Pep Cruz posee una larga trayectoria artística. Es una persona inquieta y tremendamente activa. Afirma que le interesa todo del teatro, al que define como una manifestación global de un conjunto amplio de artes. Es un intérprete con una energía arrolladora sobre el escenario, con una fuerza contundente, con una veracidad aplastante. Podría ser más conocido en Madrid, afirma... aunque el precio podría haber sido demasiado alto...
Hemos tenido la oportunidad de “conocerlo” y, claro, no la hemos desaprovechado:
Pregunta: De esta “Antígona” lo que a primera vista nos sorprende es una puesta en escena muy original, muy próxima, en la que el público rodea a los intérpretes... supongo que eso requiere algo más de los actores. Una concentración mayor a la hora de desarrollar vuestra labor...
Pep Cruz: Claro. Ves las caras de la gente, su presencia es viva. Es más, de hecho están incorporados al espectáculo como si fuese un ágora, lugar donde se está produciendo la acción y el público, como Tebanos, participa y se busca su aquiescencia y su aplauso para las decisiones que se toman. Está incorporado, el público, en el espectáculo. En Barcelona, todavía lo era más, pero aquí en Madrid también se produce con mucha intensidad esta sensación. Tienes que entender que para ti no son espectadores. Les buscas los rostros, les buscas los ojos... es la única manera de poder trabajar con esta cercanía sin que te cohiba y sin que sea una cosa que te eche para atrás...
Pregunta: Resulta interesante lo que ha comentado el hecho de “buscar el rostro del espectador, los ojos del espectador...”
Pep Cruz: Sí, porque esto a veces se produce... cuando se produce, que en teatro a veces se produce, cuando se rompe la cuarta pared... pero se les mira como espectadores... en cambio aquí, en los momentos en que se produce, los miramos como interlocutores y como personajes del propio espectáculo. Con lo que la sensación es muy distinta, no estás mirando a un señor que está viendo el espectáculo, sino a un señor al que estás intentando hacer entrar en el espectáculo, que tome partido por Antígona o por Creonte... como si fuese un habitante de la ciudad de Tebas.
Pregunta: Y en la búsqueda de esos ojos, no ya de un espectador sino de un ciudadano de Tebas, ¿cuesta mucho descubrir a ese ciudadano en el espectador?
Pep Cruz: Es curioso lo que se produce, porque en un primer momento, la primera vez que miras a alguien, tienes como una sensación de rechazo, ese miedo que nos da a todos cuando vamos al teatro y pensamos “ a ver si me van a hacer participar... que es horroroso ¿no?... pero cuando ya se ha visto que ha pasado varias veces, en varias intervenciones... el público se da cuenta de cuál es su papel, se da cuenta de que no vamos a hacerle “la putada” de sacarlo al escenario... sino que descubre de que en realidad se halla en un ágora en la que estamos intentando convencerlo de nuestras distintas posiciones, con lo que se siente más cómodo, más tranquilo y más integrado en el espectáculo. Eso lo sé, porque algunas personas me lo han comentado después... Eso, claro, es una manera de participar en el teatro mucho más viva, mucho más metido en la propia escena...
Pregunta: Habla de la participación del público, de su papel activo... y es algo que en esta versión se consigue de lleno... porque cuando hablamos de cualquier tragedia griega, lo que se nos viene a la mente de forma automática es “qué aburrimiento” ¿no?
Pep Cruz: Sí, sobre todo piensas “esto será larguísimo...” (risas) y la nuestra sólo dura una hora y media...
Pregunta: Descubrimos que esta versión es distinta, no ya porque dure una hora y media, sino porque tiene la virtud de engancharnos desde el principio... y quizá lo logra por el texto, pero sobre todo porque es capaz de mostrarnos unos personajes que son verdaderos seres humanos, cercanos, próximos...
Pep Cruz: Sí... cada generación, cada siglo tiene sus propias maneras de enfrentarse al teatro... con lo que hay que buscar modos interpretativos para que la función llegue lo mejor posible al espectador... esto claro, está en función del tiempo que se vive. Ahora, las cosas, la manera de relacionarse entre las personas es mucho más directa... es mucho más natural. Imagino que en otras épocas se declamaba, se gesticulaba mucho, pero no es que aquello estuviese mal y lo de ahora esté bien... sino que aquello se dirigía a otra sociedad, a otro tipo de sociedad... la nuestra, con lo de “tío, tía, qué pasa, cómo estás...” entonces, tiene un lenguaje menos sofisticado, más directo, más sincero... y eso es lo que nos hace verlos y nos hace entenderlos como humanos, porque los sientes más próximos o hacen cosas que tú harías si estuvieses en su lugar, en su circunstancia.
Pregunta: ¿Cómo surgió la oportunidad de encarnar a Creonte y en su extensa trayectoria qué ha aportado este personaje?
Pep Cruz: De entrada, conocer a esta compañía que está trabajando mucho en Barcelona, haciendo espectáculos que ha despertado el interés del público y de la crítica. Oriol Broggi como director y luego todo el equipo de La Perla 29. Se trabaja muy bien, muy cómodo con ellos, porque vas al lugar de ensayos y te encuentras una mesa de cocina, donde siempre hay preparados croissants, pan con tomate... una cosa muy familiar y artesanal que es lo que para mí nunca debería haber abandonado el teatro. Esa cosa artesanal, esa cosa que se hace con pocos medios... ya has visto que este espectáculo no tiene una gran parafernalia escenográfica... y Creonte, es de esos personajes que siempre piensas en la posibilidad de hacerlo porque es muy atractivo... es muy interesante estar en su piel para poder comprender sus razones, el porqué de su forma de actuar... y entender, también, la tragedia que él también está viviendo... ocasionada por su intolerancia y por las leyes... leyes de las que ahora mismo tenemos ejemplos diarios en la prensa... la elasticidad de las leyes, en las distintas posiciones a la hora de interpretarlas... es por eso que es tan moderna la obra, porque siempre estamos en el mismo sitio...
Pregunta: No somos capaces de avanzar... más bien, a veces da la impresión de que si lo hacemos, es para caminar hacia atrás...
Pep Cruz: No, mujer, tampoco vamos a ser tan negativos... lo que pasa es que la vida humana y sobre todo la sociedad, pues siempre tiene esas tensiones y como son las mismas porque vienen del hombre, y el hombre de momento, sí parece que avanza poquito... pues siempre se producen las mismas tensiones sociales...
Pregunta: Hablando de Creonte, quizá su intransigencia, su intolerancia, tal vez... esconde una cierta debilidad...
Pep Cruz: Claro que sí. No es estúpido el personaje. Él se da cuenta de que ha quedado atrapado en su propia trampa. Él quiere a estas niñas, son sus sobrinas... En su pensamiento no ha entrado nunca, no se ha dado la posibilidad de que sean ellas las que desobedezcan sus órdenes. Él jamás lo pensó, quizá no podía pensarlo... y al encontrarse con que es ella quién desobedece su orden queda atrapado... debe aplicar un castigo desmesurado para un acto como éste, enterrar a una persona... un acto casi de dignidad natural sobre el que las leyes humanas no deberían intervenir... ahí está el dilema... no saber sustituir esta situación, por la situación de diálogo... imagínate, se sientan los dos, Creonte y Antígona y dicen “vamos a arreglarlo.... tú dices que lo sientes mucho, es tu hermano... yo también lo siento, pero mira...” Pues no, cuando el diálogo no aparece, sólo puede venir la confrontación y la violencia, que es lo que pasa.
Pregunta: ... Con lo que, en ese duelo entre la intolerancia, la intransigencia y la comprensión. Entre la rigidez y la flexibilidad o el diálogo... podemos decir que vence, por el doloroso final, el diálogo... todo habría sido distinto con el diálogo...
Pep Cruz: Es que fíjate... mira si es presente... y ya Sófocles nos lo decía, hace 2.500 años... donde no hay diálogo y donde hay intolerancia sólo se llega a la confrontación y a la violencia... entonces, ¿Por qué no abrimos los ojos y por qué no escuchamos más y mejor los orígenes de nuestra cultura y le hacemos un poquito de caso...? ¡¡Pues no!! Ya puede haberlo escrito Sófocles o quien sea... que aquí seguiremos empecinados en “mantenella y no enmendalla”
Pregunta: Quizá es que no somos sabios y eso de “enmendalla” es de sabios...
Pep Cruz: Es de sabios sí, y lo que somos es gente que va muy a la suya... es éste un siglo en el que se vive muy a la suya, cada uno, y así pasa lo que pasa...
Pregunta: Nos comentaba que en esta puesta en escena no hay mucha parafernalia... ¿Quizá hoy en día es abusa un poco de esa parafernalia, con lo que el actor y su labor queda en un segundo plano?
Pep Cruz: ¿Sabes qué pasa? Yo creo que siempre se va de un extremo al otro... cuando el teatro no estaba en la mente de los gobernantes, hace treinta años, no había medios y se tenían que sustituir los medios con imaginación. Ahora los medios que son muchos más, ofrecen la posibilidad de que lo que se pueda contar con un cordel y un palo, precise una grúa y una cadena... y eso yo creo, va en contra... porque el teatro es convención, tienes que implicar en la convención al espectador... un espectador que se cree que aquel cordel es una cadena y que aquel palo es una grúa. Esto es el arte del teatro: Implicar al espectador a que juegue contigo y aporte al espectáculo su imaginación... el exceso de medios, cuando voy a ver un espectáculo y veo allí giratorios y tal... me parece... qué te digo, un pastel de fiesta... para mí, la gracia del teatro, para mí, es conseguir contar una historia con el mínimo de material escénico posible... el minimalismo... para mí esto es el milagro del teatro...
Pregunta: Despertar la imaginación...
Pep Cruz: Claro, utilizar las convenciones... que cuando tú puedas hacer un gesto, la gente sepa ya de antemano qué es lo que quieres decir con ese gesto...
Pregunta: Volviendo al público, a esa cercanía, a esa búsqueda de la mirada... ¿ha encontrado alguna diferencia entre el público catalán y el madrileño?
Pep Cruz: En lo básico no. Es que las personas son personas en todos los lados y estos temas son... no hay fronteras ni cultura, te diría... estamos hablando de una hija que quiere enterrar a su hermano... es el desastre del avión de Afganistán... es que estamos dando vueltas a razones que son razones de la raza humana... y lo primero que hizo que el hombre fuese hombre fue decidir enterrar a sus parientes muertos... eso ya lo empezó a distinguir de los animales...
Pregunta: Tiene una extensa carrera profesional. Ha trabajado en cine, televisión, teatro de texto, teatro musical... también ha dirigido... Ha tocado, podemos decir, todos los palos...
Pep Cruz: ... Bueno, todos los palos y ninguno... lo que pasa es que me gusta mucho el teatro como manifestación global. De la misma manera que como actor no estoy encasillado en ningún tipo de género, ni de personajes... he luchado mucho para que no me pasara y más o menos lo he conseguido... pues también me interesa desde traducciones, hasta dirigir, iluminación... estar en todos los lados, porque el teatro es una manifestación global de toda una serie de artes que coinciden ahí... y me interesan todas... mira, ahora me pillas en el hotel, repasando una obra que voy a dirigir cuando terminen las representaciones de “Antígona” en el Teatro de La Abadía. Empezaremos a ensayar en marzo...
Pregunta: ¿Podemos saber qué obra es...?
Pep Cruz: Es una obra, yo tengo una compañía, somos tres... hacemos este teatro minimalista... hemos hecho un espectáculo de poesía erótica que se llama “Perversiones”... y ahora hemos pedido a Joan Lluis Bozzo de Dagoll Dagom que nos escriba una obra, se llama “Cómica vida”... nos la ha escrito, nos ha gustado mucho... ahora empezaremos con los retoques y luego ya ensayaremos...
Pregunta: Dagoll Dagom, formó parte del primer reparto de “Mar y Cielo”... cuando el teatro musical todavía no tenía la popularidad actual y tampoco había un público... casi casi vio nacer el teatro musical en España...
Pep Cruz: No... la verdad es que unos grupos empezaron... aunque a decir verdad, hay una cosa que aquí siempre se ha tenido un poco de lado... y que realmente es el origen de la afición al teatro musical que es la zarzuela y la revista... era una forma de musical que ahora nos damos cuenta... pero es la forma popular que había de teatro musical... Concha Velasco, por ejemplo con “Mamá quiero ser artista”... y todos estos espectáculos estaba ya con el musical... lo que pasa es que el formato de musical ha cambiado... Dagoll Dagom empezó con “La noche de San Juan”... “Mar y Cielo”... con este nuevo formato de musical que ya se estaba haciendo desde mucho tiempo atrás en el extranjero, pero en versión española... no copiar espectáculos que han triunfado fuera, sino producción propia... y eso pues, ahora fíjate, el éxito que tiene el teatro musical, en este nuevo formato...
Pregunta: Quizá estamos acostumbrados a no apreciar lo nuestro...
Pep Cruz: Eso, hija, lo hemos hecho toda la vida... yo creo que nos viene desde que perdimos Cuba... como mínimo... todo lo español era malo, en el extranjero todo lo hacían mejor... y eso no es verdad, claro. Algunas cosas las harán mejor y otras las harán peor... Yo creo que el teatro, precisamente aquí, en España, se hace bastante bien.
Pregunta: Con lo que la evolución, entiendo, ha sido positiva...
Pep Cruz: Bueno, ya lo comentábamos antes... creo que ha pasado de tener pocos medios a tener muchos medios, ha pasado de la existencia de sólo un teatro comercial de tresillo, del que aún quedan dignísimos representantes a un teatro de las ideas, a un teatro comercial pero con intención y ahora el panorama es que el abanico se ha abierto mucho, ahora podemos decir que en la cartelera hay espectáculos para todos los gustos y para todos los públicos... esto es muy importante; el teatro no tiene que ser patrimonio ni de una clase social ni de una ideología política... creo que ahora se ha abierto mucho el abanico y el público puede estar contento porque la oferta en las grandes capitales españolas cada vez es más amplia y más rica.
Pregunta: Nos hablabas antes de esa lucha por el no encasillamiento... ¿le ha resultado ardua, le ha resultado difícil lograr ese no encasillamiento?
Pep Cruz: Sí, sí... me ha representado muchas renuncias... podría ser un actor más conocido por ejemplo, en Madrid... y claro, cuándo te llaman fuera del lugar en el que estás trabajando... cuando te han visto en una cosa que les ha gustado y quieren que hagas otra muy parecida en otro sitio... y claro, cuando dices, no es que esto ya lo he hecho... por lo tanto, no lo repetiré en otra situación y en otra obra... porque entonces ya comienza el encasillamiento... “mira éste hace este personaje y siempre hace el mismo... con lo que ya te han metido en la casilla y no puedes salir de ella...”
Dejamos a Pep Cruz, en su hotel mientras repasa la obra de teatro que comenzará a ensayar con su compañía el próximo mes de marzo. Por el momento seguirá con su aventura clásica. “Antígona” volverá a Barcelona tras su paso por el Teatro Abadía y continuará su gira. Esperamos que sea extensa.
Sofía Basalo.
Hemos tenido la oportunidad de “conocerlo” y, claro, no la hemos desaprovechado:
Pregunta: De esta “Antígona” lo que a primera vista nos sorprende es una puesta en escena muy original, muy próxima, en la que el público rodea a los intérpretes... supongo que eso requiere algo más de los actores. Una concentración mayor a la hora de desarrollar vuestra labor...
Pep Cruz: Claro. Ves las caras de la gente, su presencia es viva. Es más, de hecho están incorporados al espectáculo como si fuese un ágora, lugar donde se está produciendo la acción y el público, como Tebanos, participa y se busca su aquiescencia y su aplauso para las decisiones que se toman. Está incorporado, el público, en el espectáculo. En Barcelona, todavía lo era más, pero aquí en Madrid también se produce con mucha intensidad esta sensación. Tienes que entender que para ti no son espectadores. Les buscas los rostros, les buscas los ojos... es la única manera de poder trabajar con esta cercanía sin que te cohiba y sin que sea una cosa que te eche para atrás...
Pregunta: Resulta interesante lo que ha comentado el hecho de “buscar el rostro del espectador, los ojos del espectador...”
Pep Cruz: Sí, porque esto a veces se produce... cuando se produce, que en teatro a veces se produce, cuando se rompe la cuarta pared... pero se les mira como espectadores... en cambio aquí, en los momentos en que se produce, los miramos como interlocutores y como personajes del propio espectáculo. Con lo que la sensación es muy distinta, no estás mirando a un señor que está viendo el espectáculo, sino a un señor al que estás intentando hacer entrar en el espectáculo, que tome partido por Antígona o por Creonte... como si fuese un habitante de la ciudad de Tebas.
Pregunta: Y en la búsqueda de esos ojos, no ya de un espectador sino de un ciudadano de Tebas, ¿cuesta mucho descubrir a ese ciudadano en el espectador?
Pep Cruz: Es curioso lo que se produce, porque en un primer momento, la primera vez que miras a alguien, tienes como una sensación de rechazo, ese miedo que nos da a todos cuando vamos al teatro y pensamos “ a ver si me van a hacer participar... que es horroroso ¿no?... pero cuando ya se ha visto que ha pasado varias veces, en varias intervenciones... el público se da cuenta de cuál es su papel, se da cuenta de que no vamos a hacerle “la putada” de sacarlo al escenario... sino que descubre de que en realidad se halla en un ágora en la que estamos intentando convencerlo de nuestras distintas posiciones, con lo que se siente más cómodo, más tranquilo y más integrado en el espectáculo. Eso lo sé, porque algunas personas me lo han comentado después... Eso, claro, es una manera de participar en el teatro mucho más viva, mucho más metido en la propia escena...
Pregunta: Habla de la participación del público, de su papel activo... y es algo que en esta versión se consigue de lleno... porque cuando hablamos de cualquier tragedia griega, lo que se nos viene a la mente de forma automática es “qué aburrimiento” ¿no?
Pep Cruz: Sí, sobre todo piensas “esto será larguísimo...” (risas) y la nuestra sólo dura una hora y media...
Pregunta: Descubrimos que esta versión es distinta, no ya porque dure una hora y media, sino porque tiene la virtud de engancharnos desde el principio... y quizá lo logra por el texto, pero sobre todo porque es capaz de mostrarnos unos personajes que son verdaderos seres humanos, cercanos, próximos...
Pep Cruz: Sí... cada generación, cada siglo tiene sus propias maneras de enfrentarse al teatro... con lo que hay que buscar modos interpretativos para que la función llegue lo mejor posible al espectador... esto claro, está en función del tiempo que se vive. Ahora, las cosas, la manera de relacionarse entre las personas es mucho más directa... es mucho más natural. Imagino que en otras épocas se declamaba, se gesticulaba mucho, pero no es que aquello estuviese mal y lo de ahora esté bien... sino que aquello se dirigía a otra sociedad, a otro tipo de sociedad... la nuestra, con lo de “tío, tía, qué pasa, cómo estás...” entonces, tiene un lenguaje menos sofisticado, más directo, más sincero... y eso es lo que nos hace verlos y nos hace entenderlos como humanos, porque los sientes más próximos o hacen cosas que tú harías si estuvieses en su lugar, en su circunstancia.
Pregunta: ¿Cómo surgió la oportunidad de encarnar a Creonte y en su extensa trayectoria qué ha aportado este personaje?
Pep Cruz: De entrada, conocer a esta compañía que está trabajando mucho en Barcelona, haciendo espectáculos que ha despertado el interés del público y de la crítica. Oriol Broggi como director y luego todo el equipo de La Perla 29. Se trabaja muy bien, muy cómodo con ellos, porque vas al lugar de ensayos y te encuentras una mesa de cocina, donde siempre hay preparados croissants, pan con tomate... una cosa muy familiar y artesanal que es lo que para mí nunca debería haber abandonado el teatro. Esa cosa artesanal, esa cosa que se hace con pocos medios... ya has visto que este espectáculo no tiene una gran parafernalia escenográfica... y Creonte, es de esos personajes que siempre piensas en la posibilidad de hacerlo porque es muy atractivo... es muy interesante estar en su piel para poder comprender sus razones, el porqué de su forma de actuar... y entender, también, la tragedia que él también está viviendo... ocasionada por su intolerancia y por las leyes... leyes de las que ahora mismo tenemos ejemplos diarios en la prensa... la elasticidad de las leyes, en las distintas posiciones a la hora de interpretarlas... es por eso que es tan moderna la obra, porque siempre estamos en el mismo sitio...
Pregunta: No somos capaces de avanzar... más bien, a veces da la impresión de que si lo hacemos, es para caminar hacia atrás...
Pep Cruz: No, mujer, tampoco vamos a ser tan negativos... lo que pasa es que la vida humana y sobre todo la sociedad, pues siempre tiene esas tensiones y como son las mismas porque vienen del hombre, y el hombre de momento, sí parece que avanza poquito... pues siempre se producen las mismas tensiones sociales...
Pregunta: Hablando de Creonte, quizá su intransigencia, su intolerancia, tal vez... esconde una cierta debilidad...
Pep Cruz: Claro que sí. No es estúpido el personaje. Él se da cuenta de que ha quedado atrapado en su propia trampa. Él quiere a estas niñas, son sus sobrinas... En su pensamiento no ha entrado nunca, no se ha dado la posibilidad de que sean ellas las que desobedezcan sus órdenes. Él jamás lo pensó, quizá no podía pensarlo... y al encontrarse con que es ella quién desobedece su orden queda atrapado... debe aplicar un castigo desmesurado para un acto como éste, enterrar a una persona... un acto casi de dignidad natural sobre el que las leyes humanas no deberían intervenir... ahí está el dilema... no saber sustituir esta situación, por la situación de diálogo... imagínate, se sientan los dos, Creonte y Antígona y dicen “vamos a arreglarlo.... tú dices que lo sientes mucho, es tu hermano... yo también lo siento, pero mira...” Pues no, cuando el diálogo no aparece, sólo puede venir la confrontación y la violencia, que es lo que pasa.
Pregunta: ... Con lo que, en ese duelo entre la intolerancia, la intransigencia y la comprensión. Entre la rigidez y la flexibilidad o el diálogo... podemos decir que vence, por el doloroso final, el diálogo... todo habría sido distinto con el diálogo...
Pep Cruz: Es que fíjate... mira si es presente... y ya Sófocles nos lo decía, hace 2.500 años... donde no hay diálogo y donde hay intolerancia sólo se llega a la confrontación y a la violencia... entonces, ¿Por qué no abrimos los ojos y por qué no escuchamos más y mejor los orígenes de nuestra cultura y le hacemos un poquito de caso...? ¡¡Pues no!! Ya puede haberlo escrito Sófocles o quien sea... que aquí seguiremos empecinados en “mantenella y no enmendalla”
Pregunta: Quizá es que no somos sabios y eso de “enmendalla” es de sabios...
Pep Cruz: Es de sabios sí, y lo que somos es gente que va muy a la suya... es éste un siglo en el que se vive muy a la suya, cada uno, y así pasa lo que pasa...
Pregunta: Nos comentaba que en esta puesta en escena no hay mucha parafernalia... ¿Quizá hoy en día es abusa un poco de esa parafernalia, con lo que el actor y su labor queda en un segundo plano?
Pep Cruz: ¿Sabes qué pasa? Yo creo que siempre se va de un extremo al otro... cuando el teatro no estaba en la mente de los gobernantes, hace treinta años, no había medios y se tenían que sustituir los medios con imaginación. Ahora los medios que son muchos más, ofrecen la posibilidad de que lo que se pueda contar con un cordel y un palo, precise una grúa y una cadena... y eso yo creo, va en contra... porque el teatro es convención, tienes que implicar en la convención al espectador... un espectador que se cree que aquel cordel es una cadena y que aquel palo es una grúa. Esto es el arte del teatro: Implicar al espectador a que juegue contigo y aporte al espectáculo su imaginación... el exceso de medios, cuando voy a ver un espectáculo y veo allí giratorios y tal... me parece... qué te digo, un pastel de fiesta... para mí, la gracia del teatro, para mí, es conseguir contar una historia con el mínimo de material escénico posible... el minimalismo... para mí esto es el milagro del teatro...
Pregunta: Despertar la imaginación...
Pep Cruz: Claro, utilizar las convenciones... que cuando tú puedas hacer un gesto, la gente sepa ya de antemano qué es lo que quieres decir con ese gesto...
Pregunta: Volviendo al público, a esa cercanía, a esa búsqueda de la mirada... ¿ha encontrado alguna diferencia entre el público catalán y el madrileño?
Pep Cruz: En lo básico no. Es que las personas son personas en todos los lados y estos temas son... no hay fronteras ni cultura, te diría... estamos hablando de una hija que quiere enterrar a su hermano... es el desastre del avión de Afganistán... es que estamos dando vueltas a razones que son razones de la raza humana... y lo primero que hizo que el hombre fuese hombre fue decidir enterrar a sus parientes muertos... eso ya lo empezó a distinguir de los animales...
Pregunta: Tiene una extensa carrera profesional. Ha trabajado en cine, televisión, teatro de texto, teatro musical... también ha dirigido... Ha tocado, podemos decir, todos los palos...
Pep Cruz: ... Bueno, todos los palos y ninguno... lo que pasa es que me gusta mucho el teatro como manifestación global. De la misma manera que como actor no estoy encasillado en ningún tipo de género, ni de personajes... he luchado mucho para que no me pasara y más o menos lo he conseguido... pues también me interesa desde traducciones, hasta dirigir, iluminación... estar en todos los lados, porque el teatro es una manifestación global de toda una serie de artes que coinciden ahí... y me interesan todas... mira, ahora me pillas en el hotel, repasando una obra que voy a dirigir cuando terminen las representaciones de “Antígona” en el Teatro de La Abadía. Empezaremos a ensayar en marzo...
Pregunta: ¿Podemos saber qué obra es...?
Pep Cruz: Es una obra, yo tengo una compañía, somos tres... hacemos este teatro minimalista... hemos hecho un espectáculo de poesía erótica que se llama “Perversiones”... y ahora hemos pedido a Joan Lluis Bozzo de Dagoll Dagom que nos escriba una obra, se llama “Cómica vida”... nos la ha escrito, nos ha gustado mucho... ahora empezaremos con los retoques y luego ya ensayaremos...
Pregunta: Dagoll Dagom, formó parte del primer reparto de “Mar y Cielo”... cuando el teatro musical todavía no tenía la popularidad actual y tampoco había un público... casi casi vio nacer el teatro musical en España...
Pep Cruz: No... la verdad es que unos grupos empezaron... aunque a decir verdad, hay una cosa que aquí siempre se ha tenido un poco de lado... y que realmente es el origen de la afición al teatro musical que es la zarzuela y la revista... era una forma de musical que ahora nos damos cuenta... pero es la forma popular que había de teatro musical... Concha Velasco, por ejemplo con “Mamá quiero ser artista”... y todos estos espectáculos estaba ya con el musical... lo que pasa es que el formato de musical ha cambiado... Dagoll Dagom empezó con “La noche de San Juan”... “Mar y Cielo”... con este nuevo formato de musical que ya se estaba haciendo desde mucho tiempo atrás en el extranjero, pero en versión española... no copiar espectáculos que han triunfado fuera, sino producción propia... y eso pues, ahora fíjate, el éxito que tiene el teatro musical, en este nuevo formato...
Pregunta: Quizá estamos acostumbrados a no apreciar lo nuestro...
Pep Cruz: Eso, hija, lo hemos hecho toda la vida... yo creo que nos viene desde que perdimos Cuba... como mínimo... todo lo español era malo, en el extranjero todo lo hacían mejor... y eso no es verdad, claro. Algunas cosas las harán mejor y otras las harán peor... Yo creo que el teatro, precisamente aquí, en España, se hace bastante bien.
Pregunta: Con lo que la evolución, entiendo, ha sido positiva...
Pep Cruz: Bueno, ya lo comentábamos antes... creo que ha pasado de tener pocos medios a tener muchos medios, ha pasado de la existencia de sólo un teatro comercial de tresillo, del que aún quedan dignísimos representantes a un teatro de las ideas, a un teatro comercial pero con intención y ahora el panorama es que el abanico se ha abierto mucho, ahora podemos decir que en la cartelera hay espectáculos para todos los gustos y para todos los públicos... esto es muy importante; el teatro no tiene que ser patrimonio ni de una clase social ni de una ideología política... creo que ahora se ha abierto mucho el abanico y el público puede estar contento porque la oferta en las grandes capitales españolas cada vez es más amplia y más rica.
Pregunta: Nos hablabas antes de esa lucha por el no encasillamiento... ¿le ha resultado ardua, le ha resultado difícil lograr ese no encasillamiento?
Pep Cruz: Sí, sí... me ha representado muchas renuncias... podría ser un actor más conocido por ejemplo, en Madrid... y claro, cuándo te llaman fuera del lugar en el que estás trabajando... cuando te han visto en una cosa que les ha gustado y quieren que hagas otra muy parecida en otro sitio... y claro, cuando dices, no es que esto ya lo he hecho... por lo tanto, no lo repetiré en otra situación y en otra obra... porque entonces ya comienza el encasillamiento... “mira éste hace este personaje y siempre hace el mismo... con lo que ya te han metido en la casilla y no puedes salir de ella...”
Dejamos a Pep Cruz, en su hotel mientras repasa la obra de teatro que comenzará a ensayar con su compañía el próximo mes de marzo. Por el momento seguirá con su aventura clásica. “Antígona” volverá a Barcelona tras su paso por el Teatro Abadía y continuará su gira. Esperamos que sea extensa.
Sofía Basalo.
1 comentario:
t'agrada la ciutat Solona?He sentit k algun cop si k has vingut aki a Solsona.Ke et diu la gent kuan et veu?M'agradarie molt k algun dia et trobes per alla al carrer.Una amiga de la meva mare k tambe es amiga meva et va veure!!!
no m'ho podia creure.
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