viernes, 29 de mayo de 2009

... GERARDO MALLA (DICIEMBRE 2008)




Alfonso Sastre escribió “La taberna fantástica” en 1966. Hasta 1985 ese texto repleto de un realismo trágico y grotesto no pudo estrenarse, fue Gerardo Malla quien dirigió esa primera puesta en escena que consagró a Rafael Álvarez “El brujo”. Más de veinte años después el director madrileño vuelve a reencontrarse con este texto y con la tarea de regalarnos la memoria y con ella, sin nostalgia, la vida. Hemos hablado con Gerardo Malla:

Pregunta: ¿Cuál es el valor de la memoria?

Gerardo Malla: El valor de la memoria equivale al valor de la vida. No concibo una vida sin memoria. Una vida sin memoria es como un árbol al que se le quitan las ramas y las raíces... y queda poco más, queda un tronco.

Pregunta: Pero memoria no es igual a nostalgia...

Gerardo Malla: Sí, es algo muy claro. Memoria sin nostalgia del franquismo, porque puede interpretarse que sentía nostalgia de tiempos pasados, no siento nostalgia del franquismo, esto quería aclararlo muy bien. Tengo memoria, no tengo nostalgia... puedo tener nostalgia de lo que yo he querido ir seleccionando a lo largo de mi vida pero siempre hay que aclarar que no es nostalgia del franquismo.

Pregunta: “La taberna fantástica”, Alfonso Sastre y Gerardo Malla parece un trío inseparable. En 1985 usted lleva a escena esta obra y veintitrés años después vuelve a hacerlo. ¿Cómo contempla el proceso a través del tiempo, desde la perspectiva que le da el hecho de verla estrenada nuevamente?

Gerardo Malla: Ha sido un proceso muy rico desde que Alfonso Sastre allá por los años sesenta ideó La Taberna a través de unas experiencias personales, yo fui un niño de Las Ventas y también compartí experiencias muy ligadas al ámbito de la taberna... y el que nos juntáramos algo que los creyentes dicen a veces “estaba escrito”... yo no sé si estaba escrito o no, pero en cualquier caso se produjo ese hecho que ha dado como resultado una gran admiración por Alfonso y luego La Taberna... me parece que será difícil hablar del teatro del siglo XX y XXI sin hablar de La Taberna Fantástica... pero sobre todo sin hablar de Alfonso Sastre.

Pregunta: Sí, eso quería señalar, en estos últimos años se han llevado a escena tres textos de Alfonso Sastre “¿Dónde estás Ulalume, dónde estás?” “Marat-Sade” y “La Taberna Fantástica”... Ya era hora de reconocer el valor de este dramaturgo...

Gerardo Malla: Sí, además en el caso de Alfonso ha sido un hombre especialmente ninguneado, quiero decir que se ha confundido a veces sus posturas políticas y sus posturas ideológicas a veces se han revuelto con su labor como escritor como poeta como investigador, como un hombre de teatro y creo que eso le ha perjudicado históricamente, entonces se le ha ninguneado, es un término que él destacó de una manera especial, referido a él mismo y creo que es un término muy justo de lo que en muchas ocasiones se ha hecho con Alfonso Sastre... que ha sido ningunearlo y creo que este sería un buen momento para reivindicarlo.

Pregunta: Comenta que quizá se ha “revuelto” la obra con la ideología de Alfonso Sastre, pero en términos generales la confusión de estas dos facetas ¿es inevitable o se hace a propósito?

Gerardo Malla: Yo creo que primero es inevitable, separar la ideología de la obra de un escritor es inútil, quiero decir, es vano uno es lo que es, con su ideología, con sus manías, con todo lo que constituye un ser humano y más en un escritor que se expresa de una manera más total, entonces separarlo no es... ahora sí ocurre que utilizar un aspecto de la persona para castigarla en el otro es lo que me parece que ha sido injusto en Alfonso Sastre, la historia ha sido injusta con él...

Pregunta: Pero independientemente de la ideología de una persona, si en su profesión, en este caso la literatura, es bueno. Si lo que hace tiene calidad... debería ser independiente...

Gerardo Malla: Claro, pero eso no lo entienden las dictaduras y estamos hablando de una dictadura... en una dictadura o en estado que no es realmente democrático lo normal, desgraciadamente, es que la ideología prime sobre cualquier otra cosa. La historia de los escritores o de todo tipo de creadores, incluso de personas, tenemos la historia por detrás... y tenemos muchos ejemplos siniestros desde que por el hecho de ser judío, ser negro o diferente en general... alguien es perseguido... en el caso como digo de los intelectuales, en la medida en que su obra, digamos, es clara y su ideología está ahí para el que lea sus escritos, son gente en ese aspecto más vulnerable... de la misma manera que es más vulnerable un negro que un sueco... en una sociedad racista.

Pregunta: Pero llevamos treinta años de democracia y ese reconocimiento ha tardado un poco en llegar...

Gerardo Malla: Sí... yo no tengo más que asentir a lo que dices... efectivamente se ha tardado mucho, pero yo creo que nuestra democracia es lenta... nuestra democracia es lenta e imperfecta y por tanto es lógico que se produzcan estos baches y estas tardanzas...

Pregunta: ¿Es lenta porque a los españoles nos cuesta adaptarnos a los cambios, a los nuevos tiempos...?

Gerardo Malla: No, los españoles somos muy vivos... lo que pasa es que el entramado que ha regido este país ha sido lento, interesadamente lento, pasamos por encima de muchas cosas creyendo que están superadas, no hay más que recordar que en este momento estamos en tensión con un hecho como el de la memoria histórica... pues basta mirar eso para ver que hay muchos intereses en que se sea lento...

Pregunta: O quizá incluso hay intereses para que no se den más pasos...

Gerardo Malla: Ah claro... es una manera infantil e interesada y necia de querer parar el tiempo... el tiempo avanza y el tiempo es un continuo, entonces, querer parar el tiempo es como querer ponerle puertas al campo o detener el agua...

Pregunta: Alfonso Sastre escribió este texto en 1966, tuvo que esperar veinte años para verlo sobre los escenarios. La censura tuvo que ver en esto... ¿Hoy en día nos persigue también la censura?

Gerardo Malla: Yo creo que... no son situaciones equiparables... primero, La Taberna Fantástica que Sastre terminó de escribir en 1966, no es que no se estrenara en 1985 por la censura, no se estrenó por algo peor, por la digamos casi autocensura, o por la convicción de que no estaba el horno para bollos, quiero decir que era inútil plantear en los años sesenta una obra de quinquilleros y tener que estrenarla en un teatro donde normalmente lo que había eran sofás y comedias amables para divertimento del público que acudía al teatro... entonces, creo que el mismo Sastre entendió y así lo entiendo yo, que una obra como La Taberna Fantástica, pues más valía esperar tiempos mejores...

Pregunta: ¿Y hoy en día existe la censura o la autocensura?

Gerardo Malla: Los estados modernos y los estados democráticos tienen sus resortes para establecer otro tipo de censura no tan siniestra, a veces incluso más... censuras económicas, elitismos, cosas como decir que algo está pasado y que ya no se lleva... cuántas veces hemos oído incluso al propio público porque eso contagia a la ciudadanía, hemos oído decir “ay películas de la guerra civil, libros de la guerra civil, libros de los nazis... ay que hartura...” bueno, pues esto también es un tipo de censura... es una forma de censura metida en la entraña del propio ciudadano, o sea que formas de censura siempre hay, los estados y hablo de Europa que digamos son mundos más libres en ese sentido... pero bueno, no hablemos de Norteamérica que es como el símbolo de la democracia... si hablamos de las censuras que puede haber en un país como Norteamérica, estaríamos hablando tres días...

Pregunta: Y yo no sé si esto último que ha comentado es incluso la peor censura... la que se crea el propio ciudadano...

Gerardo Malla: Claro, claro... hay muchos medios, lo que pasa es que ahora son mucho más sutiles, a veces son simplemente muy burdos... de apartar del ciudadano de darle libertad para creer en lo que quiera y para tener acceso a la información que quiera... nuestros estados democráticos todavía no han conseguido un estado de libertad con respecto a algunos asuntos ya digo, hemos mencionado algunos, pero podríamos mencionar otros... no sé... las mafias... de qué libertad estamos hablando... libertad para delinquir... mafias donde resulta que hay mezclados abogados, incluso jefes de estado... políticos, la iglesia... de qué libertad estamos hablando... desde luego no de la que yo entiendo...

Pregunta: Acercándonos a la puesta en escena de esta obra, cuando entramos en el teatro encontramos al tabernero, al autor y a una evocación de la memoria amable, la que nos llega de la radio y de la música. No sé si la observación que voy a hacer es algo casual, pero creo que no, la última canción que escuchamos antes del comienzo es “Hablemos del Amor”, la canta Raphael y justamente después del estribillo cuando dice “Qué nos importa aquella gente que viene y que va por el mundo sin ver la realidad” la función comienza...

Gerardo Malla: En su día se me ocurrió, cuando la monté en 1985, se me ocurrió pensando en el montaje que esa canción de Raphael establecía un contraste muy significativo entre alguien que canta digamos al amor... y de algún modo rechaza que sólo ve la realidad... entonces me parecía que era una ironía, no sé si sutil o no, pero en cualquier caso muy expresiva de empezar La Taberna Fantástica... y venía de una manera muy natural el hecho de que en la radio se escuchara lo que realmente se escuchaba... pues, gentes que cantaban lo de Raphael de una manera brillante, porque él es un cantante brillante y con una espléndida voz y muy popular, popularísimo... que cantaba eso... “escudámonos, escondámonos en el amor y rechacemos a esa gente que sólo ve la realidad”... bueno me parecía una ironía bastante expresiva... y hoy me lo sigue pareciendo... y por eso no la he modificado, me parece que la ironía está ahí y creo que es expresiva...

Pregunta: En esta obra quizá queda de manifiesto la insolidaridad entre aquellos que viven en los rascacielos y los que viven en las zonas marginales... las dos realidades absolutamente separadas... No sé si esa taberna es fantástica por las vidas que respiran en sus paredes, las vidas de aquellos que buscan cobijo en ella...

Gerardo Malla: Es la fantasía que se esconde dentro de la realidad, esa realidad a la que nos invitan los cantantes y los políticos y mucha gente que habla de pesimismo... que nos invita a no ver la realidad o a verla de otra forma, manera... bueno, pues la realidad está ahí, se impone y hay unas realidades que siempre quedan como fuera, incluso de lo que llamamos realidad... ésta es una obra sobre la marginación y entonces, marginaciones para qué nos vamos a remitir a las que existen sin ir más lejos en nuestro país... basta... marginaciones todas las que queramos, las tenemos todas... lo que pasa es que la sociedad se reviste, se pone un traje de fiesta y es como una manera de... y está muy bien ponerse un traje de fiesta, pero al día siguiente viene la realidad... al día siguiente o a los diez minutos... hablar de la realidad es complejo... y al mismo tiempo muy sencillo... la realidad está ahí y la realidad hay que vivirla y la realidad hay que modificarla, no vale ocultarla ni con buenas palabras ni prometiendo el cielo, como la iglesia “sea usted... a usted le ocurra lo que le ocurra en el mundo, si usted al final va al cielo... no me fastidie usted... “ hágame usted la vida posible, o deme usted armas para hacerme la vida posible aquí y luego lo de atrás lo que nos espere ya veremos... siempre, está claro que Alfonso y yo somos enemigos de ocultar la realidad... la realidad está ahí y están ahí... las gozosas, las que nos llenan de gozo y satisfacción y de alegría de la vida... y luego las que machacan, fastidian y las que marginan a muchísima gente...

Pregunta: ¿Quizá el personaje de “El Carburo” intenta ocultar esa realidad, marchándose a otro barrio, a Alemania...?

Gerardo Malla: Claro, intenta algo que es lícito que es escapar lo más posible de la marginación y como ocurre que los grados de marginación son muchos, sales de una marginación y puedes entrar en otra... y El Carburo intenta dentro de su ingenuidad y primitivismo pues se va a Alemania como hizo mucha gente, a Europa en general, salen de España buscando trabajo, y cuando llega aquí, simplemente porque tiene una moto y un reloj que se ha comprado y a lo mejor, con suerte, tiene un pisito, pues considera que de algún modo ha escapado, y es cierto, de esa realidad que puede ser la de El Rogelio, efectivamente hay alguien que ha subido un peldaño pero que continúa en la marginalidad de una manera clara... tener un televisor no aseguraba a nadie la felicidad...

Pregunta: Sí, sobre todo cuando sabemos que maltrata a su mujer y sólo cuando el hijo lo ve cesa... o vuelve a esa Taberna Fantástica... da la impresión de que estos personajes no pueden escapar, no pueden burlar al destino... están condenados a unirse, reunirse en esa Taberna...

Gerardo Malla: La sociedad les condena a la marginalidad y lo que pasa es que esa Taberna actúa como una especie de bálsamo, reunirse en la taberna con las gentes que tienen la misma problemática, que han vivido historias contigo, la taberna en ese aspecto nunca sería una taberna siniestra, es una taberna fantástica en el sentido de que allí, efectivamente puede ocurrir cualquier cosa, desde que alguien mate a alguien, como ocurre, hasta el hecho de estar ahí y de acompañarse de lo que sea, de la conversación, del vino y de cosas que vistas desde el mundo más acomodado o el mundo burgués pueden parecer fantásticas...

Pregunta: Quizá la salida de esa marginación puede estar en las palabras de El Badila, cuando le dice a El Caco que tienen una tara, un defecto... y es que no saben ni hacer la “O” con un canuto... que qué pueden hacer si tienen ante sí un papel que contiene algo importante para ellos...

Gerardo Malla: Claro, yo creo que Sastre de esa manera, puesta en boca de un personaje digamos ingenuo, ha querido dar un aviso sobre la, ya no es tanto en ese personaje, es el hecho de no saber leer... efectivamente le aparta del mundo o de gran parte del mundo o de una forma de entender el mundo, al margen de que el mundo pueda ser mejor o peor... no saber leer, efectivamente, como dice qué pasa si en una hoja te estorba lo negro... no sabes lo que te dice, ni el mensaje que te envían... pero eso se extiende más, lógicamente tiene una trascendencia mayor en el sentido de que sin la información, la información es una manera por lo menos de entender lo que ocurre y una sociedad que no está, esto claro escrito en el año 1966 tenía todo el sentido del mundo, lo sigue teniendo hoy, pero en el año 1966 de qué manera... si no tenías una información y la mayor parte de los ciudadanos no teníamos información porque se nos vedaba, porque vivíamos en una dictadura, nunca hay que olvidarlo, realmente estábamos en la marginación...

Pregunta: Esta puesta en escena se ha llevado a cabo de un modo realista. ¿Qué opina de quienes dicen que el teatro no debe ser realista?

Gerardo Malla: Bueno, pues como yo soy defensor del derecho de opinión, respeto mucho la opinión... pero me parece una opinión mostrenca... el teatro... de alguna manera diría, lo que pasa es que esto es un tema muy complejo, para meternos en él, pero diría que el teatro siempre es realista, siempre. Cuando hay un teatro de evasión está mostrando una realidad, durante muchos años en este país ha habido un teatro evasivo, evanescente donde parecía que lo único que ocurría es que el señor de la casa tenía una querida, entonces el problema se planteaba porque tenía una querida y se descubría y no sé qué... pues esa manera evasiva de ver la realidad es un teatro realista, reflejaba lo que una burguesía quería... los buenos sentimientos por supuesto, el hombre siempre acababa volviendo al regazo familiar y al lado de su mujer y rechazando a la querida... pero eso es un teatro realista en el sentido de que refleja la realidad de una burguesía que ocultando los muchísimos problemas de la sociedad en la que vive, de pronto, cuentan pequeñas anécdotas evasivas donde en el fondo lo que están reflejando es la realidad... esas películas que tanto hemos rechazado, el landismo, por ejemplo, no cabe duda de que para conocer un aspecto de la realidad muy importante de la España de los sesenta y los cincuenta... ver esas películas es muy clarificador con lo que lo que digo y creo es que todo lo que se muestra, hablamos ahora de cine, teatro, novela..., todo en el fondo es realista, tiene la cualidad o la calidad de realista, por defecto, por negar la realidad o por asumirla, pero realista al fin... hay épocas que las conocemos a través de lo negativo... es un tema interesante... pero arduo...

Pregunta: ¿Actualmente qué opina del teatro que se hace?

Gerardo Malla: Yo que pertenezco a una generación donde el teatro tenía un nivel argumental, preocupación, de indagación... muy escaso y de una calidad bastante, hablo en general, había excepciones... pues hoy veo que se ha avanzado que realmente los pasos que hemos dado en democracia se reflejan en el teatro; hoy las carteleras de Madrid no dan vergüenza como han dado durante muchos años, ver la cartelera de Madrid, de los teatros de Madrid, era un poco llorar... eso era el vodevil malo, porque luego está el vodevil bueno... pero era un teatro de muy baja calidad, de unos planteamientos ideológicos muy reaccionarios y estúpidos y necios e interesados y sin embargo, hoy la mayor parte de los teatros o gran parte de la programación, es una programación que realmente está muy bien... creo que en ese aspecto el propio Estado ha dado un paso adelante... Madrid, sin ir más lejos, los teatros públicos, llámense Abadía, Español, Centro Dramático Nacional... con el complemento importantísimo de las salas alternativas hacen que en Madrid haya un teatro interesante... se podrían hacer indicaciones, dar opiniones diversas... pero así en general para no meternos en honduras, yo diría que el teatro al menos en la ciudad que yo conozco y habito que es Madrid, es bueno... es posible coger la cartelera y apuntar diez espectáculos de pronto que tengan interés...

Pregunta: Usted entonces no es de los que creen que con la censura se hacía mejor teatro, se escribía mejor...

Gerardo Malla: Para nada... cómo se va a escribir mejor con la censura... si cualquier idea buena que se le pudiera ocurrir a cualquiera, la censura la tiraba abajo rápidamente... la censura en cualquier caso lo que habrá servido en algún caso aislado y concreto es para que alguien haya escrito... pero la censura era por defecto de la propia censura, el que durante mucho tiempo no se haya podido hacer Valle-Inclán o más concretamente Luces de Bohemia no es por la censura... no es la censura la que hizo posible Luces de Bohemia, fue Valle-Inclán... la censura de lo que se ocupó es que no se pusiera... la censura no es buena para nada... para nada, en ningún aspecto... es coartar la libertad, es cercenar la creatividad es propia de dictaduras y de malos gobiernos...

Pregunta: ¿Qué espera del futuro... y el futuro próximo es 2009... en general y profesionalmente?

Gerardo Malla: En general me gustaría que se avanzara en la libertad, que se avanzara en la democracia y en todo lo que este país tiene pendiente que es mucho... entonces avanzar en ese sentido... y nadie tenemos comprado el mañana... pero en estos momentos estoy en un proyecto que me ilusiona porque es estar de actor y ser dirigido, algo que viene muy bien... y aprender... y en estos momentos estoy en un proyecto que se llama Fuenteovejuna, dirigida por un director inglés, con una compañía que se llama Rakatá y que son unas gentes que creo que lo hacen muy bien, me tratan con mucho cariño y respeto y como decía Marín, el anterior presidente de las Cortes, “yo ahora voy donde me quieren” y entonces, siento que estoy en un sitio donde se me quiere... tengo el cariño de las gentes de los muchos compañeros con los que trabajo, empezando por los propios productores y por el director y estoy aprendiendo, cosa que a mis años está muy bien... está muy bien poder decir que uno todavía aprende...

Pregunta: ¿Pero se llega alguna vez a saberlo todo...?

Gerardo Malla: No... en realidad sabemos muy poco... incluso las vidas más ricas... en ese sentido recuerdo una expresión de Don Marcelino Menéndez y Pelayo, recurro a un ortodoxo pero creo que es uno de los hombres que más leyó en su época... leía, leía, leía... y cuando se sintió morir dijo algo así como “morirme ahora con lo que me queda por leer”... que equivalía un poco a “lo que me queda por saber”... hay quien lo aprende en los libros, hay quien lo aprende en la realidad... pero yo siento que en ese aspecto soy socrático “sólo sé que no sé nada”...

Pregunta: Ha comentado que esta democracia tiene algunos asuntos pendientes ¿me puede decir uno de esos asuntos?

Gerardo Malla: La propia democracia. Perfeccionar la democracia, no se pueden dar determinados sucesos, casos, situaciones que se dan en la democracia y muy recientemente además... de hoy, de ayer... no se pueden dar en una democracia, no es posible... no es posible y lo digo de manera muy clara, los cuatro años de la anterior legislatura no se pueden dar... las situaciones que se han dado...

Pregunta: Por parte de la oposición...

Gerardo Malla: Por parte de la oposición, claro. No puede salir la iglesia... la iglesia no puede tener la actitud que ha tenido y que sigue teniendo por ejemplo; la derecha no puede ser una derecha que nos recuerde constantemente a una derecha que ya no puede existir... creo que nos hemos ganado todos, nos hemos ganado todos... la historia nos ha permitido ganarnos... y el sacrificio de mucha gente ha permitido ganarnos una España donde la crispación a esos niveles que se dio no puede darse... no es posible, cada uno que asuma su parte de responsabilidad pero no se puede dar... tuvimos ocasión de avergonzarnos de nuestro país, y eso no puede ser... tenemos un país hermoso que no puede llegar a determinadas situaciones...

Sofía Basalo.

sábado, 23 de mayo de 2009

... PEPA SARSA (Mayo 2008)




“Los trabajos y los días” de Michel Vinaver, es el nuevo proyecto de Producciones Off Madrid que conducen Luis Maluenda y Pepa Sarsa. Tras una extensa gira ha llegado a Madrid, concretamente al Teatro Galileo. Es éste un proyecto diferente y crítico donde el espectador tiene un papel importante, pues no es un mero sujeto pasivo a la espera de lo que la función ose decirle. Sarsa y Maluenda llevan más de dos décadas en el mundo del teatro. Sus producciones contienen siempre una importante dosis de compromiso social y ésta no iba a ser menos. Luis Maluenda dirige este proyecto. Pepa Sarsa es uno de los empleados de la pequeña empresa donde se desarrollan los hechos, con ella hemos charlado:

Pregunta:¿Cómo surge la oportunidad y la idea de llevar a escena “Los Trabajos y Los Días”?

Pepa Sarsa: Conocí a Vinaver a través de lectura de varias obras y hace dos años en un viaje a París pude ver sobre el escenario "Boca Arriba". Era un montaje dirigido por él mismo con veintiún actores y actrices sobre una empresa de bronceadores que trataba un conflicto que podía hacer desaparecer la empresa. Me impresionó el trabajo así como la respuesta del público que aplaudía con pasión. En Francia y Canadá es un autor de culto, como se suele decir ahora, y se ha estrenado en los teatros más importantes de Francia y por los directores más prestigiosos. Aquí en España es apenas conocido hasta por los más expertos. Esta obra no se había estrenado profesionalmente en España.

Pregunta: El micromundo reflejado en la empresa, un hábitat agonizante es también
La imagen de una sociedad que cambia en la que mueren ciertas cosas y surgen otras ¿Qué concluye. Qué comienza. Qué se puede mantener?

Pepa Sarsa: Es el final de unos tiempos en los que se reparaban los objetos de uso diario: de un molinillo eléctrico se arreglaba una pieza o se cambiaba por otra para alargar su “vida”. Termina con ello una época de empresas familiares que fabricaban aparatos estupendos que duraban décadas. Este sistema hizo que se perdiera rentabilidad; los objetivos mercantiles cambiaron y así se comenzó por otro que facilitaba con incentivos la compra de nuevos aparatos dejando de lado los usados. Es el principio de los ordenadores en las empresas, de los contestadores automáticos que mediante voces grabada, sustituirán a los trabajadores y trabajadoras y es el comienzo de las grandes Opas sobre empresas pequeñas. Esa enorme transformación económica lo es también social y laboral; ese cambio afectará las relaciones entre las personas y las empresas que tratarán a los empleados despersonalizadamente. Los personajes de Guillermo,Jaudouard Anne, Nicole e Ivette muestran las diferentes relaciones que mantienen con la “casa” Cosson y cómo afectará su futuro en ella. También afectará al mundo privado de estos trabajadores; estaremos asistiendo a una metamorfosis sin que las personas implicadas se den mucha cuenta de lo que está pasando.

Pregunta: Siguiendo con el paralelismo “empresa/sociedad” vemos en ello que en
Cierta medida prima el individualismo y falta unidad; prima el intentar progresar o avanzar a costa del otro, a base de mentiras, trampas, abusos, en ese aspecto poco se ha cambiado ¿no?

Pepa Sarsa: Efectivamente, poco se ha cambiado. El público que ve sobre el escenario “Los Trabajos y los Días” tiene el privilegio de observar con humor unas veces, con patetismo otras, lo que los personajes, nosotros mismos, no vemos en nuestra vida diaria. Pero lo hace de una manera que ni el cine ni la novela o la televisión puede contar. La mirada de este autor, que trabajó durante 23 años en una multinacional y en todas las categorías, combinada con su formación literaria y como dramaturgo, hace que sea real por su combinación de puntos de vista simultáneos, casi cubista, como la vida misma, cuando las cosas se suceden vertiginosamente sin darnos tiempo a ver lo que pasa, lo que nos pasa, cómo nos cambia. En la obra los acontecimientos se suceden también así, con ese calidoscopio que nos revela la imbricación de nuestra vida privada con la laboral. En nuestro medio laboral pasamos mucho más tiempo con nuestros compañeros que con nuestra propia familia y por ello las relaciones se mezclan de modo que ya no hay forma de separar lo privado de lo laboral. Ningún medio como el teatro puede revelar esa realidad.

Pregunta: Creo que la puesta en escena tiene algunos aspectos simbólicos, por ejemplo la escalera proyectada al fondo del escenario. ¿Es quizá la escalera una salida posible en un principio y poco a poco inexistente. Una salida moribunda como la misma empresa?

Pepa Sarsa: Esta escalera es una metáfora. La escalera ha sido a través de la historia un símbolo de ascenso o descenso, de paso de un lugar a otro, de distintos niveles y estratos sociales, laborales, económicos, culturales, políticos pero también espirituales. Los jefes siempre están arriba, los rascacielos pueden verse como la materialización de ese poder pero estratificado.
En la obra la metamorfosis de la escalera se produce a la vista del público quien ve la transformación social que se está produciendo pero no es visible para los personajes. También nos sitúa en el lugar más bajo que es donde está situado este servicio postventa, un sótano compartido con otras secciones sin ventanas. También simboliza la escalera que todos los personajes tendrían que subir para mejorar su status pero a la que no pueden acceder; es la escalera por la que no bajan los jefes. Es también una metáfora de la pirámide social y de la torre de Babel.

Pregunta: El autor griego Hesíodo escribió una especie de poema llamado también
“Los trabajos y los días”; en él este autor decía entre otras cosas “El trabajo es el destino universal del hombre, sólo el que esté dispuesto a trabajar podrá con él” ¿Tiene alguna relación con la obra de Michel Vinaver?


Pepa Sarsa: Sí, efectivamente. Si recordamos un fragmento de la obra de Hesíodo “…Pero Zeus lo escondió irritado en su corazón por las burlas de que le hizo objeto el astuto Prometeo; por ello entonces urdió lamentables inquietudes para los hombres y ocultó el fuego. Más he aquí que el buen hijo de Jápeto lo robó al providente Zeus para bien de los hombres en el hueco de una cañaheja a escondidas de Zeus que se goza con el rayo. Y lleno de cólera díjole Zeus amontonador de nubes: “¡Japetónida conocedor de los designios sobre todos las cosas! Te alegras de que me has robado el fuego y has conseguido engañar mi inteligencia, enorme desgracia para ti en particular y para los hombres futuros. Vinaver escribe los “Trabajos y los Días” evocando de manera contemporánea ese mito o el católico de la pérdida del Paraíso, situándonos a lo largo de toda su obra en lugares de trabajo; “ganarás el pan con el sudor de tu frente”.

Pregunta: Hesíodo incluía esto en su poema “Los dioses y los hombres odian
igualmente al que vive sin hacer nada (...) y a los que devoran el trabajo de las abejas” Dentro de ese cambio que se muestra en la obra y que se experimenta en la vida misma hay algo que quizá no haya cambiado ¿las “abejas” siguen siendo las mismas y los “devoradores” también siguen siendo los mismos?

Pepa Sarsa: Los poderes, los que manejan los hilos siguen siendo inalcanzables, son los dioses, los de las grandes multinacionales, los que manejan la bolsa… Sí, Vinaver cuenta ese castigo y lo hace en directo pero además la continua transformación vertiginosa.
Vinaver escribe una dramaturgia postbrechtiana pero quizás hace lo que el propio Brecht no se atrevió a hacer, esa visión del mundo del trabajo reveladora de la lucha de clases.

Pregunta: Supongo que el proceso de ensayos, de poner en pie esta obra desde el punto de vista actoral ha sido complejo, quizá desde todos los puntos de vista, porque se trata de una obra diferente, en la que no hay un hilo conductor ¿no?

Pepa Sarsa: El concepto de hilo conductor entendido como una dramaturgia tradicional de causa efecto: un conflicto desencadena una acción que tropieza con un obstáculo que genera otra acción hasta el objetivo final, no funciona en esta obra. Esta obra está fragmentada como la vida misma; una superposición de planos y puntos de vista continua y de manera imprevista. El hilo conductor en su obra es una sub-trama que avanza debajo de los sucesos pero no es lineal. El proceso de los ensayos fue intenso porque descubríamos en cada momento diferentes posibilidades de leer la obra, fue una gozada seguida de momentos de vértigo. Vinaver no te deja instalarte en un estilo, en una forma de hacer. En mi opinión creo que es un reto para el actor/actriz porque tenemos costumbre de desarrollar un trabajo más naturalista y en este montaje el intérprete debe reflejar en pocas palabras todo una carga interior que arrastra el personaje y pasar inmediatamente a otro estado contrario y después de éste a otro y así sucesivamente. Pero indiscutiblemente todos hemos disfrutamos con el trabajo y también hemos sufrido con el desafío que implica este texto.


Pregunta: Hablando de puntos de vista, otro importante es igualmente el del
Espectador. Se necesita a un espectador activo, presto a identificarse con cada uno de los miembros de esta cadena ¿no?


Pepa Sarsa: Ese es el universo que nos plantea Vinaver, le interesa la participación del público cuando en el deslizamiento de frases de distintos personajes sin conexión aparente unas con otras, surge, según cada espectador, una visión humorística diferente en función de su lectura individual. Vinaver no ejerce queriendo imponer una visión política unívoca, su visión es abierta y crítica humorística, lúcida, inteligente. Esta obra es un pastel para espectadores y espectadoras hartos del teatro papilla.

Pregunta: Tienen una larga trayectoria como productores e intérpretes, siempre con un teatro comprometido y social. ¿Es complicado mantener esa línea, sobrevivir en el mundo del teatro manteniendo esos “principios” por así decir?

Pepa Sarsa: Si uno se acerca al teatro buscando éxito económico escenificando estos asuntos, fracasa. En nuestro caso este teatro nos estimula espiritualmente, nos da la fuerza, no sobrevivimos, nos hace vivir. Tanto la CAM como INAEM nos ayudan a realizar un teatro que necesita esa ayuda. Los intérpretes no somos solamente ciudadanos dedicados a hacer reír al público, también somos portavoces de una cultura, formamos parte de una tradición milenaria.


Pregunta: Se habla en muchas ocasiones de “Teatro necesario” ¿Se hace hoy en día
un teatro necesario. En qué consiste ese teatro?

Pepa Sarsa: El público ha cambiado; ¡cómo no lo iba a hacer si ahora consume trescientas ficciones al año!¡ cómo no va a ser necesario contar historias! Los humanos no soportamos el devenir de la historia, necesitamos revelar nuestro mundo interno para saber quienes somos, cómo crecemos. El teatro es el arte de la representación y también ha evolucionado; hoy se hace el teatro como se hacía en Grecia, como hace 2500 años pero también con una danza contemporánea que nos acerca a una visión externa, urbana o interna y reveladora de lo inconsciente. Los medios de comunicación social como la televisión, el cine o la radio, son en muchas ocasiones formas parateatrales, formas contemporáneas de contar historias, de revelar, divertir, serenar, dar un bálsamo para hacer a los ciudadanos la vida más soportable o para encender, indignar, para denunciar, para hacer justicia. También las noticias son fragmentos parateatrales muchas veces y levantan los ánimos a través de la crítica como lo hiciera en tiempos de Esquilo con “Los Persas”. El teatro es necesario pero en todas sus formas posibles.

Pregunta: He leído que eres presidenta o miembro en tal caso de la Asociación de
Mujeres de las artes escénicas. ¿Qué tal se portan las artes escénicas con la mujer?


Pepa Sarsa: Bien, sí soy la Presidenta de la Asociación de Mujeres de las Artes Escénicas, AMAEM “Marías Guerreras” tenemos ya una trayectoria de siete años en los que hemos desarrollado talleres, debates, publicaciones, escritura de textos y representaciones de los mismos en diferentes salas de Madrid y fuera. Siempre todos nuestros trabajos se hacen desde la perspectiva de género, punto de vista que apenas sí tiene reflejo en los montajes de otras producciones; esta es una de las razones de la creación de las Marías Guerreras. De vez en cuando se representan textos en los que la mujer y su mundo son protagonistas pero en la mayoría de estas ocasiones provienen de autoras o son producto del empeño de directoras/productoras, como ha sido mi caso recientemente. En mi opinión los problemas a los que se enfrenta la mujer contemporánea en su obligación de desarrollar diversos roles y todos a la vez no está suficientemente contemplado. Ni tampoco el uso y abusos a los que se ve sometida en diversas culturas y épocas.
Quiero aprovechar la ocasión para animar a todas las creadoras de los diferentes campos de las artes escénicas a colaborar con las Marías Guerreras.

Pregunta: ¿Padece el teatro español de cierto conformismo?

Pepa Sarsa: Es curioso que el público acepte la vanguardia en la pintura asistiendo en masa para ver pintores cubistas, abstractos, surrealistas, etc. pero le cueste aceptar esas mismas formas en el teatro. Es curioso que acepte la música contemporánea en el teatro viendo una representación del miedo, o en el cine pero no soporte esa misma música sin imágenes. Supongo que es cuestión de tiempo. Veo a espectadores de otras culturas mucho más evolucionados en ese aspecto, más cultos, más abiertos, más libres. Los espectadores aquí todavía tienen miedo a reír libremente en el teatro, lo hacen mejor en la te tele, en soledad.
Hay conformismo en el teatro. A veces pienso que gran parte del teatro que se produce y recibe a gran parte de los espectadores lo hace para celebrar el mundo tal y como está. Antes decíamos que el teatro quería cambiar el mundo o por lo menos renovarlo, no creo que debamos olvidarlo.

Pregunta: ¿Qué le falta y qué le sobra al teatro hoy en día?

Pepa Sarsa: Espectadores, una participación de los medios de comunicación en la proyección del teatro con la misma vitalidad que lo hace con el fútbol. Hay una desproporción entre el esfuerzo de los medios de comunicación y la administración, de los gobiernos en general, en la difusión del fútbol, por ejemplo, y la difusión del teatro. Hay interés en que la mayoría de la población se distraiga, lo cual está muy bien, pero no todo el tiempo. Hay miedo a ilustrar, a educar, a reflexionar. Todavía la gran mayoría de la gente piensa que el teatro es caro pero no dice lo mismo de las copas que paga en un espacio de ocio, del fútbol cuando paga tres o diez veces más.. etc. Los ministerios de Educación y Cultura debiera promover una forma de Educación amena, inspiradora, donde también se encuentra la alegría de vivir. El teatro ofrece honestamente esa vida.

Pregunta: ¿Cuáles son vuestros próximos proyectos?

Pepa Sarsa: Estamos preparando una maravillosa obra de Carmen Resino que aborda el tema del Arte y la Política. Es una obra donde oímos música barroca y también la música de los intereses contrapuestos entre los artistas y los promotores culturales.
Es una obra crítica pero también bella, se titula “ORQUESTA” y esperamos estrenarla el 17 de Septiembre de 2008 en el Teatro Fernando de Rojas del Círculo Bellas Artes de Madrid.
Hay otros proyectos mandando radiaciones de energía pero por el momento hay que sujetarlos.

Sofía Basalo.







sábado, 9 de mayo de 2009

... MARTA ANGELAT (Junio 2008)





“Las Voces” es la tercera aventura teatral que Marta Angelat ha emprendido como directora.. Una aventura veraz, apasionante y apasionada que ha permanecido largo tiempo en la cartelera catalana. A mediados del mes de mayo recalaba en la Sala Pequeña del Teatro Español. De ese gran proyecto y del humano universo que queda reflejado en el texto de Penhall, hemos hablado con la actriz y directora:

Pregunta: ¿Cuál es el límite entre la normalidad y la anormalidad. Entre la cordura y la locura?

Marta Angelat: Es un límite impreciso y fácil de cruzar. Todos estamos expuestos a cruzarlo alguna vez en nuestra vida. Además, el concepto de “normalidad” lo establece la sociedad y varía según las épocas, las modas y las creencias. Es algo muy subjetivo que depende de muchos factores.

Pregunta: He leído alguna crítica en la que se escribe que “Penhall no ofrece esperanza porque no la hay”. ¿No hay esperanza realmente. No es posible otro tipo de sociedad en la que “los diferentes” tengan un lugar, un lugar igual que el resto?

Marta Angelat: Penhall plantea un final que evidentemente es real y que existe, pero que no es el único final posible. Lo que hace es evidenciar un problema para poder reflexionar sobre él. Yo sí creo que otro tipo de sociedad es posible, pero, desde luego es un proceso muy lento en el que debemos implicarnos todos, si realmente queremos que se produzca.

Pregunta: Esta obra aborda el tema de la enfermedad mental, pero también aborda la enfermedad social... ¿Cuál es más grave?

Marta Angelat: Quizás si no existiera la enfermedad social la enfermedad mental tendría mucha menos incidencia. El “diferente” tendría su sitio y se le respetaría como ser humano que es.

Pregunta:“Cinco seres humanos buscando la manera de convivir con sus recuerdos... “ Supongo que esa búsqueda es algo que nos une, todos estamos inmersos en esa búsqueda ¿verdad?

Marta Angelat: Por supuesto, y me gusta mucho esta pregunta. Esa búsqueda es necesaria y común en todos los seres humanos y es precisamente en esa búsqueda donde algunos se pierden y son incapaces de encontrar la fórmula que les permita convivir con sus recuerdos. Quiero resaltar que esa búsqueda puede producirse en el plano inconsciente y no por ello ser menos importante.

Pregunta: Es también esta obra una especie de retablo de soledades, cinco soledades... ¿Es quizá la soledad “la voz” que más nos daña, que más nos hiere...?

Marta Angelat: Cuando la soledad se convierte en la incapacidad de compartir, sí creo que es realmente perjudicial. De todas formas pienso que hay que aprender a estar solo con uno mismo. Muchas veces detrás de la necesidad de compañía nos encontramos con el miedo a enfrentarnos a nosotros mismos, con el miedo a la muerte. Esa es una signatura que no te enseñan en la escuela y sería muy beneficiosa para todos.

Pregunta: He leído que esta es la tercera obra que diriges, ¿Qué has visto en estas voces, que te han dicho para que te embarques en esta nueva aventura?

Marta Angelat: Me atraparon sus personajes y las relaciones entre ellos. Me pareció un vehiculo perfecto para hacer el trabajo que me apetecía hacer con los actores. La búsqueda de la sinceridad. Me gusto la dureza del texto y al mismo tiempo su gran carga poética. No se, me enamoré.

Pregunta: Un aspecto importante de la puesta en escena es la veracidad y la rigurosidad con la que afrontáis estos personajes, con unas características proclives quizá a la caricaturización o exceso. ¿Cómo tomó forma esta puesta en escena y cómo los trabajasteis?

Marta Angelat:Yo tuve muy claro desde el primer momento que no íbamos a juzgar sino a tratar de comprender. Comprender las motivaciones internas y buscar los puntos de unión con nosotros mismos. Me interesaba por encima de cualquier otra cosa la verdad de cada personaje y de cada situación. Lo más importante fue encontrar la emoción de los personajes y canalizarla de manera adecuada para que llegara al público con la intensidad necesaria.

Pregunta: La esquizofrenia es un tema más en una obra en la que se abordan temas sumamente interesantes, como por ejemplo la mujer y su indefensión ante el maltrato, ¿no es así?

Marta Angelat: En efecto, pero no sólo eso. Vemos una mujer incapaz de liberarse del hombre que la maltrata, está inmersa en una relación adictiva y ni tan siquiera es consciente de ello. El tema del papel de la mujer en el maltrato me interesa muchísimo. Tanto, que estoy escribiendo un texto sobre ese tema para una futura función.

Pregunta: ¿Podemos ser libres en una sociedad como en la que vivimos?

Marta Angelat: Menuda pregunta. Yo creo que la libertad verdadera sólo podemos encontrarla dentro de nosotros mismos. La búsqueda y la aceptación de uno mismo es lo que nos hace libres. Deberíamos ser mucho más conscientes de nuestro interior y no buscar tanto en el exterior lo que sólo encontraremos dentro de nosotros mismos. Otra cosa son las libertades individuales que hay que defender y exigir. Me refiero a la libertad sexual, la libertad de creencias, la libertad de opinión, la libertad de ser como cada uno es, en definitiva.

Pregunta: ¿Por qué las flores en el cartel de presentación de la obra?

Marta Angelat: Me enamoré de un campo de amapolas cuando estaba en la preproducción del proyecto y enseguida pensé que sería el campo en el que se besan Ray Y Laura. Las amapolas se convirtieron en un símbolo. Desprenden pasión pero son frágiles y vulnerables como el personaje de Ray. Me pareció que debían ser la imagen de Las Voces.

Pregunta: Tienes una extensa carrera como actriz, qué te aporta esta faceta en tu trabajo de dirección, ¿cómo decidiste un día dar ese paso?

Marta Angelat: Decidí dirigir de manera profesional después de cinco montajes con niños y adolescentes que realicé en la escuela de mis hijos. Puse en pie El Mago de Oz con veinticuatro niños y niñas de doce años y ahí pensé que si había sido capaz de hacerlo con niños ruidosos y habladores, también podría hacerlo con adultos que se dedicaban a eso. Mi experiencia como directora de doblaje fue un elemento importante en mi decisión. Y creo que ha sido la mejor decisión que he tomado en los últimos años. Me atreví a confiar en mi misma y he descubierto unas capacidades que ignoraba que tenía. Finalmente puedo aplicar todo lo que he aprendido. Y convertir en reales mis mundos imaginarios. Ser actriz me permite trabajar desde dentro, desde “los fogones” del teatro, y me permite entender al actor, saber como se siente un actor en el escenario y ayudarle. Al menos eso es lo que pretendo. La directora completa a la actriz y la actriz nutre a la directora.

Pregunta: Comentas que eres una espectadora exigente y que haces el teatro que quieres ver ¿cuál es ese teatro?

Marta Angelat: No me refiero a una temática determinada ni a un género en concreto, sino quizás a una forma de entender el teatro. Cuando me siento en una butaca como espectadora quiero ser absorbida por lo que ocurre en el escenario, me gusta conectar con la emoción no con el intelecto. Tiempo queda luego para el análisis y el razonamiento. Digamos que me gusta el teatro que me hace vibrar por dentro, que hace que se muevan cosas, y eso es lo que humildemente pretendo hacer.

Pregunta: “Los locos” de esta obra son realmente lúcidos, y en algunos momentos nos colocan ante “cadenas” como la imagen, nuestros miedos, nuestra incapacidad para hacer lo que realmente queremos y deseamos, nuestra incapacidad para ser feliz... ¿cierta dosis de locura es necesaria?

Marta Angelat: Bueno, visto así, desde luego. Para ser uno mismo casi siempre es necesario enfrentarse a muchas cosas. El miedo siempre es paralizante. Hay que atreverse, hay que romper reglas, hay que dejarse llevar por la intuición y eso implica cierto grado de “locura”. La creación artística también necesita de la locura en cierta medida.

Pregunta: Habéis llegado a Madrid tras una extensa permanencia en cartel en Barcelona y tras haber pasado por diversas ciudades ¿cómo ha sido esta aventura?

Marta Angelat: Fantástica. Hemos conectado mucho con el público en todas partes. Han venido a vernos personas afectadas por enfermedades mentales y familiares de enfermos y su reacción ha sido siempre la de sentirse identificados al cien por cien. A lo largo de todo este camino la verdad es que nos han dicho cosas preciosas y que nos han emocionado. Sinceramente, me siento muy orgullosa de haber dirigido esta obra.

Pregunta: ¿Cuáles son tus próximos proyectos?


Marta Angelat: “Las Voces” va a continuar la gira por España después del verano. Yo por mi parte, a partir de Septiembre voy a interpretar un monólogo como actriz, un texto precioso que se llama “El Año del Pensamiento Màgico”. Voy a ir a la Feria de Manacor, al Festival Temporada Alta de Gerona y después haré temporada en Barcelona, en la Sala Beckett. Y espero que más adelante pueda verse por todas partes. Tengo también un par de proyectos de dirección para el año que viene.

Pregunta: Por último, hablas del amor en el programa de mano y es, precisamente, el recuerdo de ese amor el que ni los fármacos pueden hacer desaparecer en la mente de Ray... ¿quizá nos falta amor en nuestra vida, quizá no es esta sociedad un lugar propicio para el amor en todas su formas... necesitamos amor...?

Marta Angelat: Claro que necesitamos amor, mucho amor, en todas sus formas. Necesitamos que nos den amor, pero sobre todo necesitamos dar amor. Es una fórmula mágica que funciona siempre.

Sofía Basalo.