“El Mercader de Venecia” es la nueva producción de la compañía que dirige Fernando Conde. Tras “El Lindo Don Diego” el gran actor se ha puesto en la piel de uno de los personajes más ricos e interesantes de William Shakespeare, “Shailok”. Es ésta una producción muy trabajada, con grandes nombres que avalan el interés y el respeto de un gran actor que va más allá de la popularidad de un trío que posteriormente fue Dúo y que queda más que sellada con el currículum que atesora su ya extensa e interesante carrera. Aunque es complicado ser independiente, seguro que cuando la calidad es tal, merece la pena luchar por ello. Hemos hablado con Fernando Conde:
Pregunta: He leído que califica su personaje “Shailok” en “El mercader de Venecia”, como el sueño cumplido de un comediante... ¿podemos entender que es buen tiempo, pues, para cumplir sueños?
Fernando Conde: Yo creo que una de las cosas más hermosas del oficio del comediante es que los sueños se hacen realidad; es de los pocos oficios donde esto, a veces, se cumple y verdaderamente el personaje de “Shailok” es uno de los grandes personajes del teatro clásico, concretamente de Shakespeare, y es un personaje que siempre, desde hace mucho tiempo, me rondaba por la cabeza y mira... echándole un poco de narices y con iniciativa propia... ahí está “Shailok” y “El mercader de Venecia” que es una obra... qué te voy a contar... es quizá una de las más representadas de Shakespeare y es una joya del teatro....
Pregunta: Un personaje interesante... quizá avaricioso y egoísta, pero no sé si en el transcurso de ese juicio del que somos testigos quizá vemos a un hombre que es el único que plantea de una manera clara, que muestra de una manera clara la delgada línea que separa el bien del mal...
Fernando Conde: Sí... pero mira, es que la escena del juicio, teatralmente, creo que es de una perfección absoluta, de construcción teatral... Shakespeare es Shakespeare precisamente por eso... genio de genios... ahí vemos a un Shailok en principio duro, intratable e incluso cruel, pero que poco a poco se va desmoronando y vamos descubriendo a un hombre más humano y luego hay que ponerse en la situación y en la época que ocurre, esto lo coloca Shakespeare en 1470 en Venecia, en el enfrentamiento de los judíos con el pueblo cristiano y quizá la mayor crueldad de la obra no la comete Shailok, en mi opinión tiene lugar cuando Antonio, el mercader, le obliga a convertirse al cristianismo... como puedes imaginar esto para un judío, es una de las mayores humillaciones y crueldades que se pueden hacer... A lo mejor si otro actor interpretase a Shailok, a lo mejor le daba otra visión, la visión que personalmente le he dado y por donde lo he querido llevar es precisamente no hacer de “Shailok” el típico judío implacable, avaro y cruel, sino que hay una parte enormemente humana porque, claro, la situación de Shailok es que tiene una hija a la que ama profundamente pero esta hija además se va de casa con su dinero (fíjate lo que supone eso para un judío) y no sólo se va, es que además se va con un cristiano... pero hay una parte, enormemente tierna que es cuando Shailok se despide de su hija... y efectivamente la parte del juicio, la parte final, cuando el pueblo cristiano lo desposee de todo, es una parte, creo muy humana y desgarradora....
Pregunta: Casi incluso como el final, porque he leído que habéis querido destacar que donde hay amor crece amor y donde hay odio crece odio.... y en ese final nos demostráis que incluso hacia las personas hacia las que dirigimos nuestro odio puede haber amor...
Fernando Conde: Sí, claro. Creo que el final del juicio de Shailok es brutal, es un hombre totalmente destruido. Shakespeare lo soluciona extraordinariamente bien con esa parte final más bucólica, donde existe la risa también para que el público no se vaya con ese mal sabor de boca, porque realmente es amargo lo que le sucede a ese hombre... en esta última parte, en ocasiones, en otras versiones, he oído porque no lo he visto, pero la suprimen... fíjate, y entonces acaba la obra justo con el juicio, lo que me parece un error... ha habido versiones que han suprimido de un tajo esa parte, me parece además de una falta de respeto a Shakespeare porque si lo escribió fue por algo... soy de los que opina que a los clásicos hay que tenerles el máximo respeto y si la obra dura tres horas, pues tres horas... y además, la duración de las obras... no sé, una obra que dure una hora y cuarto se puede hacer larga y una obra que dura tres horas se puede hacer muy corta... todo depende de cómo se haga, de cómo se ponga en escena y de cómo se cuente... la experiencia nuestra respeta íntegramente el texto de Shakespeare y la verdad es que a juzgar por la reacción del público y demás, la gente aguanta perfectísimamente esas tres horas de representación.
Pregunta: Comentaba que ha conseguido hacer este sueño realidad, con narices y arriesgando...
Fernando Conde: Sí, porque mira, hay una serie de actores entre los que me incluyo que hemos ido siempre un poco por libres, autodidactas, no ya por “El mercader de Venecia” o por “El lindo Don Diego” que fue nuestra primera producción, si echamos atrás en el tiempo es inevitable hablar de “Martes y Trece” y este grupo surge por iniciativa de tres actores que están en el paro y en lugar de quedarse en casa esperando a que suene el teléfono, se ponen manos a la obra e inventan una cosa divertidísima que ahí está para el que lo quiera o lo pueda superar ¿verdad? Hemos hecho reír a muchísima gente, lo que es un patrimonio extraordinario del que me siento orgullosísimo y yo he funcionado siempre así, con lo que cuando el teléfono no suena y en lugar de quedarte en paro en casa, lamiéndote las heridas, pues yo he sido de los que ha tomado siempre un poco la iniciativa y hace unos cinco años aproximadamente, con mi mujer, decidimos formar una compañía teatral, entonces la primera producción como te decía fue “El lindo Don Diego” una joyita cómica del siglo de oro, una delicia, y nuestro segundo proyecto (mi mujer me decía “estáis locos”) fue “El mercader de Venecia” que me rondaba desde hacía mucho tiempo y ahí está... te digo todo esto, porque además somos una serie de actores que... yo sé que “Shailok” o “Ricardo III” por ejemplo, los grandes personajes del teatro, yo sé que a mí del Centro Dramático Nacional no me van a llamar para hacer estos personajes... seguramente me llamarían pero para ofrecerme un papel que no sería “Shailok”... con lo que como no me lo pague yo, como no lo haga yo... no pertenezco a una serie de normas por las que actualmente se rige el teatro y entonces “Shailok” se lo hubieran ofrecido a otro compañero, con todos mis respetos para todo el mundo... pero yo creo saber muy bien dónde estoy, qué lugar ocupo dentro de la profesión... y yo no soy muy dado a cuadras... pero me entiendes... ¿no?
Pregunta: Te entiendo, pero viendo tu trayectoria y tu trabajo sobre los escenarios y leyendo tu currículum... no queda más remedio que preguntarse ¿cuáles son esas normas que rigen el teatro y que impiden interpretar grandes personajes a un gran actor como tú?
Fernando Conde: Gracias... pero no sé, yo creo que la obligación de un actor y precisamente lo que hace hermosa esta profesión u oficio (me gusta llamarla oficio) una de las cosas más hermosas es que te da la capacidad para interpretar hoy una joya, un juguete cómico y hacer que el público se desternille de risa, como era “El lindo Don Diego” y a renglón seguido ser capaz de interpretar “Shailok” que no tiene absolutamente nada que ver... y un próximo montaje, no sé cuál será... pero habrá un tercer montaje, seguro... quizá sea un clásico o algún otro contemporáneo... pero creo que una de las cosas por las cuales merece la pena este oficio es ése no caer nunca en la rutina y tener la capacidad de hacer reír, de hacer llorar... y sobre todo de transmitir una serie de sensaciones... y es un gozo saber que lo que estás haciendo en escena se transmite como una corriente eléctrica al público y éste calla cuando tiene que callar, y ríe cuando tiene que reír... y casi lo secundario es el aplauso... lo que más me emociona del teatro es sentir el silencio del teatro... cuando el actor hace una pausa concebida por él y sabe que ahí si hay quinientas personas, hay mil ojos pendientes de cada gesto, de cada pausa... esto es lo que hace hermosa esta profesión...
Pregunta: He leído que perteneció a la Compañía Nacional de Teatro Clásico...
Fernando Conde: Sí, hice con la CNTC cuatro montajes. En la época cuando Adolfo Marsillach era director del INAEM y el director de la compañía era Rafael Pérez Sierra, que por cierto ha hecho la versión de “El Mercader de Venecia”... Hice “La dama duende” de Calderón dirigida por el maestro José Luis Alonso, maravilloso... yo creo que es el director con quien mejor he trabajado, que mejor ha dirigido a los actores... luego hice “El caballero de Olmedo” con Carmelo Gómez, dirigida por Miguel Narros, hice “No hay burlas con el amor” de Calderón también dirigida por Dennis Rafter, el mismo que ha dirigido “El Mercader...” y luego intervine en “La gran fiesta barroca”, un auto sacamental de Calderón que se representó en los fastos de 1992, cuando Madrid fue capital cultural europea, entonces se hizo un espectáculo soberbio, maravilloso que duró ocho días, se hizo en La Plaza Mayor... fue el gran mercado del mundo... yo interpretaba “El Mundo”... unos versos calderonianos impresionantes... aquel espectáculo fue algo inolvidable... Luego la Compañía Nacional de Teatro Clásico que yo conocí, porque yo todavía la pillé en la época brillante, desafortunadamente y con todo mi respeto para quien la rige ahora... mi concepción de lo que debe ser una Compañía Nacional de Teatro Clásico... ahora no está muy acorde con ello... con la idea inicial que tenía Adolfo Marsillach que fue su creador.
Pregunta: ¿Por qué?
Fernando Conde: Pues chica, no lo sé... es difícil de explicar... priman una serie de conceptos de cómo decir el verso, cuando el verso tiene que sonar a verso y hay mucha gente que está empeñada en que el verso no suene a verso... y el verso tiene una cadencia, se rige por unas normas, hay que respetar una serie de acentos, una serie de pautas y se puede hacer pausas y se puede cortar el verso... el verso es de una riqueza extraordinaria y cuando le coges el tranquillo, es una delicia... poder decirlo... yo he asistido a alguna de las representaciones, no sólo de la CNTC sino también de otras compañías, y dicen a Calderón como el que va a tomar una caña... y no es ése el concepto que tengo yo de cómo debe decirse el octosílabo...
Pregunta: Con lo que estima que el Teatro Clásico, el verso, sigue siendo algo así como una asignatura pendiente... y también del público al que parece que le cuesta entrar en el verso...
Fernando Conde: Mira yo te voy a decir mi experiencia con el verso y creo que son en total nueve títulos de clásico y el público, de verdad si pones en escena bien puesta, por ejemplo “La dama duende”... y lo recuerdo como si fuera ahora, esto fue en el año 1990, dirigida por José Luis Alonso... yo he visto a la gente... a Calderón se le tiene, se le conoce más por los grandes dramas de honor... pues es una comedia de una construcción tan perfecta, es un vodevil en verso y del siglo XVII, yo he visto a gente desternillada de la risa con Calderón... es decir, al público le cuesta entrar si lo haces mal, porque entonces empieza a moverse en la butaca y empieza a toser... y claro, pero si consigues hacer una buena representación, la belleza de Lope de Vega, de ese “Caballero de Olmedo”... esas décimas de Don Rodrigo... si es que el verso fluye solo... si se dice razonablemente bien... así que no creas que el público entra mal... y en cuanto a la asignatura pendiente del actor... sí, hay mucha gente, compañeros, que tienen al verso como algo... ya me pasaba cuando era estudiante en la Escuela de Arte Dramático hace ya mucho tiempo... nos daba clase nada menos que Don Manuel Dicenta... y entonces, ese hombre decía el verso... no puedes imaginar cómo... era una delicia... y había muchos compañeros que no asistían a la clase de Don Manuel Dicenta porque lo creían anticuado, iban más hacia un teatro de vanguardia, cuando en realidad todo el teatro moderno, pero todo, ha mamado de los clásicos, si es que está inventado, lo hicieron ellos... si es que la construcción teatral, la inventó Calderón, la poética del teatro clásico del verso es de Lope... Lope es un poeta de una calidad extraordinaria y la rabia es que Don Francisco de Quevedo no le dio por escribir teatro, porque claro, como poeta es la “releche”... con lo que sí, es un poco asignatura pendiente.... A mí, particularmente, me encanta... lo disfruto...
Pregunta: También he leído que Don Manuel Dicenta os comentaba que el teatro lo compone alguien que escribe cosas interesantes y alguien que sepa decirlas y transmitirlas... que ésa es la esencia del teatro, y el resto es envoltura....
Fernando Conde: Sí, claro... hay obras por ejemplo “El Mercader de Venecia” que se pueden hacer hasta en vaqueros.... si se hace bien y se dice bien y se cuenta bien y se transmite bien aquello que escribió Shakespeare, hasta en vaqueros se puede hacer... ahora que lo quieres envolver, respetando una época, una riqueza en vestuario, en escenografía, en luces... pues por supuesto, yo trato de hacerlo, para que estéticamente resulte una cosa además de interesante en cuanto a lo que cuentas, que resulte una cosa bella de ver... la esencia principal del teatro es algo interesante que contar y contar con alguien que lo cuente bien, claro. Es la esencia pura y dura del teatro...
Pregunta: Y ¿No cree que hoy se le da más importancia a la envoltura que a la esencia?
Fernando Conde: Sí, totalmente sí y sobre todo en grandes montajes subvencionados en donde se tira con pólvora ajena, no con la propia a base de créditos como es mi caso... y de verdad que como compañía privada puedo decir bien alto y retar a ver qué compañía privada hace un montaje como el que he hecho yo de “El Mercader de Venecia” con el presupuesto que hemos tenido y todo, todo, con una subvención de 20.000 euros que nos dio la Comunidad de Madrid sobre un coste total de 210.000 euros... ¿Dónde viste la obra?
Pregunta: La vi en Getafe.
Fernando Conde: Bueno pues la escenografía, que por cierto no estaba completa, porque no cabía... es que llevamos dos trailers de diecisiete metros y claro en todos los teatros no se puede montar la escenografía, pero con todo, en Getafe es de los sitios donde más o menos lució un poco la escenografía... pero yo vamos lo digo sin pedantería ni prepotencia pero es que veo gente por ahí que con una cámara negra... y dicen que eso es lo moderno... y chica yo... a mí me gusta que Shakespeare luzca y hay que vestir las obras.... ahora, que no sea todo envoltorio, porque efectivamente ves cosas por ahí que dices “cada escena es un cuadro pintado” pero luego rascas y debajo de eso... no se dice bien, no se actúa bien, no se produce bien... entonces para eso vas al Museo del Prado y contemplas a Velázquez, a Goya...
Pregunta: Hace unos dos años en un medio de comunicación te preguntaban acerca de la vuelta de los actores consagrados a los escenarios y respondías que “volvían los actores que realmente valen y que los hay con cierta fama por la televisión y el cine y esos no se mantienen”. ¿Tienes la impresión quizá de que tras dos años en el escenario triunfan estos últimos y que los actores que valen realmente vuelven a la televisión por ejemplo?
Fernando Conde: No, es que son medios distintos... y a pesar de todo vuelve y se mantiene el que está capacitado para ello... es que hay grandes estrellas del cine, no citaré nombres porque “no me da la gana” que no han pisado un escenario en la vida... a mí se me llevan los demonios cuando lees en la prensa “El gran actor.... o La gran actriz....” y resulta que la gran actriz “fulanita de tal” ha hecho sólo cine y “Doblaba”... entonces, a estos, yo los llamo “Modelos cinematográficos” lo que está muy bien... es decir, que a lo mejor yo no tengo esa capacidad, pero a todos estos los pones encima de un escenario y duran cinco minutos porque no saben, porque el teatro es otra cosa, es que el teatro... cómo te diría... es como la prueba del algodón y yo no concibo... La palabra “actor” es algo más... no concibo a un “actor” que no se haya subido nunca a un escenario, de hecho todos los grandes actores a nivel mundial, Todos, desde Al Pacino a Dustin Hoffman, Robert de Niro... los grandes, grandes han hecho teatro y para empezar han mamado el teatro... y a la menor ocasión que han tenido, se han mojado y se han subido a un escenario, mira concretamente Dustin Hoffman hizo el “Shailok” en Londres, además en Londres en tierra de Shakespeare... es otro concepto, porque toda esta gente que fíjate si están forrados de millones, que no tendrían porqué, pero lo hacen por prestigio, es porque la esencia pura y dura del “ser” del actor es fundamentalmente el teatro. Un buen actor de teatro puede ser un excelente actor de cine, pero no siempre sucede a la inversa... por supuesto hay gente que hace mucho cine y ahí sí te digo nombres, Carmelo Gómez, que es un actor estupendo con el que hice “El caballero de Olmedo” y ese sí es actor y ha mamado el teatro... y hace cine, pero a la menor oportunidad que tiene se sube a un escenario y dice “Cuidado que yo sé hablar muy bien y tengo una voz estupenda y puedo hacer a Lope y lo que sea”... pero luego hay lo que llamo “Modelos cinematográficos” que te dicen igual “te quiero” que “te odio” y desconocen los matices, todos los matices... y la verdad es que eso lo llevo bastante mal, sí...
Pregunta: ¿Y los “Modelos televisivos”?
Fernando Conde: Ah... eso ya es para echarle de comer aparte... porque estás viendo algunas series en la tele... y estás todo el rato con la oreja aquí... ¿qué ha dicho?... ¡¡si es que no vocalizan!!... si es que claro, son lenguajes distintos... a mí me ha ocurrido hacer cine, una película, dirigida por la que han hecho ministra de cultura Ángeles González-Sinde, y me viene el de sonido y me pide por favor que no vocalice tanto... me quedé... hombre es que cada letra y cada sílaba tiene su sonido, la doble “L”... pues en Aragón se pronuncia... yo no concibo esas cosas... Por eso mucha gente que hacemos fundamentalmente teatro, luego hacemos cine y lo primero que nos dicen es que no estemos tan sobreactuados...
Pregunta: Creo que comenzaste con Tamayo con una obra de Buero Vallejo “La detonación”...
Fernando Conde: Sí, ésa es de las primeras cosas que hice, pero no la primera... yo debuté profesionalmente estando todavía en la Escuela de Arte Dramático con Marsillach en una serie que se llamaba “Silencio, estrenamos”... yo estaba en segundo de Arte Dramático y vino Marsillach a dar unos cursillos a los chavales y me hice una escena junto a Verónica Forqué, somos de la misma promoción y al mes de aquello, mira por dónde, recibo una llamada en casa que no podía creerme y es que era el ayudante de Marsillach para contratarme para cinco capítulos en aquella serie, con un papel además bastante importante... y luego hice el musical “Gospel” en la época fue un éxito absoluto, estuvimos en Madrid y luego hicimos gira por toda España... yo tenía, fíjate, veinte añitos... y luego sí, con Tamayo hice “La detonación” de Buero Vallejo...
Pregunta: Con toda esa experiencia, con todo ese currículum...
Fernando Conde: Sí, he tenido mucha suerte, la verdad es que me considero afortunado porque he trabajado siempre con directores... Tamayo, Marsillach, José Luis Alonso, Narros, Gerardo Malla... en ese sentido la verdad es que me siento afortunadísimo... y los papeles que he hecho en teatro siempre han sido papeles protagonistas o en fin...
Pregunta: Con toda esa experiencia ¿Cómo contemplas el teatro en la actualidad, Albert Boadella me decía el otro día que le falta “excelencia”...?
Fernando Conde: Sí, pues sí... hacer grande el teatro, darle el sitio que en realidad le corresponde... el teatro es magia, hay que envolverlo de todo eso... que no sea demasiado accesible para todo el mundo... por eso a veces se dice que el actor es un “divo” y no es eso, pero por parte del público tiene que haber cierta inaccesibilidad hacia lo que luego ve en el escenario, porque es que si ves a alguien sobre el escenario y no se le entiende y habla coloquialmente... pues entonces llegas a la conclusión de que cualquiera puede hacer teatro... y no es así... hacen falta una serie de condiciones... voz, vocalización, saber estar sobre el escenario y hasta cuando no estás sobre el escenario... hasta cuando estás entre cajas hay que ser actor... hay que saber andar entre cajas, no hacer ruido, andar como los gatos... es que son una serie de cosas que desgraciadamente... hay veces que me enfado mucho, en mi propia compañía también, porque no le dan valor a esto... cualquier cosa puede distraerte, te puede sacar...
Pregunta: ¿Quizá falte respeto?
Fernando Conde: No creas, la gente valora lo que ve... cuando ve alguna cosa que le llega... se vuelca... yo creo que existe un gran respeto hacia el actor y la actriz de teatro... sí, la gente de tonta no tiene un pelo y sabe discernir...
Pregunta: “El Mercader de Venecia” está de gira, pero llegará a la capital ¿verdad?... y supongo también que aunque no lo quieres decir, tendrás más proyectos para tu compañía...
Fernando Conde: Sí... aunque “El Mercader de Venecia” aún no está muerto... estamos dentro de la red de teatros de la Comunidad de Madrid y estamos pendientes de, como dices, entrar el Madrid... este espectáculo quiero presentarlo en Madrid... pero claro no es fácil, este tipo de espectáculos no tiene demasiados recintos en los que poder encajarlos... el Español está vetado, bueno, no está vetado sino que la programación que lleva Mario Gas por lo que sea... chica, he mandado dosieres a todos los teatros, pero lo que hablaba antes, que yo voy por libre, que no pertenezco a ninguna cuadra determinada, entonces se me hace bastante difícil...
Pregunta: ¿Es difícil ser independiente hoy en día?
Fernando Conde: Muy difícil, hija... entonces estamos pendientes de contestación precisamente de Albert Boadella, porque nos vio en Alcorcón y la impresión es buena, le interesó... es decir, creo que iremos al Teatro del Canal, creo... yo como Santo Tomás, hasta que no lo veo... nada, aunque la impresión, ya te digo, es buena... y estamos pendiente de eso que nos dé fecha... y sería un recinto estupendo, porque ahí sí cabe todo el escenario... los medios técnicos que tiene creo que son impresionantes.... ¿y una próxima obra?... bueno, no hay títulos ni nada... todavía no he pensado cuál, pero hay muchas obras... puede que sea un clásico... sí...
Sofía Basalo.
Pregunta: He leído que califica su personaje “Shailok” en “El mercader de Venecia”, como el sueño cumplido de un comediante... ¿podemos entender que es buen tiempo, pues, para cumplir sueños?
Fernando Conde: Yo creo que una de las cosas más hermosas del oficio del comediante es que los sueños se hacen realidad; es de los pocos oficios donde esto, a veces, se cumple y verdaderamente el personaje de “Shailok” es uno de los grandes personajes del teatro clásico, concretamente de Shakespeare, y es un personaje que siempre, desde hace mucho tiempo, me rondaba por la cabeza y mira... echándole un poco de narices y con iniciativa propia... ahí está “Shailok” y “El mercader de Venecia” que es una obra... qué te voy a contar... es quizá una de las más representadas de Shakespeare y es una joya del teatro....
Pregunta: Un personaje interesante... quizá avaricioso y egoísta, pero no sé si en el transcurso de ese juicio del que somos testigos quizá vemos a un hombre que es el único que plantea de una manera clara, que muestra de una manera clara la delgada línea que separa el bien del mal...
Fernando Conde: Sí... pero mira, es que la escena del juicio, teatralmente, creo que es de una perfección absoluta, de construcción teatral... Shakespeare es Shakespeare precisamente por eso... genio de genios... ahí vemos a un Shailok en principio duro, intratable e incluso cruel, pero que poco a poco se va desmoronando y vamos descubriendo a un hombre más humano y luego hay que ponerse en la situación y en la época que ocurre, esto lo coloca Shakespeare en 1470 en Venecia, en el enfrentamiento de los judíos con el pueblo cristiano y quizá la mayor crueldad de la obra no la comete Shailok, en mi opinión tiene lugar cuando Antonio, el mercader, le obliga a convertirse al cristianismo... como puedes imaginar esto para un judío, es una de las mayores humillaciones y crueldades que se pueden hacer... A lo mejor si otro actor interpretase a Shailok, a lo mejor le daba otra visión, la visión que personalmente le he dado y por donde lo he querido llevar es precisamente no hacer de “Shailok” el típico judío implacable, avaro y cruel, sino que hay una parte enormemente humana porque, claro, la situación de Shailok es que tiene una hija a la que ama profundamente pero esta hija además se va de casa con su dinero (fíjate lo que supone eso para un judío) y no sólo se va, es que además se va con un cristiano... pero hay una parte, enormemente tierna que es cuando Shailok se despide de su hija... y efectivamente la parte del juicio, la parte final, cuando el pueblo cristiano lo desposee de todo, es una parte, creo muy humana y desgarradora....
Pregunta: Casi incluso como el final, porque he leído que habéis querido destacar que donde hay amor crece amor y donde hay odio crece odio.... y en ese final nos demostráis que incluso hacia las personas hacia las que dirigimos nuestro odio puede haber amor...
Fernando Conde: Sí, claro. Creo que el final del juicio de Shailok es brutal, es un hombre totalmente destruido. Shakespeare lo soluciona extraordinariamente bien con esa parte final más bucólica, donde existe la risa también para que el público no se vaya con ese mal sabor de boca, porque realmente es amargo lo que le sucede a ese hombre... en esta última parte, en ocasiones, en otras versiones, he oído porque no lo he visto, pero la suprimen... fíjate, y entonces acaba la obra justo con el juicio, lo que me parece un error... ha habido versiones que han suprimido de un tajo esa parte, me parece además de una falta de respeto a Shakespeare porque si lo escribió fue por algo... soy de los que opina que a los clásicos hay que tenerles el máximo respeto y si la obra dura tres horas, pues tres horas... y además, la duración de las obras... no sé, una obra que dure una hora y cuarto se puede hacer larga y una obra que dura tres horas se puede hacer muy corta... todo depende de cómo se haga, de cómo se ponga en escena y de cómo se cuente... la experiencia nuestra respeta íntegramente el texto de Shakespeare y la verdad es que a juzgar por la reacción del público y demás, la gente aguanta perfectísimamente esas tres horas de representación.
Pregunta: Comentaba que ha conseguido hacer este sueño realidad, con narices y arriesgando...
Fernando Conde: Sí, porque mira, hay una serie de actores entre los que me incluyo que hemos ido siempre un poco por libres, autodidactas, no ya por “El mercader de Venecia” o por “El lindo Don Diego” que fue nuestra primera producción, si echamos atrás en el tiempo es inevitable hablar de “Martes y Trece” y este grupo surge por iniciativa de tres actores que están en el paro y en lugar de quedarse en casa esperando a que suene el teléfono, se ponen manos a la obra e inventan una cosa divertidísima que ahí está para el que lo quiera o lo pueda superar ¿verdad? Hemos hecho reír a muchísima gente, lo que es un patrimonio extraordinario del que me siento orgullosísimo y yo he funcionado siempre así, con lo que cuando el teléfono no suena y en lugar de quedarte en paro en casa, lamiéndote las heridas, pues yo he sido de los que ha tomado siempre un poco la iniciativa y hace unos cinco años aproximadamente, con mi mujer, decidimos formar una compañía teatral, entonces la primera producción como te decía fue “El lindo Don Diego” una joyita cómica del siglo de oro, una delicia, y nuestro segundo proyecto (mi mujer me decía “estáis locos”) fue “El mercader de Venecia” que me rondaba desde hacía mucho tiempo y ahí está... te digo todo esto, porque además somos una serie de actores que... yo sé que “Shailok” o “Ricardo III” por ejemplo, los grandes personajes del teatro, yo sé que a mí del Centro Dramático Nacional no me van a llamar para hacer estos personajes... seguramente me llamarían pero para ofrecerme un papel que no sería “Shailok”... con lo que como no me lo pague yo, como no lo haga yo... no pertenezco a una serie de normas por las que actualmente se rige el teatro y entonces “Shailok” se lo hubieran ofrecido a otro compañero, con todos mis respetos para todo el mundo... pero yo creo saber muy bien dónde estoy, qué lugar ocupo dentro de la profesión... y yo no soy muy dado a cuadras... pero me entiendes... ¿no?
Pregunta: Te entiendo, pero viendo tu trayectoria y tu trabajo sobre los escenarios y leyendo tu currículum... no queda más remedio que preguntarse ¿cuáles son esas normas que rigen el teatro y que impiden interpretar grandes personajes a un gran actor como tú?
Fernando Conde: Gracias... pero no sé, yo creo que la obligación de un actor y precisamente lo que hace hermosa esta profesión u oficio (me gusta llamarla oficio) una de las cosas más hermosas es que te da la capacidad para interpretar hoy una joya, un juguete cómico y hacer que el público se desternille de risa, como era “El lindo Don Diego” y a renglón seguido ser capaz de interpretar “Shailok” que no tiene absolutamente nada que ver... y un próximo montaje, no sé cuál será... pero habrá un tercer montaje, seguro... quizá sea un clásico o algún otro contemporáneo... pero creo que una de las cosas por las cuales merece la pena este oficio es ése no caer nunca en la rutina y tener la capacidad de hacer reír, de hacer llorar... y sobre todo de transmitir una serie de sensaciones... y es un gozo saber que lo que estás haciendo en escena se transmite como una corriente eléctrica al público y éste calla cuando tiene que callar, y ríe cuando tiene que reír... y casi lo secundario es el aplauso... lo que más me emociona del teatro es sentir el silencio del teatro... cuando el actor hace una pausa concebida por él y sabe que ahí si hay quinientas personas, hay mil ojos pendientes de cada gesto, de cada pausa... esto es lo que hace hermosa esta profesión...
Pregunta: He leído que perteneció a la Compañía Nacional de Teatro Clásico...
Fernando Conde: Sí, hice con la CNTC cuatro montajes. En la época cuando Adolfo Marsillach era director del INAEM y el director de la compañía era Rafael Pérez Sierra, que por cierto ha hecho la versión de “El Mercader de Venecia”... Hice “La dama duende” de Calderón dirigida por el maestro José Luis Alonso, maravilloso... yo creo que es el director con quien mejor he trabajado, que mejor ha dirigido a los actores... luego hice “El caballero de Olmedo” con Carmelo Gómez, dirigida por Miguel Narros, hice “No hay burlas con el amor” de Calderón también dirigida por Dennis Rafter, el mismo que ha dirigido “El Mercader...” y luego intervine en “La gran fiesta barroca”, un auto sacamental de Calderón que se representó en los fastos de 1992, cuando Madrid fue capital cultural europea, entonces se hizo un espectáculo soberbio, maravilloso que duró ocho días, se hizo en La Plaza Mayor... fue el gran mercado del mundo... yo interpretaba “El Mundo”... unos versos calderonianos impresionantes... aquel espectáculo fue algo inolvidable... Luego la Compañía Nacional de Teatro Clásico que yo conocí, porque yo todavía la pillé en la época brillante, desafortunadamente y con todo mi respeto para quien la rige ahora... mi concepción de lo que debe ser una Compañía Nacional de Teatro Clásico... ahora no está muy acorde con ello... con la idea inicial que tenía Adolfo Marsillach que fue su creador.
Pregunta: ¿Por qué?
Fernando Conde: Pues chica, no lo sé... es difícil de explicar... priman una serie de conceptos de cómo decir el verso, cuando el verso tiene que sonar a verso y hay mucha gente que está empeñada en que el verso no suene a verso... y el verso tiene una cadencia, se rige por unas normas, hay que respetar una serie de acentos, una serie de pautas y se puede hacer pausas y se puede cortar el verso... el verso es de una riqueza extraordinaria y cuando le coges el tranquillo, es una delicia... poder decirlo... yo he asistido a alguna de las representaciones, no sólo de la CNTC sino también de otras compañías, y dicen a Calderón como el que va a tomar una caña... y no es ése el concepto que tengo yo de cómo debe decirse el octosílabo...
Pregunta: Con lo que estima que el Teatro Clásico, el verso, sigue siendo algo así como una asignatura pendiente... y también del público al que parece que le cuesta entrar en el verso...
Fernando Conde: Mira yo te voy a decir mi experiencia con el verso y creo que son en total nueve títulos de clásico y el público, de verdad si pones en escena bien puesta, por ejemplo “La dama duende”... y lo recuerdo como si fuera ahora, esto fue en el año 1990, dirigida por José Luis Alonso... yo he visto a la gente... a Calderón se le tiene, se le conoce más por los grandes dramas de honor... pues es una comedia de una construcción tan perfecta, es un vodevil en verso y del siglo XVII, yo he visto a gente desternillada de la risa con Calderón... es decir, al público le cuesta entrar si lo haces mal, porque entonces empieza a moverse en la butaca y empieza a toser... y claro, pero si consigues hacer una buena representación, la belleza de Lope de Vega, de ese “Caballero de Olmedo”... esas décimas de Don Rodrigo... si es que el verso fluye solo... si se dice razonablemente bien... así que no creas que el público entra mal... y en cuanto a la asignatura pendiente del actor... sí, hay mucha gente, compañeros, que tienen al verso como algo... ya me pasaba cuando era estudiante en la Escuela de Arte Dramático hace ya mucho tiempo... nos daba clase nada menos que Don Manuel Dicenta... y entonces, ese hombre decía el verso... no puedes imaginar cómo... era una delicia... y había muchos compañeros que no asistían a la clase de Don Manuel Dicenta porque lo creían anticuado, iban más hacia un teatro de vanguardia, cuando en realidad todo el teatro moderno, pero todo, ha mamado de los clásicos, si es que está inventado, lo hicieron ellos... si es que la construcción teatral, la inventó Calderón, la poética del teatro clásico del verso es de Lope... Lope es un poeta de una calidad extraordinaria y la rabia es que Don Francisco de Quevedo no le dio por escribir teatro, porque claro, como poeta es la “releche”... con lo que sí, es un poco asignatura pendiente.... A mí, particularmente, me encanta... lo disfruto...
Pregunta: También he leído que Don Manuel Dicenta os comentaba que el teatro lo compone alguien que escribe cosas interesantes y alguien que sepa decirlas y transmitirlas... que ésa es la esencia del teatro, y el resto es envoltura....
Fernando Conde: Sí, claro... hay obras por ejemplo “El Mercader de Venecia” que se pueden hacer hasta en vaqueros.... si se hace bien y se dice bien y se cuenta bien y se transmite bien aquello que escribió Shakespeare, hasta en vaqueros se puede hacer... ahora que lo quieres envolver, respetando una época, una riqueza en vestuario, en escenografía, en luces... pues por supuesto, yo trato de hacerlo, para que estéticamente resulte una cosa además de interesante en cuanto a lo que cuentas, que resulte una cosa bella de ver... la esencia principal del teatro es algo interesante que contar y contar con alguien que lo cuente bien, claro. Es la esencia pura y dura del teatro...
Pregunta: Y ¿No cree que hoy se le da más importancia a la envoltura que a la esencia?
Fernando Conde: Sí, totalmente sí y sobre todo en grandes montajes subvencionados en donde se tira con pólvora ajena, no con la propia a base de créditos como es mi caso... y de verdad que como compañía privada puedo decir bien alto y retar a ver qué compañía privada hace un montaje como el que he hecho yo de “El Mercader de Venecia” con el presupuesto que hemos tenido y todo, todo, con una subvención de 20.000 euros que nos dio la Comunidad de Madrid sobre un coste total de 210.000 euros... ¿Dónde viste la obra?
Pregunta: La vi en Getafe.
Fernando Conde: Bueno pues la escenografía, que por cierto no estaba completa, porque no cabía... es que llevamos dos trailers de diecisiete metros y claro en todos los teatros no se puede montar la escenografía, pero con todo, en Getafe es de los sitios donde más o menos lució un poco la escenografía... pero yo vamos lo digo sin pedantería ni prepotencia pero es que veo gente por ahí que con una cámara negra... y dicen que eso es lo moderno... y chica yo... a mí me gusta que Shakespeare luzca y hay que vestir las obras.... ahora, que no sea todo envoltorio, porque efectivamente ves cosas por ahí que dices “cada escena es un cuadro pintado” pero luego rascas y debajo de eso... no se dice bien, no se actúa bien, no se produce bien... entonces para eso vas al Museo del Prado y contemplas a Velázquez, a Goya...
Pregunta: Hace unos dos años en un medio de comunicación te preguntaban acerca de la vuelta de los actores consagrados a los escenarios y respondías que “volvían los actores que realmente valen y que los hay con cierta fama por la televisión y el cine y esos no se mantienen”. ¿Tienes la impresión quizá de que tras dos años en el escenario triunfan estos últimos y que los actores que valen realmente vuelven a la televisión por ejemplo?
Fernando Conde: No, es que son medios distintos... y a pesar de todo vuelve y se mantiene el que está capacitado para ello... es que hay grandes estrellas del cine, no citaré nombres porque “no me da la gana” que no han pisado un escenario en la vida... a mí se me llevan los demonios cuando lees en la prensa “El gran actor.... o La gran actriz....” y resulta que la gran actriz “fulanita de tal” ha hecho sólo cine y “Doblaba”... entonces, a estos, yo los llamo “Modelos cinematográficos” lo que está muy bien... es decir, que a lo mejor yo no tengo esa capacidad, pero a todos estos los pones encima de un escenario y duran cinco minutos porque no saben, porque el teatro es otra cosa, es que el teatro... cómo te diría... es como la prueba del algodón y yo no concibo... La palabra “actor” es algo más... no concibo a un “actor” que no se haya subido nunca a un escenario, de hecho todos los grandes actores a nivel mundial, Todos, desde Al Pacino a Dustin Hoffman, Robert de Niro... los grandes, grandes han hecho teatro y para empezar han mamado el teatro... y a la menor ocasión que han tenido, se han mojado y se han subido a un escenario, mira concretamente Dustin Hoffman hizo el “Shailok” en Londres, además en Londres en tierra de Shakespeare... es otro concepto, porque toda esta gente que fíjate si están forrados de millones, que no tendrían porqué, pero lo hacen por prestigio, es porque la esencia pura y dura del “ser” del actor es fundamentalmente el teatro. Un buen actor de teatro puede ser un excelente actor de cine, pero no siempre sucede a la inversa... por supuesto hay gente que hace mucho cine y ahí sí te digo nombres, Carmelo Gómez, que es un actor estupendo con el que hice “El caballero de Olmedo” y ese sí es actor y ha mamado el teatro... y hace cine, pero a la menor oportunidad que tiene se sube a un escenario y dice “Cuidado que yo sé hablar muy bien y tengo una voz estupenda y puedo hacer a Lope y lo que sea”... pero luego hay lo que llamo “Modelos cinematográficos” que te dicen igual “te quiero” que “te odio” y desconocen los matices, todos los matices... y la verdad es que eso lo llevo bastante mal, sí...
Pregunta: ¿Y los “Modelos televisivos”?
Fernando Conde: Ah... eso ya es para echarle de comer aparte... porque estás viendo algunas series en la tele... y estás todo el rato con la oreja aquí... ¿qué ha dicho?... ¡¡si es que no vocalizan!!... si es que claro, son lenguajes distintos... a mí me ha ocurrido hacer cine, una película, dirigida por la que han hecho ministra de cultura Ángeles González-Sinde, y me viene el de sonido y me pide por favor que no vocalice tanto... me quedé... hombre es que cada letra y cada sílaba tiene su sonido, la doble “L”... pues en Aragón se pronuncia... yo no concibo esas cosas... Por eso mucha gente que hacemos fundamentalmente teatro, luego hacemos cine y lo primero que nos dicen es que no estemos tan sobreactuados...
Pregunta: Creo que comenzaste con Tamayo con una obra de Buero Vallejo “La detonación”...
Fernando Conde: Sí, ésa es de las primeras cosas que hice, pero no la primera... yo debuté profesionalmente estando todavía en la Escuela de Arte Dramático con Marsillach en una serie que se llamaba “Silencio, estrenamos”... yo estaba en segundo de Arte Dramático y vino Marsillach a dar unos cursillos a los chavales y me hice una escena junto a Verónica Forqué, somos de la misma promoción y al mes de aquello, mira por dónde, recibo una llamada en casa que no podía creerme y es que era el ayudante de Marsillach para contratarme para cinco capítulos en aquella serie, con un papel además bastante importante... y luego hice el musical “Gospel” en la época fue un éxito absoluto, estuvimos en Madrid y luego hicimos gira por toda España... yo tenía, fíjate, veinte añitos... y luego sí, con Tamayo hice “La detonación” de Buero Vallejo...
Pregunta: Con toda esa experiencia, con todo ese currículum...
Fernando Conde: Sí, he tenido mucha suerte, la verdad es que me considero afortunado porque he trabajado siempre con directores... Tamayo, Marsillach, José Luis Alonso, Narros, Gerardo Malla... en ese sentido la verdad es que me siento afortunadísimo... y los papeles que he hecho en teatro siempre han sido papeles protagonistas o en fin...
Pregunta: Con toda esa experiencia ¿Cómo contemplas el teatro en la actualidad, Albert Boadella me decía el otro día que le falta “excelencia”...?
Fernando Conde: Sí, pues sí... hacer grande el teatro, darle el sitio que en realidad le corresponde... el teatro es magia, hay que envolverlo de todo eso... que no sea demasiado accesible para todo el mundo... por eso a veces se dice que el actor es un “divo” y no es eso, pero por parte del público tiene que haber cierta inaccesibilidad hacia lo que luego ve en el escenario, porque es que si ves a alguien sobre el escenario y no se le entiende y habla coloquialmente... pues entonces llegas a la conclusión de que cualquiera puede hacer teatro... y no es así... hacen falta una serie de condiciones... voz, vocalización, saber estar sobre el escenario y hasta cuando no estás sobre el escenario... hasta cuando estás entre cajas hay que ser actor... hay que saber andar entre cajas, no hacer ruido, andar como los gatos... es que son una serie de cosas que desgraciadamente... hay veces que me enfado mucho, en mi propia compañía también, porque no le dan valor a esto... cualquier cosa puede distraerte, te puede sacar...
Pregunta: ¿Quizá falte respeto?
Fernando Conde: No creas, la gente valora lo que ve... cuando ve alguna cosa que le llega... se vuelca... yo creo que existe un gran respeto hacia el actor y la actriz de teatro... sí, la gente de tonta no tiene un pelo y sabe discernir...
Pregunta: “El Mercader de Venecia” está de gira, pero llegará a la capital ¿verdad?... y supongo también que aunque no lo quieres decir, tendrás más proyectos para tu compañía...
Fernando Conde: Sí... aunque “El Mercader de Venecia” aún no está muerto... estamos dentro de la red de teatros de la Comunidad de Madrid y estamos pendientes de, como dices, entrar el Madrid... este espectáculo quiero presentarlo en Madrid... pero claro no es fácil, este tipo de espectáculos no tiene demasiados recintos en los que poder encajarlos... el Español está vetado, bueno, no está vetado sino que la programación que lleva Mario Gas por lo que sea... chica, he mandado dosieres a todos los teatros, pero lo que hablaba antes, que yo voy por libre, que no pertenezco a ninguna cuadra determinada, entonces se me hace bastante difícil...
Pregunta: ¿Es difícil ser independiente hoy en día?
Fernando Conde: Muy difícil, hija... entonces estamos pendientes de contestación precisamente de Albert Boadella, porque nos vio en Alcorcón y la impresión es buena, le interesó... es decir, creo que iremos al Teatro del Canal, creo... yo como Santo Tomás, hasta que no lo veo... nada, aunque la impresión, ya te digo, es buena... y estamos pendiente de eso que nos dé fecha... y sería un recinto estupendo, porque ahí sí cabe todo el escenario... los medios técnicos que tiene creo que son impresionantes.... ¿y una próxima obra?... bueno, no hay títulos ni nada... todavía no he pensado cuál, pero hay muchas obras... puede que sea un clásico... sí...
Sofía Basalo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario