sábado, 17 de marzo de 2012

... IRINA KOUBERSKAYA (Junio 2010)



Irina Kouberskaya es, sin duda, una mujer apasionada. Una mujer valiente que considera la vida como un continuo reto. Así, ha emprendido una aventura arriesgada y llena de alma. No nos cabe duda que la suya está en cada palabra, en cada foco, en cada entrada y salida de un personaje que estaba destinada a interpretar. “El jardín de los cerezos” es una gran empresa y el Teatro Tribueñe la ha acometido con honradez. Hemos podido charlar con la actriz y directora rusa. Éste ha sido el resultado de nuestra charla:

Pregunta: “El jardín de los cerezos” Un gran reto para una modesta compañía ¿no es así?

Irina Kouberskaya: Sí. Somos terceros en opinión de la crítica y público en la Guía del Ocio; delante de nosotros están grandes compañías, así que, imagínate...

Pregunta: ¿Cómo nace este proyecto?

Irina Kouberskaya: Yo creo que “El jardín de los cerezos” es el deber de cada director, porque es una dramaturgia muy difícil, si la quieres hacer viva y vibrante, con sentido del humor, como lo soñaba Chéjov y que rara vez se ha conseguido. A medida que crecía y cumplía años, aumentaba mi deuda con Chéjov y de pronto pensé que lo debía abordar porque el gran maestro William Leyton que anteriormente puso en pie esta obra en el Teatro María Guerrero, se quedaron muchas deudas por solucionar, entre los personajes y sobre todo la deuda del mensaje trascendental que tiene Chéjov. Curiosamente ha coincidido con la celebración del 150 aniversario del nacimiento de Chéjov... También lo he hecho porque mi madurez me dijo: “Arriésgate y hazlo”... Ha sido un viaje que nunca pensaba, porque durante toda mi vida este “jardín” ha estado presente, pero éste ha sido un viaje profundo, me rodeé de compañeros absolutamente adecuados para esta travesía... y así, poco a poco, Chéjov nos brindó su alma y de pronto pudimos mantener un diálogo con él y hablar de tú a tú... y hemos salido vivos, cada vez más vivos. El espectáculo crece vertiginosamente, porque ha nacido bien, ya que hemos sembrado bien...

Pregunta: Sí, una siembra en la que tengo la impresión, hay mucho de ti como artista y como persona; mucho simbolismo y mucha alma...

Irina Kouberskaya: Sí. Tanto García Lorca como Valle-Inclán me han enseñado a entender toda la dramaturgia desde su fondo altamente poético; y yo lo he adaptado al texto de Chéjov, pues es también altamente poético y por eso me he permitido estas metáforas, estas salidas poéticas tanto en cada personaje como en la puesta en escena y cómo hemos abordado la idea de la escenografía. He contando con un escenógrafo maravilloso, un joven que vino de San Petersburgo... Yo diría que todos llevamos más o menos la misma escuela, pues la escenografía debe reflejar la filosofía y la psicología de la obra, que debe estar hecha con unos componentes que después adquiere la vida, es decorado que habla. También, a su lado, llevé por vez primera a San Petersburgo a Valle-Inclán, momento en el que surgió una gran amistad, por eso quise contar con él. Lo mismo podría hablarte del coreógrafo, nos dicen que somos “tres almas rusas” para un autor ruso; y es verdad. He encontrado hermandad espiritual y también este deseo de romper el efecto somnífero que producía Chéjov y la falsa intocabilidad, este mantenimiento de una pose de nobleza dentro de las obras de este autor; con lo que sí existe nobleza espiritual en algunos personajes, pero todos somos humanos y esto lo queríamos dejar patente. Hemos sido conscientes de que hemos roto un hielo, que somos este barco que rompe el hielo y después pasan muchos barcos... pero hemos hecho un Chéjov absolutamente fiel a sí mismo, con toda la dimensión que representa, pero muy vivo, muy humano, compasivo, erótico y también futurista, pues con el monólogo de Trofímov, Chéjov anunciaba ya un futuro nuevo. No era revolucionario, no anunciaba la revolución soviética, pues él escribió la obra en 1905... pero todo el siglo XX ha interpretado que él presentía la revolución, no es así. Él presentía mucho más el siglo XXI, con su mensaje de hombre que está en desarrollo con sus mapas genéticos, por los que estamos unidos, con un terrestre que es responsable de su vida en la tierra y que tiene la obligación de redimir a todos los muertos que no han sabido interpretar el porqué de la vida humana y que tienen esa oportunidad hoy, gracias a los descubrimientos de los científicos, entonces, claro cuando ves este monólogo con otros ojos, sientes una flecha en el corazón... y piensas (como yo pensé): “El siglo XX no lo ha entendido, porque bajo la cotidianidad vivía un gran mensaje de un ser de futuro que somos todos, un ser en evolución, es una gran idea que importantes biólogos comparten y han descubierto”. Me alegra muchísimo la vanguardia de nuestro teatro.

Pregunta: Has destacado la humanidad de esos personajes, una humanidad que en algún caso (tu personaje) pide compasión y el “no prejuicio” de sus semejantes...

Irina Kouberskaya: Efectivamente. El gran descubrimiento en esta puesta en escena, es también que no existen personajes secundarios, como tampoco los hay en la vida misma. Todos somos protagonistas de todas nuestras decisiones. Con respecto al personaje, yo creo que después de esta lectura, muchas actrices querrán hacer y probar esta aventura... Siempre se ha hablado de la dignidad, de “saber perder”... saber perder un jardín, la memoria de los antepasados, pero nadie y de esto hablamos nosotros, quiere perder el aire fresco de un amor; todos deseamos ser amados y amar, y por un momento de frescura, de encuentro de dos cuerpos, de dos miradas, se pierde todo; porque el ser humano presiente que es grande en su capacidad de expresión y constantemente persigue esto y en este caso es amor físico, pero tal y como el personaje lo vive, parece que es un amor espiritual... entonces, cada ser humano percibe que el amor verdadero con creces va por encima de esta tendencia de dependencia que tenemos... De esto hablan los grandes poetas...

Pregunta: ¿Hablar de Chéjov es hablar de amor?

Irina Kouberskaya: Sí, por supuesto. Algunos personajes, los masculinos, viven este amor como un sacrificio total, sin pedir opinión a la mujer... la mujer siempre es más frívola en las obras de Chéjov; el hombre siempre se sacrifican a favor de la mujer... y también en esto hay un gran resentimiento hacia la importancia de cuidar esta energía femenina... La mujer es la responsable de ejercer en el mundo su feminidad adecuadamente, por lo menos no ha de permitir que muera un solo niño en el mundo de hambre, de maltrato, o cuestionar muchísimo toda la teoría y práctica del aborto... porque cada semilla tiene memoria de su fruto... El trigo plantado sabe que será trigo, el ser humano plantado también lleva su futuro grabado y nosotros, supongo, somos superiores a las plantas, con lo que en esta semilla hay un futuro ser... y hay que cuidarlo... entonces, Chéjov cuida y al mismo tiempo, pone en evidencia tímidos mariposeos de la mujer... como que debe ser valiente, la madre de la tierra, debe tener otro empuje energético en la vida y no tomar la energía del hombre como su meta, es lo que está sucediendo ahora, que las mujeres están en todos los sitios hablando como hombres y no puede ser, deben tener su mensaje, con una altísima sensibilidad y esto es lo que provoca Chéjov, porque es lo que quiere para la mujer.

Pregunta: ¿Estimas que hoy en día, la mujer está entendiendo de manera errónea el feminismo?

Irina Kouberskaya: Yo creo que no queremos la última responsabilidad de cada ser que nace. Tenemos capacidad de reproducción y condenamos la vida humana antes de conocer su misterio. Entonces, obramos con toda la buena voluntad, pero también con mucha ignorancia... Si el misterio de la vida existe ¿Cómo puedes operar con unas tijeras que hierro en un misterio? Creo que es un acto de muchísima reflexión, que no se puede calificar de acto vanguardista, cuando parte de la ignorancia... y como se dice, la ignorancia es muy atrevida... estoy de acuerdo.

Pregunta: ¿Quieres decir que el aborto es un acto ignorante?


Irina Kouberskaya: Yo creo que el aborto es un crimen de esta sociedad criminal en la que vivimos. Hablo de la sociedad en general. Creo que la ignorancia, en este siglo recién estrenado, comenzó a ser alabada, empezó a ser la reina... y es una sorpresa grandísima... Creo que si ahora viniese un Sócrates a hablar al Bernabéu, no tendría un solo espectador... Y esto es una vergüenza.

Pregunta: Comentabas que “El jardín de los cerezos” es un deber para cualquier director. Un deber que tú has asumido doblemente, pues también interpretas a la Gran Dama de esta obra.


Irina Kouberskaya: Sí, ha sido algo un poquito complicado... Tengo dos grandes maestros y durante esta aventura han venido a mi mente sus consejos, sus palabras... En una ocasión le pregunté a mi maestro, el director que trajo a España “Historia de un caballo” y “Tío Vania”, concretamente al Teatro Español, que por qué él no hacía “El jardín de los cerezos”. Él me respondió que no lo hacía porque no tenía a Ranévskaia (la protagonista). Éste es un personaje muy especial... Después, él hizo una pausa y me dijo “cuando cumplas unos cuantos años tú serás una perfecta Ranévskaia”... Esto también me marcó tanto que pensé “si él cree que soy capaz de hacerlo, debe ser cierto” Pero fue difícil, porque la profesión de actor es de una gran generosidad; debes estar con ellos, volcarte en ellos... y la profesión de director es más lógica, más precisa... con lo que, claro, siendo actriz es otra manera de enfocar el trabajo... dejar que siembres en ti... entonces, yo sembrando en mí misma, era muy difícil, hasta que en un momento dado, me dije “Tienes todo para hacer este papel. Hazlo sin más” Así fue. Cuando empecé me preocupaba mucho por mi acento, hasta que otro compañero me dijo que el alma no tenía acento... Esto me dio la confianza que necesitaba... y ahora disfruto muchísimo... Y curiosamente ahora, intuitivamente, cuando terminamos una función sé dónde hemos fallado, dónde hemos de incidir para la próxima vez; la obra es un ser vivo y cada día nos permitimos grandes improvisaciones...

Pregunta: En algún medio de comunicación has comentado algo que considero interesante: “Necesitamos saber pensar”... y precisamente, esto no se enseña en los colegios...


Irina Kouberskaya: No... El hombre es creador, si un niño nace y desde el principio le dicen que el mundo es de una manera determinada, ya estamos sembrando el conformismo. No conocemos cómo nace el mundo, el fenómeno en sí, cómo funciona... Utilizamos parcialmente la fenomenología del mundo, si lo hiciésemos de esa manera el niño se sentiría creador y querría saber más... pero lo que le enseñan es que los mayores lo saben todo y ésa es la mayor mentira que se dice... Con lo que el niño en lugar de tener fascinación, lo que tiene es miedo ante su responsabilidad. Cada uno de nosotros participamos como elemento absolutamente activo en la creación de un modelo de vida. No somos inocentes, vivimos lo que merecemos por lo que pensamos, por cómo actuamos... No tenemos, pues, alma de creadores... no tenemos un alma artística desarrollada, nos asustan antes con unas cuantas fórmulas, diciéndonos que son totales y no es así; son una pizca muy pequeña de otras fórmulas, como dicen los científicos “La verdad de hoy será la mentira de mañana”... y no enseñan que esto es fascinante... Yo lo descubrí un poquito tarde, pero cuando lo haces ya nada puede pararte. Cada uno es responsable del tiempo que tarda en descubrir esta gran verdad.
Pregunta: Lorca y Valle-Inclán están muy presentes en tu carrera profesional y en tu vida... De hecho por primera vez Valle-Inclán llegó a Rusia de tu mano.
Irina Kouberskaya: Sí, hicimos “La rosa de papel y Ligazón”... Ambos autores son inspiradores para mí. Con ellos siempre crezco muchísimo, cuando profundizo a su través. En causó una expectación tan grande, la crítica fue enormemente generosa...

Pregunta: Te has formado en Rusia, has crecido como actriz y directora en Rusia, ¿cómo decides venir a España?

Irina Kouberskaya: Vine porque me casé, así de sencillo... hace muchos años, más de treinta...

Pregunta: ¿Qué diferencias encontraste entre ambos países y ambas formas de entender el teatro?

Irina Kouberskaya: Cuando llegué, vivía cerca de Bilbao... los teatros sólo se abrían en agosto, al mismo tiempo que la temporada taurina... en esa época tuve la suerte de ver a Lola Flores y descubrí a un genio. Posteriormente vi en Barcelona a Els Joglars y me impresionó totalmente... tanto es así, que ingenuamente, pensé que todo en España todo el teatro era de aquella manera. Después descubrí que no era así... sin embargo tuve la suerte de ver todas las puestas en escena de Marsillach, de Miguel Narros, de William Layton... he visto grandes proezas del teatro español... auténticas joyas... Ahora me gustan las nuevas tendencias que aparecen, cómo buscan los jóvenes, cómo hacen su performance... Este temperamento es el motor de Europa, un motor espiritual, cultural... debería serlo, debería ejercer este tipo de servicios... España es un gran país, cuando se avergüenzan de las raíces españolas, no sé por qué sólo se recuerda a Franco, él no es nada, es un tiempo muy pequeño para una historia tan larga como la de este país... España ha abierto caminos por el mar hacia el mundo entero... hay tantas cosas por las que sentirse orgullosos de España, pero orgullosos en activo, no sólo comiendo tortilla de patatas. Amo a este país, porque amo su cultura; entonces me duele que haya tanto rechazo a la raíz española... Por ejemplo cuando hacemos “Por los ojos de Raquel Meller” homenajeando a esta figura española, lo vemos claramente. Ella tuvo unos orígenes muy humildes y con voluntad se sobrepuso a todo. El público acaba en pie, aplaudiéndonos... Raquel Meller cantó y bailó en todas las lenguas españolas, fue una gran mensajera de este gran país que es España. No se hereda bien, no se abren tantos baúles con tanta historia... me duele, que no se entienda bien la modernidad. Hace cien años, quienes vivían también pensaban que eran modernos... Tenemos un tiempo muy escaso, que debemos saber heredar y saber avanzar...

Pregunta: Eso quizá es lo más difícil, saber heredar y tomar el testigo, para transmitirlo, claro.

Irina Kouberskaya: Fíjate, “Instituto Cervantes” Sólo con decir Cervantes la gente acude en masa. Eso es el Márketing. Una empresa se hace rica utilizando el nombre de una persona que casi no tenía para comer. Fíjate en esa paradoja... Utilizar de esta manera el nombre de un autor, me parece curioso... alguien debe ser responsable de esto también. Nadie es responsable, esto es triste. Chéjov, Lorca, Valle-Inclán, eran responsables... y debemos serlo también, de lo que decimos, de lo que hacemos...

Pregunta: Eso hoy en día quizá es pedir mucho...

Irina Kouberskaya: No, es dignidad para vivir, para llamarse ser humano... poquito a poco debemos ir siéndolo... así es como podemos salvar a un niño y de este modo a toda la infancia... Me alegra muchísimo que se haga teatro para bebés y que los recintos se llenen... Ahí vemos que los padres se ocupan y quieren salvar a sus hijos de la banalidad de pensamiento, a la que se aplaude en coro... Hemos de aceptar nuestra ignorancia (yo lo hago también) ése es el punto de partida para cambiarlo todo. No importa si no entiendes un poema, un texto determinado, ámalo, vibra con él... tarde o temprano lo acabarás comprendiendo...

Pregunta: Tu granito de arena para hacer posible este cambio, ha sido la creación de este teatro y esta compañía ¿no es así?

Irina Kouberskaya: Sí. Encontramos un semisótano infumable que era la alcantarilla de la casa, o un antiguo almacén de ferretería... y aunque estaba muy mal, supe ver en él la sala que es hoy... Me rodeé de grandes amigos que han colaborado de una manera constante y lo hemos revitalizado con nuestras propias manos. Es un teatro precioso, toda una pared está llena de fotos de personas que entregaron su vida por la creación... Los políticos administran la economía bastante mal, pero los que crean caminos en el mundo son de verdad artistas, poetas de la vida, gente que cree en el ser humano y que lo empuja hacia todas sus posibilidades, porque sólo esta gente ha dado los pasos para que este ser evolucione y no por obedecer simplemente somos buenos... no, somos buenos, cuando vivimos nuestra vida con creatividad, cada día, en cada despertar... Hablas con una directora muy apasionada...

Pregunta: Sin esa pasión es complicado hacer teatro ¿no?

Irina Kouberskaya: Imposible... me alegra muchísimo que en 2003 fuese valiente y aceptase este reto, sino... seguiría andando con los dossieres bajo el brazo de sitio en sitio... esperando meses, años... Antes te daban con la puerta en las narices, ahora te reciben... pero es lo mismo... No se mueve, es un mundo muy inamovible el que estamos viviendo en España, mucho más que en Rusia... Rusia ahora es un volcán... No le corresponde a este país la inmovilidad que está padeciendo, porque su temperamento es activo, gracioso, impulsivo... no sé qué falta... quizá falte la fe en las propias raíces, el español se ha querido despegar de sus raíces y las ramas salen y florecen cuando bebes de tu propia raíz, es el árbol de la vida...

Sofía Basalo.

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