sábado, 13 de marzo de 2010
... TERESA LOZANO (Octubre 2009)
"María Josefa no sólo era una mujer dulce y sensible”, afirma Teresa Lozano, quien da vida a la madre de Bernarda Alba en la nueva lectura que de la gran obra de García Lorca ha llevado a cabo Lluis Pasqual. “María Josefa es dura, fuerte y ha hecho a Bernarda tal y como es”. Así de contundente se muestra la veterena actriz, que hace dos temporadas interpretaba a la hermana silenciosa de la obra de Bernhard, “Ante la jubilación”, que en el Centro Dramático Nacional, dirigió Carme Portaceli. Hemos hablado con Teresa Lozano y esto es lo que nos ha contado:
Pregunta: Interpretas a la madre de Bernarda en la nueva mirada que ha llevado a cabo Lluis Pasqual de la obra de Federico García Lorca, una revisión en la que quizá predomina el hecho de que nos encontramos a una mujer, a una madre que respira tras una inmensa capa de frialdad y severidad...
Teresa Lozano: Sí, desde luego... Creo que es una gran propuesta por esto mismo... Bernarda lo que hace es reproducir lo que ha aprendido; Ella cree que eso se debe hacer así, que a sus hijas las debe tratar así, pero no siente así, a veces... Ella cree que es su deber y en el momento en el que junta a sus hijas y las maltrata... se está maltratando a sí misma... se está juzgando a sí misma... porque internamente no lo tiene claro, lo que ocurre es que ésa ha sido la educación que ha recibido... ahí es también importante el tratamiento que ha hecho Lluis Pasqual en el personaje de María Josefa, mi personaje, porque en un momento dado le levanto la mano y se ve claramente que Bernarda ha recibido lo mismo que está dando, claro...
Pregunta: Podemos decir, entonces, que las últimas frases que dice: “Silencio, a callar he dicho”... también se las está diciendo a sí misma...
Teresa Lozano: Claro, yo creo que sí... ella no puede decirse, no puede verbalizar que no está actuando bien... con lo que no le queda más remedio que guardar silencio, seguir adelante con lo que tiene... pero claro, pienso que esta manera, este tratamiento de Bernarda, enriquece muchísimo al personaje, le da esa parte más sensible, más humana que normalmente no se toca... de hecho, por lo que he visto durante los ensayos, Nuria Espert, sonríe, tiene una sonrisa fría, pero es un personaje que sonríe que es incluso guapa, atractiva... pero tiene ahí el hándicap de la educación de ese momento, de la sociedad... que le lleva hacia esa dureza extrema...
Pregunta: Sí esa dureza que por ejemplo despliega hacia la vecina que va a visitarlas, cuando le dice “ una hija que no obedece, no es una hija, es una enemiga”...
Teresa Lozano: Sí, sí... es que las frases que dice Bernarda son tan grandes... son tan fuertes... no sólo grandes, hermosas... sino, son tan fuertes... porque representa tanto la represión del momento, de la sociedad, de la familia... es que esa represión estaba en todos los lados... que claro son de una dureza extrema... pero por otro lado son hermosas... también, nada más entrar en escena, Bernarda dice “los pobres son como los animales”... esas frases las hemos reído entre cajas... porque Nuria Espert, dice, “desayuno con esto, nada más entrar a escena”... pero claro, es que representa la sociedad represiva de ese momento, de 1936...
Pregunta: Otra nota que me parece interesante en la puesta en escena, son las paredes inexitentes. Paredes que da la impresión de que están formados por los ojos del público, por la mirada del público... las miradas a las que tanto teme Bernarda, que tanto quiere evitar...
Teresa Lozano: Sí, yo creo que el concepto está ahí... está en que hay un boyerismo, están los ojos de todo el mundo que ella teme tanto, las vecinas... hay muchas alusiones a ello, “que no se enteren. Silencio...” Yo creo que ese concepto sí está en la escenografía... no puedo asegurarlo, pero he oído hablar de este tema a Lluis, al escenógrafo... entonces, sí, está ahí esa historia, el hecho de estar constantemente observadas, por un lado y por el otro...
Pregunta: Su personaje, no sé si representa por un lado la libertad, decir y hacer aquello que queremos y por otro la voz del autor, avisándonos de lo que va a ocurrir en esa casa...
Teresa Lozano: Yo realmente pienso que las personas mayores que tienen demencia senil, un inicio de esa demencia u otro tipo de locura... pierden la inhibición... y entonces dicen las verdades... cuando uno no tiene prejuicios, no tiene inhibición dice las cosas como son... en este personaje lo más bonito es eso... que dice verdades todo el rato... Y no sólo creo que hablan sin inhibición, sino también, son capaces de verbalizar lo que sienten... sienten lo que va a pasar... siente que Pepe el Romano las va a devorar a todas... Lo siente, lo presiente... y lo verbaliza, lo dice... Por otro lado, lo dice con una altura poética que cuando leí por primera vez la segunda escena, la del corderito... pensé “Dios mío, cómo lo diré”... porque tiene una altura poética que verdaderamente da vértigo... luego cuando se ensaya y entiendes el personaje... lo vas diciendo todo, pero es verdaderamente maravilloso ese texto...
Pregunta: ¿Cómo ha sido y está siendo esta aventura lorquiana?
Teresa Lozano: Es una aventura maravillosa... en Barcelona, en el TNC llenamos todo el tiempo y aquí, en Madrid igual... la respuesta del público es impresionante... se levantan todos al final... mejor imposible, ésa es la gran recompensa siempre... luego, vivir cada día ese texto... es otra recompensa, porque yo que no estoy todo el rato en el escenario y lo escucho mucho, porque estoy siempre entre cajas, cada día se me pone la piel de gallina... también la historia, saber que fue lo último que escribió, poco antes de su asesinato... verdaderamente te impresiona... y parece que él también tuviese una premonición... se lo he oído decir alguna vez a Lluis Pasqual...
Pregunta: Sí, Lorca ha estado muy presente en la trayectoria de Lluis Pasqual...
Teresa Lozano: Yo creo que lo entiende muy bien... no sólo lo admira... lo entiende muy bien... entiende su lenguaje... lo conoce y lo sabe expresar muy bien... Los ensayos han sido para volver a repetirlos... porque con tres personalidades como Lluis Pasqual, Nuria Espert y Rosa María Sardá... es estar aprendiendo todos los días muchísimo, porque es un trío impresionante... no sólo verlos ensayar, también oírlos hablar... oír cómo comentan una escena... son tres grandes, claro... es un privilegio, por supuesto...
Pregunta: Comenta que es una oportunidad para aprender. Usted lleva muchos años en la interpretación, teatro, cine, televisión... es admirable que no haya perdido esa curiosidad, esa inquietud, sino que además la exprese con tanta intensidad...
Teresa Lozano: Es que creo que en nuestra profesión ha de ser una constante... nunca sabes... cuántas veces tropiezas, cuántas veces ensayas un personaje y dices “no lo acabo de coger”... y luego, quizá, ves a un compañero y te da una pista... nosotros vamos atrapando las pistas al vuelo... como las moscas... aparte del texto... nos pueden llegar por muchos lados... por una idea, por una sensación... entonces, claro, cuando estás cerca de gente que sabe mucho... pues todo se facilita... y cuando tienes ante ti... por ejemplo, cuando levanto la mano y tengo enfrente los ojos de Nuria Espert... tengo bastante... (risas)... pero en esta profesión no acabas nunca... al menos ésa es mi experiencia... no terminas nunca por saberlo todo, al contrario, yo cada vez sé menos... que es lo que hay que hacer por otra parte... al menos, eso creo...
Pregunta: En todo este tiempo de carrera, supongo que ha encontrado a muchas personas de las que ir aprendiendo... ¿hoy en día es fácil encontrar personas de las que aprender. Tenemos hoy en día en la escena grandes maestros, jóvenes maestros?
Teresa Lozano: Yo creo que hay muchas personas para aprender; creo que los actores de hoy en día, los actores jóvenes están muy bien preparados... yo me quedo verdaderamente pasmada... por ejemplo en esta misma obra, tenemos un plantel de gente joven fantástico... yo creo que la gente sale muy preparada... y yo aprendo, lo mismo de Lluis Pasqual, de Nuria Espert y de Rosa María Sardá, con la que he tenido la suerte de trabajar más veces, con Nuria es la primera vez, también aprendo de las gente joven... el entusiasmo, la entrega, la disponibilidad... La disponibilidad para mí es palabra mayor en el teatro...
Pregunta: ¿Disponibilidad?
Teresa Lozano: Estar dispuesto a entregarte, a que te digan “por aquí, por allá”... a embadurnarte la cara de negro... en fin, a muchas cosas... pero no sólo disponibilidad física, sino disponibilidad anímica... de abrirte y decir, “a ver por dónde busco”... todo es posible... esto, la gente joven, al menos quien he tenido cerca, lo tiene... están dispuestos a todo... y de todas esas cosas se aprende muchísimo... yo la verdad, creo que está muy bien... la gente que empieza está muy bien...
Pregunta: Ha hablado de disponibilidad física y anímica... Quizá esta última sea la más complicada de conseguir... creo que debe resultar a veces complicado entrar en un personaje...
Teresa Lozano: Es complicadísimo... siempre parece que uno está dispuesto a todo, y siempre psíquicamente, aunque uno no se dé cuenta hay más reservas... a veces no se es consciente... pero está protegiéndose, porque claro, se trabaja con sentimientos y con cosas internas, experiencias... entonces, a veces nos protegemos y vamos por un camino... no es fácil, pero porque es complicada la consciencia... uno se protege inconscientemente y la disponibilidad hay que buscarla... porque nos ponemos barreras...hay que estar alerta siempre...
Pregunta: Hace poquito tiempo la vimos en el Centro Dramático Nacional con una obra más que interesante “Ante la jubilación”. Al respecto me sorprendió un comentario que hizo de su personaje, un personaje silencioso. Me sorprendió porque casi siempre se dice que un personaje “mudo” es un reto enorme, casi más difícil que aquel que tiene mucho diálogo, usted en cambio dijo que ese silencio le daba mucha libertad...
Teresa Lozano: Sí, es cierto. Me la daba, porque en una obra de teatro, cuando estás haciendo funciones, tienes que estar luchando, cuando ya ha pasado el stress del estreno, viene el stress de mantener la función... de que no se te anquilose, de que no la mecanices y que la vivas... y ese stress está, aunque parezca que no, que vamos, hacemos la función y ya está... el stress es muy grande... porque estás todo el tiempo en lo que habías buscado, rebuscando... estás siempre activa internamente, estás intentándolo al menos, claro, cuando estás en silencio... el recorrido no está tan marcado, el canal no está tan firmemente construido... yo puedo moverme y puedo sentir... hay una libertad, dentro de la situación que está teniendo lugar... porque claro, las palabras que dices y cómo las dices, te obligan muchas veces, te marcan una cosa que ya tenías... y a veces te gustaría experimentar otra y te supone un esfuerzo hacerlo y un riesgo porque no sabes si dentro de ese momento, como la función ya es un resultado no es una búsqueda, no sabes si en ese momento vas a acertar o vas a desconcertar a lo mejor al compañero... entonces con el silencio no pasa... es evidente, porque no tienes las cadenas que a veces son las palabras...
Pregunta: “La casa de Bernarda Alba”, “Ante la jubilación”, dos obras muy comprometidas ¿Cree que el teatro necesita este compromiso, le falta en alguna que otra ocasión?
Teresa Lozano: Yo creo que el teatro en sí es un compromiso, si está bien hecho, si es riguroso, el compromiso ya está presente. A veces te comprometes a decir unos textos más duros y otras veces te comprometes simplemente a distraer... a mí no me parece mal, yo creo que si el montaje está bien hecho y el trabajo de los actores es riguroso, ahí hay una enseñanza y un compromiso... y se presenta una obra de arte... entonces, creo que eso es suficiente... pero claro si tienes grandes textos, como es el caso de “La casa de Bernarda Alba”... pues dices muchas más cosas... y cuanto mejor dichas están... mejor llegan y más hermoso es... y sobre todo más enriquece al espectador... pero yo soy de las que creen que es suficiente con que el proyecto y el trabajo sean rigurosos; creo que eso ya es un compromiso con el público.
Pregunta: ¿Es complicado hoy en día encontrar un texto riguroso?
Teresa Lozano: De teatro contemporáneo, no sé tanto... no he tenido entre mis manos, no he barajado últimamente lo que se escribe en la actualidad... sí he visto y he oído... creo que en todo momento se escriben y se hacen cosas interesantes...y también cosas no interesantes... es evidente que claro, hay algunas que han trascendido, mira lo que estamos haciendo ahora, entonces, ya te da una idea de la validez de ese proyecto... pero estoy segura y convencida de que ahora hay grandes textos, de que habrá que descubrirlos... y claro, hay otros que ya están más que descubiertos... hay mucha riqueza... hay que buscarla... pero la hay...
Pregunta: ¿Tras “La Casa de Bernarda Alba” qué proyectos tiene entre manos?
Teresa Lozano: De momento no tengo nada y estoy muy contenta (risas) porque estoy cansada... saldrán cosas, es indudable... pero de teatro, voy a ver si me ralentizo un poquito porque últimamente he hecho una obra por temporada y es cansado... si lo quieres hacer bien, el teatro es agotador... estar todos los días, buscando... el stress que te contaba... eso es muy cansado... y yo quisiera descansar una temporada... sé que hay cosas concretamente una muy bonita, que no te la voy a decir porque no quiero gafarla... pero sé que hay cosas que pueden aparecer, pero seguramente no serían hasta el verano... con lo que aún me queda... aunque bueno de Madrid, vamos a Milán... y probablemente a Colombia... con lo que de Bernarda, aún queda... y luego tengo esta cosita para el verano, que no sé si cuajará... pero si no cuaja... veranearé, que no está nada mal... (risas) son muchos veranos de movidas que te impiden descansar bien...
Pregunta: Con lo que en usted no se cumple eso de que a cierta edad, en teatro no hay personajes interesantes para la mujer...
Teresa Lozano: Sí, aunque hay muchos masculinos ¿eh?... pero hay papeles femeninos interesantes, fíjate en esta obra... somos todas mujeres... sí hay, aún quedan, pero es cierto que hay más papeles masculinos y con más entidad... es evidente...
Pregunta: Una última pregunta. Algunas voces han comentado que no es así la Bernarda que imaginó García Lorca. Que el autor granadino la escribió tal y como siempre se ha hecho: Masculina, severa, sin fisuras... Usted forma parte del proyecto que ha llevado a cabo Lluis Pasqual... Personalmente me quedo con esta Bernarda, ¿y usted?
Teresa Lozano: Yo creo que hay las interpretaciones de las obras, dependen también de la época... creo que cuando la interpretó Ismael Merlo, hace muchos años, probablemente esa visión de hacer una Bernarda más política, un hombre... a lo mejor el impacto que él podía conseguir, la transmisión del personaje, en ese momento interesaba y era más fuerte, pienso que hoy en día se buscan todos los matices a los personajes... porque también ha habido por medio un trabajo psicologista... que nos ha influido, entonces, buscas de los personajes, como personas, todas las vertientes, no sólo una... porque las personas somos un cúmulo de cosas... y esto es lo que ha hecho Lluis Pasqual, ha dado una visión de La Bernarda no monolítica, sino, verdaderamente como persona que tiene muchas vertientes... Yo estoy absolutamente de acuerdo con esto, es más, es lo que más me interesa... comprendo que en otras épocas podía ser impactante y también habrán sido las lecturas de estos directores, pero yo estoy totalmente identificada con este proyecto, con la manera de trabajar de Lluis Pasqual, de buscar quién es cada uno y qué parte tiene cada uno de duda... o no duda... porque las personas somos así... también, por ejemplo, se ha visto a una María Josefa (mi personaje) muy dulce siempre... y aquí no es así, aquí es fortísima... por un lado, porque tiene otra vertiente entrañable... son varias caras y creo que esto siempre es enriquecedor.
Sofía Basalo.
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