo no se preocupa tanto de mostrarla... por eso, yo creo que... sobre todo a la hora de mostrar, de plasmar escénicamente a ese personaje para atraer y captar al público... no sólo tienes que mostrar sus rasgos más externos, que son los que creo que Quevedo nos enseña, sino llegar de algún modo también a su corazoncito... lógicamente Quevedo ni intentaba, ni tenía por qué hacer psicología con su personaje, pero sí que es cierto que Pablos, El Buscón, como buen pícaro, lo que desea es convertirse en protagonista de su propia vida... y eso, le acerca bastante a una mentalidad un poquito más contemporánea... para eso es imprescindible bucear dentro de la persona, dicho sea esto sin ningún tipo de... bueno, esto no es un espectáculo psicologista ¿me entiendes? Pero sí que hay un intento de humanizar esta figura, de acercarla al espectador y de algo más, incluso... empatizar con el espectador de una manera que lo que ve, alumbra de una manera distinta que ya conoce, esa historia inmortal que nos dejó Quevedo...

Pregunta: Comentas que ni Quevedo ni vosotros mismos intentáis hacer psicología con la función, pero en cierta medida, al comienzo de la función, cuando cuentas la historia de la rana que luchaba por ser una auténtica rana para los demás... en cierto modo nos dejas el poso de que lo único que debemos ser es auténticos con nosotros mismos... ¿Quizá el error de Pablos es intentar ser otro, como la rana, para ser aceptado por los demás...?


José Luis Esteban: Sí, el asunto es que lo que Pablos no tiene en cuenta, porque no lo sabe, porque lo desconoce es que la mecánica y las reglas que rigen el mundo en el que vive, por principio ya le ponen una frontera muy cerrada hacia aquello que desea y en ese sentido justamente en ese contraste entre la intención de Pablos de ser dueño de sus actos y un dueño honorable y abstraerse a su origen con una familia del todo impresentable... no es que él sea parte de lo que es realmente, pero se confunde porque cada pescozón, cada arañazo, cada salibazo, cada tropiezo en el camino... sale impertérrito y continúa perseverando en lo que desde fuera está claro que es una carrera hacia ningún sitio... muy divertida, muy tierna en muchas ocasiones, pero condenada a un discreto fracaso, por así decir...

Pregunta: En el programa de mano leemos que ambos, Ramón Barea y tú mismo, habéis buscado la sencillez que por cierto es lo más complicado de obtener... ¿Ha sido complicado el proceso de poner en pie la historia del Buscón y sobre todo ponerla en pie concentrando en ti a todos los personajes con los que el protagonista se encuentra en su camino?

José Luis Esteban: Sí, claro... La primera perspectiva desde la que hemos trabajado es la de la exigencia absoluta, porque no puedes enfrentarte a un espectáculo, un texto como éste, hora y media solo en el escenario... no puedes enfrentarte a ella sin trabajar desde el rigor máximo porque es imprescindible convencer al espectador desde el primer momento que comparta contigo ese pequeño viaje que se produce en el escenario, entonces hay una parte técnica por así decir, de composición, de movimiento, de gestualidad... de lo que es la tarea de un actor... que es importante y muy seria y que exigió una dirección por parte de Ramón, paciente y a la vez rigurosa... luego también, por encima de... porque yo no estoy muy convencido con los monólogos que se convierten en alardes de virtuosismo técnico, donde la técnica está por encima de la historia que se cuenta... nosotros lo que queríamos era que Pablos estuviera delante del actor, de alguna manera... entonces esa sencillez, era otra condición completamente necesaria, yo creo que la palabra y el gesto son mecanismos muy antiguos del ser humano, que son capaces de generar universos, de convocar universos de los que podemos hacer partícipes al espectador... entonces había que jugar con esas dos variables, todo lo que tiene de técnica, de trabajo muy complicado desde la respiración, hasta muchísimas cosas... pero sobre todo un concepto más inaprensible, por así decir, más etéreo que no sé muy bien cómo se define, que es la llegada, la transmisión... no sólo hay que hacer técnicamente bien el trabajo... hay que ser capaz de alguna manera de saltar del escenario y engancharte con el espectador, yo a eso lo llamo “llegada” como los futbolistas que son capaces de meter goles desde el sitio más imposible... pues algo así, eso es una cosa que no se trabaja, yo creo que es un instinto especial que es necesario tener... en tiempos me tocó mucho hacer café-teatro y fórmulas muy bastardas de la comunicación teatral donde lo pasaba en grande y donde adquirí algunas armas que me han venido muy bien para este trabajo... yo creo por otra parte que la gente cuando sale del teatro, lo que recuerda es que ha visto a un cómico gozando de su oficio muchísimo, porque el gozo en esta propuesta, bueno en general, en mi carrera, el gozo está completamente unido al desarrollo escénico, pero muy especialmente en este Buscón, hay mucho gozo en el escenario y creo que esto también salta, traspasa esa cuarta pared y enhebra a cada uno de los espectadores con el cómico en un “totum revolutum” agradable y chulo...

Pregunta: ... Sobre todo para combatir lo que defines como la única enfermedad grave que aqueja al arte en general y al teatro en particular: “El aburrimiento”...

José Luis Esteban: El aburrimiento es la muerte y además creo que, con todo mi respeto hacia todo el mundo y todas las cosas, pero el arte está indisolublemente unido al concepto de entretenimiento y eso es así, desde que el primer neandertal cazó un mamut y se lo tuvo que ir a contar a sus colegas de la cueva y como no sabía hablar se tuvo que montar una dramatización... entonces, yo creo que el arte además que nace del pueblo y de ser capaces de experimentar una distancia con respecto a la realidad y la distancia siempre es un concepto que da pie a elaborar las cosas de otra manera y a captar la atención del que tienes en frente y para eso es fundamental no aburrirlo... eso no está escrito en ningún sitio y creo que, te lo digo con mucho respeto y con mucha humildad pero... no creo que haya ningún actor que pueda decir que no hay un momento de su vida en el que no haya aburrido al espectador... yo también lo he hecho, sin duda en alguna ocasión y justamente por eso sé de lo que hablo... entonces, viva el gozo y la diversión... pero no la diversión idiota y puramente epidérmica, pero el gozo, la ironía y el humor son lo que nos ha llevado a algunas de las cotas más altas de nuestra existencia...

Pregunta: También algo interesante de este montaje es que la palabra y el actor son los ingredientes esencial... A veces parece que la palabra está perdiendo su valor o que no se la valora lo suficiente... y que en diversas puestas en escena priman otras cosas...

José Luis Esteban: No, no lo creo... sí que estoy de acuerdo en que siempre hay una sensación desde el último tercio del siglo pasado con la llegada de otro tipo de vanguardia al teatro... de un teatro más actual... que por otra parte no es un invento occidental, en absoluto, es una cosa que viene de otras fórmulas escénicas orientales... de repente hubo una especie de desprestigio de la palabra, también porque creo que hay varias generaciones de espectadores que se han dormido en los mejores escenarios del mundo escuchando palabras que no les interesaba nada oír... creo que una palabra mal dicha es una palabra inservible, inutilizada y que hace más daño que otra cosa... entonces lo que ocurre es que incluso las fórmulas escénicas que han irrumpido con más fuerza en el mundo teatral y que eran fórmulas que llevaban como bandera no sé si el desprecio a la palabra, pero sí su no necesidad, la palabra no era esencial... si te das cuenta, casi todas esas propuestas al cabo del tiempo, han vuelto a la palabra y han vuelto a utilizar la palabra como lo que es... es cierto que las palabras se escriben una detrás de otra... y es un lenguaje sucesivo que puede indicar que es monofónico... pero no es así, vuelvo a lo que creo que es lo correcto... desde que los humanos nos empezamos a poner nombres propios a cada uno para nombrarnos con la palabra... las palabras nombran el mundo y no sólo desde el nivel de lo que significan literalmente, sino desde el nivel de lo que convocan también... de la sugerencia, de la evocación, de la magia de la palabra... y lo digo sin místicas ¿eh?... es una cosa completamente cotidiana y de hecho estoy convencido y lo veo en el escenario, que la palabra bien dicha y convertida en acción y en carne y en una cosa que el espectador puede tocar, oler y sentir es una cosa que agrada muchísimo...

Pregunta: Estudiaste filología... y has comentado alguna vez lo importante que ha sido para tu profesión esa formación...

José Luis Esteban: Sí, desde luego... aunque lo que dije exactamente fue que para mí particularmente había sido muy beneficioso... yo creo que no es necesario que un actor estudie filología, eso sería como establecer una especie de elitismo culturalista que tampoco va a ningún lado; es verdad que cuanto más preparado estés, en todos los sentidos, si eres una persona de lo más competente en las máximas áreas, me parece perfecto, pero no creo que sea una cosa exclusiva o excluyente... ahora para mí ha sido decisivo... porque en primer lugar, estudiar filología me dio una serie de herramientas, de estanterías que digo yo, ahí puestas, en algún sitio del bulbo raquídeo (no sé dónde) donde he podido apilar muy bien el material que me ha aportado la práctica escénica, es decir que ahí esas estanterías que he construido me han venido muy bien para tener unos recursos de interpretación textual, lógicamente conozco la literatura española, la europea... es decir, sé bastante de esas cosas porque además me he preocupado... y me viene muy bien como actor, a la hora de tener la máxima información posible sobre lo que estoy haciendo para conseguir contárselo al espectador que en definitiva que es el fin último de todo esto... llegar al espectador en las mejores condiciones posibles... de comunicación... de contarles lo que quiero contarles... yo tengo hambre de contar...

Pregunta: ... Al espectador... que comentas, es la única verdad...

José Luis Esteban: Es que no hay otra... yo bromeo con ellos, en la entrada de “El Buscón” que hago una pequeña fiestecilla con los espectadores... yo siempre les digo “quiero ser como ustedes” porque los admiro realmente, creo que hoy en día es admirable ser espectador de teatro porque el bombardeo al que estamos sometidos con muchísimas cosas, muy importantes todas ellas, muy placenteras... más baratas seguramente... hacen que sea muy complicado y muy admirable ser espectador hoy en día y a mí me parece eso un lujo tremendo... Y aparte este arte nuestro y el arte en general, las manifestaciones artísticas sean del tipo que sean, son lo que son porque hay espectadores que las contemplan como tales... sino nadie sabría nada... sino hay un grupo de gente que coincide en que la Gioconda es un cuadro enorme... La Gioconda no sería nada más que... una cosa mínima...

Pregunta: También eres autor... has escrito “El ejército invisible” o “Tormenta de arena”...


José Luis Esteban: ... Lo de escribir creo que fue un proceso que vino de una manera muy natural... empecé a escribir muy tarde, con treinta y muchos años... y es una carrera a la que cada vez le doy una parcela más importante de mi tiempo... es un oficio que me gustaría muchísimo aprender bien, yo siempre digo que soy un aprendiz de todo y maestro de nada... ¿sabes lo que pasa? Que en este oficio si nos acompaña la salud tenemos una carrera larga... uno puede escribir... si las circunstancias físicas lo permiten, puede escribir hasta el momento de decirle hola a San Pedro... entonces, es una cosa que me la planteo con mucha tranquilidad pero también con mucha firmeza, porque los indicios no son del todo malos... y la verdad es que he tenido sensaciones muy buenas con el tema de la escritura... sobre todo conseguir publicar que es muy difícil... publicar teatro es casi más difícil que hacerlo... entonces, la verdad es que estoy muy contento, muy satisfecho...

Pregunta: Con lo que tu perspectiva teatral es muy amplia... ¿qué ves desde esa altura..?


José Luis Esteban: Veo el teatro español en un momento muy interesante, porque hemos salido de un momento de cierta confusión... o no sé muy bien cómo decirte... de cierto despiste, con un universo muy cambiante, muy mestizo, donde el espectador, su concepto, ha cambiado radicalmente, ya no necesita las mismas cosas que necesitaba hace 20 años, el espectador tiene otras expectativas, por decirlo así, entonces creo que en este momento nos hemos dado cuenta, los teatreros y toda la gente del espectáculo, de que el rigor en el trabajo, de que la constancia, de que cierta disciplina eran necesarios para que el teatro no se convirtiera en algo testimonial... luego ha habido circunstancias coyunturales que nos han beneficiado, curiosamente... y es que desde que se ha cristalizado esta desgraciadísima situación de crisis, que está sembrando zozobra y angustia en todos nosotros, sin embargo ha provocado que de repente la gente necesite acudir al antiguo ágora pública donde le contaban historias al atardecer... las estadísticas indican que está aumentando el número de espectadores que va al teatro, creo que todo esto está produciendo un cierto flujo muy interesante en el trabajo... también es verdad que la situación en Madrid es muy distinta a la que hay en otros lugares, como por ejemplo en Aragón (yo soy aragonés) ahí las cosas son distintas porque las redes de teatro están muy saturadas, hay muy poco dinero para la contratación porque los ayuntamientos tienen restricciones fuertes, entonces, mientras que hay un repunte artístico y creativo, a la vez hay un momento de cierto marasmo en la distribución que hace que las cosas tengan dificultades para moverse... es una situación compleja, pero viva... creo que hay un momento de vitalidad y de una necesidad grande de contar... qué coño nos está pasando...

Pregunta: Aunque se diga que todo está ya contado...


José Luis Esteban: Claro... es que si nos ponemos a decir eso... está todo contado, todo vivido, todo “follado”... no sé cómo decirte... no es verdad... es verdad que nos hemos contado muchas veces las cosas que nos pasan, porque lo que nos pasa en el fondo son cuatro o cinco cosas... no nos pasa más... otra cosa es a quién le pase, cómo le pase, cuándo le ocurra, dónde le ocurra, qué influencias tiene eso... eso es lo que son las historias... claro que contamos la misma historia siempre... pero esa misma historia les pasa a personas distintas... y eso es lo que lo cambia todo... sí contamos la misma historia ¿y qué?

Pregunta: También abundabas en el buen tiempo creativo... cuando hay sectores que hablan de la crisis en la creación...

José Luis Esteban: Eso depende del sector que ocupes en el ámbito teatral... yo insisto en que en este país se hace mejor teatro ahora que hace cinco años... es a donde voy a parar, porque lo creo realmente... porque nos hemos dado cuenta de que el espectador necesita historias, lenguajes, procedimientos interpretativos del siglo XXI y no de mediados del siglo XX que no funcionan... y podemos hablar desde todos los sectores... desde la iluminación hasta la escritura... y la interpretación también... afortunadamente cada día más, veo con alegría que se aleja de los escenarios la prosodia, la dicción engolada autista y convencida de que la forma es un concepto en sí mismo, de que el lenguaje tiene que ser una cosa al alcance solamente de determinadas sonoridades que son un coñazo de escuchar, de ver y que te separan de lo que te están contando... entonces, el siglo XXI exige una prosodia distinta, exige una manera de hablar distinta, el teatro del siglo XXI exige una forma de acercarse a los personaje distinta, porque si te pones a hablar como si te hubieras tragado un sable, inmediatamente estables una distancia con el espectador insalvable, porque el espectador está acostumbrado a ver televisión, fundamentalmente y el youtube, donde las fórmulas verbales están imponiendo determinado tipo de registros lingüísticos... el cine... la gente del cine se adapta muy bien a eso... quizá no el español, pero por ahí fuera lo están haciendo muy bien... y eso no significa que el lenguaje se empobrezca, estoy hablando de que el mundo en el que vivimos es el que es... y que navegamos en un mar de palabras, entonces cada época rescata a unas cuantas con un salvavidas y vamos un rato de travesía con ellas, pero luego, esas palabras y esa musicalidad es pasan... y es lo que creo, pero respeto mucho a quien opine lo contrario... a lo mejor es que yo llevo una buena racha y eso hace que vea las cosas de otra manera, pero lo creo esencialmente y es que además aunque no fuera así, la única manera de solucionar una situación de crisis sería acudiendo a lo que te digo, a lo que necesita el espectador de hoy en día, a lo que tenemos que ofrecerle, a qué tenemos que hacer...

Pregunta: Quizá por ello nos habéis invitado a redescubrir este clásico... ¿Cuántos clásicos nos quedan por redescubrir?


José Luis Esteban: Pues mira, yo ahora y te lo cuento en voz baja, porque es una cosa en la que espero meterme el año que viene si la agenda me lo permite... yo creo que los clásicos están por redescubrir en el sentido, en primer lugar, de abordarlos con respeto pero sin beatería, es decir, cuando Lope de Vega cuando Tirso o cualquier autor de esa época... se ponían a escribir, tampoco lo hacían como si estuvieran escribiendo un renglón en el universo central del mundo... intentaban acercarse también al consumidor de sus obras... entonces, yo ahora por ejemplo, Nicolás Fernández de Moratín, el padre de Leandro Fernández de Moratín, escribió un “Tractatus” en endecasílabos que se titula “El arte de las putas”... los dos eran grandes puteros, los Moratín, qué les vamos a hacer... las cosas como son... entonces, el padre no se conformó con conocer bien todos los prostíbulos madrileños sino que luego escribió un poema en endecasílabos muy largo hablando un poquito de lo que es la “golfemia” la “putería” la “gramática parda” madrileña a fines del XVIII ese siglo tan austero y tan racional y tan así que nos pintan... entonces he estado rastreando por ahí textos de gente menos laureada que los Moratín y hay una multitud de gente que escribía unas cosas divertidísimas sobre esa cosa tan antigua que es “la jodienda”... entonces, quiero hacer una dramaturgia con eso, con textos exclusivamente de la época, por supuesto, voy a ordenarlos y establecer un punto de vista para ver quién cuenta la historia, pero me propongo hacerlo porque estoy convencido de que a la gente le va a entretener muchísimo... además hay una cantidad de información curiosísima, no sólo sobre el puro comercio carnal, sino también sobre la sociedad... a ver “explica tu bragueta y explicarás el mundo”... es una perversión del mensaje agustiniano con el que estoy trabajando últimamente...

Pregunta: ¿Se llevará a cabo con la Compañía de Teatro del Temple?


José Luis Esteban: No lo sé... en este momento no lo sé, porque estoy un poquito como cuando empecé con El Buscón, de momento tengo el motor, aparte estoy en plena gira... con lo que primero quiero tener algo tangible y luego veremos por dónde lo producimos... lo que sí tengo claro es que yo no soy empresa y que tengo que buscar patrocinadores de la idea... pero en fin, el Teatro del Temple son mis amigos, mis hermanos... una gente con la que he hecho un ciclo muy bonito de trabajo estupendo... lo que importa es que llegue al escenario...

Sofía Basalo.