domingo, 29 de marzo de 2009

... ANDRÉS LIMA (Julio 2008)




De “Marat-Sade” con el CDN a la Comedie Française y de París al Teatro de la Zarzuela. Andrés Lima acaba de recibir su particular “Bateo” en el género chico. “El Bateo” y “De Madrid a París” son los dos títulos en los que el director de la prestigiosa compañía Animalario ha plasmado su forma de hacer y de concebir el teatro, al que junto al compositor Federico Chueca rinden homenaje en una propuesta renovada, ágil y grande, sin duda. Hemos podido hablar con Andrés Lima:

Pregunta: Diriges “El Bateo” en el Teatro de La Zarzuela y es también como su propio nombre indica “tu bautizo” en este campo...

Andrés Lima: Perfectamente. Mi bautizo fantástico, no me he ahogado y muy divertido, la verdad. Luis Olmos me llamó y me lo ofreció directamente; pensó que por el trabajo que yo había hecho, que está bastante relacionado con el Teatro Musical y mi gusto por el teatro popular, me iría muy bien y yo creo que es verdad... Estoy encantado.

Pregunta: Creo que en la propuesta de Luis Olmos entraba “El Bateo” pero el segundo título lo elegiste tú...

Andrés Lima: En realidad él tenía pensado dos, se suele hacer así, por lo visto, son dos piezas de género chico, cortas cada una; pero las dos juntas forman un espectáculo de cierta envergadura; son dos horas y media. La segunda me dio a elegir entre tres o cuatro libretos, de los que desconocía la música, puesto que no se tocaba desde que se crearon, prácticamente y por el libreto yo elegí “De Madrid a París” que es una especie de comedia dislocada, más cercano al género de las variedades o al Musichall que a la zarzuela o al sainete, puesto que no tiene un hilo argumental importante, lo tiene endeble... que da pie a números musicales de lo más variado. Es una especie de viaje enloquecido de Madrid a París con motivo de la Exposición Universal y entonces es una especie de catálogo de las gentes que iban allí a exponer algo o sencillamente a verlo y hay una sátira subterránea del mundo español y de lo rancios que somos... cada grupo de gente, hace un número... los toreros el pasodoble, las señoras un número más de variedades... y así sucesivamente...

Pregunta: Comentabas que esta propuesta hace una critica de “lo rancios que somos”... ¿Seguimos los españoles, siendo tan rancios?

Andrés Lima: Un poquito, creo (risas)...tenemos una cultura o por lo menos mi generación todavía viene de una educación muy católica, apostólica y romana... hemos sufrido mucho la marca del franquismo durante muchos años y aún no nos lo hemos podido quitar de encima... yo lo noto en las relaciones un montón... y por otro lado la iglesia ha estado pisándonos el cuello toda la vida... a eso es a lo que yo llamo rancio...

Pregunta: ¿Nos queda mucho para dejar de ser “rancios”?

Andrés Lima: Espero que no. Espero que no sea consustancial a ser español (risas)... no hombre, por otro lado, esta visión que te digo es que... se desprende, porque es inevitable... es que es así... pero vamos, también hay un retrato de un pueblo muy cachondo que sabe reírse de su propia tragedia... que eso es otra característica española positiva, en este caso...

Pregunta: Cómo habéis llevado a cabo esta relectura... muy original desde el momento en el que vemos que toda la acción transcurre en un ensayo... el ensayo general, para ser más concreto...

Andrés Lima: Yo quería ser lo más fiel posible al libreto y a la partitura, porque es la primera vez que lo hacía y creo que está muy bien transgredir, pero siempre que conozcas las reglas básicas, sino puedes meter la gamba mucho y muy profundo... entonces intenté ir hacia lo que me contaba la zarzuela e ir a la esencia de cómo se hacía desde una visión contemporánea, ésa es la lectura más o menos... es decir, conservamos el juego de telones de la época como si fuera una compañía lírica al uso, pero el juego de telones está realizado desde un punto de vista moderno... y el juego de personajes tiene un punto de distanciamiento, es decir, el Pamplinas, el Pichi, el Chulo, las Putas, las Modistillas, las Costureras... hay un punto de distancia que te hace tenerles cariño y al mismo tiempo ver que son gente que sobreviven en una época... luego, el punto del ensayo, pues aparte de intentar hacer una zarzuela y de reflejar El Bateo y De Madrid a París, hay un homenaje a Chueca y este homenaje, para mí era el homenaje a la música y al teatro, entonces, que el público pueda aunque sea de una manera más o menos ficticia, porque no te da tiempo a organizar algo más preparado, por el sistema de producción del Teatro de la Zarzuela... pues tienes que ensayar un espectáculo enorme... en un mes, entonces no te dejan profundizar tampoco, pero bueno el caso es que el ensayo general nos da pie a que el público vea las entretelas del teatro, los problemas que hay con unas subidas y bajadas de telón mal ensayadas o el relajo que hay en un ensayo que nunca es lo mismo en una función... la camaradería, el cachondeo, las rencillas... un poco, el mundo del teatro visto por dentro...

Pregunta: Los personajes, no sé, si están un poquito dibujados muy al límite... con esas mujeres que hundidas en la más profunda desesperación se arrancan los cabellos...

Andrés Lima: (risas) Para mi gusto tanto El Bateo como De Madrid a París, avanzan dos estilos... El Bateo, creo que avanza el esperpento, estoy seguro que el propio Valle-Inclán asistió a muchas zarzuelas o por lo menos no fue indiferente a ellas... y al expresionismo, mucha gente que las ha visto, la propia Esperanza Roy que sabe mucho de zarzuela y de Beltor Bercht... me ha dicho que tiene la misma esencia que Brecht... los libretos son diferentes, son de otra época, pero hay mucho de ese exceso, que creo que está en los libretos antiguos... y creo que es un juego puramente teatral...

Pregunta: ¿Cómo han transcurrido los ensayos, sobre todo para los intérpretes clásicos de zarzuela, no acostumbrados a la forma de trabajar de Animalario, les ha sido complicado adaptarse a vuestro ritmo...?

Andrés Lima: No, depende de cuál, claro, pero realmente tengo unos cuantos actores cantantes que son prodigiosos... que creo que son buenos cantantes y encima actúan que te mueres... Además tampoco les ha dado tiempo... yo tenía un mes y empecé directamente “a toda hostia”... quien quiera que se apunte... y si miras para atrás ya te sales de la carretera y ya no enganchas... ha sido un poco frenético y de alguna manera es el no pensar y de alguna manera actores con mucho talento que confiaran... y los cantantes ya te digo, Eva Diago, Enrique del Portal, Milagros Martín... son tres personas que han cogido el estilo a la primera... pero de todas maneras ya te digo, yo creo que en la zarzuela que tenemos mucha gente de teatro muy olvidada hay una escuela mucho más cercana, ya te digo, a Brecht a Valle-Inclán... que sería muy interesante rescatar, incluso para hacerla contemporánea ahora mismo...

Pregunta: Comentas que hay gente muy válida en la zarzuela, género quizá que habría que rescatar de quizá conceptos arcaicos...

Andrés Lima: Sin duda, yo ya se lo he propuesto a los productores, al director, a todo el mundo... yo no sé si es que hay mucha gente... tampoco sé cuáles son los poderes fácticos a los que interesa que la zarzuela sea algo más cercano a la ópera que al teatro, pero creo que es equivocado. Habrá gran zarzuela, que se puede acercar más, pero creo que el género chico está mucho más cercano al pueblo, a la gente que no puede pagar cuarenta o cincuenta euros de entrada y de un hecho que no le hace falta que haya telones de veinte metros ni orquestas de cincuenta y cinco músicos... siendo esto muy respetable y maravilloso ¿eh? Pero eso supone un precio, aunque sea un teatro nacional, al que no todo el mundo puede acceder y una manera además de asistir que es mucho más seria... a mí me gusta más la zarzuela de corrala y creo que tiene más sentido y si estos montajes se hicieran con la mitad de presupuesto, mitad de orquesta, mitad de coro y mitad de todo, seguirían siendo muy efectivos porque no hace falta hacer Aída al hacer El Bateo y conectaría mucho más... sobre todo tendrían un sentido que a la gente le gustaría más la contemporaneidad... más la conexión directa con el público que es lo que se busca realmente en todas estas pequeñas piezas

Pregunta: Pero hoy en día parece que la zarzuela conecta más con un tipo de gente muy determinado... mayor, de un cierto nivel económico, cultural, ideológico, y con ciertos prejuicios incluso, si nos fijamos en los llamados “puristas”...

Andrés Lima: Posiblemente y es verdad... yo estoy viendo estos días y con todos mis respetos, el Teatro de La Zarzuela que está lleno y es maravilloso... pero es un público muy mayor...la música, efectivamente, yo no escucho a gente de mi generación que se ponga a escuchar una tarde “La Verbena de La Paloma”... pero todo eso es renovable en el sentido de que el género si fuera más accesible cambiaría... se apropió de él, en un momento dado, por desgracia, el franquismo; fue uno de los símbolos casposos de los años sesenta, setenta o cincuenta... toda mi infancia, la zarzuela, la semana santa, la misa del gallo y los desfiles militares... los tengo íntimamente relacionados... como algo espantoso... y sin embargo la gente que ha venido a ver esta propuesta, compañeros de trabajo, familiares, gente que en general en su desconocimiento no había venido ni una sola vez a la zarzuela han flipado... es un gran espectáculo y les ha encantado.

Pregunta: Quizá nos deberíamos dar un poquito más de libertad, ser un poquito más flexibles...

Andrés Lima: Yo creo que sí, yo mismo sólo había estado una vez en la zarzuela y eso que soy de familia de zarzueleros... mi tatarabuelo es el autor de Las Bodas de Luis Alonso, o sea que me viene un poco de familia... pero sí, hay un prejuicio que hace no ir, sin embargo está bien visto ir a la ópera, aunque tampoco haya ido (risas)... no sé, la zarzuela parece que es algo del PP y cateto y no creo que sea eso, la verdad... por ejemplo, en El Bateo, el protagonista es un anarquista y quiere llamar a su ahijado “Abderramán” o “Robespierre”... es totalmente dislocado, y todo eso nos llega con un sentido del humor bastante grande y sin hacer daño a nadie, creo yo, vamos...

Pregunta: Creo que tras “Marat-Sade” estuviste en Francia, en la Comedie Française ¿Qué tal fue esa aventura?

Andrés Lima: Muy buena, fantástica. Vuelvo dentro de un par de temporadas... ha sido muy bonito, han confiado en mí plenamente... me llamaron para que dirigiera algo que yo podía elegir libremente y me permitieron hacer un experimento con actores de la Comedie; escribí yo la pieza, junto a un autor francés que escribimos a raíz de improvisaciones de los actores... todo un lujo.

Pregunta: ¿Qué diferencias has encontrado a la hora de abordar un espectáculo teatral?

Andrés Lima: Hay una gran diferencia y una gran similitud. La gran diferencia es la gran tradición cultural que tienen, tanto público como actores de teatro... es tremendo, en París ahora mismo coges la cartelera y creo que hay por lo menos doscientos cincuenta o trescientos teatros... una barbaridad... y con programaciones de calidad en casi todos los recintos... esa cultura hace que tengan un nivel alto, pero también hace que tengan una serie de prejuicios quieras que no, pero ya te digo, se nota mucho que es el país de Moliere... Así mismo, creo que está muy aburguesado, creo que ésa es lo peor, a mi parecer... es un teatro que se interpreta de cuello para arriba, con el cuerpo se expresa menos... las vísceras, los sentimientos cuanto más del norte eres más desaparecen, cuanto más occidental eres menos interesan y creo que eso está perdiéndose mucho para el teatro, de hecho la directora de la Comedie, consciente de ello, en parte me llamó a mí como parte ya del cono sur (risas)

Pregunta: Para que removieses un poquito...

Andrés Lima: Sí... (risas) había que darle un poco de movimiento, de corazón, de entrañas a los actores... por ejemplo a ellos no se les había ocurrido nunca, jamás improvisar sobre una escena y cosas de ese estilo... Entonces, ya te digo, está muy bien, porque lo que me han ofrecido es un camino de ida y vuelta en el cual yo voy a beber todo lo que pueda de ellos y ellos van a beber todo lo que puedan de gente que todavía está más fresca, por así decir... y es literalmente cierto, la verdad. Pero luego los actores tienen un nivel de calidad impresionante, es una compañía que lleva trescientos años en pie y claro, hacen tres o cuatro montajes al año con un rigor y un nivel tremendos. Yo tenía una actriz que había hecho Electra, Medea, Lady Macbeth... todo lo que quieras... y entonces es un lujo... y un lujo también que ese tipo de actores confíen en ti y te digan “Vamos a hacer lo que nos indiques”... ha sido maravilloso, una experiencia muy fuerte... el público de la Comedie, algunos han flipado, les ha sonado como si bajaran los marcianos y para otros ha sido como una pequeña revolución, puesto que eso se supone, se hace en otro tipo de teatros de París, no en la Comedie... y les parecía bien que Moliere dejara sitio a más gente..

Pregunta: Con “Marat-Sade” volvisteis a arrasar en los Premios Max. ¿Cuál es el secreto de Animalario, que todo lo que toca lo convierte en oro?

Andrés Lima: Ojalá, hija... estamos en la ruina, por no decir, con perdón, en la puta ruina... ¿sabes lo que pasa? Que nos gusta el trabajo, sinceramente, estamos pagando unas deudas tremendas, porque lo que hacemos es invertir en trabajo... “Marat-Sade” aunque la producción era compartida con el CDN, después nos hicimos cargo de la gira y excedía totalmente a nuestra estructura... pero nos ha merecido la pena. Nuestro único secreto es que nos gusta mucho el teatro y nos entregamos a él, ya te digo, aunque no saquemos ni un duro, porque es difícil para una compañía meterse en esos berenjenales ... nosotros hemos tenido suerte y el público nos ha acompañado, pero aún así, con el público, llenando los teatros... estamos en números rojos... con lo cual está jorobado hacer teatro... pero por otro lado, ya te digo, lo único que hacemos es trabajar mucho y... bueno, si quieres que te diga la verdad, nuestro único secreto es siempre hacer lo que nos apetece y nos gusta... nada de trabajar por compromiso...

Pregunta: La pasión es algo casi casi indispensable ¿no?

Andrés Lima: Yo creo que sí, por supuesto, e incluso te diría más, la pasión que viene de la fraternidad... no el amor loco que al final te estrellas... sino de la amistad que yo creo que es una pasión bien bonita...

Sofía Basalo.



jueves, 26 de marzo de 2009

...JOSÉ MONLEÓN (Noviembre 2005)





JOSÉ MONLEÓN. DIRECTOR DEL FESTIVAL INTERNACIONAL MADRID SUR. “Desde hace mucho tiempo, el teatro se hace para un grupo muy determinado de la sociedad, olvidando a la ciudadanía”



Entramos en uno de los recintos teatrales del llamado cinturón rojo de la Comunidad de Madrid. Estamos en el Teatro Federico García Lorca de Getafe. Un clásico en la cita anual que este gran hombre de teatro nos propone desde hace nueve años. En la primera fila de butacas hallamos a un hombre afable, abierto, comprometido y apasionado por un arte al que ha entregado gran parte de su vida.


Pregunta: Novena edición del Festival Internacional Madrid Sur. Es ésta una nueva etapa en la que se acentúa el compromiso, no sólo del arte teatral, con el sentir de la sociedad; con una realidad que oscila entre la paz y la guerra.


José Monleón: Sí, esa ha sido la idea. Era un camino que al principio, muchos pensaban, podía no funcionar, porque podía desorientar o debilitar la calidad teatral de los espectáculos; que íbamos a sustituir el teatro por un cierto discurso político, pero yo, que toda mi vida he estado metido dentro del mundo teatral, sé que no es así. Yo sé que hay un gran teatro, que siendo grande, está en relación con los conflictos, los problemas y las cosas que le ocurren al mundo... Ése ha sido efectivamente, el camino. Buscar un teatro que sea bueno, que sea importante, como lo que vamos a ver hoy, estreno en España, “Epígoni”, pero que, al mismo tiempo, no se consuma en sí mismo.


Pregunta: Ha calificado también este festival como “propio de la ciudadanía” ¿Tal vez hoy en día el teatro se sitúa alejado del ciudadano, del público. Ambos caminan por líneas paralelas sin encontrarse?


José Monleón: Creo que, desde hace mucho tiempo, el teatro se hace para un grupo muy concreto de la sociedad. No se tiene presente a la globalidad social. El hecho de decir que representa a la sociedad, no quiere decir que vaya a verlo toda ella, pero sí que reconozca los problemas no de un grupo o de una clase social, sino los problemas generales. Por ejemplo, es evidente que para la clase acomodada, hay muchos problemas que no tienen sentido, porque los tiene resueltos, en cambio hay millones de personas que sí tienen el problema e incluso la guerra no suele ser un problema para las clases acomodadas que normalmente no van a la guerra. Envían a la gente más humilde. La idea es que un festival de teatro para la ciudadanía fuese un encuentro donde el problema no es el teatro en sí, sino lo que la ciudadanía necesita ver en el teatro. La ciudadanía es la protagonista, ésa es para mí la idea exacta.


Pregunta: ¿Cómo ha sido la elaboración de la novena edición del Festival Internacional Madrid Sur?


José Monleón: Desgraciadamente, la situación internacional está definiendo unos conflictos muy claros... Entonces hemos dicho, en América Latina, ¿Qué pasa en Colombia con la violencia permanente, cómo traernos de Colombia un respiro para entender lo que está pasando allí, en Irak, en Palestina, donde están los grandes problemas?Lo que vamos a ver hoy, por ejemplo, son unos textos de Esquilo que, probablemente, son los primeros textos del teatro occidental. No se había representado nunca porque no son obras completas, y el director, Theodoros Terzopoulos, lo que ha hecho es coger los fragmentos y con ellos montar el espectáculo... ¿El tema? La guerra, la violencia, lo que prueba que el teatro nació porque la ciudadanía necesitó preguntarse por qué demonios existía la guerra y ése es, profundizando, el camino que hemos seguido... A este problema se ha añadido la inmigración, los extranjeros... Para ello hemos hecho un programa escolar, “La llegada del otro”, ha venido el problema de plantear: ¿Hay un cine para la paz? La gente del séptimo arte se ha manifestado a favor de la paz y hoy está con nosotros en este festival; ¿Por qué no los plásticos, los periodistas...? En general ha sido un intento de agrupar a una serie de creadores, de distintos sectores, caracterizados porque se interrogan por las posibilidades de una sociedad mejor que la que tenemos.


Pregunta: Centrándonos en el teatro. Hay muestras de distintos países; Colombia, Chile, Grecia... ¿Qué lugar ocupa el teatro español; qué camino le queda por recorrer?


José Monleón: El teatro español, por una serie de razones que tienen que ver con la sociedad española, hace mucho tiempo, cuando se comenzó a plantear la posibilidad de un teatro crítico y se comenzó a presentar un teatro de la crisis de las instituciones, de la familia, de la política, de una serie de valores que hasta entonces se habían considerado fundamentales, por ejemplo, que la mujer no trabajara y se preparara para casarse simplemente, apareció todo un teatro que nos mostraba que la mujer tenía que trabajar, que el problema del nacionalismo grandilocuente o patriotero sobraba, que la familia no era una institución tan sagrada como se nos presentaba, que la Economía esta pervirtiendo una serie de principios... Cuando en Europa comenzaron a plantearse unas obras de teatro en ese sentido, en España no se plantearon y aunque hubo gente que las quiso escribir, en general, esas obras se vieron muy poco o no se vieron nada, porque el teatro siguió mostrando problemas conservadores, del tipo que se quiere marchar de casa y al final no se marcha, del marido y la mujer que por un momento parece van a separarse y al final no se separan... El teatro se ha movido sobre una serie de cuestiones propias de un pequeño grupo social y yo creo que aquí siempre hemos tenido un teatro, llamado, marginal, alternativo que ha luchado por romper esas trabas, y ha querido plantear los problemas mucho más generales, mucho más abiertos, con una mayor comprensión del mundo y a mí me parece que hoy también tenemos una serie de autores que están moviéndose... El CDN, por ejemplo, anuncia el comienzo con una obra de Mayorga que estimo absolutamente ejemplar, y que es también una mirada sobre el mundo... En el Teatro Español, han presentado igualmente, una obra que incluimos nosotros en el Festival “En Tierra de Nadie”que aborda el conflicto balcánico. A mí me parece que en España hay un grupo de gente que siempre ha peleado porque el teatro salga de ese espacio social reducido que, creo que desgraciadamente, ha sido la práctica ordinaria.


Pregunta: En este festival, si no me equivoco, se le brinda la primera oportunidad a grupos noveles de teatro que radican en los municipios que conforman el mismo ¿No es así?


José Monleón: Sí, uno de los elementos del festival desde su origen, ha sido que esta internacionalidad beneficiara al movimiento teatral de cada una de las ciudades que participan del mismo; por eso llevamos a cabo lo que llamamos “Muestra Madrid Sur” que está hecha porque cada ciudad elige a un grupo y los programamos, para circular por todas las ciudades de Madrid Sur.


Pregunta: Es también una aportación importante, porque hoy en día es muy difícil que alguien te brinde la oportunidad de mostrar lo que haces sobre un escenario...


José Monleón: Claro, fíjate, nosotros, ayer mismo estrenamos en Parla una obra que se llama “El olor del café” de una autora que nunca había estrenado... Es una obra sobre la realidad Palestina, que ella ha hecho a partir de sus propias experiencias y de una serie de testimonios. Estimo que es un gran texto. Cuando me lo trajeron para que viera si lo queríamos programar, lo leí y dije: “Si tenéis un buen director y lo hacéis bien, lo aceptamos” Porque evidentemente esto será un espectáculo importante. Esta obra se estrenó ayer, funcionó muy bien e irá a la red de teatros de Madrid... Si nosotros no lo hubiéramos estrenado, ese texto seguiría en el cajón.


Pregunta: En estos nueve años, qué ha ido observando, cómo ha ido evolucionando la sociedad y el mismo festival?


José Monleón: Lo mejor del festival, a mi modo de ver, es que ese planteamiento del que estamos hablando que, inicialmente, podía parecer una ruptura, un poco anormal, en cierto modo. Yo lo veo en los medios de comunicación, en la gente que viene a ver los espectáculos... Estamos moviéndonos entre un grupo de personas y de medios de información y de creadores que aceptan con toda normalidad que un teatro persiga los objetivos propios del teatro, formales, estéticos, poéticos y a un mismo tiempo, persigue la solidaridad, mostrando un interés por lo que pasa en el mundo y esto es una virtud y no un defecto, como en otra época determinados sectores conservadores, nos querían hacer ver.


Pregunta: Un punto importante en este festival, está siendo el ciclo “Cinco Ciudades, Cinco”...


José Monleón: Sí, nosotros pensamos que al hablar de paz y guerra, había que hablar de la sociedad civil y entonces nos encontramos con un ejemplo, entre otros muchos posibles... Al igual que las obras griegas, hablan de la guerra de Troya, de los troyanos muertos, de las mujeres, de los esclavos... Hay un sujeto real que es la población civil... En la sociedad moderna, también en las guerras se habla mucho de los generales, de los intereses económicos, del presidente... Pero, realmente, las guerras quien las está pagando siempre es un tipo de gente... Por eso nos pareció que los muertos de la bomba de Hiroshima, el primer arma de destrucción masiva, por utilizar los términos modernos, decisiva y terrible, y usada, además por un país que persigue ese tipo de armas... Que lo ocurrido en Sarajevo con la brutalidad del nacionalismo, lo ocurrido en las Torres Gemelas, con la brutalidad del terrorismo islámico, lo ocurrido en Madrid y lo sucedido en Bagdad, con esos bombardeos de los que apenas nos hablan, porque nos enumeran “operaciones” pero en televisión no vemos más que bombas, con niños y mujeres y gente muerta... ¿Qué demonios tiene que ver todo esto, todo ese horror, con esa otra historia que nos cuentan? Por eso, nos pareció que esas cinco ciudades debían alimentar cinco espectáculos-concierto, que creo es una de las cosas que nos está saliendo bien.


Pregunta: Usted ha manifestado que vivimos en una falsa paz... ¿Existe una cultura que sea verdaderamente de la paz, esa llamada de atención debe provenir del teatro?


José Monleón: Creo que es oportuno que tengamos conciencia de que no hay una paz y una guerra. Hay una cultura de la paz y una cultura de la guerra. La cultura de la guerra conduce, inevitablemente, a la guerra, porque en ella se considera la guerra de esa manera. Es un modo de ver el mundo en el que cuando hay una discrepancia se plantea que el fuerte es el que tiene razón y, por consiguiente, es el que tiene que comerse al más débil y que el hecho de que el fuerte no se coma al más débil es debilidad, incoherencia, falta de consistencia. Luego hay otra posición que considera que no, que para que en el mundo no acabemos todos tirándonos bombas a la cabeza, lo que se debe hacer cuando haya divergencias, que es normal que las haya, por otra parte, porque el mundo hay que ocuparlo y repartirlo, porque hay tradiciones religiosas y culturales distintas... La visión del mundo de la cultura de la paz no es un lugar donde todo el mundo se quiere y se da besitos todas las mañanas; sino que frente a los conflictos que existen hay que buscar la manera de que estos no degeneren en guerras por que sí, por la razón que ya dijeron los griegos, por el hecho de la ruptura de la ley del talión, que la guerra genera nueva guerra... Y en esa cadena de guerras, como cada vez vamos a estar más armados, va a resultar que, ya estamos llegando a ello, aterrizaremos en la guerra global y probablemente pondremos en riesgo la misma supervivencia de la humanidad, porque las guerras no se hacen ya con piedras, ni cañones, ni bombas... Se van a hacer con elementos de guerra química, bacteriológica y esta idea de que podemos ir devolviendo golpes y pasar los siglos pegándonos golpes, cada vez resulta más absurda y contraria al proceso histórico... Por todo ello, creo que hay una cultura que debe tender a ver cómo y de qué manera aparecen unos principios para resolver los conflictos frente a otra cultura que dice que si hay un conflicto y uno es más fuerte pues se le pega al más débil y se acabó.


Pregunta: ... Y esa cultura, esgrimiría el arma de la palabra...


José Monleón: Sí, pero hay que pensar que en todas las culturas, en un momento determinado, fíjate, en España teníamos una inquisición que era la cultura de la intolerancia religiosa, pero teníamos a los místicos, a San Juan de la Cruz, que estaba en contra... Había un mundo religioso que no aceptaba esa visión. En el propio vaticano, recientemente hemos tenido un papado que colaboró con los alemanes en la destrucción de los judíos, pero después llegó Juan XXIII y planteó el concilio vaticano II, donde se plasmaba algo totalmente diferente... Yo creo que esa historia de las dos culturas existe desde siempre y que lo que se debe plantear hoy es dónde están una y otra y después contribuir al desarrollo de la madurez de la cultura de la paz.


Sofía Basalo.

domingo, 15 de marzo de 2009

...JOAN CROSAS (Noviembre 2005)






Fue “Sweeney Todd”, Billy Flinn en “Chicago”, El narrador en “Germans de Sang” (Hermanos de Sangre), Thenardier en “Los Miserables”, el pirata Hassén en “Mar i Cel” (Mar y cielo)... Más recientemente ha encarnado a Alfred P. Doolittle en “My Fair Lady” con el que obtuvo el premio Max, al mejor actor de reparto en 2002, nos dejó uno de los maravillosos y desgarrados poemas de Federico García Lorca en el montaje de Rafael Amargo “Poeta en Nueva York”... Y recaló en el Centro Dramático Nacional, siendo Juan en “Los Verdes Campos del Edén” de Antonio Gala.
Joan Crosas es hoy, Santiago, Dueño de la tabacalera que se resiste a abandonar a su lector, que se resiste a adentrarse en una nueva etapa, la de un nuevo mundo, más rápido, más eficaz y menos humano.
Llega una hora antes del comienzo de la función. Habla pausadamente, sin prisa... Como un lector... Es fácil, sumamente fácil, rendirse a la calidez que transmite nuestro interlocutor...



Pregunta: “Ana en el Trópico” es, aparentemente, una obra sencilla; aunque en el fondo, cuando examinamos los personajes, psicológicamente, observamos en ellos cierta complejidad. Por ejemplo, el suyo. Santiago. Dueño de la tabacalera, quizá el más sensible y a un tiempo, el más fuerte ¿Cómo lo está viviendo?

Joan Crosas: Sí... Yo creo que a todos los personajes, les va influyendo la novela. Todos ellos se identifican con algún personaje y a través de él se autoanalizan ellos mismos y se produce una especie de redención o cambio. En el caso de Santiago, este cambio, creo que es mucho más fuerte, porque además de la familia y la fábrica, él tiene el agravante de que es un jugador empedernido. A través de “Levin”, creo que descubre en sí mismo lo que realmente es Santiago y el amor que tiene por su familia, por su mujer y por el trabajo... Así, defenderá con uñas y dientes el negocio, la seguridad familiar, la tradición del lector, de seguir liando manualmente los puros... Que en realidad, después se demuestra que es un error, porque la historia nos dice que entran las máquinas, desaparecen los lectores... Pero el romanticismo del personaje es esto. Él mismo renace de las cenizas y por eso, del más tierno pasa a ser en un momento determinado el más duro, porque tiene que defender delante de su hermano del alma, a quien quiere con locura, su negocio.

Pregunta: Entendemos, entonces, que la novela de Leon Tolstoi, no ha estado elegida por casualidad. Ambas obras discurren, en cierta medida, paralelamente.

Joan Crosas: Sí. Se ha utilizado parte de la novela; pasajes concretos, hechos y personajes determinados para que se produzca ese paralelismo maravilloso. Esto es lo bonito y, actualmente, es como cuando relees un libro ¿no? He releído “Rebeca” o novelas que había leído de joven y es otra historia... Te llegan de otra forma los personajes, te influyeron en ese momento y te influyen en la actualidad... Poner esto en situación dramática creo que es maravilloso. Creo que ha sido el revulsivo, el porqué estamos todos los que estamos aquí dentro, implicados en esta historia.

Pregunta: Es una historia de pasiones, de amor, desamor, aunque con un trasfondo histórico. La transición de dos épocas. La llegada de la revolución industrial, las máquinas, el capitalismo y el fin de la época de los lectores. ¿Esa conjunción de “tiempos” se corresponde también con la actitud y la psicología de los personajes, según se sitúen en una u otra época?

Joan Crosas: Sí, por supuesto. El más visionario es el hermano, Cheché (José Pedro Carrión). Él es el que descubre que el futuro está en eso. Los más románticos son el lector y el resto de la familia. Yo creo que se produce esto en todas las historias. Creo que a todos nos cuesta dar este paso, reconocer cómo evoluciona la vida... Pero, por otro lado, nos damos cuenta de que, por ejemplo, los niños, mientras son muy niños, escuchan muy bien las historias, los cuentos y se imaginan esos cuentos, entrando en los personajes... Con lo que también te preguntas: ¿Qué hemos perdido con toda esta prisa? Incluso, es teatro dentro del teatro. La gente joven va cada vez menos al teatro, le gusta escuchar menos, porque la gente joven tiene acceso, si quiere, a toda la información exterior... Pero ¿Y la información interior?... La que creamos nosotros mismos a través de nuestra imaginación, a través de... Yo, cuando era pequeño me fabricaba mis juguetes. Mi sobrino, ya nunca se fabricó sus juguetes. Ésta es la gran diferencia. Esto es lo que les pasa a los personajes de la novela. Son románticos y no se dan cuenta de que viene un cambio; el único que lo ve es Cheché, el más visionario; pero en la realidad, a nosotros, también nos ocurre. En eso vemos la trascendencia del teatro y la trascendencia de esta historia.

Pregunta: ¿El final de esta obra es, también, el final de una época?

Joan Crosas: Sí, pero con una pequeña excepción y es que la imaginación sigue allí...

Pregunta: ... Sigue nevando en el trópico...

Joan Crosas: Eso mismo. Él (Nilo Cruz) ha querido mostrar esa imagen como un rayo de esperanza... El resto de la familia está destrozada; el padre es el único que continúa liando puros... Conchita descubre que aún puede soñar... Que aún hay un futuro...

Pregunta: El único que no sueña es Cheché, entonces.

Joan Crosas: Cheché desaparece del todo. No se sabe qué ha pasado con él... Supongo que es la representación de lo que va a venir...

Pregunta: La obra está dirigida por su autor. ¿Cómo ha sido ese proceso, supongo, que sumamente especial?

Joan Crosas: Sí, es muy distinto. Con las ventajas e inconvenientes que esto puede producir, porque el mismo escritor mima la historia, el texto y no quiere arriesgar demasiado. Quizá otro director arriesgaría más pero perderíamos esta parte lírica que tiene en muchos momentos. Para mí ha sido un placer, porque él lo escribió en inglés. La adaptación que leí de Nacho Artime era maravillosa, estupenda y trabajar, estudiar y ver tu propio personaje y a los demás y relacionarte con un eje central que es Nilo, quien ha escrito toda esta historia, ha sido maravilloso, una experiencia brutal. Es la segunda que tengo, aunque la primera no era tan implicada. Fue con “Los verdes campos del Edén”, con Antonio Gala. Lo conocí y él nos leyó la obra entera. Todos los personajes él mismo. Eso fue una experiencia maravillosa y ahora Nilo Cruz, que tendrá treinta y pocos años, una energía y una sensibilidad enorme, un Pulitzer, no sé cuántos estrenos en el mundo... Tenerlo aquí, hablar con él sobre el texto, sobre los personajes, sobre qué buscan, por qué dicen eso, por qué en este momento pasamos del lenguaje básico, natural al lenguaje lírico y regresamos nuevamente... Él te cuenta los porqués de este juego. Un juego apasionante.


Pregunta: Hablamos de un escritor joven con una extensa trayectoria, cubano... Llega a nuestro país... Y ya aquí... ¿Dónde están los jóvenes escritores, autores de teatro... Optan por otro género porque no pueden estrenar o directamente, no hay jóvenes dramaturgos?

Joan Crosas: No lo sé... Si conociese este proceso sería el actor más feliz del mundo. Me encantaría que se estrenaran más obras de autores jóvenes, como me encantaría que se hicieran musicales con obras españolas, no importar musicales extranjeros. Yo animo siempre a los jóvenes que escriban, pero tengo terror al futuro, porque hay pocos espectadores jóvenes en el teatro... Yo recuerdo en mi pueblo, en Barcelona, que había un teatro de aficionados. Yo era espectador y de allí nació mi amor al teatro; de ver teatro hecho por aficionados y en todos los pueblos sigue habiendo teatros... Normalmente cerrados pero en mi época estaban abiertos. Esto ha creado autores, actores y espectadores... Yo creo que este proceso, tendría que pasar por la gente responsable de la cultura. Tendrían que prestarle mucho apoyo, porque aquí está el futuro... Y el futuro para a través del teatro. No podemos competir con la televisión, con las máquinas o con los móviles.

Pregunta: Hablabas de los musicales. Se ha dicho que el teatro está degenerando en los musicales... Pero, en cierto modo, ¿No es un verdadero reto para el actor, que en el musical no sólo ha de interpretar dramáticamente, sino también cantar, bailar... Y a ser posible, hacerlo bien?

Joan Crosas: Yo creo que es distinto... Es un problema de técnica. Técnica musical... Has de saber leer una partitura, saber llevar un compás, bailar, etc. Es cuestión de técnica, pero creo y lo digo sinceramente, que el teatro musical ha de llamarse primero, Teatro y después, Musical; pues no tiene que dejar de ser teatro. En el teatro de texto y en el teatro de verso hay música... Y en verso muchísimo más. El teatro musical se convierte en un espectáculo en el que en un momento dado, la música suena, pero como continuidad del teatro, ha de seguir el personaje ahí dentro, metido cuando está cantando. No tiene por qué producirse esta historia de que paras de hablar o de tener la tensión dramática, se para todo y empieza una canción; termina la canción y continúa la acción dramática. No. Para mi gusto el mejor musical ha de ser el que enlace, sin que te des cuenta, una cosa con la otra. Para mí, ésa es la obra de arte dentro del Teatro Musical... Podría poner muchos ejemplos; de hecho yo rompo una lanza a favor del proyecto que se ha hecho con “Maribel y la extraña familia”... Creo que hay mucho teatro escrito y habría que arriesgarse... Tuve la gran suerte de estrenar “Mar i Cel” en Cataluña y me encanta este tipo de teatro... Si se importa musical, estimo que hay que primar a los buenos creadores que tenemos aquí, directores, escenógrafos, cantantes... No lo que últimamente he estado viendo que es “clonar”. Coger un musical, exactamente igual que lo puedes ver en Londres o en Nueva York, traerlo aquí y hacer una adaptación mejor o peor hecha... Pero ha de haber una creación, un desarrollo, unos personajes... Por ejemplo lo que se hizo con “Sweeney Todd” fue maravilloso o con “My Fair Lady”. Cuando me plantearon hacer el padre, Alfred Doolittle, yo que había visto la película, pensé: ”Yo no soy ese señor bajito”. Me dijeron, entonces, que no querían a ese señor, que querían crear otro personaje. Y creamos otro personaje. Eso para los actores y para los creadores es lo más hermoso del Teatro Musical.

Pregunta: En “Ana y el Trópico” actores españoles, como usted y José Pedro Carrión, trabajan con actores cubanos. Supongo que ambas técnicas son distintas, ¿Cómo se han conjugado y entendido profesionalmente?

Joan Crosas: Ha sido muy fácil y muy rápido. Casi no nos hemos dado cuenta. Sí hay diferencias, me imagino. Trabajar, en el caso de Pablo en los Ángeles; en el caso de Teresa en Florida... Pero Teresa en profesora de teatro, entonces conoce, tiene muchos alumnos y conoce las técnicas teatrales como el que más y Pablo es alumno de Teresa y Nilo había sido alumno de Teresa, también... Los tres se conocían perfectamente... Con lo que son tres personas que se conocen y nosotros que entramos, ya sabes cómo somos nosotros que tenemos los brazos abiertos, inmediatamente en la primera lectura. Fue un placer. Nos cambió algunas cosas a nivel de expresión, porque ellos a través del inglés pueden expresar de una forma o de otra... Ese tipo de detalles que forman parte del trabajo diario, de pulir el texto.

Pregunta: ¿Qué sería necesario para que en la actualidad volviese a nevar en el Trópico?

Joan Crosas: Aplicarse a uno mismo la necesidad de volar sobre tejados, pero sabiendo poner los pies sobre la tierra. Jugar a arriesgarse en la propia vida, a decir en un momento determinado: “No seamos tan realistas, tan materialistas. Seamos un poco más soñadores...” Y quizá veamos qué hay detrás del horizonte... Si levantamos el vuelo, si no lo hacemos, no podremos ver nada.

Pregunta: ... ¿Pero el ser humano es hoy tan valiente como para atreverse a volar...?

Joan Crosas: Yo creo que sí. El ser humano en su esencia, tiene muchos valores. Lo que necesita, lo que necesitamos es despertarlo y decirle “ Ánimo, adelante.”


...En realidad, escuchando a Joan Crosas una se despierta fácilmente, se protege de una feroz y agradecida nevada tropical, se siente capaz de agrandar la luz que en esa media hora nos ha dejado... Y el cruel olvido de la noche me saluda, amable, repleto de estrellas que me ayudan a recordar. En menos de media hora, el telón del Teatro Alcázar volverá nuevamente a alzarse. Joan Crosas será Santiago. Una tarde más, todo volverá a ser posible, si nos sentimos capaces de volar.

jueves, 12 de marzo de 2009

... CARLOS ÁLVAREZ-NÓVOA (Mayo 2007)






Escrupulosamente puntual nos encontramos en el Centro Cultural de La Villa, concretamente en la puerta de entrada de artistas. Con suma amabilidad me conduce hacia su camerino, el más próximo al escenario. Es un lugar relativamente espacioso. Sobre la mesa, el actor ha colocado numerosas fotos familiares, supongo; me llama la atención una, por el color quizá, debe ser más antigua, como de los años setenta... hay también una postal de la obra y un cuaderno. Me siento en una butaca color naranja, hay dos, y Carlos Álvarez-Nóvoa se sienta frente a mí. Saco la grabadora, el micrófono “lo sujeto yo” me dice y comienza nuestra charla:

Pregunta: ¿Qué es un héroe?

Carlos Álvarez-Nóvoa: Miralles lo repite a lo largo de la obra; “no hay héroes vivos. Los héroes nacen en la guerra y mueren en la guerra y todos están muertos” Miralles creo que nunca define lo que es un héroe, lo que sí asegura es que él no lo es... y que nadie que esté vivo puede serlo, porque la heroicidad deriva de la muerte. El concepto que personalmente tengo de la heroicidad es más simple, más cercano. Creo que un héroe es quien es capaz de vivir honestamente, de acuerdo con sus ideas y teniendo la generosidad de dar todo incluso su vida por alguien a quien ama o en quien cree.

Pregunta: ¿Por qué Miralles no es un héroe?

Carlos Álvarez-Nóvoa: Él no cree ser un héroe, se niega a que lo consideren un héroe... quizá piensa que su vida ha sido como ha sido, por circunstancias, yo no sé este hombre a lo largo de tantas guerras, tantas luchas y tantas batallas qué historias nobles o innobles habrá acumulado... Yo sí lo considero un héroe, porque como Cercas escribe y dice, gracias a seres desconocidos y anónimos que nadie recuerda la civilización se salvó, sobre todo en aquellos momentos en los que el peligro fue tan grave por lo que supuso el tercer Reich y el nazismo... y hombres que lucharon contra la dictadura... y gente como Miralles que después de la guerra de España se alistó con los aliados contra los nazis o bien quienes vinieron como por ejemplo estos hombres (me muestra una fotografía que tiene en el cuaderno) que vinieron a luchar en las brigadas internacionales.

Carlos Álvarez-Nóvoa habla despacio, meditando cada palabra, cada frase. Sujeta con las dos manos suavemente el micrófono mientras le formulo la siguiente pregunta y piensa tal vez en Miralles...

Pregunta: En algunas publicaciones he leído que quizá cuando el autor va en busca de Miralles, va en busca de un héroe y se encuentra a un soldado cabreado... no sé si esto es simplificar un tanto a la persona con la que se encuentra... quizá hay mucho más que un simple cabreo en esa persona... decepción, desencanto ante una sociedad para la que puede no haber servido de nada esa lucha... Quizá lo que espera Miralles es algo que no mate definitivamente la memoria de las personas anónimas, héroes, que han muerto en esas guerras y que él recuerda..

Carlos Álvarez-Nóvoa: Exacto. Lo hubiera dicho igual... yo creo que para este soldado cabreado y viejo lo más importante y por lo que precisamente siente ese rechazo a que lo consideren un héroe es porque entiende que los verdaderos héroes sus compañeros, que han dado su vida, los que han muerto... nadie los recuerda y nunca los va a recordar. Están vivos, en tanto en cuanto, él cada día piensa en ellos; de la misma manera que en un momento dado, Cercas le dice lo que pensaba Bolaños también, que mientras alguien piense y recuerde a esas personas, esas personas estarán vivas...

Pregunta: El olvido puede ser una nueva muerte...

Carlos Álvarez-Nóvoa: Claro, el olvido es una segunda muerte y cuando Miralles muere, con él mueren muchos otros... esas ocho personas que él recuerda cada día... el día que Miralles muere, ellos mueren con él de nuevo... porque no queda nadie para recordarlos... Creo que Bolaños, en boca de Cercas, lo expresa muy claramente; cuando Bolaños descubre esa pancreatitis y sabe que va a morir, su mayor pena es porque quisiera dar vida a muchos amigos y gente conocida suya que pensaba convertir en personajes de sus novelas y que no ha tenido tiempo para escribir... entonces, en ese sentido Bolaños podría haber dado vida en futuras novelas, cumpliendo ese deseo, a esos amigos que él sabe que nadie más va a recordar... de la misma manera, en la vida íntima y mental de Miralles esos amigos también están vivos y perecen una vez él desaparece...

Pregunta: No sé qué puede ser más importante si hallar las respuestas al porqué no mató Miralles a Sánchez Mazas... o el hecho en sí de que por una vez, en un momento dado, una persona supo ver más allá de nombres, cargos, política...

Carlos Álvarez-Nóvoa: Yo, lógicamente, me he hecho esa pregunta, por qué Miralles no disparó o por qué no le delató... podría haber hecho las dos cosas... ¿Por qué no le disparó...? Eso lo tengo más claro en el sentido de que cuando dos personas se miran y ninguna de ellas es un asesino, mirándose a los ojos, creo que es muy difícil que una persona mate a otra... y ¿por qué no le delató?... yo creo que Miralles estaba entonces, en aquella guerra... era un chiquillo, estaba allí obligado como otros tantos... en un bando o en otro... y cuando las personas se concretan en una cara, en unos ojos, en una situación como es ésta, en un temor, como es el que sentía Sánchez Mazas en ese momento... ya, el enemigo no es una abstracción, el enemigo no es una sombra lejana en contra de la que una dispara para defenderse... es un ser humano que está delante de nosotros... quizá no fue ni compasión siquiera... el sentimiento de Miralles fue... “¿por qué... quién soy yo para matar a este hombre, por qué lo voy a delatar si está vencido, si está derrotado...?” Creo que esa noche Miralles durmió más tranquilo que nadie en el mundo.

Pregunta: Quizá éste es uno de los valores que se pueden extraer de esta propuesta que más allá de las ideologías políticas, está el ser humano...

Carlos Álvarez-Nóvoa: Yo creo que ése es el mensaje de Javier, en el sentido de que... no creo que quiera hacer nada moralizante, no quiere ejemplificar con nada, simplemente es una mirada documental, objetiva en la que como decías, son seres humanos los que están ante esa mirada... yo creo que Sánchez Mazas fue responsable, importante responsable, de lo que después ocurrió... pero, qué quiere decir eso, que políticamente se equivocó... pero no que fuera una persona radicalmente mala... yo creo que nadie es radicalmente malo ni nadie es radicalmente bueno... todos somos buenos y malos... unos desarrollan más unas cualidades o unos defectos, pero todo lo bueno y todo lo malo está en cada uno de nosotros... y las personas aciertan o no aciertan en sus opciones. Yo considero que Sánchez Mazas se equivocó radicalmente, y no porque no coincida con mi ideología, porque yo sea un hombre de izquierdas y Sánchez Mazas fuera un hombre de derechas, sino porque objetivamente Sánchez Mazas con su actitud política causó un daño terrible e irreparable... ese millón de muertos que derivan del esfuerzo que él y otros cuántos como él hicieron para derrocar el régimen legal de la república y traer a España un enfrentamiento y provocar una guerra como la que se provocó...

Pregunta: Pero, ¿puede separarse totalmente la moral y la política. La ideología política?

Carlos Álvarez-Nóvoa: La ideología es parte del ser humano... tu ideología deriva de tus neuronas y de tu experiencia y de tus opciones a lo largo de la vida... de todo eso tu actitud ante la vida es parte de tu ser... pero esa opción personal de cada uno que lo lleva a alistarse en una dirección o en otra creo que sí se puede separar de otros comportamientos que como ser humano puede tener; el problema es cuando esta ideología se entrecruza con sus comportamientos y deriva de esa ideología un daño hacia los demás, ése es el problema... yo creo por ejemplo que la actitud de un nazi por muy alienado que esté... una persona que haya estado activamente participando de la represión de los nazis yo creo que no es salvable, humanamente... hay conductas y comportamientos que no te pueden salvar nunca... no puedes estar asesinando a la gente y decir que lo haces por un ideal... esas personas son radicalmente malas...

Pregunta: Es ésta una obra de teatro exigente, tanto para el actor y para el público, además de diferente de lo que vemos actualmente en la cartelera...

Carlos Álvarez-Nóvoa: Por la forma de hacer de Joan Ollé que es un hombre meticuloso y exigente y cuidadoso, los ensayos han sido intensos, es decir que Joan Ollé exigía muchas cosas para hacer un trabajo muy direccionista y también para que se acercara lo más posible a la realidad. La propuesta evidentemente es una propuesta distinta de la habitual sobre todo en la primera y en la segunda parte, en la tercera, en la que yo intervengo, digamos que se acerca un poquito más a lo que es el teatro al uso pero ese estatismo del gesto, del cuerpo, de la figura durante la primera hora del espectáculo es una propuesta que evidentemente exige un esfuerzo grande de quienes la interpretan y un esfuerzo grande a quienes reciben el mensaje, pero en conjunto yo creo que unos y otros vencen la prueba.

Pregunta: Usted comenzó en el teatro en 1957 y lo ha podido vivir, experimentar, contemplar desde una perspectiva muy amplia...

(En este momento, los intérpretes que intervienen en la primera parte de la obra, el coro, comienzan los ensayos que vemos a través del monitor que está situado en la parte superior del camerino de Carlos Álvarez-Nóvoa)

Carlos Álvarez-Nóvoa: Bueno, han cambiado las cosas... es cierto, he sido y soy desde entonces actor, director y autor y profesor de teatro... todas las facetas del teatro las he recorrido y durante cincuenta años ininterrumpidamente la de actor, la de director más en la primera parte y la de autor siempre, también. La diferencia fundamental yo creo que es la del mismo contexto social en el que se desarrolló esa actividad. Durante la dictadura, procedo del teatro universitario, después en el teatro independiente y después en el teatro profesional. Durante la dictadura, el teatro lo vivimos tanto en la universidad como en el teatro independiente, muchos de los que estábamos entonces en ello, como el arma que teníamos a nuestro alcance para luchar por la libertad. Entonces era un teatro comprometido que te obligaba a un ejercicio continuo de sortear las dificultades que la censura te imponía... una censura terriblemente rígida... a parte de la previa que se hacía sobre las obras que se permitían o no... dentro de las permitidas, sobre el texto, las supresiones y prohibiciones que había... y ahí no terminaba la historia, sino que en el ensayo general todavía iba el censor y quitaba tal música, tal vestuario, tal entonación o tal intención... y había que ser muy hábil utilizando recursos que a veces eran muy simples porque los censores, en general, aunque los había de distinto tipo, no eran muy inteligentes y no era difícil engañarlos... Buero Vallejo lo hizo simplemente cambiando la localización histórica de las historias que contaba cuando era muy claro a qué se estaba refiriendo... o Alfonso Sastre o Rodríguez Méndez... o tantos otros que escribieron entonces obras comprometidas con la realidad española cuando no se permitía ese compromiso ¿no?... entonces, el teatro para nosotros fue un instrumento de lucha contra el franquismo, por eso precisamente muchos durante la dictadura no estuvimos en el teatro comercial aunque algunas cosas había de interés en el teatro comercial... y una vez que se inicia la transición y se comienza a caminar hacia la democracia el teatro adquiere otra dimensión...

Pregunta: ¿Contra el franquismo se hacía un teatro de más calidad?


Carlos Álvarez-Nóvoa: Los momentos difíciles han podido suponer un estímulo para la creación, yo no utilizaría una fórmula tan tajante o tan concreta... la utilizará de un modo más general y es que efectivamente, cuando se viven momentos difíciles, de cualquier tipo el estímulo de creación artística puede funcionar quizá de manera más intensa que en otros momentos más apacibles; ahora, centrándonos en el tema del teatro y en España y valorando la creación a textos de autor... si comparamos los textos que se escribían en los años cuarenta, cincuenta y sesenta y los que se escriben ahora... yo creo que ahora que hay más libertad, la sociedad ha evolucionado culturalmente y habiendo como hubo autores de gran interés en aquella época creo que cuantitativamente la creación teatral, es ahora mucho más intensa, mucho más amplia de lo que era entonces...

Pregunta: Pero los autores se quejan de la dificultad de estrenar en la actualidad...

Carlos Álvarez-Nóvoa: Yo creo que no es difícil estrenar... en aquellos tiempos quienes estrenaban sin ninguna dificultad era Alfonso Paso y los autores que escribían un teatro tranquilizante, para la burguesía... los autores jóvenes o desconocidos no estrenaban nunca... ahora sin embargo, dependen de las comunidades autónomas y hay algunas que han hecho apuestas muy serias de apoyo a la joven dramaturgia, por ejemplo la Junta de Andalucía, el apoyo que se está prestando en Cataluña, en Galicia, en el País Vasco... que aún debería ser mayor del que es, pero hoy, para un autor joven es mucho más fácil publicar y estrenar de lo que era entonces...

Pregunta: Entonces, usted no cree que en los últimos tiempos la realidad española le ha dado la espalda al teatro...

Carlos Álvarez-Nóvoa: No, en absoluto... no digo que el apoyo no debiera ser mayor de lo que es, pero de espaldas estaba en la dictadura, donde lo estrenabas ni publicabas si no estabas dispuesto a elogiar al régimen... pero hoy no... depende de las comunidades, pueden apoyar en mayor o menor medida... pero la situación es infinitamente mejor, sin duda.

Pregunta: Ha rodado numerosos cortos, pero en el cine no comienza a trabajar hasta la década de los años noventa, ¿por qué ese comienzo tardío quizá?

Carlos Álvarez-Nóvoa: Porque mi opción no fue hacer ese camino, yo opté por ir a vivir a Sevilla, vivía del teatro, era un hombre de teatro y aunque había hecho alguna cosa con Martín Patino, una cosa muy bonita que se hizo en Andalucía, “Andalucía un siglo de fascinación”... había hecho cosas muy puntuales... y si no es por la película de Benito Zambrano quizá no hubiera iniciado ese camino o quizá sí... ahora, una vez lo inicié con cincuenta y muchos años me encantó ver que se abría un nuevo sendero, que estoy recorriendo paralelamente al teatro. ¿Por qué no lo hice antes? Porque antes no surgió la ocasión, porque antes tampoco yo me empeñé... en los años sesenta, setenta u ochenta... incluso noventa... y en Andalucía en el siglo que estamos, para hacer cine si no te conocían, tenía que estar en Madrid o en Barcelona... sobre todo en Madrid. Mi opción no fue esa, fue vivir en la ciudad que escogí, Sevilla y desde allí seguí desarrollando mi actividad teatral...

Pregunta: Y acaba de estrenar “El Vuelo del Guirre”...

Carlos Álvarez-Nóvoa: Sí se estrenó en Tenerife. Yo asistí a una especie de estreno en el Festival de Las Palmas y hace diez días (la entrevista la manteníamos el 23 de mayo) se estrenó en Tenerife de forma oficial. De momento las pocas copias que tienen, porque no es una productora potente, están distribuyéndose en Canarias... en la península aún no se ha estrenado... sé que en junio va a ver una presentación en Madrid para productores extranjeros y nacionales, quizá a partir de ahí comience una distribución mayor...

Pregunta: Volviendo a “Soldados de Salamina” y a la época en la que la acción transcurre, ¿Es oportuna esta propuesta dada la situación tensa o “crispada” que se vive hoy en día en España?

Carlos Álvarez-Nóvoa: Sí es oportuno. Primero yo le quitaría las comillas que has puesto, creo que se vive en este momento y hay unos responsables directos de esa crispación... hoy mismo estuve escuchando a este personaje que no sé por qué todavía sigue hablando si ya hizo su recorrido, que fue el ex presidente Aznar... me parece que sus intervenciones son absolutamente penosas y que estamos padeciéndolas... en esa línea él como otras personas del mismo tipo acusan a otros de esa crispación, pero creo que las provocaciones están viniendo de gentes como este señor que parece estar empeñado en que esas dos inevitables Españas de las que hablaba Antonio Machado... “una de esas dos Españas han de helarte el corazón...” sigan enfrentadas... yo nunca he vivido en este país, ni en la dictadura, la sensación de crispación que estoy sintiendo ahora, es decir, eso lo noto en mí mismo... yo en un café, oigo una opinión contraria a la mía y antes me daba igual, ese señor pensaba lo que pensaba y pasaba de él... hoy me incomoda de una manera especial, porque me noto continuamente aguijoneado y creo que han conseguido, el partido popular, concretamente, crispar a este país como nunca lo había estado.,.. desde que yo recuerde... nací después de la guerra, yo no viví lo que ocurrió antes... pero a nivel de experiencia, de vivencia personal, la crispación que estamos viviendo ahora yo no la he vivido nunca. Entonces, en este momento en que la política que para mí es la tarea más noble que puede desarrollar un ser humano y tengo la convicción además de que a parte de los casos de corrupción que puede haber, son muchísimos más los políticos honestos que, generosamente, desarrollan su labor... no tiene sentido que se convoquen manifestaciones en apoyo de uno o de otro, da igual, salen millones a la calle, convoquen unos o convoquen otros... España está completamente dividida... en este momento de crispación tan grande en el que hay políticos que a pesar de que considere que la política es la profesión más noble de un ser humano, y que haya tantos políticos honestos como creo que hay, sin embargo en este momento los políticos están haciendo un flaco servicio al desarrollo social. Estamos viviendo unos momentos en los que ese deseo de ocupar el poder que es muy legítimo; lógicamente un político quiere estar en el poder para a través de esa situación lograr llevar su ideología a la práctica y eso es la política, llevar a la práctica una ideología, ahora los caminos que se están recorriendo para ello, en este momento me parecen perniciosos y en algunos casos hasta absolutamente obscenos... en este sentido, la visión de Cercas que no es nada moralizante, y es una visión tranquila y objetiva en la que nos ofrece delante son hombres que pueden acertar o equivocarse en sus opciones políticas pero que no son indignos, sino que actúan conforme a sus ideas... sí me parece que es una lección oportuna en este momento.

Pregunta: En esta crispación, ¿Qué papel juegan los medios de comunicación?

Carlos Álvarez-Nóvoa: Creo que es evidente, hay una alineación clarísima. Todos sabemos que no hay prensa independiente por mucho que intenten definirse como tal. No hay radio independiente, no hay periódico independiente y todos sabemos quiénes se posicionan en un lado y quiénes se posicionan en otro, ahora la diferencia brutal son las formas y pongo sólo un ejemplo; yo soy oyente en radio de la Cadena Ser y lector de El País, en el dial cuando cambio de ciudad o cuando voy en coche y sale la emisora local de la Ser en un informativo o sobre todo, en un debate, en un coloquio con contertulios y puedo dudar si es la Ser, porque escucho voces discordantes al lado de las que apoyan la opción que defiende la Ser que es evidentemente cercana a la del partido del gobierno, al PSOE; sin embargo, escucho la COPE... bueno, escucho no, si caigo en la COPE puedo aguantar diez segundos... es decir, es el insulto, la no posibilidad de una idea distinta de la que los personajes que están en esa cadena de obispos transmiten... entonces, creo que los medios de comunicación, dentro de esa crispación, algunos medios, en concreto, son responsables en gran medida de la misma... y cito clarísimamente a la COPE y el diario EL MUNDO.

Pregunta: En 1977 usted escribió una obra de teatro llamada “Así es España, señores”... treinta años después, ¿Cómo es este país?

Carlos Álvarez-Nóvoa: Yo me presenté a las primeras elecciones democráticas como candidato al congreso por un partido que no estaba legalizado todavía, estaba situado a la izquierda del PCE, entonces, esa obra era una obra electoral, me la encargó el comité central del partido del trabajo y los personajes eran pues El Socialisto, el Anarquisto, el “Efe auténtico”, el Alianzo Popular, el Eurocomunisto y el Comunisto que era el bueno... después el comité central me reprochó que el Anarquista caía demasiado simpático, yo creo que en el fondo como asturiano tengo una vena anarquista clara, aunque yo militaba y me presentaba por un partido comunista, como era el partido del trabajo... esa obra era una farsa que se estrenó con todos los permisos legales durante la campaña electoral y se representó en Andalucía que era donde competía fundamentalmente el Partido del Trabajo con posibilidad de obtener algún resultado... aunque no se logró... entonces, aquella visión era una visión de la España de entonces que a diferencia de lo que ahora ocurre y comparando aquellas elecciones con éstas... aquéllas en las que yo participé de forma muy directa a veces daba hasta cinco mítines diarios y por la noche era profesor en un instituto de bachillerato y a las doce de la noche teníamos una reunión en Sevilla y yo volvía en moto a las tres o las cuatro de la mañana ... y a veces no sabía qué pueblo había pasado ni cuándo había pasado... fueron unas elecciones ilusionantes en las que la competencia entre la derecha y la izquierda creo que fue, a pesar de que todavía el entrenamiento democrático se había perdido tras la dictadura, mucho más civilizada que la que estamos viviendo ahora... ahora me incomoda cuando oigo el discurso de los políticos, sobre todo por los niveles, sigo echando de menos a grandes políticos que tenían otros niveles de comunicación... pienso en Carrillo, en Felipe González, en Tierno Galván, incluso en Fraga Iribarne, cada uno con sus ideologías... era un nivel distinto de transmisión del mensaje... me parece todo tan pedestre, tan simplón en general...

En poco más de media hora, el telón se alzará de nuevo en el Centro Cultural de La Villa y la historia llena de humanidad de Miralles y Sánchez Mazas volverá a darnos una de las muchas lecciones que aún nos quedan por aprender.


Sofía Basalo.

domingo, 1 de marzo de 2009

...HÉCTOR ALTERIO (Septiembre 2006)





Tras encarnar al emperador Claudio, Héctor Alterio, fiel cumplidor de todos sus compromisos contractuales, se ha metido en la piel del protagonista de una de las grandes obras de Ernesto Sábato. El experimentado actor argentino, afirma que el teatro le rejuvenece, que es una fiesta que puede vivir cualquier actor... al fin y al cabo, la vive quien la vive. Héctor Alterio, en su trabajo, busca la complicidad del público, ése que le regala dos horas de su vida para entrar en un apasionante juego de tiempos, de palabras y matices. Juan Pablo Castel es su reto actual. Un personaje complejo que despertó su curiosidad, al que dijo sí de inmediato... la curiosidad sigue siendo una constante en la trayectoria de este gran actor:


Pregunta: “El Túnel” llega a Madrid, tras una extensa gira que comenzaba en Segovia; han visitado localidades como Barcelona, San Sebastián, Las Palmas... Ahora llega a Madrid...

Héctor Alterio: Sí, llegamos a Madrid con más de sesenta funciones hechas desde el diez de marzo que estrenamos; Recalamos en Madrid, es una plaza más, con todo lo que conlleva, claro. Estaremos un mes y medio.

Pregunta: ¿Cómo ha transcurrido esta gira?

Héctor Alterio: Profesionalmente y sin entrar en ninguna carga vanidosa, esta gira ha sido óptima. El resultado ha sido que hemos tenido funciones a teatro lleno en numerosas ocasiones, algo que te sorprende porque no siempre puedes decir esto mismo. Esto conforma una gratificación no muy continuada pero cuando se da es para que uno la recuerde durante mucho tiempo.

Pregunta: Ha comentado que la gratificación de tener un teatro lleno, no es muy continuada...

Héctor Alterio: Es difícil obtenerla en cualquier manifestación, más o menos, de este estilo... en un cine, también las butacas vacías constituyen una propuesta bastante desoladora. El hecho de que se aúnan “El Túnel” con Ernesto Sábato, que ha tenido una trascendencia, la novela digo, mundial; ha sido traducida a una infinidad de idiomas... ha tenido una repercusión grandísima, no creo que se haya repetido, al menos en Sábato, una trascendencia de esa naturaleza... más allá de que ha escrito cosas maravillosas... eso hace que, de pronto, con un apoyo publicitario importante... conlleve, en cierta medida, a despertar la curiosidad de aquel lector... y en esa curiosidad también está el riesgo de que ese lector tenga su imagen propia de los personajes que trasciendan de la novela de Sábato, pero bueno, eso también forma parte de una propuesta que está viva. Estamos presentando una propuesta distinta, pero dada la respuesta del público, todo indica que estamos en el buen camino.

Pregunta: ¿Qué ha significado para un actor de su categoría encarnar a un personaje tan complejo, como el ideado por Ernesto Sábato, en “El Túnel”?

Héctor Alterio: Juan Pablo Castel, el nombre de este personaje, tiene muchas características que, como bien dices, lo configuran como un ser muy complejo, pero además, tiene rasgos esquizoides, neuróticos, contradictorios... eso conlleva a que el actor al que le toca en suerte un personaje de tal naturaleza, diga que sí. Es lo que me ocurrió a mí. Un personaje así, me posibilita una gama de matices que difícilmente se dan en otro tipo de personajes... que son unilaterales. En este caso hay una serie de vicisitudes, a partir de esos celos enfermizos que le provoca la mujer que amó, a la única mujer que amó, y que mató, después... Todo eso está contado desde una perspectiva de un hombre de treinta años, evidentemente yo no tengo esa edad, pero la adaptación hizo que, de pronto, surgiera ese mismo señor ya maduro, recordando su pasado y concretamente esta situación. Lo cuenta con la complicidad de público, eso hace que surjan momentos nada convencionales y en esto hace mucho hincapié Veronese, el director del montaje; un director argentino muy creativo y de mucho éxito en Buenos Aires, que surge del underground de Buenos Aires y que en la actualidad tiene infinidad de obras escritas y dirigidas por él... Esas vicisitudes que tiene este personaje hace que, de pronto, posibilite para el creador, en este caso Veronese, una cantidad de propuestas nada convencionales. El personaje, como te dije, tiene todas estas contradicciones, y es lo que me llevó a aceptar de inmediato, la propuesta, a sabiendas de que después vinieron tres o cuatro versiones distintas; dentro de la primera propuesta se hicieron tres más, y fue la tercera la que quedó y la que estamos haciendo. El personaje me obliga a estar permanentemente alerta, porque entro y salgo desde el presente al pasado, al momento en el que ocurrieron los hechos; en cuanto yo, en complicidad con el público, comienzo a narrar secuencias de esa historia, entran en esas secuencias los personajes que yo elegí para que interpreten a María Iribarne, mi mujer, que interpreta Rosa Manteiga, Allende, el marido de María, que interpreta Paco Casares y una prima de Allende, que interpreta Pilar Bayona; estos personajes entran en el juego recordatorio que tiene Juan Pablo Castel, ya adulto, y revive junto a ellos esas situaciones que se produjeron cuarenta años atrás. En todo momento se mantiene la complicidad con el público, porque cuando sale de ese juego, él le habla al público, le comenta esa situación y otras que van a venir. De esta manera, es una oferta bastante entretenida, no exenta de humor, y eso lo convierte en un entretenimiento que es, en definitiva, nuestra función. El actor está obligado a entretener a público, a movilizarlo, a divertirlo e incluso a fastidiarlo... el señor que recibe nuestra propuesta es un señor anónimo que paga un dinero, por el cual vivimos, dispone de dos horas de su vida, se sienta en una butaca, para que nosotros le ofrezcamos todo esto que te estoy contando... y el teatro tiene la magia de que podamos repetir con otro señor, con la misma actitud, esta acción, e incluso mejor. Esta es nuestra función como actores.

Pregunta: Nos comentabas, anteriormente, que ha habido tres proyectos, tres bocetos, adaptaciones de la novela de Sábato y que, finalmente, habéis llevado adelante la tercera, ¿por qué habéis escogido ésta...?

Héctor Alterio: ... Se fueron mejorando... Lo que ocurre es que la primera versión me llegó hace más de tres años y por distintas razones profesionales y de agenda, no la concretamos; a medida que se confirmaba la posibilidad para llevarla adelante, y coincidiendo con que la primera oferta que venía de otra producción, no fue concretada y casualmente, la retomó la misma empresa con la que yo estaba trabajando, Pentación, estas coincidencias hicieron que el traductor, que es una persona que trabaja muy próximo a Sábato, fuese añadiendo y eliminando aspectos, enriqueciendo esta primera adaptación... en definitiva, fuimos limando, acortando y agregando cosas para que, a nuestro criterio, estuviera más enriquecida la oferta.

Pregunta: Entonces, ¿desde un principio Héctor Alterio, fue Juan Pablo Castel?

Héctor Alterio: Sí, cuando llegaron aquí Diego Curatella y Daniel Veronese, venían con la idea de que esta propuesta se llevara adelante conmigo como protagonista, pero esto desde el principio. Ya tenían en mente, que fuera un señor mayor quien interpretase este personaje que, originariamente, tiene treinta y cinco o cuarenta años... obviamente yo no podía hacerlo, pero al hacer la adaptación, con un personaje ya adulto, contando lo que le ocurrió en un tiempo pasado, me convenció de la posibilidad de hacerlo.

Pregunta: Ernesto Sábato, en la construcción del protagonista de esta novela, ahora propuesta teatral, realiza un trabajo muy minucioso, muy meticuloso... no sé si este hombre, al recordar, intenta, también, comprender la acción que ha llevado a cabo, y hacer comprender al público esa misma acción... el asesinato de la mujer a la que amó. ¿Una tarea complicada y más en los tiempos que corren?

Héctor Alterio: Date cuenta que estamos ante una novela que tiene muchísimas páginas, muchísimas situaciones, un desarrollo de acciones que es imposible escenificar en su totalidad. Evidentemente, se necesita una síntesis. Esta versión entra dentro de otras dos versiones cinematográficas que se hicieron, que difieren de lo que es el teatro, naturalmente. La versión cinematográfica y la que estamos haciendo nosotros, las dos, hacen una síntesis de lo que es la obra literaria... con lo que nunca desarrollaremos con exactitud, todos los vericuetos que escribe Sábato magistralmente, porque es imposible. Tratamos de resumir y abarcar todas esas sensaciones dentro de los límites que pone el teatro.

Pregunta: Sin duda, “El Túnel” es fruto de un gran texto. ¿Es difícil hoy en día encontrar un buen texto teatral?

Héctor Alterio: Es difícil... y no difícil... A veces, ocurre que te llegan muchas ofertas y en esas “muchas ofertas” encuentras algún texto que otro... A mí me tocó ésta... ¿por qué no va a haber otra?... no es fácil, evidentemente... en este caso, uno llega con la seguridad de la gran repercusión que tuvo la novela de Sábato, pero esto es un riesgo también, como antes te comenté. El lector tiene su propia imagen y se va a encontrar con que, de pronto, todos esos vericuetos que leyó, esos matices, están ahora, reducidos... él con su capacidad de lector, quizá los agrandó, los extendió... porque el lector es otro creador, porque imagina y fantasea con todo ello... después, ahora mismo, será espectador; se sentará, para ver si aquello que leyó puede coincidir con una oferta distinta, que es la oferta del teatro... a sabiendas de que no se puede plasmar la totalidad de la obra literaria... porque podríamos estar tres días con una función... que surjan ofertas de esta naturaleza... si ésta surgió... por qué no van a surgir otras... es difícil y no difícil... nosotros coincidimos, y el resultado está en que es lo que esperábamos y es gratificante.

Pregunta: ¿Cómo ha sido el proceso de ensayos, el proceso de construcción de personajes?

Héctor Alterio: En lo que a mí respecta y con mi experiencia, partiendo de las órdenes de nuestro director, por supuesto, que intenta enriquecernos con lo que ha pergeñado, el teatro me rejuvenece y la construcción de este personaje tan complejo me ha divertido, ciertamente, aunque en todo momento tenga que estar alerta, despierto a esos cambios de tiempo que se producen en toda la obra. Como actor, trato de que se me crea, de creerme yo y así, hacer creer al público, todo lo que le ocurre a Juan Pablo Castel; éste es en fin, mi trabajo... y los resultados, por el momento son buenos.

Pregunta: Usted llegó a España en 1974. Todas las propuestas que llegan hasta nuestra ciudad procedentes de Argentina, son garantía de calidad. ¿Qué diferencia el teatro argentino del español. Qué tiene el primero; de qué carece el segundo?

Héctor Alterio: En este caso somos cuatro argentinos: Ernesto Sábato, Daniel Veronese, Diego Curatella y yo... pero esto es una coincidencia. Yo te puedo remitir a lo que está ocurriendo en estos momentos en Buenos Aires; allí cada fin de semana, abres el periódico y encuentras entre ciento cincuenta y doscientos espectáculos de todo tipo; para cincuenta espectadores, para veinte espectadores, para trescientos espectadores... lo extraordinario es que el público va... y tiene ofertas que llevan en cartel más de cinco años y continúan llenando el teatro todos los fines de semana. Son riesgos que se han de correr. En Argentina, estos espectáculos carecen de toda subvención, si van bien, van bien, si van mal... pues, hacen otra cosa, porque no tienen la seguridad económica de tener una producción que goce de una subvención. El Estado argentino se desocupa bastante de la cultura, la productividad cultural la sustenta el espectador con su avidez para ver cosas y para acudir a los teatros. Este movimiento deviene como secuela de otro movimiento, en el cual yo participé en los años cincuenta, sesenta o setenta, que fue el movimiento de teatro independiente, y marcó la línea de esto que te estoy contando y el resultado es que no sólo nos enriquecíamos nosotros, quienes lo hacíamos, sino que se enriquecía el público. No debemos olvidar que en ese momento, había un acontecimiento sociopolítico que no posibilitaba nada todo esto que te cuento, porque era el renacer del peronismo, y esto era una propuesta política masiva, a la que no le preocupaba mucho que pudiéramos hacer autores como Máximo Gorki, en cualquier otro momento esa obra hubiera sido prohibida... pero no le importaba... eso obligó, en cierta medida, a que se nucleara alrededor de ese movimiento una corriente de público que buscaba otras cosas distintas de las que ofertaba el teatro comercial, en esa época; esto fue el origen de todo un movimiento que está llevando a cabo lo que ocurre en Buenos Aires en la actualidad. Yo no digo qué diferencias hay o que no hay... sólo te cuento lo que ocurre ahora mismo en Buenos Aires. En Madrid se hace tan buen teatro como se hace en Buenos Aires, si me preguntas por las diferencias, ahí están, eso es lo que yo te puedo decir.

Pregunta: Las diferencias saltan a la vista, ¿Quizá al público español le falta la avidez de la que hablabas al referirte al público argentino?

Héctor Alterio: Son desarrollos sociopolíticos distintos los que han sufrido ambos países. Primero aquí la guerra civil, luego los cuarenta años del franquismo... esto difiere bastante de lo que ocurrió en Argentina... y eso tiene incidencia en la cultura, de manera tal que hace que, de pronto, todo sea distinto... yo no sé, tengo mucho respeto por el público, tanto el español, como el argentino y creo que tienen ambos, la misma capacidad, pero lo que posibilitó lo que está sucediendo fueron los problemas sociopolíticos que tuvo Argentina.

Pregunta: Lleva toda una vida en la interpretación, ¿le queda algo por hacer, tiene alguna asignatura pendiente?

Héctor Alterio: Lo que me queda por hacer es lo que me queda por desear. Deseo tener la misma curiosidad que siento por mi trabajo, tener la misma salud, la misma capacidad mental que me permite desarrollarme, la misma independencia... y ésa es mi asignatura pendiente.

Pregunta: Continuar...

Héctor Alterio: Sí, continuar, no tengo otra posibilidad, ya sea por necesidad anímica, física, económica...

Pregunta: ¿Tiene algún proyecto entre manos o está inmerso en “El Túnel”?

Héctor Alterio: Tengo compromiso contractual con Pentación hasta mediados del año que viene... está muy lejos para mí, pensar en otra cosa...

Pregunta: He leído que quizá, esta propuesta llegue a Argentina... ¿Será posible?

Héctor Alterio: Yo también lo he leído y me lo han dicho (risas)... pero como está tan lejos, esto todavía... la idea es hacerla en versión argentina, porque aquí, no te olvides, estamos con la gramática española, y mis compañeros son españoles, así que es una oferta española... dentro de la posibilidad que yo tengo de imitar el acento español, pero de cualquier manera, gramaticalmente, estamos ante una oferta española. Con toda la carga que conlleva el texto de Sábato, han estimado que si llega a Argentina, habrá de ser con la gramática argentina, pero yo hasta ahí, te puedo contar... yo tendría que cambiar el chip... pero es mi trabajo... está muy lejos, de todas maneras... no me puedo arriesgar a decirte cuándo se va a hacer o si se va a hacer con seguridad. También hay que hilar muy fino económicamente, porque hay una diferencia económica bastante notable al cambio y al poder adquisitivo y al valor del dinero.... es distinto, todo eso hace que, de pronto, no sea fácil.

Pregunta: Ha hecho cine, televisión, teatro... ¿El teatro es la cuna del actor?

Héctor Alterio: Sin lugar a dudas, a mí personalmente, es lo único que me permite estar vivo, mejorar en mi trabajo, sentir la responsabilidad frente al espectador que, como te dije antes, dispone de dos horas de su vida y de su dinero, me entretiene mucho e incluso mucho más en las giras, me encanta visitar otros lugares... en fin, para mí es una fiesta y el teatro me hace sentir fundamentalmente, patrón de mi trabajo, dueño de lo que estoy haciendo; yo manejo los tiempos, los silencios... hay un salir al ring y no hay vuelta atrás... hasta que no llega el final estoy peleándole al espectador y no puedo decir, vuelvo atrás y repito, no... eso está bien en el cine que tiene otras propuestas, posibilidades, otras trascendencias... la televisión lo mismo... pero no me da la posibilidad de sentirme dueño absoluto de mi trabajo... respetando las órdenes del director, por supuesto.... pero es una situación que es irrepetible, y eso es lo mágico... Ese juego con el público, ese contar algo que ha de creer... todo eso es una fiesta que no quiero perderme.

Pregunta: Volvemos a la obra “El Túnel”, para concluir, ¿La Soledad es quizá el tema de fondo de esta obra de teatro, quizá por ello el mismo director afirma que cada uno de nosotros tenemos un túnel particular?

Héctor Alterio: Sí... un túnel oscuro y solitario... todo tenemos algo de eso, cada uno lo desarrolla según las situaciones que le da la vida. Este personaje termina diciendo “Quizá hubo un solo túnel oscuro y solitario, y no esos dos túneles paralelos” el de María y Juan Pablo Castel, que caminaban sin saber que existían, hasta que, de pronto, se abrió una grieta y la vio. Él todavía duda, esto es lo extraordinario de este personaje creado por Sábato. Ha hecho creer al público que ha matado a su mujer por celos, y al final dice que quizá todo eso no sea cierto, que quizá sea un sueño, un túnel... los dos túneles no existieron... esa ambigüedad hace muy rica la propuesta...

Una propuesta que permanecerá en la cartelera del Teatro Bellas Artes un mes y medio, como el mismo Héctor Alterio nos comentaba. Una propuesta, que ha envuelto en una mezcla interesante de ironía e histrionismo, un tema realmente serio, oscuro y tenebroso... como ese túnel... tal vez sólo hubo uno... quizá sólo Pablo Castel caminó a través de ese túnel, tal vez sólo él fue un ser solitario, oscuro y tenebroso... ella siempre fue una mujer libre, sin necesidad de túneles... pero eso es pertenece a otro apartado.

Sofía Basalo.