domingo, 13 de diciembre de 2009
... MANEL BARCELÓ (Junio 2009)
Alguien ha dicho que estamos ante el actor que puede serlo todo, él en cambio afirma que lo que ocurre es que no es comodón, que cuando quiere contar algo, lo escribe y lo interpreta y hasta el momento le ha salido bien. Manel Barceló, actor por vocación y también con una formación más que completa, se ha puesto ahora en la piel de un peculiar y peligrioso profesor, que intenta mostrar el camino a seguir, a una astuta e inocente alumna en “La Lección” de Ionesco. Hemos podido conversar con él:
Pregunta: ¿Qué es más decepcionante vivir en la ignorancia y creernos libres o saber que no somos libres y luchar sin embargo por esa libertad intuyendo que nunca será nuestra...?
Manel Barceló: Yo creo que no es tanto decepción como “Qué es lo más importante”... creo que saber y ser conscientes incluso de que hay limitaciones, de que nos han puesto limitaciones, es positivo, porque siempre tienes la opción de poder luchar contra esta imposición... en cambio permanecer ignorantes es lo más cómodo, seguro, pero la ignorancia no nos hace libres, lo que nos puede hacer libres es tener opciones y para tener opciones hay que saber, al menos, en qué situación estamos...
Pregunta: Sabiendo en qué situación estamos y luchando, dentro de nuestras posibilidades, por salir de esa situación... ¿alcanzamos alguna vez la luz?
Manel Barceló: Yo creo que no, pero los seres humanos, al menos en nuestra cultura actual, occidental, siempre fijamos metas a muy pequeño plazo, nos importa mucho nuestra vida y nos importa mucho el hecho de pasar nuestro período vital de la manera mejor posible, pero hay cosas que no se consiguen en una sola generación y que se consiguen en muchas generaciones, siempre y cuando cada una tenga un objetivo y lo comparta y lo enfrente a ese presente para hacer un futuro mejor, y creo por tanto, que hay que intentar tener la mejor vida posible y disfrutarla porque sólo tenemos eso, pero realmente si nos planteamos la vida a tan corto plazo, nadie recibe una herencia de nuestro paso por la vida y eso también es muy triste... y creo que es importantísimo que haya siempre objetivos que no tengan necesariamente que cumplirse en nuestro propio hecho vital, sería entonces muy estresante, pero si el mundo ha conseguido avances, si nuestra civilización ha conseguido algún avance, ha sido precisamente porque las metas no se habían fijado a tan corto plazo, sino porque había gente que estaba dispuesta incluso a sacrificar su vida por tirar adelante con sus objetivos.
Pregunta: Ha hablado de comodidad y objetivos... ¿Se suele decir que el ser humano hoy en día se ha acomodado, vivimos quizá sin objetivos...?
Manel Barceló: Yo creo que lo que sí tenemos hoy en día es muchísima información pero no creo que de eso se destile una información básica, es decir, tenemos internet, medios de comunicación audiovisuales que nos traen no sólo el relato de lo que está pasando en el mundo sino imágenes por las cuales nos podemos sentir más o menos emocionados y compartir empatía con otras personas, con otras situaciones que están a nuestro alrededor, pero eso no significa precisamente que estemos informados que tengamos conocimiento, simplemente tenemos muchísima información, lo que hace falta es una educación en la que nosotros podamos destilar qué es lo que realmente importa, es decir, que a base de “todo importa” nada es importante y creo que nuestra cultura ha dado un giro sobre unas aspiraciones, la aspiración de conocer, de saber, de tener información, pero están abocadas de tal manera incluso en muchos casos están muy mediatizadas... y ante esto sí tenemos la sensación de que nos bombardean con mucha información, pero que nadie, ni nosotros mismos, somos capaces de sacar una conclusión sobre eso... continuamente ante un hecho doloroso viene otro que tapa el primero... y además todos los medios de comunicación giran en torno a un factor de esa comunicación y se olvidan otros que a lo mejor serían el contraste como para entender qué es lo que está pasando realmente...
Pregunta: Ésa era una de las preguntas que tenía, en “La Lección” reflejáis muy bien, en la escenografía, la intemporalidad del poder, siempre es el mismo, pero si pensamos un poco y vemos todo el progreso que ha habido, todo ese acceso que tenemos a la información... ¿podemos decir que hoy en día el mecanismo o los mecanismos de poder deberían ser distintos, al menos más visibles para ser conscientes de ello y evitarlos o burlarlos...?
Manel Barcelo: Yo creo que sí, lo que pasa es que con todo esto que estamos hablando, creo que también ha habido una especie de abandono de una determinada ética... ahora mismo hay casos flagrantes de abuso de poder y de la trivialización de la política o de determinados estamentos de poder... y el ciudadano no reacciona ante esto, ante un hecho que en otros estamentos podían imputárseles incluso penas judiciales... lo hace el político de turno y entonces la gente lo comprende o de alguna manera lo justifica... el ciudadano ha llegado ahora, al menos en lo que es respecto a la respuesta que debería ser, a tener una especie de fatalismo, dice “bueno, es lo que hay, seguramente esto no puede cambiar” y es cierto que el poder siempre ha podido utilizar muchos mecanismos pero uno de ellos, el que era seguro, era lanzar mensajes que ocultaran su abuso, pero es que ahora mismo, lo estamos viendo por ejemplo en el caso de Berlusconi, con todo lo que está lloviendo y este señor está gozando de una impunidad absoluta... y nadie le está pidiendo cuentas sobre eso... y no sé si su popularidad ha decrecido entre la ciudadanía votante... pero ahí está... o el caso de Bush y la guerra y todo lo que ha traído consigo... hay países en los que se reacciona y en otros no... pero realmente en lo que respecta a lo que el mensaje a lo que el poder da de “por favor todos tenéis que ir en esta dirección, no se pueden permitir desvíos de ningún tipo...” y retrata una determinada ética que después ellos se las saltan... pero en otros momentos, ha sido más cauto, más prudente, pero ahora es que es directamente la desfachatez... y yo creo que ante esto, no estamos reaccionando debidamente porque una cosa es que se pueda suponer que en el ejercicio del poder se sacrifican determinados aspectos de la libertad por el bien común, yo no lo entendería nunca, pero es que ahora ya no estamos hablando de esto, estamos hablando de la patochada...
Pregunta: Quizá es que hoy en día diversos estamentos se sitúan incluso por encima de la ley que ellos mismos dictan o aplican...
Manel Barceló: Sí... aunque yo creo que realmente nuestra cultura ha llegado a unos márgenes de libertad bastante amplios, por suerte, no tiene nada que ver la sociedad actual con la sociedad romana o con una sociedad medieval... ha habido democracia y la gente puede decidir sobre su futuro, sobre quién va a gestionar el poder público, quién va a hacer todo esto... otra cosa es que esto no es sólo un mecanismo... esto significa una responsabilidad, es decir, que si tú estás como ciudadano comprometido con el hecho democrático, te toca votar... y no votar con la nariz tapada, sino que te toca ser crítico y no delegar absolutamente la gestión del poder público en unos determinados señores... yo creo que el poder, por supuesto, y cada vez se ve más claro organiza su estructura de tal manera que se hace cada vez más invulnerable... entonces, si hay esos mecanismos en los que realmente a alguien se le puede pedir cuentas, pues el ciudadano tiene que pedir cuentas... y si realmente el poder está tan anquilosado... yo creo que en una estructura como ésta, creo que siempre hay resquicios a través de los que tú puedes ejercer tu derecho a exigir el comportamiento ético... exigir que las personas que abusan del poder salgan de esos cargos que están ocupando...
Pregunta: No sé si nos hemos acostumbrado o quizá nos sentimos demasiado pequeños como para conseguir algo a través de nuestras acciones individuales... aunque tal vez es que estamos perdiendo nuestra humanidad... me pareció interesante lo que escribía el director en el programa de mano, con respecto a la reacción de su perro en la escena final de la obra a lo largo de todos los ensayos... el ser humano es poco sensible ante la injusticia...
Manel Barceló: Hombre... eso... evidentemente hay una ingenuidad en el animal, una nobleza que parte de esa ingenuidad... él no aceptaba ese juego... él sabía que no había daño, porque creo que si hubiera visto una escena real hubiera reaccionado de otra manera, pero le ponía nervioso que jugáramos a eso... la ventaja que tiene el teatro sobre otros medios de comunicación es que es una emoción en directo, es una historia compartida entre un público que sabe que va a ver una ficción y unos actores que están trabajando una ficción desde genuinas emociones, por mucho que nos entrenemos y que ensayemos eso no pierde la pureza de la emoción. Sabemos mentir porque es nuestro oficio y lo hacemos implicándonos en la mentira, como hacen los críos cuando están jugando, exactamente lo mismo y el público evidentemente entiende este lenguaje y se emociona con ello... nosotros que ya llevamos unas cuantas funciones de “La Lección” sabemos que en el momento en que se desarrolla la broma, en que el absurdo de Ionesco corre por el cauce de la comedia, entonces hay una reacción del público absolutamente dispuesta a reírse y a disfrutar de lo ridículo de la exposición del profesor... pero en el momento en que la violencia se instala, el momento en el que el profesor se quita la máscara y se convierte en ese poder que mata impunemente, las risas ya han cambiado de calidad, seguimos compartiendo esa mentira, el público sabe perfectamente que yo, que el actor no ha matado a la actriz, pero sí entiende que el profesor ha matado a la alumna... y entonces cambia el registro, cambia la emoción y evidentemente al final como vuelve a tocar el tema de la comedia, la gente se ríe, pero ya se ríe con una sonrisa helada... yo creo que la ventaja del teatro y ahora más en épocas de crisis, es la capacidad del debate... es un debate en el que no nos sentamos y hablamos los actores con los espectadores y contamos cómo ha ido el proceso y demás, pero sí que hay un debate a algún nivel... sobre todo si el espectáculo está comprometido con la crítica... yo creo que entonces el público entra en el debate, se cuestiona a nivel solitario pero a veces en grupo de aquello que estamos hablando... no tiene un efecto revulsivo, la gente no sale de la obra deseando cargarse el sistema educativo de ningún país, pero sí reflexiona sobre determinadas cosas... identifica los factores que la obra critica y los coloca en su sitio...
Pregunta: En esta obra encontramos tres personajes; el que consiente, la tercera persona que está observando todo, tapándose los ojos, los oídos, la boca... el opresor que sería su personaje, el profesor y el oprimido, la alumna... Quizá el que consiente es el personaje más cruel, el Opresor con mayúsculas... No sé si en algún momento, tu personaje, ha sido también un oprimido antes de convertirse en opresor...
Manel Barceló: Sí, evidentemente... eso nosotros lo hemos potenciado en el espectáculo, no estaba en la obra original de Ionesco, pero sí se ha querido dar esos factores, porque el profesor en determinados momentos, dentro de su locura, se remite a poderes fácticos... hay momentos en que se convierte en cura, en un militar, en un policía... y al final, cuando le toca la impunidad se viste con una toga... lo que sí es cierto es que ese señor, seguramente ha sufrido una educación como la que él quiere impartir a la alumna... en un principio igual decía que el verdadero poder era la sirvienta, ella era la que movía los hilos, pero creo que el poder no está identificado... es una opinión mía... y nuestra pretensión ha hecho una cosa bastante más atractiva, y es que el poder se manifiesta por determinados individuos que actúan según mecanismos que no están visibles, que no se identifican... este señor está actuando así, porque hay un sistema que lo ha puesto como profesor y que le ha hecho sufrir unos procesos por los cuales ha desembocado en ser un ejecutor, lo que él hace es ejecutar un rito en el que intenta enseñarle a una presunta alumna cuáles son los requisitos para llegar a tener poder, para poder tener el doctorado total, en el que ella ya podrá desarrollar esa misma acción con otras personas... pero él directamente no es el poder, éste se halla por encima de eso, el poder está incluso fuera de esa habitación y está fuera de nuestra visión, está ahí... es algo intangible, simplemente se manifiesta por un determinado individuo que actúa de aquella manera, pero ese individuo ha sufrido un proceso, ese individuo ha conocido a otro intermediario, a otro ejecutor que lo puso en esa situación, como el ejecutor que lo educó a él... es como una especie de tradición, como un pulpo invisible cuyos tentáculos están por todas partes, creo que esto, es lo que “enseña” La Lección... versión nuestra, evidentemente...
Pregunta: Quizá por eso ha comentado el director de esta propuesta que el verdadero poder no tiene rostro...
Manel Barceló: No... si hoy en día se encontrara al responsable de la crisis evidentemente sería todo más fácil... pero creo que hay muchos factores, que unidos, forman este poder... pero al contrario de lo que pasa con las piezas de una investigación policial, creo que se escapa que va más allá de eso... sería imposible... es como si fuera un sistema que se genera por sí mismo, tiene una fórmula de regeneración continua en la que se puede llevar a la cárcel a personas que han hecho desfalcos, que han provocado una situación económica gravísima sobre todo para personas inocentes y confiadas... podríamos encontrar el responsable, pero es que realmente no hay sólo un responsable... hay otros... y unos con otros forman algo que no tiene rostro... es todo un sistema, un engranaje que tiene esa disfunción y que mientras todo va bien, no hay problema, pero en el momento en el que uno de esos mecanismos se hace cancerígeno... directamente provoca una catástrofe... y nadie es culpable... lo son muchos y quizá lo seamos todos por delegar absolutamente y esto significaría que la ciudadanía tendría que estar en alerta y esto, claro, es imposible... y si alguna vez se da... siempre acaba mal... para evitar esto, tendría que haber más vigilancia... más mecanismos de control...
Pregunta: Nos has ofrecido unas pinceladas de cómo ha sido el proceso de dar a luz esta propuesta...
Manel Barceló: Nunca había trabajado con Joan María Gual aunque me conocía... este proyecto lo llevaba desde hacía mucho tiempo... cuando acepté el trabajo me encontré con dos actrices con las que no había coincidido nunca, ni siquiera las había visto en televisión... un grupo de personas que no nos conocíamos de nada que se puso a hacer una lectura; en ésta se creó un ambiente eléctrico porque realmente se dio la circunstancia de que Maica Barroso había interpretado “La Lección” en otras dos ocasiones en el papel de alumna, por lo que se conocía muy bien el texto, yo lo estaba aprendiendo porque como es un texto complicado, no quería empezar los ensayos sin saberlo... y entonces se produjo una lectura que fue muy buen augurio porque la gente se rió muchísimo... Entonces Gual que tenía una serie de ideas sobre el montaje fue tan generoso como para ir abandonando determinadas opciones porque veía que sólo con la fuerza interpretativa de los actores ya la cosa podía funcionar... fue una historia en la que entramos como en un juego, porque al fin y al cabo el teatro es un juego... y además el texto de Ionesco tiene una estructura de comedia muy noble, es realmente una gran comedia, absurda... como se le quiera llamar... pero es una comedia y nosotros hemos trabajado a fondo esos temas... y evidentemente siendo conscientes de que tras ese trabajo, esa dedicación al texto puro y duro, había algo que destilar y pasar al público... simplemente trabajamos en esta dirección... y en fin, normalmente cuando se trabaja así, con la confianza del director para con los intérpretes y con ganas de funcionar, cuando la gente entiende que vamos en la misma dirección, el teatro si tienes un buen texto te da estas satisfacciones y creo que tanto para Itziar, para Maica y para mí, por supuesto, esta “Lección” ha sido un bonito viaje, un viaje en el cual hemos podido hacer nuestra labor simplemente confiando en la mirada exterior que era Joan María Gual, que decía lo que le interesaba y que además nos dejó absoluta libertad para crear, para aportar ideas, movimientos, tonos... Creo que el director ha sido generoso, no ha sufrido para nada el síndrome “Yo soy la máxima autoridad” creo que estaba entendiendo muy bien que el teatro no es una cuestión de jerarquías sino de talento y creatividad... el director puede ser quien hace la propuesta creativa, pero el talento de los actores es el que acaba redondeando esto y dando sorpresas al mismo director... Esto ha sido así y este espectáculo ha sido algo que hemos sentido muy nuestro, es decir, sabíamos por qué nuestras interpretaciones estaban ahí, por qué esos tonos, esos gags, ese movimiento... y se defendía desde el sentirse creador, instrumento creativo del espectáculo...
Pregunta: Creo que además de ser un gran actor, usted es autor y director...
Manel Barceló: Sí, he sido autor... lo que no he sido es un actor comodón... y lo digo con todo respecto... he sido un actor que cuando no ha tenido trabajo o cuando no se le estaba cruzando por el horizonte ninguna cosa interesante, pues si consideraba que tenía que decir algo, que había algún tema que quería desarrollar y contarlo, lo escribía y lo ponía en pie; de hecho todos los espectáculos que he escrito los he representado... los he estrenado... normalmente han sido espectáculos para ser interpretados por mí, porque ahí estaba parte de la gracia... pero no me considero un dramaturgo, yo sé que esto no te lo concedes tú, te lo conceden los otros... como el hecho de que seas actor, tú puedes tener muy buena opinión de ti, pero en el fondo esto es bastante más democrático y es la gente la que opina, he escrito espectáculos sobre todo de cabaret, donde había una cierta libertad de tono y de lenguaje, y entonces ahí, por ejemplo mi primer trabajo fue “Cabaret” porque quería investigar el tema de un actor convertido en muchísimos personajes y valió un premio... luego con el tema de la guerra de Bosnia, la plataforma en contra de esta guerra me pidió un favor, que hiciera una acción para promocionar el hecho de estar contra esta guerra y me inventé un espectáculo que era muy heredero del otro y también valió un premio... luego, sí he escrito algún otro texto, pero básicamente lo he hecho en un tono más bien ligero, no me he puesto a hacer la dramaturgia que es lo que da la etiqueta de “dramaturgo”... Me consideran dramaturgo porque estoy en la SGAE y he cobrado el porcentaje que le corresponde a un dramaturgo, pero me siento más actor, cajón desastre, es decir que puedo hacer muchas cosas porque he estado en muchas aventuras... entre las que incluyo la dramaturgia o la dirección... Por otra parte, soy también guionista de historieta, o sea que el tema de la escritura no se ciñe sólo al teatro, sino que lo hago asiduamente porque junto con mi mujer colaboramos en la revista “El Jueves” y con eso ya llevamos 24 años... con lo que sí, algo de escritor, sí tengo...
Pregunta: Quizá por ello dicen de usted que es un actor diferente porque puede serlo todo...
Manel Barceló: (risas) Bueno... yo tengo una enorme curiosidad por mi profesión, a la que llegué tarde, para mi gusto... empecé a ser actor profesional a los 25 años y no tuve una formación académica de ir a una escuela de arte dramático... era un actor vocacional y tenía cierta timidez a la hora de plantearlo a mi familia porque en ella no había precedentes... y también por los prejuicios que rodean el mundo del teatro... Entonces, lo que siempre hice fue apuntarme a todos los cursillos que veía... con lo que hice cursillos muy variados, simplemente porque no quería comprometerme al punto de entrar en una escuela de arte dramático... quería probar si esa vocación estaba fundamentada, si tenía alguna posibilidad de llegar o no... en los cursillos siempre destacaba, los profesores me alentaban... hasta que un compañero me dijo, que era imposible que siguiera trabajando donde lo hacía, (trabajaba en una empresa pública) y me dijo que debía dedicarme al teatro... con lo que por su insistencia abandoné esa timidez y me dediqué al teatro... pero ya mi formación fue muy ecléctica, muy variada... y por otro lado, nunca he pensado que ser actor tenga fronteras, en todo caso las pones tú, yo creo que tanto cualquier género como la alternancia de géneros es buena, precisamente no hace mucho hice un espectáculo (Había hecho un personaje en televisión, me pidieron que contara cuentos para niños por mi tradición de espectáculos de monólogos, y yo improvisaba delante de las cámaras, desarrollando todas las situaciones, los personajes...) de esto se hizo un espectáculo y en el momento en el que lo hice, interpretando a un señor, vestido de sabio loco contando cuentos para niños... mucha gente se quedó perpleja, cómo Manel Barceló con una trayectoria de Teatro Dramático, que está haciendo protagonistas continuamente, de repente se rebaje a hacer teatro infantil... es que yo creo que no te puede pesar la imagen de lo que estás haciendo... hay muchos géneros que tienes que probar... yo he sido presentador en Musichall, una etapa de la que sí me arrepiento porque soy un negado en la faceta de presentador... pero si la vida te lleva a estos sitios, como el aprendizaje no se acaba nunca y tampoco se ciñe a un solo género, digamos que cada una de estas experiencias por las que he pasado... el hecho de haberme preparado vocalmente para cantar y ser capaz de cantar canción lírica... todo ello lo he hecho porque quería probar dónde estaban mis límites... y si no las encontraba, buscar otras y lo que fuera... y yo creo que luego, esto te ofrece una serie de recursos, lo digo con toda humildad, porque son herramientas que tienes y puedes utilizar... y creo que además es una opción muy compartida, hoy en día la gente ya sabe que el mundo del espectáculo no es sólo una opción, que hay muchas y que cuanto más preparado estés y cuanta más curiosidad tengas por ello, mejor profesión tendrás y sobre todo eso... es que es un mundo apasionante, no sólo el hecho prodigioso de almacenar, coleccionar técnicas, es simplemente que en el momento en que te pones a hacer un musical y tienes que cantar acompañado por doce músicos, hay una responsabilidad, una forma de colocar tu energía y eso es apasionante...
Pregunta: Cuando comentaba que no te puede pesar nunca la imagen... He pensado, que quizá en cierto modo quien impone una determinada imagen a un actor o una actriz es el mismo público...
Manel Barceló: Claro, es que aquí hay un problema, a veces un actor o una actriz es muy efectivo en determinados papeles, que no significa que no lo sea en otros papeles, y entonces, ya no es un problema del público, el problema es de las personas que te encargan este trabajo... porque el público podría verte tranquilamente en otra imagen... si resuelves bien, el problema no es del público... creo que es más la precaución que tienen determinados creadores. Yo, por ejemplo, hasta no sé qué edad tenía cuando hice una obra de Harold Pinter “La última copa”, la hice en Barcelona... y resolví muy bien el personaje, que era el torturador, del hombre que está a cargo del centro de detención e inmediatamente se me adjudicaron todos los bichos malos del teatro... de repente la gente te ve en esos papeles, los directores e incluso una vez un director me dijo “cómo es posible que siempre te demos papeles de “mala persona” con lo buena persona que eres”... y yo le respondía “pregúntatelo tú que eres quien me ha dado el trabajo” (risas) De cara el público, has de demostrar que tanto en un registro como en otro resuelves bien, pero creo que es más la precaución el hecho de la comodidad... yo, evidentemente siempre agradezco mucho el hecho de que alguien haga una apuesta por mí que difiera de lo que me dan normalmente ¿no?... porque pienso que es la confianza y que además lo agradezco porque realmente me gusta trabajar en diferentes direcciones... aunque he de decir que he sido “el malo” oficial en todas las series de televisión que se emiten en Cataluña, hasta hace relativamente poco que rechacé un papel por eso mismo y me dieron otro en el que interpretaba a un hombre que amaba a su mujer, a sus hijas... yo evidentemente agradecí mucho hacer este papel porque el que me adjudicaban era lo mismo... Por otro lado, hace unos meses estuve interpretando a Antonio Tejero Molina en TVE... Si son papeles interesantes, tampoco importa mucho... mientras el personaje es interesante, rico, complejo y le puedas aportar humanidad porque lo puedas hacer, está bien; ahora, de vez en cuando es saludable hacer unas risas y divertirte con el personaje y buscar otras formas de interpretar... porque también en eso hay fórmulas ¿no?
Pregunta: ¿Qué Lección le queda por aprender al teatro español?
Manel Barceló: Voy a decirlo en el sentido más práctico, una lección que tiene que aprender el teatro español es que ahora mismo, desconoce mucho de lo que hay en España de teatro... Y eso pasa en todas las Comunidades Autónomas... Realmente es muy difícil la traslación de profesionales de un centro de producción a otro, a veces hay temas lingüísticos, por ejemplo en Cataluña se hace mucho teatro en catalán, pero el mundo de la cultura ha creado unas ciertas fronteras geográficas no sólo por una cuestión lingüística sino también por una cuestión de funcionamiento, quiero decir que cada comunidad tiene sus peculiaridades, recordemos que la cultura está transferida... entonces, en lugar de hacer un trasvase lógico, nos encontramos con fronteras culturales... personalmente estoy muy feliz por estar en Madrid, además ésta es la primera producción que hago aquí... es decir, yo me he presentado en Madrid en otras ocasiones, pero con producciones que venían de Cataluña, si eran en catalán se habían traducido...
Por otra parte, creo que hay talento y que tenemos una gran cultura propia, un gran teatro clásico, que creo que hay que revisitar y revalorizar de nuevo, como hacen los ingleses que saben mucho de todo esto... pero sobre todo, lo que debe haber es un conocimiento entre nosotros... Por suerte viajo bastante y a veces he estado trabajando en Valencia y ahora en Madrid y evidentemente para mí descubrir a Itziar Miranda o Maica Barroso... que no las he visto nunca en un escenario porque no han estado nunca en Barcelona... ha sido muy enriquecedor, porque conozco otras gentes, otras formas de actuar... somos como una gran familia que en estos momentos está compartimentada...
Pregunta: Por último, ¿Cuáles son sus próximos proyectos?
Manel Barceló: Tengo proyectos a corto y largo plazo... en principio, está pendiente la gira, los bolos de Ricardo II de Shakespeare, que estuve interpretando antes de venir aquí... Es un montaje que ha dirigido Carme Portaceli y que ha sido un éxito absoluto en Barcelona... y esperamos los bolos, nos encantaría hacer la versión castellana y que se viera en toda España... por ahí, ya he adelantado el problema con el que podemos encontrarnos... por otro lado, ahora justo vuelvo a Barcelona y me incorporo a un espectáculo que está funcionando allí, hago una sustitución porque uno de los actores tiene que dejarlo... es un papel bonito... hecho con el esfuerzo de Pep Tosá que ha sido el autor, director y actor principal... esas cosas que a veces se hacen... en cinco jornadas aprenderte un guión y ponerte al día... y ya más adelante, el año que viene, hay un texto de Juan Mayorga, trabajar más con Carme Portaceli... y cómo no, tenemos la intención de hacer gira con “La Lección” porque ha funcionado muy bien, ha sido un éxito, todo el mundo ha disfrutado con ello, y siempre te queda la sensación de que esto tiene que girar, que cuando algo vale la pena no se puede ceñir a una temporada tan corta, sino que se tiene que repetir en el mismo teatro si puede ser y también girar por toda España...
Sofía Basalo.
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