sábado, 19 de junio de 2010

... CARLOS OLALLA (Enero 2010)



Afirma que no podía haber entrado en Madrid con una obra mejor ni con un personaje más rico. Derrocha optimismo y ganas de vivir un presente que elabora con las cosas más sencillas, aquéllas donde verdaderamente reside la felicidad. Escribe en su blog que el resumen de la transición de sus 25 años como empresario, hacia los 6 como actor, es el cambio de una maravilla de sueldo y una mierda de trabajo por una mierda de sueldo y una maravilla de trabajo; y aún así no podría estar más satisfecho. Hablamos de Carlos Olalla, que interpreta a Mr Scrooge en el clásico de Dickens “Cuento de Navidad”en el teatro Infanta Isabel:

Pregunta: No sé si “Cuento de Navidad” podría llamarse “Cuento de actualidad” siendo así, y suponiendo que Mr Scrooge fuese un ser humano real, ¿le bastaría con una segunda oportunidad. Cuánto tardaría en olvidar a estos tres fantasmas, en olvidar esos nuevos valores que ha descubierto, en volver a ser quién era?

Carlos Olalla: La verdad, creo que es una obra de total actualidad, aunque esté escrita hace 150 años. Dickens se adelantó a su tiempo, lo que te pone los pelos de punta es pensar que hace más de un siglo pensaban así... y que había “Scrooges” corriendo por el mundo. Creo que si hoy Dickens tuviese que escribir esa obra realmente se llevaría las manos a la cabeza, porque el mundo está en una situación yo diría más injusta que entonces, porque además hoy tenemos información que él no tenía y vivimos en directo la muerte, la hambruna... entonces, que en ese mundo sobrevivan “Scrooges”... duele... Creo que quizá la segunda oportunidad te hace cambiar, te hace establecer una serie de prioridades maravillosas que es lo que le ocurre a Scrooge cuando lo visitan esos tres fantasmas. Yo te puedo decir que en mi caso particular me identifico muchísimo con el personaje porque tuve la suerte de tener un infarto hace dos años y cuando le ves la cara a... que esto se puede acabar de un momento a otro... piensas en muchas cosas... y te dices “vamos a ver, vamos a parar el carro y qué pasa, que ¿me estoy enfadando porque el arroz de la paella está un poco pasado?... “ ése es el tema... y cuando estás en un hospital rodeado de médicos que ni conoces ni has visto en tu vida y no tienes a nadie de tus seres queridos es cuando empiezas a añorar lo que añora Scrooge, los abrazos no dados, los besos no dados... las oportunidades desaprovechadas de ayudar a alguien o simplemente de sonreír a alguien... eso es lo que Scrooge descubre y estoy convencido de que con la segunda oportunidad vale.

Pregunta: Tienes una visión muy positiva del ser humano, siempre se dice que es el único ser vivo capaz de tropezar dos y tres veces en la misma piedra...

Carlos Olalla: Sí, pero también se levanta... la clave está en eso, que sepa levantarse... Mira hay una filosofía maravillosa que resume un poco todo lo de Scrooge que no sé quién la dijo: “Todo cuanto retuve lo perdí, sólo me queda lo que di”. Te puedo asegurar que cuando estuve hace dos años en el hospital viendo que todo esto se podía acabar, las imágenes que venían a mi mente eran ésas, las oportunidades que tuve de dar... y eso es lo que te llevas al final... los cementerios están llenos de millonarios y de abrazos no dados y a mi tumba no me llevo ni un solo abrazo, los pienso dar todos en vida. (risas)

Pregunta: Debutas en Madrid con “Cuento de Navidad” ¿Cómo está siendo esta aventura?


Carlos Olalla: Estuve ocho meses en Barcelona, con “Nit de Noses”, con la hermana de Andreu Buenafuente, lo que ocurre es que yo quería hacer teatro porque me gustaba y claro, estaba compaginando este trabajo con bastantes series que rodaba en Madrid... así que, teatro en Barcelona, series en Madrid... era inviable, por esta razón vine a vivir a Madrid hace año y medio, y ha sido mi pérdida de la virginidad escénica en Madrid y estoy feliz... porque la verdad, no podría haber escogido una obra mejor, un teatro mejor, el Infanta Isabel, tiene magia, tiene un encanto increíble, piensa que allí debutaron actrices de la talla de Analía Gadé, de Irene Gutiérrez Caba... historia pura del teatro... Es una maravilla; Y encima un personaje como Scrooge que, te aseguro, es una joya, tiene todos los registros. Es una maravilla.

Pregunta: ¿Qué diferencia estás notando entre el ambiente teatral en Barcelona y en Madrid?


Carlos Olalla: Yo diría que la oferta teatral es diferente; en Barcelona hay muchas salas alternativas y sin embargo, por ejemplo en Madrid, la oferta que yo he podido ver en este último año y medio me ha dejado impresionado, no sólo los montajes que se han hecho aquí, sino los que se han traído de fuera. Tener la oportunidad de ver a la compañía de Sam Mendes, con un Chéjov y con un Shakespeare en el Español, me ponía los pelos de punta... cuando ves montajes como estos piensas “eso es lo que quiero hacer, teatro en estado puro” es lo que te hace vibrar... creo que son ofertas diferentes, pero ambas son fantásticas. El teatro es algo tremendamente vivo y creo que está viviendo una decimoquinta juventud ¿No?... puede haber algún que otro problema de recaudación pero los teatros siguen atrayendo al público... eso es algo que en “Cuento de navidad” vemos cuando al acabar la función salimos a charlar con los chavales, con las familias y ves las caras de esos niños, que pueden tocar a los personajes que han visto sobre el escenario, que descubren que son de carne y hueso... no están acostumbrados... ellos lo están al cine, a la televisión... la magia que tiene el teatro es lo que le hace seguir vivo.

Pregunta: Se dice que el público infantil, el niño, es el espectador más exigente y más sincero...

Carlos Olalla: El primer día que hicimos la función salí un poco asustado, cuando acabamos la función, para saludar a los chavales, porque pensaba que después de haber visto a un Scrooge tan áspero, con tan mal carácter... reaccionarían... un poquito mal, pero no fue así; ellos entendieron perfectamente el mensaje de Dickens, de la segunda oportunidad... estaban todos queriéndose hacer fotos, coger los caramelos que les daba... y lo que más me impresionó es que uno de ellos, un retaco, pequeñajo de cinco años me decía “el fantasma del futuro te quería hacer daño, Scrooge”... me estaba protegiendo... me quedé maravillado... es precioso de verdad.

Pregunta: Has comentado que tu relación con este montaje es curiosa porque cuando fuiste al cásting ibas acompañando a otra actriz...


Carlos Olalla: Sí, fui al cásting a darle una réplica a mi compañera, que es una de las actrices que también está en el montaje, Ester Aira que interpreta al fantasma del presente. Fui al cásting, lo hicimos en la RESAD y entonces me comentaron que por qué no preparaba el papel de Scrooge y me presentaba a la prueba. Y yo, encantado así lo hice. Con lo que, esa historia que muchas veces cuentan de las casualidades... en este caso pasó. (risas)

Pregunta: Comentas que por circunstancias de la vida, estuviste 25 años dirigiendo empresas y que abriste la puerta a la interpretación hace relativamente poco...

Carlos Olalla: Pues mira, hace 6 años. Había estado dirigiendo empresas constructoras de las grandes... y me pasé ahí 25 años en una etapa que para mí fue aburridísima, no me gustaba nada, lo pasaba fatal, pero por circunstancias de la vida necesitaba sacar ese sueldo cada mes y estar allí. A los 45 años, me encontré con que en una reestructuración me dejaba de patitas en la calle, estaba en el paro y me encontré en una situación muy desagradable porque me decían que era demasiado viejo para trabajar... con 45 años... y accidentalmente, llegué al mundo de la publicidad, de cástings... hice figuraciones porque el mundo del cine siempre me había gustado; te puedo decir que la primera que hice fue para conocer a una actriz francesa guapísima que se llama Sophie Marceau; y tuve mucha suerte porque al haber trabajado en un banco extranjero hablo buen inglés y me llamaron para darle la réplica a un actor fantástico norteamericano, Christian Bale, que rodaba una película en Barcelona; le di la réplica gestual y quedé tan impresionado al verlo trabajar que me dije “tengo que estudiar interpretación” y me matriculé en una escuela, estuve tres años; era el abuelo de la escuela, todos eran chavalines de dieciocho años más o menos y ahí estaba yo, con casi mis cincuenta, capeando el temporal... la verdad es que era fantástico, porque pasé de cobrar un sueldazo por esconder mis sentimientos, a pagar por enseñarlos... una maravilla. Yo te diría que el resumen de esa transición ha sido cambiar una maravilla de sueldo y una mierda de trabajo, por una maravilla de trabajo y una mierda de sueldo... pero soy libre y eso para mí es lo más maravilloso... haber quitado la palabra “jefe” de mi vida... hacer por vez primera lo que realmente me gusta.

Pregunta: No sé si hay que ser muy valiente para hacer ese cambio, muy idealista... resulta difícil encontrar personas que valoren ese cambio y lo hagan...

Carlos Olalla: No creas, yo cada vez voy encontrando más personas así... a veces, te encuentras gente que te dice “tengo una vena artística que también quiero explotar”... o gente a la que le gustaría hacerlo... lo que hace falta es tener entusiasmo y pensar que esto no es una carrera a corto plazo, es una carrera de resistencia y que tiene una parte maravillosa que es estar con gente sensible, creativa, hacer lo que te gusta... es la profesión más bonita del mundo... pero tiene su parte negativa y es la intermitencia, esperar que suene el teléfono... eso también existe... hay situaciones curiosísimas, piensa que tengo tres hijos mayores; el mayor tiene 29 años y cuando empecé a dedicarme a esto, tendría 23 años más o menos, y claro, sus amigos le preguntaban que a qué me dedicaba y él no tenía más remedio que responder “es actor” cuando estaba acostumbrado a responder que dirigía una empresa... y la siguiente pregunta era “¿dónde lo podemos ver. Qué hace?” y él decía “está empezando”... claro... el chaval se quedaba un poco hundido... pero luego era divertido porque sus amigos me comenzaron a ver en televisión o cosas así, y recuerdo que en una serie mi papel era ser amante de Carolina Cerezuela, y claro te puedes imaginar... todos los amigos de mis hijos preguntándoles “Oye, dile a tu padre que cómo besa la Cerezuela”... (risas)... era divertido... anécdotas de ese estilo te puedes encontrar con todas, pero es una maravilla...

Pregunta: Has comentado que el de actor o actriz es una carrera de fondo, de resistencia. ¿No crees que hoy hay demasiada prisa por alcanzar la fama. Que los conceptos están equivocados?


Carlos Olalla: Hoy hay una nueva profesión: Ser famoso. Entonces, claro, eso no es ser actor o actriz. Eso es ser famoso. Yo te diría que si te fijas en grandes actores, como Bardem o Pacino, suelen esconder su intimidad todo lo que pueden no por cultivar el misterio, sino por una sencilla razón, porque cuanto menos conocen de ellos más fácil es que el espectador se identifique con los personajes que interpretan... Luego, lo de los famosos estos... qué vamos a hacer... a mí me da mucha pena, en mi época el ideal de juventud era ser el Che Guevara, luego fue ser Mario Conde y ahora es ser Belén Esteban... en fin, qué vamos a hacer... la cosa es una evolución que no comparto, pero es la que hay... Supongo que es el poder de la televisión...

Pregunta: ¿Una involución, quizá?

Carlos Olalla: Totalmente. A mí me gusta más un mundo en el que la gente piense ayudar a los demás, dar a los demás... hoy en lo que se piensa es en uno mismo... y eso creo que no nos lleva a ningún lado. Cada uno tiene que evolucionar a su manera y también hay que pensar que dentro de un tiempo esto cambie... es un péndulo... y se darán cuenta de que son famosos pero no son felices, con lo que buscarán la felicidad en otro lado.

Pregunta: Serán famosos pero no serán felices. ¿Se busca la felicidad o aparece sin más?


Carlos Olalla: Creo que la clave está en vivir el aquí y el ahora. Hay una frase de Pacino maravillosa que dice “La felicidad no existe, existe la concentración” y es verdad, cuando te das cuenta de que vives en tu “aquí” y en tu “ahora” captas esos momentos de felicidad, te sientes a gusto contigo mismo, prestas atención a los pequeños detalles y al final es ahí donde tienes esa sensación de felicidad... la lástima es ver a cantidad de personas que siguen a la felicidad como si fuese una zanahoria, como si fuese una promesa de futuro, “que me van a dar, que voy a ser...” llegar a ser simplemente significa que “no eres”... con lo que difícilmente puedes ser feliz siendo lo que no eres... y hay otra gente que se queda anclada en el pasado... creo que eso tampoco es la felicidad... es el aquí y el ahora... la vida es tan bonita... cuando estás a punto de perderla te das cuenta de todas esas cosas y valoras un día de lluvia, el olor de la hierba recién mojada, el sol, cuando sale...

Pregunta: Creo que también escribes, novelas...


Carlos Olalla: He publicado un par de ellas y un libro de poesía y algún libro de ensayo... ¿sabes lo que pasa? Como no me gustaba nada lo de la empresa... era un poco mi válvula de escape... escribía novelas... normalmente en ellas no hay “malos”, porque ya me encontraba gente mala por ahí, por todos lados... entonces, en ese sentido son novelas particulares...

Pregunta: ¿La poesía también es particular?


Carlos Olalla: Te diría que el ensayo lo escribes con la cabeza; la novela con el corazón y la poesía con el alma. La poesía es algo que te tiene que llegar muy dentro, que necesitas decir y que realmente es tirarte a tumba abierta, porque en una novela siempre tienes personajes en los que te puedes escudar igual que un actor está sobre el escenario pero está representando a un personaje... en poesía no, estás totalmente desnudo, te abres y dices “éste soy yo”. Hay que ser valiente para eso.

Pregunta: Comentas que la novela se escribe con el corazón y la poesía con el alma. Muy cerca la una de la otra ¿no?

Carlos Olalla: Indiscutible, por eso hay una prosa poética maravillosa... yo lo que reivindico siempre es que ojalá hubiera más poesía en el mundo, hay que sacar la poesía a la calle... como en su día estuvo... la gente repetía los poemas de Lorca y Miguel Hernández por la calle, se lo sabían de memoria... ahora es más difícil encontrar a gente que conozca así la poesía... pero volverá a salir a la calle que es donde vive...

Pregunta: Como decía Gabriel Celaya “la poesía es un arma cargada de futuro”...


Carlos Olalla: La poesía es un arma cargada de presente (risas) porque la poesía lo que te hace es transportar a un mundo maravilloso donde puedes vivir tu presente y sentarte delante de un libro es increíble porque el poder de la palabra te transforma, te lleva a un mundo absolutamente nuevo y diferente cada día... leer un poema por la mañana y leerlo por la noche, no tiene nada que ver... el mismo poema te puede transportar a un mundo o a otro diferente... siempre es al fondo de ti mismo...

Pregunta: Una novela tuya, “La taberna de los sueños” ha sido guionizada, si no me equivoco, por ti mismo de cara a un proyecto cinematográfico...


Carlos Olalla: Sí. Es la última que publiqué, no que escribí porque tengo tres o cuatro en el cajón, ya sabes lo complicado que es publicar en este país... como decía Larra “escribir en España es como llorar”... La última que publiqué “La taberna de los sueños” habla de una historia de amistad, de cuatro amigos, en Viena en 1938, cuando se produce la anexión por el régimen nazi... y cuenta más o menos cómo afecta este régimen tan hostil y tan violento a cuatro almas sensibles como son las de estos estudiantes y cómo han de tomar partido, porque en estos casos, quedarte de brazos cruzados también es tomar partido. Ahí es donde reivindicas los valores en los que crees, como amistad, como el amor... creo que a eso es a lo que te puedes aferrar cuando vienen mal dadas.

Pregunta: ¿Qué hay del proyecto cinematográfico o tal vez un proyecto teatral?


Carlos Olalla: El teatro es un poco más complicado, pero el cine me encantaría, además es muy cinematográfica la novela; lo que ocurre es que es complicado; recuerdo que se la presenté a una productora y me dijeron que era una historia que transcurría fuera de España y además los protagonistas tampoco eran españoles y claro, nunca se ha hecho eso... les recordé que había una “Remando al viento” de Gonzalo Suárez... Personalmente creo que es una de las preguntas que nos debemos hacer, por qué un director australiano puede hacer una pregunta norteamericana que habla de la historia de América y un Inglés una película sobre Áfríca, y nosotros tenemos que centrarnos sólo en lo que ocurre en España, creo que eso es absurdo... ésa es la clave... poco importa que ocurra en Viena o en Madrid, lo importante es lo que se nos cuenta...

Pregunta: ¿Es más complicado hacer cine o teatro en nuestro país, llevar adelante un proyecto teatral o cinematográfico?

Carlos Olalla: Mira, te diría que es complicadísimo todo, pero claro, ir al cine es complicado... hacer una película requiere una inversión fortísima; en el teatro, tienes la ventaja de que con un montaje más pequeño puedes paliar un poco la gran inversión que se precisa en cine, pero para que te hagas una idea, publicar una novela, una tirada de 3.000 ejemplares, puede tener un coste de 18.000 euros como mucho; pero en una película, debes multiplicar eso por la cifra que puedas imaginar... como mínimo estará cerca de los tres millones de euros.. entre promoción, producción... entonces, si para publicar una novela las pasas canutas y casi todas las editoriales te dicen que no, tienes no sé cuántas novelas en un cajón y se están jugando 18.000 euros, imagínate sacar adelante una película, el riesgo es total...

Pregunta: Ahora mismo te vemos en el Infanta Isabel, como Mr Scrooge en “Cuento de navidad”... pero seguro tienes algún proyecto entre manos...

Carlos Olalla: Estamos en una fase muy inicial de un nuevo proyecto teatral; es una cosa diferente, un drama de pequeño formato, pero todavía está en una fase... ni en pañales...

Pregunta: Sí, de lo que aún no se puede hablar por si acaso ¿no?

Carlos Olalla: Sí (risas) lo que tengo apalabrado es ir a rodar a Barcelona, siete sesiones de una tv movie sobre el caso Malalla... es un proyecto que me apetece mucho porque es con un director magnífico, Manuel Huerga, que ya hizo la película “Salvador” sobre Salvador Puig Antic... Es un director al que admiro muchísimo y estoy deseando trabajar con él. La verdad es que en este mundo encuentras a gente fantástica... cuando llegué aquí... antes te he comentado lo de mi infarto y para que veas la manera que tengo de ver este mundo, estuve ensayando para una película “El patio de mi cárcel”, la producía “El Deseo” la dirigía Belén Macías y yo tenía una escena con Verónica Echegui, ella hacía el papel de una presa en los ochenta, una chica joven, yonqui, que tiene Sida y yo era el médico de la prisión que tenía que decirle que tenía Sida y en aquella época era incurable... era condenarla a muerte... me acordaré toda la vida que estuvimos ensayando, una maravilla, Verónica es todo corazón... y justo una semana después me dio el infarto; yo llamé corriendo, desde coronarias a mi representante y le dije que hablase con la productora para que cambiara el plan de rodaje... y pero dijeron que era imposible porque era la prisión de Guadalajara, donde se rodaba la película y había diversos problemas de permisos... mi gran sorpresa es cuando un mes después, la directora de producción llamó a mi representante y le dijo que no me habían comunicado nada para que no me pusiera nervioso pero que si quería y los médicos me lo permitían, habían cambiado todo el plan de rodaje de la película para no sustituirme... este tipo de muestras de cariño es lo que encuentras realmente en este mundo... la verdad es que estoy fascinado con él...

Pregunta: Sin duda, aunque yo no sé si es el mundo que nos encontramos o el mundo que hacemos...

Carlos Olalla: Eso está claro, si por la mañana sales cabreado y serio, te vas a encontrar con situaciones que no te van a llamar mucho la atención... pero si sales con la mejor de tus sonrisas y dispuesto a abrirte y a dar a los demás, seguro encuentras un mundo mucho más bonito.

Sofía Basalo.

sábado, 12 de junio de 2010

... JOSE TOME (Noviembre 2009)




Ur Teatro es una de las compañías teatrales más veteranas de nuestro país. Hace poquitas fechas cumplía veinte años, aniversario que celebraban con la reposición de uno de sus grandes éxitos “El sueño de una noche de verano”. Mientras tanto, la historia del escritor ruso Bulgákov seguía recorriendo España.
“Cartas de amor a Stalin” es una mirada hacia la dictadura stalinista. Una mirada que nos han regalado Juan Mayorga de la mano de esta prestigiosa compañía.
José Tomé interpreta al escritor que recluido en su casa espera desesperadamente la respuesta del dictador; una llamada que le diga que puede marcharse de ese estado represor. Hemos hablado con el actor, quien con una reflexiva palabra nos ha ayudado a conocer una realidad poco explorada:

Pregunta: ¿Qué censura es más perjudicial: la que viene de fuera o la autocensura?

José Tomé: Yo creo que la más perjudicial es la que nos imponemos nosotros mismos; es la que te frena de las cosas y al mismo tiempo, cuando no la tienes es la que te impulsa a hacer cosas de las que tú mismo te asombras.

Pregunta: ¿Hoy en día existe la censura?

José Tomé: Creo que hay muchos tipos de censura y de autocensura. Seguramente, o en eso confiamos los ciudadanos, los poderes públicos son capaces de ampliar el marco de libertad para que podamos ver más allá de lo que nos ocultan... son realidades paralelas y la democracia en lo que debe avanzar es en eso... en poder disfrutar de un estado que permita al ciudadano arriesgar en sus relaciones y en su trabajo.

Pregunta: Ha comentado que existen muchos tipos de censura y autocensura... ¿Usted como actor, director, escenógrafo, al fin, qué tipos de censura ha tenido que “ver” o “sufrir”?


José Tomé: Nosotros, la particularidad que tenemos es que somos un grupo y al hacer un trabajo desde hace años como grupo el marco de libertad es el que nosotros nos ponemos. Siempre hemos intentado hacer un trabajo que permitiera a la gente joven, sobre todo, pensar y hacerlo a través de la palabra, creo que lo hemos conseguido con más o menos suerte, si los chavales, la gente joven, el público en general logra ver en nuestros trabajos un marco de libertad donde poder expresar unas ideas, pues bien lo habremos hecho... si no es así, es que la autocensura nos habrá machacado, pero creo que en esta aventura el grupo siempre ha intentado ir más allá y Helena Pimenta intenta siempre en sus trabajos no contentarse con el éxito anterior sino buscar sitios, caminos no recorridos...

Pregunta: Interpreta a Bulgákov, el personaje protagonista de “Cartas de amor a Stalin”, su esperanza se abre cuando suena el teléfono, recibe una llamada que se interrumpe... Pero, ¿Esa esperanza es real. Recibe verdaderamente esa llamada?


José Tomé: En realidad fuera de la obra, lo que es la verdad histórica, la llamada se produce, parece que el propio Bulgákov ante los amigos se ríe del propio Stalin, en petit comité... Juan Mayorga, al buscar una estructura dramática, y esto parece ser también real, la relación del arte con el poder... siempre el arte ha necesitado el poder y a la inversa... Bulgákov lo que intenta es dejar de ser fiel a sus ideas, que Stalin le pueda creer, le pueda entender y al mismo tiempo hablan de una metáfora, de la utopía del comunismo y de lo que el stalinismo dejó de esa utopía en el camino... Stalin hablaba de compañeros de viaje y lo que quería era gente afín al sistema que escribiera a favor del régimen y Bulgákov se negó... ésa es la gran aventura...

Pregunta: Creo que lo más interesante de esta propuesta es que habla de la dictadura comunista y del posible exilio de un escritor ahogado por la censura de un régimen de izquierdas, cuando siempre se ha hablado de las dictaduras fascistas...

José Tomé: Sí. Es la gran aventura que plantea Juan Mayorga, y desde mi punto de vista ha sido muy valiente, por lo que comentas... porque siempre al hablar de censura parece que hablamos de derechas y lo que Juan está planteando es, en este momento de la historia, cómo poder ir más allá y que la política se ponga al servicio de las personas... desde ahí la aventura de Bulgákov lo que tiene de original o de extraordinario es que está destapando cosas que han ocurrido y que conocerlas nos hace más libres.

Pregunta: Más independientes...

José Tomé: Sí, y más capaces de entender lo que estamos viviendo y de poder rebelarnos...

Pregunta: Escribe el autor en el programa de mano, que esta obra también nos ofrece una reflexión sobre el artista que necesita ser amado por el poder y a la inversa... pero yo no sé si un intelectual, un artista debe o no, estar con el poder...

José Tomé: Yo creo que no tiene que estar con el poder, en cuanto que el poder sea algo que se imponga; si es algo que es libre, tampoco entiendo que el viaje no pueda ser en paralelo... Creo que la cultura si tiene algún valor (vuelvo a hacer hincapié en los jóvenes) en este momento, es el valor de ser capaz de generar la curiosidad y abrir nuevas miradas... y a veces eso, el poder no lo permite... el económico, el político... hasta el poder que se da en nuestras relaciones... yo creo que el artista lo que tiene que hacer es plantear caminos nuevos, esté o no de acuerdo con el poder...

Pregunta: Una de las preguntas que se hace Bulgákov es por qué no le dejan marcharse y a otros colegas sí...


José Tomé: La característica de Bulgákov es que era conocido fuera de la URSS y ese conocimiento en el extranjero de la figura de Bulgákov le ocasionaba a Stalin un gran perjuicio si Bulgákov salía de Rusia, porque su opinión iba a ser conocida y respetada fuera de Rusia... ésa es la razón fundamental de la negativa... en el caso del colega que aparece en la obra, es que él, más listo que Bulgákov cuando se presenta ante Stalin, es capaz de dorarle la píldora y darle pena y le dejan salir por esa razón... Bulgákov siempre fue de frente, fue una persona, casi un dandi; él pertenecía a la sección de los blancos que lucharon contra la revolución, tiene la posibilidad de escapar y no lo hace, acepta la revolución, intenta pelear por ella y se encuentra con el límite de Stalin y él lo maravilloso que tiene es que sigue intentando ayudar a la revolución siendo crítico...

Pregunta: ¿Cómo ha sido esta aventura teatral que dura ya más de un año?

José Tomé: Ha sido apasionante... con Juan Mayorga hemos hecho ya cinco montajes... entonces, entendemos bien su escritura; él nos acompaña en los procesos del montaje y tanto para Helena como para el grupo ha sido un placer, porque en las obras de Juan, cuanto te pones a rascar hay mucho... y viajar a través de la obra de Juan y del personaje te puedo decir que para mí, ha sido el trabajo más gratificante... porque siempre encuentras cosas... y te sigue asombrando que público muy diverso pueda ver en la obra algo más que le lleve a decir que no sólo le gusta, sino que le interesa...

Pregunta: Gran diferencia “no sólo gustar, sino además interesar”...


José Tomé: Sí... por esto que decíamos antes, porque el tema que está tratando es muy contemporáneo... y en este momento de crisis, todos estamos intentando buscar más allá de la política, dónde está la vida y Juan lo que está planteando es una incógnita muy bonita, la lucha de alguien por encontrar la libertad y porque esa libertad se respete... yo creo que la guinda la pone Juan con lo que plantea... y aunque no fuéramos nosotros quienes lo hemos llevado adelante, creo que la obra tiene el valor de un clásico... “Cartas de amor a Stalin” reflexiona sobre algo que es muy válido, entonces, lo que hemos podido recibir ha sido eso... el interés más allá de la propia tesis que plantea la obra, el interés de la gente porque se le está contando algo que interesa...

Pregunta: Su trayectoria profesional está muy ligada a Ur Teatro. Una compañía que hace poquito tiempo cumplía veinte años...

José Tomé: Sí, estamos de pie, que es lo que vale (risas) Ur nace en un instituto en Rentería y ha ido creciendo con los años, ha ido cambiando... el intento ha sido seguir manteniendo un trabajo de equipo y poder ofrecer obras tanto clásicas como contemporáneas en las que la palabra tenga un papel fundamental... por ahora no nos tiran tomates, nos siguen llamando y es lo que queremos, hacer todo lo mejor que podamos... Queremos hacer un teatro que llegue a todo el mundo, que nos ayude a todos a pensar y es el teatro en el que creemos... un teatro que pueda cambiar alguna cosita...

Pregunta: Helena Pimenta ha comentado alguna vez que el recorrido ha sido difícil, complicado y que hoy en día el reto está en sugerir e interesar... ¿Creen que la palabra ya no es tan importante?

José Tomé: Creo que es una sociedad del espectáculo en el que a veces lo que no sea llamativo, desde una cara famosa o algo que contenga morbo... está siendo relegado a un segundo plano... y eso me parece un error. No hablo de ser sesudo o ser serio o ponerse trascendente... Creo que se puede hacer las cosas divirtiendo e interesando y desde ahí, en este momento sea un tipo de teatro o de cultura que no interesa desde el punto de vista de la comunicación y sin embargo nuestra experiencia ha sido que ver vibrar a gente de catorce o quince años con el texto de Romeo y Julieta es muy emocionante y para nosotros muy valioso porque esa gente tal experiencia le queda para toda la vida... tienen el disco duro todavía muy nuevo y son capaces de incorporar las experiencias y el teatro permite acumular estas experiencias... entonces desde ahí parece que sería una responsabilidad hacer una cultura que llegara a la gente que le permitiera valerse de las herramientas que la cultura le puede proporcionar... a lo mejor estoy equivocado y los shows televisivos son los que nos hacen recapacitar... pero desde mi punto de vista, no creo que sea un momento muy lúcido...

Pregunta: ¿Podemos decir que, en cierto modo, el poder está dando la espalda a la cultura?

José Tomé: No sé... a lo mejor es que al poder no le interesa mucho que la cultura sea independiente y que haya discursos alternativos... por desconocimiento, que ya me parece grave o por consciencia... que me parecería aún más grave...

Pregunta: ¿Han sentido alguna vez que estaban nadando contra corriente?

José Tomé: No sabría decirte... porque no me gustaría quejarme... nosotros creemos en lo que hacemos... para nosotros es una aventura maravillosa y mientras que haya fuerza lo seguiremos haciendo... no le quiero echar la culpa a nadie de nuestros éxitos ni de nuestros fracasos. Intentamos reflexionar siempre sobre el último trabajo, siempre sacar nuestras consecuencias y desde ahí plantearnos con qué armas podemos pelear para que si esta contra corriente existe poderla vencer... creo que ahora mismo es la única posibilidad... contra corriente ya es difícil dedicarse al teatro en este país y desde este punto, quien lo haga ha de saber que le va a tocar pelear... y mientras que haya fuerzas... nosotros somos muy pesados y nos van a tener ahí...

Pregunta: Es además profesor de voz, ortofonía, interpretación... ¿Es una buena generación la que ahora mismo está comenzando, hay mucho intrusismo que desilusiona a los jóvenes que empiezan... esos rostros conocidos que son llamados al escenario...?

José Tomé: Hay gente muy conocida que es valiosísima y que pelea con todo el amor al oficio como hacemos todos... para el actor que empieza, el camino es estrecho porque las posibilidades de triunfar están muy marcadas por procesos muy cortos y mucha gente que en un momento dado puede alcanzar la fama de una manera prematura y después no continúa porque el producto es cambiado por otro que sea más joven, más guapo... y que dé lo que tiene que dar... a mí... no sé, quizá lo que creo es que debería haber una estructura más amplia que hubiera más posibilidades de preparación, de continuidad en los procesos... porque ser “freelance” es muy difícil... ir de un estilo a otro... de un tipo de producción a otra no es fácil... yo admiro a la gente que puede hacer este camino... quizá es eso, si se pudieran encontrar estructuras más estables que pudieran tener circuitos alternativos que no fuera el comercial... dentro de la educación... si se pudieran valorar otras cosas...creo que ayudaría a que hasta los que estamos en la profesión viéramos en ella caminos distintos... ahora está muy condicionado por el mercado...

Pregunta: “Muy condicionado por el mercado”... más aún ahora que “estamos en crisis”... ¿La han notado desde su vivencia?


José Tomé: Ahora mismo nosotros tenemos en cartel dos funciones: “El sueño de una noche de verano” y “Cartas de amor a Stalin”... y la gente se ha acercado igual... dicen que en los tiempos de crisis la gente quiere evadirse... en nuestro caso, “Cartas...” que es una tragedia, que hace reflexionar, ha tenido un apoyo del público igual que lo ha tenido “El sueño...” que es una comedia... entonces, desde ahí, no sabría decirte porque sería generalizar, pero creo que la gente es lista, sabe lo que quiere y cuando se le ofrece algo de interés responde... y que en un momento de crisis no es un mal momento para dejar de reflexionar... quizá sea el mejor tiempo para ello, porque nos hemos convertido en un país que consume muy rápido... somos nuevos ricos... ha entrado el dinero muy rápido y nos hemos olvidado de cosas que antes estaban en la sociedad y permitían que ésta se alimentara de otras cosas...

Pregunta: Sí, pero dicen que el hecho de pensar, de reflexionar se ha convertido en el único acto revolucionario...


José Tomé: Pues será... qué miedo... yo creo que la realidad nos está devolviendo ese espejo... se han hecho muchas cosas mal... algunas bien, pero otras mal... muy rápido y de una manera muy atolondrada... y el progreso es un hilo muy débil y todos debemos cuidarlo... no me quiero poner trascendente... (risas) hay que reflexionar pero conservando el sentido del humor.

Pregunta: ¿Qué aportaría José Tomé al teatro en la actualidad?

José Tomé: Yo pondría mucha gente joven en el patio de butacas... tal vez es por deformación, porque venimos de ahí... pero, siempre nos quejamos de que son muy violentos, de que beben mucho y de cosas así... a veces las grandes ciudades ofrecen muy pocas alternativas de ocio y cultura a la gente jovencita... yo llenaría los teatros, intentaría entender, porque no lo tengo claro, qué es lo que les puede interesar, desde dónde se les puede cazar, desde dónde nosotros con el granito de arena que podamos ayudar... atraer a esa gente a los teatros, a la cultura, a los libros, a la palabra, al diálogo... yo no creo que sólo quieran “Bacalao”... se les da “Bacalao” sólo... que es más fácil... son buenos consumidores... y creemos que con eso nos los ganamos... y la publicidad sabe dónde tocar la tecla, el que será el público del futuro... Eso es lo que le aportaría al teatro: “Menos Fashion y más cultura social”...

Pregunta: ¿Cuál es el precio de la independencia?


José Tomé: No hablo por mí, porque tampoco creo que lo sea totalmente... pero el precio de la independencia puede ser muy alto... y Bulgákov muere ciego y abandonado... y hablamos de uno de los grandes personajes de la literatura, al que no conocía antes de hacer la función... El precio de la independencia a lo mejor es el olvido...

Pregunta: Teniendo esto en cuenta, viendo el final de la función... quizá pueda provocar una reacción negativa en el público... La reflexión sí, pero tal vez la pregunta ¿para qué. Es casi mejor estar adocenado antes que rebelarse e intentar ser uno mismo? Este escritor lucha y pierde...

José Tomé: Mira, yo creo que aún ciego, en su casa... algo le debería mantener muy derecho y con la cabeza alta... Pierde... comodidad... le dan y le dan bien... pero él se mantuvo de una manera tan digna... Es que a lo mejor no se puede ganar (risas)... y como todos queremos ganar y que nos pongan una estatua aunque sea en nuestro barrio... pues es que a lo mejor no se puede ganar... quizá si entendiéramos eso, la cosa iría mejor... porque todos queremos ganar...

Pregunta: A lo mejor ganar es otra cosa...

José Tomé: Sí, ganar es intentarlo... el triunfo está en la lucha y en eso Bulgákov es un héroe, como otros muchos...

Sofía Basalo.

miércoles, 9 de junio de 2010

... MIGUEL ÁNGEL SOLÁ (Mayo 2008)




Silvia Abascal, Rosario Pardo, Ana Gracia, Nieve de Medina, Paloma Gómez y Paloma Montero son las seis “Gatas” que dan vida al nuevo proyecto de Miguel Ángel Solá, Blanca Oteyza y Manuel González Gil. Basada en la exitosa obra argentina “Porteñas”, los creadores del inolvidable “El diario de Adán y Eva de Mark Twain”, nos han querido regalar un emocional paseo por la historia de nuestro país. “Gatas” (Algo en común) es una femenina reconstrucción del siglo, que nos permite volver a descubrir y revivir los hechos que las mujeres protagonizaron, desplegando una multiplicidad de roles que jamás se hubiesen imaginado en siglos anteriores. Esta nueva aventura teatral se iniciaba el mes de enero en el Teatro Guimerá de Tenerife. El próximo 30 de septiembre llegará a Madrid, concretamente al Teatro Fernán-Gómez. En plena gira, hemos podido charlar con, Miguel Ángel Solá una de las almas de esta hermosa propuesta:


Pregunta: “Gatas” es el resultado de adaptar al castellano la obra “Porteñas”. ¿Cómo ha sido el proceso de adaptación. En qué medida ha variado la obra y por qué esta adaptación y esta propuesta teatral?


Miguel Ángel Solá: Buscábamos una segunda producción para adultos, siempre bajo la premisa de hacer “teatro para todos”, que es lo que venimos ofreciendo desde hace quince años con Blanca y Manuel. Tras el suceso arrollador de “Hoy: El Diario de Adán y Eva” (tres años y medio ininterrumpidos llenando salas de Madrid, más otros cinco y medio en Buenos Aires), no nos conformaba cualquier montaje.
Nos gusta el teatro útil. El que proporciona el vínculo. Nos admira el trazo que permite a varias generaciones gozar de un mismo hecho teatral, para que éste no se detenga y continúe al día siguiente, y al otro, en otros ámbitos. “El Diario…” es un ejemplar único en ese sentido. Queríamos otro más. ¿Imposible? Otra caricia al corazón del público. ¿Imposible? No nos fue fácil hallar lo que teníamos ante los ojos, haciéndonos señas, diciendo: ¡Aquí estoy!. “Porteñas” había culminado un proceso similar al de “El Diario…” en Buenos Aires, Montevideo, Rosario, Tucumán, México… pero no llegábamos a asimilarlo como trasladable a Madrid. La insistencia de Blanca -que en un momento dado tomamos por cabezonería- hizo que abriéramos los ojos y empezáramos a imaginar en positivo con respecto al texto de Manu. Y, una vez más, Blanca tuvo razón. Se sumó El Catalejo para asumir conjuntamente el riesgo de la aventura, y nos animamos. Solos hubiera sido inabarcable. Estoy convencido de que estamos ante otro milagro del teatro. Lo hemos comprobado en las conmovedoras reacciones del público de Tenerife y Jaén. Han reído, han llorado, han pensado y -como en “El Diario…”- se les ha disparado la propia historia, sus arcones repletos de recuerdos se han mezclado con los mojones de la historia que esas magníficas actrices cuentan, hasta hacerles olvidar el frío, la espera y las imperfecciones propias de un espectáculo estrenado a la vista. La obra ha variado su geografía y muchas formas de expresión; su contenido sigue intacto. En gran parte debido al trabajo de nuestra cuarta pata: Ángel León Conde, que aceptó el reto de sumarse al proyecto, y dedicar muchas horas al ir y venir de hechos aceptados, rechazados vueltos a considerar, rehechos, complementados… Ahora: a crecer con nuestras Gatas.


Pregunta: Esta obra repasa la historia del siglo XX desde una perspectiva eminentemente femenina. Si la vida, la existencia, la historia en sí, es una cuestión de “miradas” ¿en qué varía esta historia según sea la mirada o la perspectiva masculina o femenina?

Miguel Ángel Solá: La obra no repasa. No es una lección de Historia, sino un cuento de las buenas noches para que, partiendo del goce de unas estupendas actuaciones, el espectador tenga la dimensión de su propia utilidad en la tarea de haber ayudado a conformar una nación. Y se trata de que constate que no ha sido ajeno a ello. Quisimos, como en “El Diario…” ir contra corriente. En un momento en el que todo es un crispado divisionismo, recordar a la gente de a pie quiénes son, qué representan. Desgraciadamente, el español se queja de lleno, en un momento en que el mundo civilizado ve como ejemplo sus envidiables logros. Es muy raro todo lo que ocurre. España ha logrado -y parecen ignorarlo los mismos que lo han logrado-, una forma de convivir excepcional bajo cualquier punto de vista. Y lo han hecho los españoles. Con sus más y sus menos; con sus errores y aciertos; con sus brutalidades y sus rasgos más humanos. Lo han logrado, y parecería ser que miran para otro lado, desentendiéndose en partidismos signados por la atrofia. ¿Qué les ocurre? ¿No ven acaso la realidad del mundo? ¿No se dan cuenta que ayer eran parte de la “carne de cañón”, y hoy una sociedad con lazos, perfectibles, pero sólidos? ¿A qué juegan los españoles? La mirada femenina a la que te refieres en la pregunta, es una mirada de preservación de la que es mucho más capaz la mujer que el hombre. La mirada femenina es una mirada que nos habla de la sangre en su contexto natural, no desparramada. La mirada femenina es una mirada de aceptación, aún confrontando. La mirada femenina prefiere amamantar la vida posible para que aquello imposible no lo sea tanto. La mujer es absorbida por la guerra, pero ni la propone ni la declara. Y no me hablen de la Thatcher porque como todos saben, la Thatcher es un equívoco de la naturaleza, un error genético, un paso en falso en la Teoría darwiniana, un pedo en el desierto. Claro que las hay y las hay, pero esas “otras” son alumnas travestidas de la escuela del hombre, acostumbradas a poner en juego argumentos masculinos adquiridos como válidos para subsistir. El ángulo de visión femenino permite abordar las situaciones más terribles, de mayor conflicto –como, por ejemplo, el desgarro interno de una sociedad-, con un vital anhelo de buscar la salida. Su actitud intelectiva más profunda siempre persigue las soluciones. Primero, porque comunican en grupo mejor que los hombres, porque verbalizan con enorme facilidad los conflictos. Los hombres, la mayoría de las veces, no somos capaces, en grupo, de hacerlos aflorar. Después, por un pragmatismo “genético” que las lleva a afrontar con destreza cualquier conflicto humano. Ellas intentan desenredar -siempre-, cualquier madeja emocional, por irracional que sea. Son habilidades sociales seculares. Es una inteligencia que ha ido creciendo durante siglos, utilizando la palabra y las relaciones personales como fórmula, como única arma para superar los conflictos. La inteligencia de la palabra como arma defensiva ante las otras armas.

Pregunta: Han comentado que ésta no es una obra sexista, sino que puede ayudarnos a comprender el carácter y la forma de ser de una mujer que ha tenido que adaptarse a los cambios históricos y los cambios sociales. ¿Podemos decir que “gracias” a estos cambios la mujer es más fuerte?


Miguel Ángel Solá: La mujer es más fuerte. Llegará el día en que gracias a los cambios que ella proponga, el hombre también lo será. No. No es una obra sexista. No es sexista, porque habla fundamentalmente del ser humano, desde una de las caras del ser humano. Desde el punto de vista de las “especialistas” en sacar adelante familias, relaciones humanas, y no porque crean que estamos condenados a soportarnos, sino porque creen en la necesidad de convivir para disfrutarnos.
Los mejores argumentos del varón están también puestos en juego. Argumentos que no dividen, argumentos que suman y siguen, ergo, argumentos femeninos.

Pregunta: Un aspecto interesante es que en esas reuniones se encuentran mujeres de diferentes clases sociales y por ende diferentes convicciones; ¿esto nos puede llevar a comprender el por qué en algunas ocasiones la mujer es la peor enemiga de sí misma?


Miguel Ángel Solá: Nuestro peor enemigo anida dentro de nosotros mismos. El arte de obtener lo mejor de nuestra inteligencia y nuestros sentimientos, implica saber resistir las presiones ambientales, políticas, culturales, religiosas... Es una lucha entre la razón y lo irracional, entre las peores emociones bajas y los elevados sentimientos que nos han permitido evolucionar como especie, superar nuestro atávico miedo y animadversión hacia los otros, ampliar el círculo de nuestra tolerancia, hacernos emocionalmente universales. Nuestras “Gatas” terminan haciéndose cargo de que lo que mata es la ignorancia; la no conciencia del papel en el que se escribe la propia palabra; la falta de amor a la vida. Comprenden que, mientras se enfrentan “la mujer de… con la mujer de…”, los más perversos “de” dividen al mundo entre amigos y enemigos, y lo deshabitan de posibilidades.

Pregunta: Ahondando en el aspecto tan plural de estas reuniones, en las que se encuentran mujeres tan diversas, tan distintas y tan unidas por la amistad, por la capacidad de diálogo... ¿Es esto último lo que nos falta hoy en día, es esto último una de las cosas que tenemos que aprender de la mujer o del mismo hecho de ser humano a hablar y a escuchar?

Miguel Ángel Solá: Éstas “Gatas” no son amigas; serán amigas en su lento accionar. Días, meses, años, les hacen dar cuenta que todas han modificado a todas. Sin perder su individualidad podemos hablar de una personalidad colectiva que evoluciona e interactúa, que al dar la primacía a la palabra, logra comunicar internamente cada vez mejor. Serán amigas por convicción. Serán amigas porque no se rinden. Serán amigas “a pesar de todo”. Serán amigas por dejar simiente. Serán amigas porque encontraron su lugar en esta tierra. Serán amigas por la hermana costumbre de dar su sangre a quien la necesita más. Y porque cada una ha aprendido a participar en ese “algo en común” que las ampara: una comunicación profunda, fácil, de a céntimo, que se perfecciona con el tiempo hasta lograr transmitir, con menos palabras, cada vez más.


Pregunta: “Gatas” nos muestra como hemos venido diciendo, la historia desde una visión femenina, pero no deja de ser la historia, el pasado más o menos reciente... en un momento en el que en España se está cuestionando o no “la memoria”, ¿ese recuerdo puede ayudarnos, puede ser positivo para reconocernos, para saber quiénes somos, para seguir nuestro camino con más fuerza si cabe?


Miguel Ángel Solá: Hay quien asegura que el hoy será el mañana que el ayer nos dejó. Hay quien dice que: el recuerdo es lo único real, dado que el presente es actividad y el futuro una incógnita. Tras la huella del futuro andamos, siguiéndola como si allí estuviera el sitio en donde pudiéramos ser mejores. El autor cree -y los que hicimos y hacemos “Gatas” con él- que la memoria es la base de la superación, que no se puede construir el presente y el futuro sobre el miedo a afrontar el pasado. Lo que hacemos ahora tiene su base y su explicación en nuestro pasado. Para comprender lo que hacemos hoy, hay que entender porque actuamos así antes. “Gatas” viene a postular que somos los únicos seres vivos que podemos transformar lo que es en lo que podría ser.

Pregunta: Los cambios, la evolución de la historia quizá se haya visto más de cerca, se haya hecho más presente en la figura femenina. El hombre en esa historia, su evolución quizá ha sido más lineal ¿por ello, entre otras cosas, esta mirada femenina?

Miguel Ángel Solá: Sobre el final de la obra, Cayetana -una de nuestras Gatas-, argumenta: “Alguien va a decir que esto nunca ocurrió”… Y lo van a decir. El interesado en que todo vaya peor para poder seguir siendo alguien en el panorama de la medianía, lo dirá, seguramente. Insisto: ésta obra no es un tratado de Historia: la sobrevuela. No indaga en ella: la dimensiona a escala humana. Ningún manual de Historia habla del logro maravilloso que hoy puebla las calles. España y su imperio; España y sus guerras; España y sus conquistas y sus rapiñas; España y su canto a la necrología; España contabilizada por cantidades de muertos y heridos en aras de la nada no es nuestro tema. El tema nuestro es España y la vida. La obra es una reflexión positiva. Su primera mitad nos habla de una sociedad rota y enfrentada, incapaz de afrontar sus relaciones de forma racional; de un país que alberga en su seno la violencia, la intolerancia, bajo el lema: “la culpa es del otro”; de una violencia estructural que afecta al núcleo de la convivencia; de una sociedad cainita, borracha de violencia, presa de sus peores fantasmas. En la segunda mitad sigue existiendo el “guerracivilismo” verbal, pero el fin del franquismo permite desterrar la violencia a la periferia política y social. Esta reflexión es posible hoy, precisamente por eso, porque gente como nuestras “Gatas” ha hecho posible una transformación positiva. Forzando una apuesta por la convivencia cuando no era fácil, mediante un voluntarismo basado en el deseo de reconciliación, no sólo como aspiración emocional, sino como convicción intelectual, cargada de generosidad, llena de paciencia racional y de apuesta por el futuro. El tiempo juega a favor, sólo si juegas bien.

Pregunta: He leído que no hay artificio en la puesta en escena, que los cambios históricos reflejados entre otras cosas por los trajes que visten los personajes se producen ante el espectador y en el centro siempre una mesa redonda... ¿quizá como la rueda que gira al compás de la historia, del tiempo...?

Miguel Ángel Solá: Manu ha generado un espacio en el que el centro de atención es sólo la acción y reacción entre actrices y espectador, es su costumbre. En “El Diario…” ocurría algo similar. Su maestría -es el único que me llama la atención en ese sentido-, lo logra con elementos tan sencillos que nada distrae de lo que ocurre allí. “Lo primero es antes”, dice, y, parecerá una perogrullada, pero, el espectador se enamora de sus espectáculos porque siempre lo primero es antes. No está mal lo de la rueda, fíjate que tiene que ver con la imagen elegida para el cartel de presentación.


Pregunta: Esta obra concluye en el 11-M; concluye con una mujer que ha superado grandes barreras, que se va acercando a una meta que aún está retirada... hoy en día, ¿alguna de estas gatas no tendrían cabida?

Miguel Ángel Solá: Esta obra no concluye de una manera exacta, pues seguirá en las casas, en las oficinas, en las mesas de comer y en las del trabajo. En cuanto a ellas, no pedirán permiso para estar todas. Llegará el día en que ninguna faltará a la cita, no lo dudes. Todas necesitan y necesitarán de todas. Ignorar eso es negar que el agua, el aire, la tierra y la energía del sol son nuestro fundamento.


Pregunta: ¿Qué tenemos que aprender de estas “Gatas”?


Miguel Ángel Solá: Ya lo veremos. En principio, espero que el espectáculo sea una espina clavada en el corazón de todos aquellos que -como con “El Diario…”- tuvieron la posibilidad de ayudarnos y no lo hicieron. Ésta obra no tiene subvención alguna; fue ninguneada por el CDN; por el Teatro Español y por el de la Villa -a pesar de conocer su contenido, o debido a ello-; no ha podido ingresar en ninguna red de teatros por no haber sido estrenada en Madrid, ni ha conseguido que empresario alguno le abriera las puertas de sus salas. Ya se arrancarán los pelos -los púbicos también-, como con “El Diario…”

Pregunta: Normalmente se pregunta al interlocutor cómo ve el teatro en la actualidad; como esta obra analiza, en cierto modo, la historia... la actualidad en sí, le pregunto ¿cómo contempla la actualidad en la que se desarrolla hoy en día el teatro?


Miguel Ángel Solá: Para nosotros -por ahora, y hasta que no cambien las costumbres teatrales-, todas muy parecidas a las que se desnudan en la anterior respuesta, el teatro es una casa tomada. Ante eso, no nos queda otra posibilidad que pelear de una forma antinatural para llegar a un público que sabemos que, en cuanto tenga la oportunidad, abarrotará las salas -como ocurrió con “El Diario…”- en las que “Gatas” se presente. El teatro, la primera de las artes que existió, debería suscitar en los planes del poder público circunstancial otro tipo de interés. Mientras eso no ocurra: ¡que viva el Teatro! Como pueda y a pesar de todo. “Gatas” habrá para rato.

Sofía Basalo.

domingo, 6 de junio de 2010

... ADRIANA OZORES (Septiembre 2009)



Estuvo diez años apartada de los escenarios. Regresó a ellos para interpretar a uno de los personajes más fuertes de William Shakespeare, Lady Macbeth. Adriana Ozores sigue sin apartarse de las tablas, aunque ahora se sube de nuevo a ellas para conducir el mejor vehículo con el que llegar al corazón del espectador, la comedia. “Sexos” es una comedia ágil, divertida, que intentan criticar las relaciones de pareja actuales. En esta vodevil dirigido por Pep Antón Gómez, la actriz da vida a Cristina. La más madura de los cinco personajes, la que se atreve a romper una relación basada en la rutina y el aburrimiento. Adriana Ozores nos habla de ello:


Pregunta: “Sexos” es una comedia muy ácida y según he podido leer en algunos medios de comunicación, no nos regala una risa simplista; sino que critica en gran medida, los tópicos en las relaciones personales...

Adriana Ozores: Sí, así es. Efectivamente. En principio, puede parecer, por la forma que tiene ya que decimos muchos tacos... pero si uno escucha el texto con más atención, descubre que de lo que se trata es de una crítica a las relaciones, y no sólo a las relaciones entre hombre y mujer o entre pareja, sino a las relaciones de amistad, a todo tipo de relaciones... Esta parte me parece muy interesante, sobre todo porque tiene un formato poco habitual; la crítica a veces nos llega de otra manera, y hacerlo a través de una comedia o un vodevil muy al uso, porque tiene todos los ingredientes del vodevil, me ha parecido muy inteligente.

Pregunta: ¿Qué aspectos son los más criticables de estas relaciones. En qué deberíamos cambiar?


Adriana Ozores: Creo que se debería cambiar sobre todo a nivel humano. La gente, el ser humano, nosotros mismos, no sabemos quiénes somos. El problema es que vemos la paja en el ojo ajeno y no vemos la viga en el propio... entonces, creo que los tiros van por ahí... no es tanto, “tú lo haces mal”... sino, yo personalmente, me voy a hacer más responsable de mí, de mis carencias, de mis historias, a ver si consigo que las cosas mejoren, y luego que el otro se haga responsable de lo suyo...

Pregunta: Quizá somos muy cómodos... es muy fácil responsabilizar a los demás...


Adriana Ozores: Sí, es muy cómodo porque nos cuesta mucho hacernos responsables de nuestras propias historias... en los personajes, vas viendo que las dificultades, los problemas, los embrollos suceden por eso mismo... porque hay una parte de egoísmo muy grande en el sentido de que no somos capaces mirar al otro, sólo nos vemos a nosotros de una manera egoísta...

Pregunta: Pepón Nieto, tu pareja en esta comedia, afirma que todos los personajes persiguen algo que no tienen y viven frustrados porque no son conscientes de que quizá lo importante y hermoso es querer, no tanto poder... tener la intención quizá...


Adriana Ozores: Exacto y es muy bonito, claro que sí... es así, el planteamiento que se hace y seguramente porque es un mal del ser humano, es algo que el autor, los autores y también nuestro director, se han planteado... cuál es el mejor vehículo para contar esta historia... es el deseo, el querer cosas...

Pregunta: ¿Qué persigue Cristina, tu personaje?


Adriana Ozores: Cristina, al principio persigue mantener su pareja hasta que llega un momento en el que no le queda más remedio que romper... los demás personajes continúan en el mismo rol y ella es la única que al final pasa página... A mi juicio lo hace tarde, porque aguanta demasiado tiempo una situación que les hace daño a los dos, pero al final es la única que rompe su relación...

Pregunta: Dices que quizá rompe la situación un poco tarde... sin embargo, ya sabes que se suele decir “más vale tarde que nunca”...


Adriana Ozores: Sí, también... por eso creo que está bien... y por eso a veces, cuando la pareja es larga cuesta tanto tomar esas decisiones... y a veces, los bucles que llegamos a hacer para convencernos de que hay que hacerlo, son infinitos y ella acepta las propuestas que le hace su marido de hacer un trío y tal... creo que por eso, porque a veces hacemos bucles muy complicados para decir “vale, efectivamente, esto se tiene que acabar”...

Pregunta: ¿Podemos decir que quizá tu personaje es el que madura realmente en esta obra?

Adriana Ozores: De alguna manera, es la única que rompe... no sé si madura del todo... sí es el personaje más maduro de todos, tiene un punto más objetivo de lo que allí pasa y es más desapasionada... entonces, observa todo quizá desde fuera... sí creo que es el personaje más maduro. No es maduro, sino más maduro... porque eso sería muy difícil...

Pregunta: El año pasado regresabas a los escenario interpretando a Lady Macbeth, tras una ausencia de diez años... ahora te embarcas en una comedia... dos estilos muy diferentes...

Adriana Ozores: Eso es muy divertido (risas) Me gusta mucho hacer un drama, hacer un Shakespeare, qué bonito... pero también está muy bien hacer comedia... creo que la comedia y el humor es un vehículo maravilloso para contar cosas y llegar al corazón de la gente... cuando ve un drama, de entrada... piensa “voy a sufrir”... y se protege... y en cambio con la comedia, se está más abierto... y te clavan el aguijón con mucha más facilidad... si lo saben hacer, claro... y para ello se utiliza, la verdad...

Pregunta: Vienes de una familia de grandes cómicos... ¿Consideras que hoy en día se hace bien la comedia, se sabe hacer comedia?

Adriana Ozores: Yo creo que sí. Absolutamente. La gente, aunque no se haya visto cómo se ha hecho comedia en otros tiempos, veo a mis compañeros... y puedo decir que hacen comedia de maravilla... es como si hubiéramos heredado genéticamente de todos los actores que nos han enseñado, que han estado antes de nosotros, su buen hacer... Yo les digo a mis compañeros que estoy orgullosa de estar con ellos, porque son muy buenos actores y hacen la comedia de maravilla...

Pregunta: Buenos actores que os enfrentáis a un escenario vacío, hay que ser muy bueno para llenar ese escenario...


Adriana Ozores: Eso ha sido un reto muy bonito, porque es una pared con siete puertas y el suelo... no te puedes agarrar a nada... entonces, ha sido muy bonito... al principio hemos tenido que hacer nuestro trabajo de actores, pero luego ha sido muy bonito y al final cuando estás bien en ese vacío es emocionante...

Pregunta: ¿Es complicado llegar a estar bien en ese escenario?


Adriana Ozores: Creo que sí es complicado, tienes que trabajarlo... es casi como un abandono, no puedes seguir agarrándote a muletillas, es un abandonarte al lugar en el que estás... pero cuando te entregas a esto, está muy bien... pero no, no es fácil... (risas)

Pregunta: Creo que empezaste tu trayectoria en la Compañía Nacional de Teatro Clásico...

Adriana Ozores: Sí, aunque había hecho teatro un poquito antes... pero digamos que me formé ya más en serio en la CNTC. Estuve muchos años... y sí podemos decir que me formé “en serio” en esa compañía, por el tiempo, por los textos que tratábamos, en verso... madre mía, ésa fue una escuela “heavy”... muy dura, eran personajes de mucha responsabilidad... fue un corsé muy apretado que me ha servido mucho y me ha ayudado mucho, realmente...

Pregunta: Comentas que fue un corsé muy apretado, ¿cómo ves hoy en día a los actores que comienzan; necesitarían ese corsé tan apretado; ya no es tan importante la formación...?

Adriana Ozores: Creo que no es una cuestión sólo de los actores, es una simbiosis de lo que la sociedad está demandando; quiero decir que si la sociedad demanda algo que no tenga tanta calidad, en aras de una belleza... no es una cuestión sólo de los actores; esto es, oferta y demanda, entonces más que nada, es una responsabilidad de cada uno, de formarse honestamente y de querer hacer el trabajo lo más honestamente posible, saber también cuál es tu lugar... es una cuestión de honestidad y de amor por esta profesión sincero... no hay más...

Pregunta: Hablas de honestidad y amor... ¿Echas en falta hoy en día esa honestidad en el trabajo, la sinceridad en el trabajo...?


Adriana Ozores: Exacto, de eso es de lo que te hablaba... lo que se ofrece es otra cosa... te ofrecen fama... si eres muy guapo te ofrecen el oro y el moro... entonces, a veces no es sólo una cuestión tuya, personal... realmente están demandando otra cosa de ti... con lo que es difícil no caer en la tentación... yo creo que es una cuestión de los tiempos que vivimos hoy en día, no sólo una cuestión individual... de si hace falta más corsé o falta el amor por la profesión... creo que sí hay todo eso, pero es que a veces no te lo ponen fácil, que te estén ofreciendo a lo mejor, un papel maravilloso simplemente porque seas una persona muy guapa y quizá no tengas talento, igual no te están haciendo un favor... entonces, cada uno hace su camino y ya está... son los tiempos que vivimos, la escala de valores actual es muy particular... y es lo que nos toca vivir... y ya está...

Pregunta: ¿Y es difícil nadar contracorriente?


Adriana Ozores: Sí, es difícil... pero creo que soy una actriz con mucha suerte... sí he trabajado mi amor por mi trabajo y quiero hacerlo muy bien... Hay muchos profesionales como yo, que tienen esa misma voluntad... y no pueden hacerlo... entonces, tengo que dar muchas gracias por ello...

Pregunta: Hablábamos de esos diez años retirada de los escenarios ¿por qué razón?


Adriana Ozores: No sé, supongo que por la misma por la que estuve tantos años sobre ellos... me ofrecían lo más bonito del teatro del siglo de oro español... y llegó un momento en el que me empezaron a ofrecer cosas muy bonitas en cine... y cubrí esa otra etapa... no tiene más explicación... cada medio te da algo y cada medio es una escuela... creo que hay que saber manejarse en todos los medios...

Pregunta: Creo que tienes otro proyecto entre manos, se llama “Nacidas para sufrir”...


Adriana Ozores: Sí, es una película que hicimos el invierno pasado con Miguel Albaladejo... ha sido una delicia, un placer poder hacer esta película... hemos estado Petra Martínez, Malena Alteria, Mariola Fuentes... es una película maravillosa y creo que Miguel ahí... sí que ha nadado contracorriente... porque es la película que utiliza los elementos que están menos de moda hoy en día... mujeres mayores, en un pueblo, hay amor y no hay nada de sexo, viven una vida que no tiene grandes sobresaltos, es una vida normalita... eso sí que es ser revolucionario, eso sí que es nadar contracorriente...

Pregunta: Siguiendo con esos aspectos que no están de moda, centrándonos en las mujeres mayores y uniéndolo al tema de la comedia “Sexos”... ¿nos queda mucho por avanzar, mucho camino por recorrer. Le queda mucho a la mujer hasta alcanzar la igualdad?

Adriana Ozores: Yo creo que sí, nos queda mucho por recorrer... se ha hecho mucho pero creo que también queda la necesidad de la diferenciación, sea para un lado o para el otro...

Pregunta: ¿Necesidad de diferenciación?


Adriana Ozores: Sí, la necesidad de estar diferenciados... cualquier extremo, sea el machismo o un feminismo a ultranza, para mí son radicalismos... y mientras siga habiendo esa diferenciación radical no estaremos haciendo nada... si no hablamos de personas y estamos hablando todo el rato de sexos, de mujeres, de hombres... no estamos haciendo nada...

Pregunta: Las dos ideas deben ir unidas... y nos falta mucho para caminar de la mano..
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Adriana Ozores: Yo creo que sí... se ha hecho mucho y hay muchos hombres que tienen la seguridad en sí mismos de ser como son, de aceptar sus limitaciones y de ver a la mujer como un igual... y eso es seguridad... es tener “la barriguita” segura, los pies bien apoyados en el suelo... yo creo que todo lo que está pasando se debe a una falta de seguridad... “Yo he pertenecido a un rol, se dicen, he sido educado de una manera y ahora me quieren arrebatar mi papel... y esto no lo puedo permitir”... esto es algo muy profundo, pero es así... a medida que eso vaya avanzando y tanto hombres como mujeres, sobre todo los hombres porque hasta ahora nosotras hemos estado en una condición desfavorecida, lo comprendamos... será mucho mejor para todos... y alcanzaremos la igualdad...

Sofía Basalo.