sábado, 2 de octubre de 2010

... AINHOA AMESTOY (Abril 2010)



La vuelta a los escenarios le ha sentado francamente bien. Llevaba más de tres años tocando “otros palos”, dentro del amplio orbe teatral, cuando esta joven mujer de teatro decidió volver a subirse a las tablas, dirigiendo una divertida adaptación del clásico inglés “Mucho ruido y pocas nueces” de Shakespeare, escrita por Jacinto Benavente. Ainhoa Amestoy es “Celia” en este clásico que nos habla del amor, de la amistad, del engaño y a un tiempo está comenzando a ser “Josefina Manresa” en un homenaje más a Miguel Hernández que, en mayo, verá la luz en Madrid bajo el título “Te quiero, Miguel”.
Hemos podido charlar con esta “mujer de teatro”... aunque ella diga que aún le queda un “caminito” para llegar a serlo plenamente:


Pregunta: He leído que en “Mucho ruido y pocas nueces” destripas el mundo teatral. Eso se puede entender de dos maneras: Que no dejas títere con cabeza o bien que nos muestras lo que hay detrás... ¿Con cuál de las dos formas hemos de quedarnos?


Ainhoa Amestoy: (Risas) Lo que hacemos es partir de un texto de Jacinto Benavente titulado “Los favoritos” que es una adaptación que hizo de “Mucho ruido y pocas nueces”, el texto original de Shakespeare. Entonces, mezclamos ambos textos, pero además incluimos textos nuestros que se refieren a lo que me comentabas; lo que hacemos es que los personajes en ciertos momentos, salen de esa figura de personajes, para convertirse en actores y vemos todo el intríngulis, digamos, que hay dentro del mundo del teatro, ese engaño teatral y como un espacio sonoro puede crear una atmósfera, la importancia de las luces, vemos el carácter de los actores frente al carácter de los personajes... como la obra trata sobre el engaño en el amor, nosotros mostramos también el engaño en el teatro, un juego con la metateatralidad.

Pregunta: ¿Cómo surge este proyecto?

Ainhoa Amestoy: En 2001 Austral sacó una edición de un texto maravilloso de Jacinto Benavente que era “El teatro fantástico” editado por Javier Huerta y Emilio Peral que son profesores de la Complutense, a mí me fascinó este texto prácticamente desconocido, porque mostraba un Benavente distinto al Benavente convencional que estudiamos en el colegio, y que la gente tiene una idea de un Benavente muy adaptado a las costumbres de su tiempo y este libro nos mostraba un autor que se fijaba en la pantomima, en la comedia del arte, en el mundo titiritesco, en el mundo del modernismo... es decir, un autor completamente renovador... Yo quería llevar a escena alguno de los textos que se presentaban en el teatro fantástico y como la productora con la que trabajo, Factoría Estival del Arte, se dedica a hacer indagación literaria, es decir que no cogemos textos literario-dramáticos exclusivamente y los llevamos a escena, sino que, de pronto, cogemos novelas y las adaptamos al teatro, cogemos cartas y las adaptamos al teatro... Hemos hecho una versión de la Odisea, otra del Quijote, basándonos en las mujeres del Quijote... es decir, investigamos en lo que la literatura o la historia puede darnos para trasladarlo al mundo teatral, con lo que, decidimos que era un buen momento para llevar este texto perteneciente al teatro fantástico a las tablas, porque es un texto muy divertido, creo que con el momento crítico que estamos viviendo ahora, la gente tiene ganas de disfrutar, de pasarlo bien y además es un texto muy humano, donde se exploran todos los sentimientos básicos del ser humano, la amistad, la ira, el éxito, el orgullo, la mentira, el amor... y todo el mundo se siente muy identificado con estos personajes tan naturales, tan vivos, tan cercanos...

Pregunta: Y además, personalmente, creo que “Mucho ruido y pocas nueces” es una de las obras más hermosas del autor inglés...


Ainhoa Amestoy: Sí, además Benavente ha hecho un trabajo fantástico porque ha condensado la obra, entonces, ha eliminado todo lo que de morralla pudiese haber, aunque Shakespeare tiene poca morralla (risas) pero bueno, se ha quedado con el centro del argumento, con lo más interesante que es la relación amorosa que existe entre los cuatro personajes, las dos parejas y todo el enredo amoroso, y ha eliminado lo que pudiera parecer más superfluo; entonces, la obra está muy condensada y no nos deja respirar un minuto, de hecho cada vez va in crescendo ¿no? Cada vez va más rápida, es más divertida, la gente sale con una sonrisa amplia del espectáculo.

Pregunta: Comentas que es una obra que no os deja respirar un momento, supongo que más a ti, que además de dirigirla, interpretas a la protagonista...

Ainhoa Amestoy: Sí, sí, además mi personaje, Celia, es delicioso, vital, mira a las estrellas aunque no sabe cuáles son las reglas de los astros, y sin embargo disfruta viéndolas, disfruta viviendo, viendo una rosa... es el personaje que trama todo el engaño... estoy todo el tiempo en escena, tengo que ir conduciendo al resto de personajes, para implicarles en esa mentira, y que acaben creyendo en ella... efectivamente, he tenido que estar en los dos lados, en la dirección y en la actuación, ahora estaba leyendo una entrevista que le han hecho a José María Pou, que ahora llega a Madrid con un montaje que ha dirigido él (Los chicos de historia) y en el que actúa... me sentía identificada y pensé “voy a llamarlo para comentarle la experiencia y que me aporte su sabiduría” (risas)

Pregunta: Llevabas tres años sin subirte a los escenarios, ¿qué has hecho en todo este tiempo y cómo ha sido el regreso, aunque escuchándote ya lo adivinamos?

Ainhoa Amestoy: Llevaba tres años y medio, sí, desde que hice el monólogo de las mujeres del Quijote, porque me había concentrado más en el mundo de la dirección de escena y en la gestión cultural, donde he estado programando teatro, música, danza y ópera en el instituto madrileño de Moncloa-Aravaca, dando clases... he estado investigando otras áreas, fundamentalmente, la dirección y no había tenido tiempo de concentrarme en la actuación, pero no quería perderlo, porque es un universo fascinante y que además me nutre también en la labor de dirección... la verdad es que el regreso ha sido delicioso, fantástico, porque tengo un equipo genial a mi lado, que me ayuda y aporta mucho y mucha ilusión... de hecho además de este montaje, estoy empezando a ensayar otro, también como actriz, que vamos a estrenar en mayo, el 22 de mayo, en Madrid, en el Centro Cultural Moncloa, es un texto sobre Miguel Hernández, para conmemorar el aniversario. Hacemos un recorrido hernandiano, en diversos lugares de Madrid se van a leer poemas y el recorrido terminará con esta función que se llama “Te quiero, Miguel” y que interpreto junto a Chema León, que es Miguel Hernández, y yo soy Josefina Manresa, su mujer... en un amor muy dificultoso y muy romántico...

Pregunta: Comentabas la labor de investigación que lleváis a cabo sobre los textos clásicos; por ejemplo en Las mujeres del Quijote, o también en “Mucho ruido y pocas nueces”, también resaltando el papel de la mujer...

Ainhoa Amestoy: Sí, sí, inevitablemente me voy hacia ese lado (risas) entre que mi personaje es el artífice de todo el engaño, con lo que al final termina dando la impresión de gran inteligencia... pero es que las mujeres somos así, somos capaces de ir conduciendo a los hombres y a otras mujeres, cuando nos lo proponemos... somos muy enredadoras... y luego el personaje de mi compañera, la mejor amiga de Celia, La favorita, que es Beatriz, que interpreta Paloma Mozo, con una sutileza muy medida... A esta mujer ya la presentó así Shakespeare y Benavente continúa en esa línea y nosotros la hemos acentuado, es una mujer feminista, muy moderna para su época renacentista, una mujer que piensa que hay que situarse al mismo nivel que el hombre y que la clave de eso está en el estudio; que al hombre hay que dejarle las guerras, la fuerza... que el poder de las mujeres está en el estudio, en los libros, en la sabiduría... es un punto de vista muy interesante. Hemos pretendido también, darle un toque atemporal al espectáculo, porque lo que se cuenta es tan humano que afecta tanto a una persona del renacimiento como a una del XIX o a una de nuestro siglo, entonces hemos hecho que la obra tenga toques renacentistas pero que también tenga toques atemporales, por ejemplo, esta actriz, con su fuerza feminista lleva unos pantalones de cuero radicales (risas)

Pregunta: Alguien malévolo podría decirte que eres más que un poquito “feminista” o “radicalmente feminista”...


Ainhoa Amestoy: No (risas) es una obra muy sutil... no soy de los directores en exceso provocadores... (risas)

Pregunta: Hace algunos años decías que querías ser una mujer de teatro ¿Lo estás consiguiendo. Qué es ser una mujer de teatro?


Ainhoa Amestoy: Un modelo podría ser Nuria Espert... y me queda mucho para llegar a ella... Una mujer que ha dirigido, que ha actuado, que ha vivido dentro del entorno del teatro en su máxima potencia... creo que estoy en el buen camino, he podido tocar bastantes palos dentro del teatro... dirección, escritura que también me encanta y donde tengo un gran modelo, un gran dramaturgo, que es mi padre, Ignacio Amestoy, que por cierto, coincidimos en un estreno esta semana, porque el estrena en La Guindalera una obra que hay que ir a ver “La última cena”... estamos a tope... mi madre no puede más (risas)... entre los nervios del uno y de la otra...

Pregunta: Creo que a los nueve años comenzaste a estudiar danza y jazz...

Ainhoa Amestoy: Sí, comencé a estudiar danza clásica con Víctor Ullate y he seguido con ello aunque no tenía las facultades necesarias para ser una “súper bailarina” pero me gusta, sigo con ello, he probado diversos estilos de danza; ahora estoy bailando contemporáneo con una profesora maravillosa y me gusta además porque te da luego, una prestancia en el escenario, una elegancia particular...

Pregunta: Has comentado que es fundamental que los actores sepan cantar, bailar y actuar...

Ainhoa Amestoy: Es lo ideal y cada vez, en Estados Unidos todos lo hacen maravillosamente bien, vamos progresando más... los jóvenes actores se forman absolutamente, tenemos los medios para formarnos y desgraciadamente, como a veces hay bastante paro, los actores aprovechan para hacer cursos de claqué, esgrima etc... para seguir completando... y la verdad es que tenemos ahora unos actores jóvenes preparadísimos y maravillosos...

Pregunta: Comentas que lo ideal es un actor con esa formación, pero ¿se exige realmente?

Ainhoa Amestoy: Depende del espectáculo, ahora hay muchos musicales, con lo que en ese caso, cuanto más registros se posea mejor... Yo misma hace un año fui a una prueba y si sabías tocar un instrumento te daban un punto más, porque querían actores que supieran tocar algún instrumento... o en el teatro clásico, vemos que ahora, en casi todos los montajes, sacan a los actores cantando, en la línea que está llevando Eduardo Vasco se está dando mucha importancia a la artesanía teatral... Depende de la línea que se quiera seguir...

Pregunta: Depende de la línea ¿y la línea comercial?

Ainhoa Amestoy: La línea comercial... bueno, estamos viendo muchos musicales, estamos viendo el club de la comedia, historias de pareja, monólogos de la vagina etc... en principio... tampoco es necesario un espectro amplio de conocimiento... los monologuistas tienen sus cualidades específicas, pero ya te digo cuanto más se sepa, mejor... y también cuanto más conocimiento intelectual tenga el actor... maravilloso...

Pregunta: También has comentado que es vuestro deber inculcar al mundo la enseñanza del teatro que del teatro se puede obtener... ¿Es una labor complicada de ejercer hoy en día?


Ainhoa Amestoy: Hay sectores que sólo lo consideran ocio, pero el público está deseoso de un teatro inteligente también, que pueda ser divertido, pero que les haga reflexionar... entonces, puede ser que quizá esos clubs de la comedia que hemos vivido en estos últimos años, o las relaciones de pareja llevadas a escena, ya están bastante explotadas y noto que la gente quiere algo más y respecto a la enseñanza teatral, yo soy profesora desde hace varios años de universitarios y adolescentes y me parece muy importante que desde el instituto, desde el colegio, desde la ESO o el bachillerato, se vaya inculcando ese amor por la literatura, por las artes, porque son nuestros espectadores y nuestros profesionales del futuro... pero profesionales en la economía, en la política... en todo... entonces, es necesario que formemos intelectualmente a esos hombres y mujeres del futuro...

Pregunta: ¿Algo que quizá, actualmente, no se está haciendo como se debiera?


Ainhoa Amestoy: Mira, ayer, me comentaban unos profesores de secundaria que en el examen de selectividad se ha suprimido el comentario de texto literario y se ha dejado exclusivamente el periodístico y sus derivaciones... eso a mí, lo comentaba, me parecía un error... Eso debe ser obligatorio... el análisis literario... además los chavales, los adolescentes, se entusiasman rápidamente por todo este mundo teatral y artístico, ya te digo, llevo más de diez años enseñando a chavales y se enganchan con mucha facilidad y luego ya se convierten en espectadores habituales, algunos hasta se convierten en profesionales del teatro, fíjate... aunque eso ya no sé si es bueno (risas) por si luego pasan mucho hambre... porque es un oficio complicado, pero he tenido alumnos que ahora están en ello, por ejemplo, Elena Furiase... estoy orgullosa de ello.

Pregunta: Comentas que es un oficio complicado. ¿También crees que debemos llamarlo oficio, en lugar de profesión?

Ainhoa Amestoy: Es artesanal, desde luego; pero no debemos olvidarnos de que es profesional y a veces los actores y gente del espectáculo, tendemos a no considerarnos en exceso... estamos muy acostumbrados a hacer cosas de forma gratuita y a no defender nuestros derechos profesionales como cualquier otro profesional los defendería... estamos muy acostumbrados a la crisis, a lo difícil que es todo esto, a no tener papeles legales... entonces, es importante considerarnos como un profesional más y exigir nuestros derechos como profesionales...

Pregunta: ¿Consideráis entonces que no estáis bien defendidos, que no se os respeta como se debiera quizá?


Ainhoa Amestoy: Pues creo que en ciertos momentos deberíamos pedir más...

Pregunta: ¿Pedir qué?

Ainhoa Amestoy: Por ejemplo... ¡me vas a obligar a hablar! (risas) Los sueldos, por ejemplo... en la televisión los actores están muy bien pagados, pero en teatro a veces no se hacen los contratos debidos, se cobra con demasiado retraso o historias de empresarios que igual no llegan a pagar nunca... es cierto que es complicado, por ejemplo ahora, tengo que estar pendiente de la taquilla que hago porque soy la productora... entonces, necesito llenar el teatro para poder cobrar yo algo... a mis actores les he prometido que van a cobrar una cantidad y tengo que cumplir esa promesa y la voy a cumplir esté el teatro vacío o lleno... yo me arriesgo pongo ahí mis ahorrillos y ellos cobran... pero en muchos casos, hay veces que todo el equipo se tiene que lanzar y si sacan taquilla cobran y sino, no cobra nadie... entonces, son profesiones muy delicadas porque en otros ámbitos la gente no se arriesga tanto... pero es que últimamente, nosotros decimos vamos a caché o vamos a taquilla. A Caché, es una cantidad cerrada con el teatro y a taquilla dependes del dinero que se saque y cada vez, dada la crisis actual, los teatros están más a taquilla, y eso es un riesgo... y bueno, las subvenciones siempre podían ser mayores, los apoyos podían ser mayores...

Pregunta: Hablas de subvenciones... Además de ser mayores ¿no crees que deberían hacerse conforme a otros criterios, no crees que en cierto modo os restan libertad?

Ainhoa Amestoy: Es que las necesitamos... porque la gente de teatro es pobre, en su mayor medida... entonces, necesitamos esos apoyos. También está sucediendo algo bastante curioso y es que como antes había espectáculos mayores, las empresas privadas más potentes hacían grandes espectáculos con giras bastante grandes, pero actualmente como hay menos trabajo, la gente se está dividiendo en pequeñas compañías, haciendo montajes de dos personas, monólogos... entonces al final somos muchísimos haciendo pequeñas cosas... Sería más inteligente y más interesante juntarnos todos en un gran espectáculo e intentar venderlo, pero bueno, se está produciendo esa dispersión porque la gente está ansiosas por crear...

Pregunta: Hablas del ansia por crear y casi al comienzo nos hablabas de una nueva creación de cara al centenario de Miguel Hernández, “Te quiero, Miguel”...

Ainhoa Amestoy: Estamos empezando con ello ¿eh? Es un texto de mi padre, basado en las cartas que se escribieron Josefina y Miguel y en otros textos que conservamos, poesía, documentos y demás. Fue una relación muy compleja porque estuvieron separados gran parte de su corta vida, sobre todo la corta vida de Miguel... Josefina guardó como un tesoro los textos de Miguel, porque él le dijo que los guardase bien y así lo hizo. Es un espectáculo basado en esa relación, estamos empezando a ensayar. Está dirigido por Luis D’ors... y no te puedo decir más (risas)

Pregunta: Supongo que tu padre ha tenido gran influencia en tu carrera...


Ainhoa Amestoy: He estado siempre y estoy muy vinculada a mis padres, además soy hija única, así que todo el reflejo va hacia mí. Son unos grandes acompañantes en el camino, no se pierden una. Están siempre viendo mis espectáculos. Mi padre me ha dado muchos consejos, pero ahora ya últimamente le estoy diciendo que se modere, cuando ve un espectáculo, que también me deje volar... que podemos comentar pero con tranquilidad, porque él saca lápiz y papel y apunta punto por punto... últimamente le estoy diciendo “dame tres notas, las tres notas fundamentales”... porque es importante también dejar a los hijos que encuentren sus caminos ¿no? Es muy bonito tener a un padre que pertenece a tu gremio, a tu mundo, pero también hay que saber distanciarse...

Pregunta: Volviendo al tema femenino. Considero que aún queda mucho camino por recorrer ¿también en el teatro le cuesta más a una mujer encontrar ese camino?

Ainhoa Amestoy: Todavía sí que se ve en algunos aspectos esa limitación, creo que todavía nos podían dejar más paso a las mujeres directoras, vamos consiguiendo logros pero ... aún se van encontrando algunos problemas... Con respecto a actores y actrices, las actrices son necesarias porque hay personajes femeninos, desgraciadamente hay muchos más personajes masculinos en las obras dramáticas que femeninos... las mujeres siempre tenemos que pelearnos por conseguir esos personajes femeninos, pero bueno, poco a poco hay que ir haciéndose camino y también voy notando la experiencia, los años y como la gente te va respetando, te va cogiendo cariño, aprecia lo que haces y te haces un hueco dentro de este pequeño mundo teatral...

Pregunta: Vais a estar poquito tiempo en el Fernán-Gómez...

Ainhoa Amestoy: No tan poquito, un mes... (risas) estamos tan acostumbradas las compañías a hacer representaciones de uno o dos días y luego el montaje se muere, que cuando nos dicen que vamos a estar un mes, ya es un triunfo (risas)... poder hacer veinte funciones seguidas... nos gustaría hacer más claro que sí, pero ya te digo es difícil...

Sofía Basalo.

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