martes, 8 de diciembre de 2009

... DANIEL FREIRE (Abril 2009)



En televisión lo vemos en la serie de Antena Tres “Doctor Mateo”. En teatro produce “La dama del abanico azul” y “Buena presencia”... Entre una y otra actividad ha hecho un paréntesis para ponerse a las órdenes de Jesús Cracio y encarnar a un abogado con éxito y tristemente dependiente de la enfermedad de una sociedad que ha perdido sus valores y lo conduce hacia un pozo sin fondo... si bien en su camino arrastra a todo aquel con quien llega a cruzarse... Es Daniel Freire ese abogado. Ese hombre que no es capaz de ser feliz en una sociedad vestida de infelicidad e insatisfacción. Es siempre un placer charlar con este actor, tal vez porque de su mano o de su palabra podemos viajar más allá de las paredes de cualquier espacio teatral... quizá eso mismo sea el teatro... quizá en eso resida su magia, la inexistencia de paredes que puedan limitar la vida...


Pregunta: ¿Quién o qué le pone las cadenas al ser humano?


Daniel Freire: Quién con nombre y apellidos... hay muchos que ponen cadenas, rejas o cepos... desde los reales... que hay muchos lugares en el mundo, sobre todo en el llamado tercer mundo que están llenos de minas enterradas... pero creo que hay un concepto de hombre que se ha empezado a desarrollar a partir de los años noventa, o ha empezado a crecer a partir de los años noventa más o menos, con el neoliberalismo instalado en los gobiernos más potentes que sólo identifica al ser a partir de lo que se tiene ¿no? O de lo que se puede obtener... es un concepto filosófico que va calando en nosotros y lo peor de todo esto es que este concepto de ser humano, creo que se ha instalado incluso en aquellos que no tienen acceso a ese sistema... el sistema te ofrece, te seduce con cosas para acceder a él, insertarte y formar parte de la felicidad de la que él te propone... qué se yo, si pudiéramos dar nombres, podríamos ver entre los más nombrados últimamente por la caída que han tenido los Madoff, pero hay otros que están más abajo y que generan, influyen o van desarrollando en los seres humanos esta necesidad de ser felices en un mundo donde la infelicidad está ausente, porque la insatisfacción es el estado constante del hombre, o al menos el sentir constante... el sentimiento constante es la insatisfacción...


Pregunta: El sentimiento constante es la insatisfacción... Quizá ése es el sentimiento que predomina en tu personaje...


Daniel Freire: Claro, es el que lo desarrolla... es el ser que no tiene límites, porque como es un insatisfecho total siempre quiere más y todo lo que descubre o lo que obtiene no lo satisface, porque en realidad no hay límite para esa satisfacción, siempre quiere más y como él tiene el concepto de que con el dinero puede comprar lo que quiere no hay límite... ni siquiera es capaz de comprender lo que le pertenece y lo que no, porque él cree que lo puede poseer...


Pregunta: Has comentado que su personaje es un abogado triunfador y quien le ha preguntado ha dicho que quizá lo que es, es un abogado corrupto. ¿El poder, el triunfo, hoy en día, en este mercado va unido a la corrupción. El poder corrompe?


Daniel Freire: Yo creo que el poder corrompe. Hay quienes pueden capear la corrupción, sin ensuciarse demasiado, pero creo que el poder corrompe porque te vincula con sectores o con intereses muy enfrentados en determinados momentos y tienes que decidir hacia dónde tirar... yo no sé si he dicho “triunfador” o “exitoso”... pero creo que él es un abogado de éxito, que ha triunfado en el mundo en el que le tocó vivir, pero ha triunfado en el mundo que él ha elegido, no ha triunfado defendiendo a prostitutas o a mujeres golpeadas... él mismo dice en una de las secuencias: “Yo sólo defiendo a las empresas porque son las que pagan fortunas”. Él está situado en un lugar que lógicamente lo vincula a la corrupción, y si no es con que tú seas corrupto sí, con espacios de corrupción que pueden comerte, porque entras en un juego en el que “yo te doy en la medida en que tú me puedes dar algo”... no hay allí nada que surja desde la afectividad o desde la solidaridad... Yo no digo que sea toda la gente que se mueva por ahí, pero sí creo que el poder en algún punto corrompe, el dinero corrompe... yo, tengo cinco centavos y quiero comprar una manzana que cuesta cuatro... con lo que para no quedarme sin nada, entro en el mercado y la escondo en mi bolsillo... y salgo por la puerta... el dinero, el que todo cueste en este mundo, nos lleva a especular y la especulación es corrupción... creo que es eso, cuando entramos a especular con las cosas es cuando entramos en el terreno de la corrupción...


Pregunta: Al final, cuando vemos a tu personaje salir en los medios de comunicación, mostrando su rostro más amable, mostrando quien no es... tengo la sensación de que realmente estamos atrapados en este mercado y que casi no podemos hacer nada por salir de él, cuando las personas que deberían guiarnos nos engañan, con lo que al leer lo que escribe el autor “Es signo de salud estar bien adaptado a una sociedad enferma”... pienso que en el fondo no nos queda más remedio que adaptarnos...


Daniel Freire: También puedes enfrentarte al sistema...


Pregunta: ¿Qué conseguiríamos en tal caso?


Daniel Freire: ¿Ganó Cristo?... ¿Ganó Barrabás?... ¿Ganó el Che Guevara?.... no ganaron... Cristo terminó clavado en una cruz, si la historia es cierta... no hablo del cristianismo, hablo del hecho histórico... todo tiene su riesgo, pero al menos si nos adaptamos, hemos de saber que nos estamos adaptando a una sociedad enferma y por tanto estamos enfermos... y la enfermedad tampoco es una buena salida...


Pregunta: ¿Es quizá la peor salida?


Daniel Freire: Sí, porque además es una salida consciente que no te va a llevar más que a la muerte, en la otra, tienes al menos la posibilidad de una esperanza, el resistir... yo no sé cómo se hace, de hecho en general uno se va adaptando porque cree, porque quiere confiar, porque la democracia, porque la revolución, porque... En las sociedades nos vamos adaptando mínimamente porque... en fin, compremos la casita, el patio, los tres perros, tengamos los niños, casémonos por la iglesia o en el registro civil... nos vamos adaptando porque creemos que podemos hacer una sociedad más justa, más solidaria, más... pareja... y de pronto descubrimos que los bancos se quedan sin dinero por haber prestado más de lo que debían prestar y por prestárselo a gente que no correspondía prestársela... cuando a uno lo estaban ahogando con la casita que se había comprado... entonces dices... A ver ¿dónde estoy parado?... y creo que la obra si bien es del vínculo de una mujer prostituta y un hombre, un abogado de triunfo, habla de estas cosas... y cuando este concepto de cómo nos adaptamos al mundo y que la adaptación a este nuevo mundo que yo creo que es un concepto que nos viene desde los años noventa que es donde realmente toma fuerza... y entonces cuando esto se instala en nosotros, en los sentimientos sobre todo, cuando tenemos ese concepto de “me pertenece” es “mi pareja”... son “mis hijos”... cuando se produce esa dependencia del otro ser, más allá del vínculo que tenga conmigo estamos entrando en un terreno pantanoso bastante complejo...


Pregunta: Quizá esa necesidad la hemos creado nosotros mismos... sin darnos cuenta...


Daniel Freire: El sentido de propiedad privada se ha instalado en todo en esta sociedad... nosotros necesitamos poseer y esto viene desde mucho antes... pero este sentido de propiedad privada que tenemos sobre las cosas, también las llevamos a los seres humanos y “mi hijo me pertenece” hasta tal punto que yo muchas veces puedo decidir qué tiene que hacer en su vida... muchas veces somos dueños hasta de la persona que hemos amado durante toda la vida... mira estos casos que ahora han salido, este padre que tuvo encerrada a su hija con quien tuvo hijos... creo que los seres humanos somos bastante terribles o cosas... la impunidad con la que se maneja la gente que accede al poder, eso ya es corrupción... y no quiero dar nombres porque entonces nos vamos ya a un color político... y en realidad en este aspecto todos los colores políticos tienen una mancha similar... pero no sé, a mí me ha llamado mucho la atención que un expresidente como fue José María Aznar, tiempo después en una reunión en una bodega dijera en un discurso que a él nadie le puede decir lo que debe beber para conducir, creo que ese nivel de irresponsabilidad o de impunidad con la que se mueve esta gente nos hace daño porque nos va formando a nosotros... que una cadena de televisión mande una nota diciendo “los personajes de esta serie no pueden ni fumar ni decir tacos porque va a las diez de la noche y nosotros debemos empezar a limpiar el lenguaje de las series” que me parece muy bien por un lado si quisieran, pero a las cuatro de la tarde tienes un programa donde invitas a la gente a que se pelee delante de cámara... entonces digo, ese nivel de impunidad que es la que manejan los dueños de las cadenas, o los dueños de bancos o los ex ex... nos van formando y van formando al hombre nuevo... entonces puedes decir “uy la juventud no tiene valores”... pero de quién va a coger los valores... si nosotros les estamos dejando un mundo de mierda... y perdona la palabra... es así, yo creo que hubo generaciones, la mía quizá, que tenía a la generación precedente como... había ciertos personajes o hechos que uno los tomaba como bandera, últimamente los seres, los hechos que se provocan no son bandera más que del horror... la guerra, los desastres económicos, la malaria, no sé... enfermedades que podrían estar extinguidas y que se siguen desarrollando en el mundo cuando hay gente que no podría ni en cuatro vidas gastar el dinero que tienen... hay uno momento en el que no puedo entenderlo... cuando sale el Papa éste, el Ratzinger, que hasta parece mecánico, como su nombre... a bendecir en Roma, rodeado de ese edificio monumental lleno de oros y en África y en Asia y en mi América, se están muriendo de hambre los niños... no lo puedo comprender... y pienso que aquí hay algo que está mal... y claro, reflexiono y digo “claro hace veinte o treinta años la gente joven que veía esto y pensaba de esta manera, agarraba un fusil y salía a matar”... y me paro y digo “no sé si ésta es la manera... seguro no”... pero hay que buscar otras maneras... y las nuevas formas que nos han dado nos entrampan cada vez más, como decías, terminan haciéndonos creer que nos tenemos que adaptar a un mundo enfermo...


Pregunta: Lo que estás diciendo, me hace pensar en lo que ahora se debate sobre el endurecimiento de las penas, en la pena de muerte... cuando considero que quizá la solución se acerque más a la educación como prevención de todo esto...


Daniel Freire: Exacto... sí, cuando lo piden resulta más fácil y lo que es peor es que entramos ya en su terreno... endurecemos las penas en lugar de corregir los errores... yo cuando voy por la carretera y de pronto giro en una esquina y pegan un pitido de policía que me detiene porque me he pasado un semáforo en rojo... pienso “ustedes no pueden estar en la esquina previniendo que yo me pase el rojo, en lugar de estar detrás de la garita para reprimir lo que yo hice”... yo creo que la educación es la prevención... y luego claro nos pelearemos para definir cuáles son los valores que la educación debe marcar... hay discusiones que yo no entiendo en este país y en este mundo, porque estas discusiones se dan en todos lados... que si tenemos que enseñar a ser ciudadanos o a no ser ciudadanos... hay cosas que no entiendo, cómo no vamos a educarnos... luego podemos discutir los contenidos de esas cosas, pero cómo no nos van a educar a convivir, a cuáles son los valores que nos rigen en esta sociedad que intentamos construir, creo que hay cosas que tenemos que acordar los seres humanos, porque sino, vamos a pasar por encima del otro... y porque creo que el abogado de la obra de “Mercado libre”, mi personaje, tiene un discurso que es bastante coherente y que tiene una fundamentación bastante filosófica e ideológica y él la expresa con mucha claridad, pero él tiene toda una fundamentación de por qué hace lo que hace, aunque lo que haga sea un horror... y creo que entonces lo que tenemos que entrar a discutir es cuáles son los valores necesarios para vivir en este mundo, dada la realidad que tenemos delante de los ojos... ahora nos vemos inmersos en una crisis que parte de algo que no existe, o por lo menos tiene su origen en una fracción de algo que no existe como es el dinero, ese dinero que se ha invertido mal, es todo dinero virtual, no es dinero contante y sonante, papel, billete... ¿en qué mundo vivimos? Por ejemplo, yo tengo una deuda ahora con esta sociedad, de un dinero que no existe... qué estamos viviendo.....


Pregunta: Todo vale, quizá...


Daniel Freire: Yo creo que sí, y eso es lo que es terrible... todo vale... y alguien tiene que empezar a hacerse cargo de las cosas que ocurren... creo que la obra habla de estas cosas, profundiza en estos temas... no sólo en el aspecto de “qué bien me lo paso con la prostituta” que también... esas son las puertas que le van abriendo a él sus oscuridades...


Pregunta: También esta sociedad se mueve por la apariencia, por la hipocresía...


Daniel Freire: Sí, totalmente... ahí tenemos las escuelas de modelos... incluso hasta en la televisión... el problema es cuáles son los valores que debo imitar para ser un modelo en esta sociedad y eso es lo que me parece que está menos claro... necesitamos modelos en la vida, pero son otro tipo de modelos... no los modelos de la apariencia, de qué guapos somos y qué bellos... son otros, los valores que identifican un modelo de ser... sin embargo estamos en el mundo de la apariencia...


Pregunta: Es complicado hacer que el público vea más allá de la apariencia...


Daniel Freire: No, el público no es tonto... la gente no somos tonta... y fíjate de repente Berlusconi, con lo burro que es termina ganando tres o cuatro elecciones seguidas... en un país como Italia, cuna de la cultura... no somos tontos pero a veces, lo que ocurre, es que nos adaptamos... la gente no es tonta, la gente lee... a mí por ejemplo, en teatro siempre se hacen funciones previas a los estrenos... y yo he invitado a amigos míos y en general como todo el mundo uno tiene más amigos en el ámbito donde trabaja... pero también invito a gente de mi barrio, vecinos, gente del bar donde desayunamos... y se han quedado impresionadísimos, gente que no tiene nada que ver con el mundo nuestro... se han quedado impresionadísimos con el discurso de la obra... nadie hasta este momento me ha hablado de los desnudos de la obra, nadie... todos hablan de lo que ocurre en la obra con esos dos personajes... con esto lo que te quiero decir es que prefiero que la evaluación de cómo va la atención del espectáculo me venga de gente que no tiene nada que ver con este ámbito... y con esta obra ha pasado que la gente ha comprendido muy bien su discurso... aunque tampoco sé qué es comprender muy bien, lo ha comprendido, cada uno a su manera y me parece perfecto...


Pregunta: Y el teatro en este mercado qué papel juega. Cuáles son sus cadenas si es que tiene algunas....


Daniel Freire: Todos tenemos cadenas... el teatro sigue cumpliendo las mismas funciones que ha cumplido siempre, nosotros somos el divertimento, somos el circo... el circo a través del cual se pueden plantear líneas que nos lleven o nos abran otras puertas, pero nosotros somos el divertimento, aunque el teatro me permita reflexionar, yo voy al teatro, todo el mundo va al teatro a divertirse, a pasar un buen momento. Vamos al cine a divertirnos, no vamos al cine con la intención de reflexionar cómo es el mundo, en todo caso, después de salir del cine reflexionamos sobre ello, pero no antes... El teatro tiene eso como potencia, pero los teatristas sabemos que ese teatro puede tener una dimensión un poco más profunda, no porque divertirse no sea profundo, y me parece una de las necesidades vitales del hombre “divertirse”... pasarlo bien, entretenerse, pero nosotros sabemos también que a ese teatro que divierte que entretiene, se le puede dar una dimensión más grande y podemos reflexionar a través de la diversión y del divertimento podemos reflexionar sobre un montón de cosas que nos pasan a los hombres... Me parece que la función primera del teatro es el entretenimiento, no es diferente que el de la televisión, aunque los intereses de uno y otro estén absolutamente en lados opuestos...


Pregunta: ¿En lados opuestos?


Daniel Freire: Sí, porque creo que el interés de la televisión está manejado por banqueros... y en general, el teatro está manejado por teatristas, actores, directores... escritores... son mundos que tienen otros niveles de sensibilidad, ni mejores ni peores, sólo otros... entonces, a la televisión en general, la maneja el dinero... si un programa no me hace subir en bolsa, lo quito porque no me conviene... aunque tenga un millón y medio de espectadores... Una serie se hace para sostener la tanda publicitaria, si no logro más de un dieciséis por ciento de audiencia, lo quito porque a mis inversores de las tandas no les conviene, cuando en realidad tendría que ser que la tanda publicitaria estuviera en apoyo económico del programa que estoy generando... En general, los directivos de televisión son banqueros y yo no le puedo decir a un banquero que piense como otra cosa, porque me parecería un error... Ahí es donde todo se empieza a confundir... y los intereses del teatro son otros... somos más pobres...


Pregunta: Y aún así, os arriesgáis, tú por ejemplo con tu productora teatral...


Daniel Freire: Sí, desde hace tiempo tengo una compañía, con la que he llevado adelante algunos proyectos, “Freno de mano”, “Bent” y ahora estamos haciendo dos obras, una infantil y una adulta, para venderla a los ayuntamientos y cubrir dos horarios, el de niños y el de adultos, entonces con el mismo diseño espacial, el mismo elenco y el mismo diseño de luces, cambiando algunos elementos de escenografía y el vestuario y la historia claro... contamos dos historias. Una que se llama “La dama del abanico azul” que es para niños y otra que se llama “Buena presencia” que habla de esto mismo, de esto que hablábamos, que es para adultos y es la historia de un joven que llega a un lugar a buscar un empleo que le han ofrecido y poco a poco va descubriendo que no existe... no existe ni el puesto de trabajo ni empresa... que están huyendo porque todo se viene abajo para dejarnos a nosotros con el marrón...


Pregunta: ¿Qué es más difícil ser empresario o ser actor?


Daniel Freire: Yo no sé ser empresario. Yo he montado una compañía que la llevamos entre amigos, pero no sé ser empresario, no sé ser un productor, no sé producir... hay gente dentro de la compañía que se ocupa de eso, porque yo no lo sé hacer. En principio soy un actor, pero porque hace mucho tiempo que lo he decidido, pero no porque no pueda ser un empresario, si me lo hubiera propuesto, sería un empresario... no me parece que serlo te haga mala persona, lo que ocurre o lo que te ubica en el mundo de una determinada manera es la acción que como tal llevas adelante, sea como actor o como empresario... hay empresarios con los que me sentaría a cenar y compartiría mi mesa y mi pan... e me iría al fin del mundo y hay actores con los que no quisiera volver a cruzarme en mi vida... porque la función que uno tenga en la vida no determina que seas bueno o malo....


Pregunta: ¿Y actualmente el teatro es bueno o malo, también está en crisis... ?


Daniel Freire: Desde que tengo uso de razón vengo escuchando que el teatro está en crisis... y sin embargo, según de donde hablemos... estar en crisis el teatro significa que la gente no va al teatro, estar en crisis el teatro significa que no hay ideas para desarrollar, que no hay una estética, una fórmula expresiva que pueda desarrollar y eso no está pasando, yo creo que la gente está yendo al teatro, creo que hay ideas, que hay movimiento en el mundo de la creación del teatro y por tanto eso no me habla de crisis... estamos insertos en la misma crisis que todo el mundo, una crisis económica global que tiene mucho más de psicológico que otra cosa pero no hay otro tipo de crisis, al contrario, creo que hay una ebullición de ideas en el teatro que hablaría más de una producción, en todo caso, me cuestionaría si no estamos más perezosos para producir o demasiado adaptados... a una sociedad a la que no queremos mirar pero para desarrollar hay mil cosas...


Pregunta: Una crisis psicológica...


Daniel Freire: Sí, no quiero decir que no haya crisis... pero creo que hay un gran aspecto psicológico, el otro día escuchaba una entrevista, donde unos economistas que habían sacado un nuevo libro para afrontar la crisis... decían algo así como que estábamos acostumbrados a vivir como nuevos ricos y tenemos que vivir como obreros... entonces, el obrero ha vivido toda la vida y ha podido vivir hasta bien, yo he hecho teatro para obreros... entonces, han podido hasta disfrutar del divertimento, y creo que está muy bien expresado lo que él dijo, porque nos hemos acostumbrado a vivir al día a comprarnos cosas que no necesitamos... a entrar al gran centro comercial a comprar cosas... y que siempre estábamos comprando algo, nos cambiábamos el teléfono cada dos o tres meses... o por semana si era posible y ahora tenemos que vivir comprando el pan, la mantequilla, un kilo de carne y veremos si podemos preparar el puchero para el mediodía... entonces, creo que es más psicológica y que además la gente con esto de que “¡¡la crisis que viene la crisis!!” se cagó, guardó el dinero, no sale, no gasta... pero sinceramente, en la calle los bares los veo llenos, los restaurantes los veo llenos... los teatros vienen muy bien... no veo crisis en el teatro... desde ese lugar no se puede leer crisis en el teatro... entonces, supongo que hay mucho de psicológico...


Pregunta: Volviendo a “Mercado Libre” ¿Qué ha sido lo más complicado a la hora de enfrentarte tanto tú como tu compañera al texto, a la puesta en escena?


Daniel Freire: El proceso de ensayos fue lo más duro porque uno ahora en el juego de la representación vamos a eso... a divertirnos a disfrutar... si bien no es un texto con el que puedas decir “cómo he disfrutado”... yo salgo agotado, con angustia... necesito caminar y tomar aire... lo más duro ha sido el proceso de ensayos y descubrir a estos personajes, verlos, visualizar cómo son, dónde se meten, qué van descubriendo de sí mismos y luego buscar en ti, cuáles son los aspectos parecidos o parentales con cada uno de estos personajes... no sé, uno está lleno de oscuridades también, todos tenemos nuestros secretos... nuestras oscuridades, nuestras debilidades, que a veces desarrollamos y a veces no... por diferentes razones, escrúpulos, prejuicios, decisión... no las desarrollamos... entonces investigar en esos lados, en esas cuestiones de uno, sin resbalarse e irse a ningún lado... gracias a los compañeros y al director... creo que eso fue lo más difícil porque el teatro en esa búsqueda te lleva a conocerte, a descubrirte a ti mismo y a descubrir cosas que no te gustan de ti... y entonces, tiene algo también de proceso terapéutico... porque, creo que eso es lo más difícil, haber encontrado en uno, tener que encontrar en uno qué cosas se igualan o se empatizan con las características de ese personaje... un personaje con características horribles, la verdad... llega a unos límites a los que no quisiera llegar nunca en mi vida... y ojalá no tuviera nunca la posibilidad de acceder a esos espacios... pero creo que eso fue lo más complejo.


Sofía Basalo.

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