sábado, 11 de septiembre de 2010

... PEP MUNNÉ (Abril 2010)



“No me basta leer sus poemas, amo también el personaje” ha dicho Pep Munné, quien de nuevo respira en la piel de Jaime Gil de Biedma para ofrecernos sus Rosas de Papel. Un espectáculo íntimo donde la poesía se pone en pie y nos muestra el rostro de una humanidad dolorosamente lúcida. “Las Rosas de Papel. Una conversación con Jaime Gil de Biedma” nos envuelve en una especie de ceremonia íntima, cálida, aterciopelada donde el actor catalán se contradice, no ha muerto la excelencia. En el Hall del Teatro Lara tenemos la muestra:

Pregunta: Jaime Gil de Biedma escribe “Las rosas de papel no son verdad y queman (...) Las rosas de papel son, en verdad, demasiado encendidas para el pecho.” ¿Las Rosas de Papel que has llevado al escenario son también demasiado encendidas para el pecho?


Pep Munné: Sí; mira, el otro día estuvo su hermana, Marta, una de las hermanas que reside en Madrid y me decía (ella ya había visto el espectáculo anteriormente) que le gustó más... pero la frase que me dejó así, como perplejo, fue “cuánto sufrimiento ante tanta lucidez”... y éste es el personaje, cuánto sufrimiento y con tanta lucidez... él dejó de escribir pronto porque decía “ya está inventado el personaje. Ya está asumido” y la literatura no le servía... Entonces, cuando escribe esta Canción Final ... Y si las rosas de papel no son más que los poemas y a él le producen demasiado dolor escribirlos... Cuando Jaime escribe es por pura necesidad y escribe para, realmente, poder extraer de sí mismo todo aquello que lleva dentro, tanto lo que le conmueve como lo que le hace sufrir, como lo que le produce alegría... se cuenta a sí mismo, y se inventa pero es doloroso.

Pregunta: ¿La lucidez produce sufrimiento?

Pep Munné: Puede ser... siempre decimos que los más tontos son los más felices, sobre todo en una época como los años cincuenta en España, por supuesto que sí y sobre todo la lucidez cuando uno se atreve a mirarse al espejo y verse a sí mismo con todos los pros y los contras, además es de una gran sinceridad consigo mismo... y esto claro que produce dolor, seguro que sí.

Pregunta: Comentas que conociste a Jaime Gil de Biedma y que te impresionó muchísimo...


Pep Munné: Sí, pero no sólo a mí, todo el mundo con quien he hablado, que lo conoció profundamente sentía lo mismo. Jaime era un espléndido conversador, un seductor de la palabra, era un hombre que escribía como hablaba, con eso está todo dicho... y sobre todo, con una gran sencillez y humildad, no era pedante... como suele ocurrir a menudo, cuando alguien domina el lenguaje, se convierte en alguien pedante; a él le fluía con una naturalidad absoluta y hablaba solamente cuando tenía que hablar, pero claro, cuando hablaba... ante esa capacidad enorme para expresarse... todo el mundo callaba, realmente.

Pregunta: ¿Qué pudo ver, cuando se miró al espejo?


Pep Munné: Se vio a sí mismo. Él decía que quería ser poeta, pero que en el fondo quería ser poema y cree que lo consiguió. Decía que quería inventarse una identidad y una vez inventada, para qué iba a seguir escribiendo... entonces él, cuando se miraba al espejo, cuando se describía lo hacía con todas las agallas del mundo, no se cortaba nada y lo hacía con sinceridad y asumía todos sus defectos, sus propios dolores, sus propias mentiras; pero tenía la capacidad de universalizar este sentimiento subjetivo. Él lo universalizaba todo, y ésa es la grandeza de Jaime Gil de Biedma. Más allá de sus poemas, está una recopilación de entrevistas que se publicaron en un libro llamado “Conversaciones” y a partir de ahí también se extrae de su prosa y de su conversación con periodistas y con otros poetas, reflexiones que dan lucidez a todo lo que toca... y esto también está en el espectáculo... me interesaba mucho contarlo, más allá de sus poemas.

Pregunta: ¿Por qué has sentido la necesidad de recuperar este espectáculo. Ha variado en algún punto?

Pep Munné: No, es el mismo. Lo que sí sucede es que en el Hall del Teatro Lara (en la temporada 2003/2004 lo hice en la Sala Princesa del Teatro María Guerrero) se produce todavía más intimidad y luego he cambiado yo, lo cual es importante. Yo también me he hecho más mayor, las palabras escritas por él, surgen con más aplomo, creo que los poemas están más dichos para ser comprendidos que interpretados, que es lo que antes hacían y creo que llegan con su máxima expresión, porque yo también he madurado... y hay ciertas cosas que ahora entiendo mucho más. Creo que hablar de Jaime Gil de Biedma o este mismo espectáculo podría hacerse dentro de quince años y volvería a tener sentido, además de que ahora se conmemora el 20 aniversario de su muerte y se le ha vuelto a recordar y entonces, surgió ese momento, yo estoy trabajando en Madrid en “Amar en tiempos revueltos”, el espacio me parece maravilloso para ese espectáculo y decidí ponerlo en pie otra vez y ha sido, incluso siendo consciente de la osadía que tuve la primera vez que lo hice, creo que fue un riesgo, una locura casi, lo que pasa es que las cosas se hacen así, de una forma un poco irresponsable... meterme en la piel de este enorme poeta, me parecía... con el tiempo pensé: “tú estás loco, realmente, ¿cómo te atreviste a hacer algo así?”... y ahora desde esa distancia, cuando he tomado nuevamente el reto lo he hecho con mucha más humildad y creo que ha funcionado.

Pregunta: Comentas que quizá fue una especie de locura... pero el teatro, sin esa pizca de locura no sería posible, ¿no?

Pep Munné: Exactamente, algo de eso debe ocurrir, lo que pasa es que a veces la osadía hay que saber medirla (risas) porque sino, se convierte en un desastre... pero bueno, afortunadamente salió bien... y ahora creo que tiene su momento de madurez y entiendo que, por la gente que la vio y ha vuelto a verla, hemos ganado.

Pregunta: Dedicas este espectáculo a toda una generación de escritores “catalanes”...

Pep Munné: Entre comillas...

Pregunta: Sí, lo entrecomillas...


Pep Munné: Sí, eso está escrito porque lo estrené en Barcelona y estaba dicho con “mala fe”, con mala intención, porque fueron poetas que no escribieron en catalán, pero que siempre se consideraron catalanes, entre ellos Jaime Gil de Biedma, él decía: “yo he vivido aquí, he nacido aquí, tengo mi mundo aquí, ¿de dónde voy a ser, sino?. Yo soy un catalán, pero soy como un italo-argentino.” Él se consideraba un italo-argentino viviendo en Buenos Aires. Era un catalán que escribía en castellano porque su lengua materna era el castellano, no por elección, pero todo su imaginario era catalán, más allá de La Nava de la Asunción, en Segovia, donde pasaba sus veranos y toda su infancia en la guerra... pero siempre se consideró así. Él por elección habría escrito en inglés, porque le parecía la lengua con más sonoridad para la literatura, para la poesía sobre todo y después el catalán por su cantidad de vocales y también por la cantidad de monosílabos, él decía que el castellano tenía mucha hojarasca, tiene mucha hojarasca... comentaba que traducías un poema del inglés al castellano y necesitas tres versos más para decir lo mismo... lo que ocurre es que el castellano que él utiliza es absolutamente maravilloso, con una aparente simpleza, porque es un dominador del vocabulario absoluto y una fácil traducción, no es difícil de entender ni mucho menos y sin embargo es un lenguaje culto pero es muy sencillo, muy simple... y de una gran musicalidad, de gran tono...

Pregunta: Quizá por esa musicalidad decidiste ponerle música a este espectáculo...

Pep Munné: Sí, afortunadamente llamé a una compañera mía llamada Silvia Comes, gran cantante. Ya había hecho espectáculos de poesía con otro compañero mío con el que estuve años teniendo compañía, Josep Costa... hicieron un espectáculo sobre Luis Cernuda... ella ya tenía experiencia en esto y entonces nos fuimos encontrando, yo sabía que ella entendería perfectamente lo que yo le fuese pidiendo, y lo entendió. Y todos los apuntes musicales que me da, en los poemas, como contrapunto irónico siendo una segunda personalidad de Gil de Biedma funcionan muy bien... canta, también dos poemas que había compuesto más un bolero que es fundamental para el espectáculo, que es “Nostalgia” y que se acerca mucho al sentimiento de Jaime Gil de Biedma.

Pregunta: Escribes de estos autores “catalanes”: “supieron iluminar un país oscuro a través de su creación literaria y su forma de entender la vida”... ¿Esta generación de escritores, no es lo suficientemente recordada, valorada, quizá?

Pep Munné: Sobre eso habría que hablar mucho... creo que con el tiempo se va recuperando el espacio... Yo creo que en general la sociedad recuerda poco la poesía, estamos en un mal momento, creo... la poesía sigue siendo algo muy minoritario... pero incluso en la universidad... Por ejemplo, hay un poeta amigo suyo, que perteneció a esa generación y que sí escribió en catalán, Gabriel Ferraté, y tampoco se habla mucho de él, José Agustín Goytisolo... creo que ocupan su lugar, pero merecerían mucho más espacio, sin duda. Definitivamente la poesía es un alimento muy lúcido, propone mucha lucidez a la sociedad y a todo. El poeta siempre se anticipa.

Pregunta: ¿Nos falta valentía para asumir y aprehender la anticipación del poeta?

Pep Munné: No, falta que la gente, que todo el mundo tenga más acceso a ella y eso está en los fundamentos de una sociedad. La cultura no es algo que se imponga, ni algo que se fija, ni algo que deba ser puesto como un embudo. La cultura debe ser una necesidad, y esa necesidad debe ser provocada por los estamentos de esa sociedad y esto es lo que creo que no está ocurriendo, pero bueno, siempre ha sido así... no tanto en los países anglosajones, donde cualquier persona te puede declamar un poema de memoria... es cierto, en Inglaterra se conocen las obras de sus autores al dedillo... es problema de la educación... y cuando conoces estas cosas, se convierten en una necesidad... yo creo que la cultura crea una sociedad más lúcida, y más justa... no se terminaría nunca...

Pregunta: ¿En este aspecto quizá, este país sigue siendo un país oscuro...?

Pep Munné: No, afortunadamente mucho menos que antes... no es el mismo... aunque no sé, vistos los hechos últimos... (risas)... puedo decir que vuelve la oscuridad, o por lo menos hay unos cuantos nubarrones en el horizonte... Ahora me gustaría estar encerrado en la Complutense por lo que le está ocurriendo a Garzón... pero, sí aparecen nubarrones... parece que nos tenemos miedo, hay miedo a la verdad... y esto sigue ocurriendo, es algo que no nos hemos quitado de encima. Creo que hay que poder hablar libremente de una vez por todas, creo que la transición ya pasó, creo que la justicia no hizo la transición y creo que hay que poder hablar libremente y abiertamente de todo lo que ocurrió. Que está muy cercano, pero otros países con mucha más rapidez que nosotros están haciendo la lectura de lo que ha ocurrido, y aquí no lo hacemos... no sé, de pronto aparecen nubarrones... pero no, la oscuridad no es la misma que la que se cernía en los años cincuenta, ni mucho menos. Lo que sí es cierto es que el mundo está en una época de estupidez generalizada, creo que se ha matado la excelencia... creo que se considera bueno cualquier cosa y que hay un interés generalizado, y ahora voy a decir una barbaridad, a lo mejor, en que no vuelva la excelencia porque es problemática... y entonces, vamos a ser un poco más bobos todos y a contentarnos con menos y a disfrutar de otro tipo de cosas, porque conviene... pero, yo veo últimamente que se dan por maravillosas cosas que... y no es una opinión subjetiva, es comparativa de cómo deberíamos calificar otras obras... ¿superlativas o ya fuera de calificativos...? cuando se califican las cosas tienen que ser en proporción al resto... y creo que estamos haciendo las cosas demasiado fáciles...

Pregunta: ¿En el teatro también?

Pep Munné: También, también...

Pregunta: ¿Se ha perdido el respeto al teatro, cualquiera puede ser actor...?


Pep Munné: No, eso tampoco pero sí, la exigencia es menor... por supuesto... y a parte, creo que cada día la continuidad de los actores en el teatro es menor... hay pocos que se dediquen permanentemente al teatro y eso también ayuda a la excelencia... yo tengo en mi recuerdo a ciertos actores a los que no encuentro ahora mismo nadie comparable... hablo de teatro... Incluso podría decirte diez nombres de los años sesenta y setenta... y ya no están, enormes actores... y ahora sí lo hay alguno, pero no es algo muy frecuente... buenos sí, muchos... pero excelentes, no tantos... (por supuesto, entre los que no me cuento –risas-) pero también se ha perdido la excelencia en el teatro, sí.

Pregunta: ¿Es irrecuperable?


Pep Munné: No, eso nunca se sabe... puede ser cíclico... aunque se requiere una autoexigencia, un esfuerzo que sinceramente creo, esta sociedad no lo tiene, en estos momentos, al menos. Y no lo tiene en ningún aspecto. Pero bueno, ahora soy muy cáustico (risas) Estoy en un momento de mi vida, muy caústico...

Pregunta: ¿Por qué?

Pep Munné: Por la edad, supongo... la edad... te vuelve más reflexivo, tienes más tiempo...

Pregunta: Hablabas de los años cincuenta y en estos momentos, estás interpretando a un autor teatral, Salvador Bellido, que vive en esa época, en la serie “Amar en tiempos revueltos”. Como hombre de teatro, como actor que cada noche se pone en la piel de un autor ¿qué compartes con este personaje tan rico?

Pep Munné: Mucho, de hecho fue éste uno de los motivos por los que acepté. El personaje me pareció muy real, además... Personas como Salvador Bellido han existido en España, Buero Vallejo, sin ir más lejos... y muchos más... pero existió y vivió esto que ahora se está negando, por cierto... esto que no que no quieren que se investigue, la injusticia de aquellas cárcel y de aquel “TOP” (Tribunal de Orden Público) ahora veía una declaración en televisión contra Carlos Jiménez Villarejo, porque dijo que muchos jueces que siguen en la magistratura pertenecieron al “TOP” y entonces, alguien lo ha generalizado diciendo que no se puede afirmar que los jueces que ejercieron como tales durante el franquismo fueran fascistas y ahora no pueden ejercer... Y no... otra vez se vuelve a confundir, él ha dicho “El Tribunal de Orden Público”... hubo muchos jueces durante la dictadura que jamás pertenecieron al Tribunal de Orden Público, incluso jueces que se negaron... porque las leyes que manejaba el TOP, hoy no... es que deberían publicarse, para que se conocieran... eran una barbaridad jurídica... y muchos jueces que hoy siguen “arriba del todo” pertenecieron a ese tribunal y ejecutaron aquellas leyes y dictaron sentencias de muerte y hoy siguen en la magistratura, no hubo transición ahí... por tanto, lo que dijo Jiménez Villarejo no era ninguna tontería y no se puede generalizar, no estaba hablando de todo el cuerpo; él mismo era juez en aquella época, pero nunca perteneció al Tribunal de Orden Público... y eso es cierto, mal que me duela decirlo, pero es cierto... y no se puede negar, porque es una realidad tangible... no estamos inventando nada, hay nombres... quien ejerció la ley con aquella ley, no puede ejercer la ley en la democracia... si creía en aquellas leyes, cómo puede creer en las de ahora... ¿qué ha pasado aquí?... Y entonces, mi personaje (volviendo al hilo) está metido en esto y lo entiendo muy bien... y está muy bien escrito, me facilita mucho el trabajo, pero claro es un recuerdo y una memoria muy presentes...

Pregunta: Tan presentes como La Falange...


Pep Munné: Sí, claro, es hasta lógico que haya sido La Falange la que haya iniciado el proceso... lo inaudito es el auto que ha escrito el Señor Varela, que acepta esta querella, que no sólo la acepta, sino que escribe el auto decidiendo juzgar... bueno, lo que no se cuenta también es que de cinco jueces que han juzgado el auto o la querella, tres la han desestimado y dos la han aceptado, sólo que estos dos estaban en la terna final y por tanto eran mayoría... pero de los cinco jueces por los que ha pasado la querella, tres la han desestimado y eso tiene que contarse también... hay muchas dudas, porque ahora se ha presentado, tengo entendido, una querella contra el propio Varela por prevaricación, porque realmente el auto, lo he leído... puede haber prevaricación en el auto, porque es subjetiva toda la interpretación que él hace de la ley de amnistía y de la ley de lesa humanidad que existe en los foros internacionales... es una interpretación absolutamente subjetiva, incluso hay cosas inciertas. Garzón pasa su auto para la ley de memoria histórica a otro juez que lo acepta y además se le dijo que no tenía jurisdicción en ciertos campos y dejó de hacerlo... nunca lo hizo contra la jurisdicción, y eso es así y este señor, con todo esto, entiende que lo ha hecho “a sabiendas de”... puede haber prevaricación en el auto de Varela, pero en todo caso, tomarse en serio esa querella como han dicho los dos o tres magistrados que la desestimaron, es un acto brutal... me parece un insulto... yo me siento, en estos momentos, insultado por el Tribunal Supremo... no sé cómo se sentirán otros españoles... y aparte que es absolutamente criticable, pero no ellos, la justicia... hay de todo, claro, como en la viña del Señor, y todos hemos leído sentencias increíbles, como que una señora podía ser insultada y tocada por su jefe porque iba vestida provocativamente, esto lo hemos leído dicho por un juez en la actualidad... pero claro, de pronto, piensas “¿Dónde estamos?” Evidentemente en la justicia no ha habido transición y no estoy diciendo que los jueces sean malos, hay muchos en este país... pero que quedan muchos de aquella época y las leyes son interpretables y depende de quién las lea e interprete... y eso es lo que ocurre, ¿quiénes están interpretando las leyes? (risas) Y eso me da mucho miedo, qué quieres que te diga...

Pregunta: Aún así, hay ciertos sectores que contemplan de forma despectiva las manifestaciones políticas realizadas por actores, escritores...


Pep Munné: Pero un actor es un ciudadano más, por Dios, y por qué no va a hablar de eso... hay periodistas que escriben a diario de eso... y podrían escribir sobre otra cosa... ellos tienen una página y el actor tiene su momento y claro que debe expresarse como cualquier ciudadano, aparte es un derecho constitucional e incluso diría que es un deber... pero bueno, esto es al margen, habrá otros que opinen otras cosas y además si voy a interpretar a un señor que ha vivido durante la dictadura, que ha vivido los desmanes de la dictadura, tengo que informarme y uno se informa y se da cuenta de muchas cosas y nada más... y estoy en mi derecho de expresar mi opinión, porque además, en teatro lo que hago tiene un cierto compromiso con lo que pienso y por tanto ahí está mi ideario, también.

Pregunta: ¿Se puede hacer teatro sin compromiso?

Pep Munné: Sí, claro que se puede hacer, se hace. Es una elección, hay quien no. Yo creo que el teatro sea comedia, drama, tragedia, lo que fuera... tiene una vertiente que debe mover al espectador, no sólo tiene que distraer, tiene que hacer reflexionar, para eso está y creo que es lo hermoso. Ir al teatro y salir con algo más, con un dilema... El teatro está para poner en pie las dudas y no las soluciones. Es el espectador, como ser expectante, como partícipe de ese espectáculo el que debe dar solución a las dudas... porque la verdad no existe, la verdad como un ente absoluto no existe...

Pregunta: ¿De qué color son Las Rosas de Papel?

Pep Munné: Del color del terciopelo, pero un terciopelo morado... suavidad... una suavidad lúcida... un color bello pero sin abrumar... (risas) Creo que es así...

Sofía Basalo.

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