sábado, 12 de noviembre de 2011
... REBECA VALLS (Junio 2010)
“Los monólogos de la vagina” han regresado a la cartelera madrileña. Maite Merino les abrió la puerta, permaneciendo con ellos más de nueve años en cuatro teatros madrileños (Alfil, Arlequín, Muñoz Seca y Nuevo Alcalá). Ahora es el Teatro Maravillas el lugar donde el viaje de Eva Ensler toma forma teatral. Con un tono más festivo y más jocoso, Gabriel Olivares ha dirigido esta nueva puesta en escena que interpretan Ruth Núñez, Marta Belenguer y Rebeca Valls. Hemos hablado con ésta última de los monólogos y cómo no, de su aventura teatral lorquiana. La actriz valenciana, como es habitual, nos ha atendido más que amablemente:
Pregunta: Regresan “Los Monólogos de la vagina” pero no son como los recordamos. Gabriel Olivares ha dado una pequeña vuelta de tuerca, esta propuesta es más loca, más hilarante ¿no es así?
Rebeca Valls: Sí, no son monólogos al uso. Es una puesta en escena muy divertida, creo que la gente lo pasa muy bien y las tres (Ruth Núñez, Marta Belenguer y ella misma) hemos congeniado muy bien, somos un equipazo. Es una experiencia muy bonita, con el público y entre nosotras.
Pregunta: Como dices, no son monólogos al uso y aún más, como antes he comentado Gabriel Olivares le ha querido acentuar el carácter teatral y de comedia en la puesta en escena...
Rebeca Valls: Sí, porque Gabriel es un director que trabaja desde lo que tiene, desde el aquí y el ahora; mucho el presente y mucho con los intérpretes... Eso es muy importante, porque ya que hay varios montajes sobre este texto, está bien que cada uno tenga su visión. Ésta es nuestra visión, la de las tres intérpretes y la de Gabriel como director. Hay monólogos dialogados, hay monólogos que se hacen como si fuera una terapia con el público, hay monólogos en los que hacemos homenajes a otros cómicos... hay un poco de todo para variar y todo ello ha surgido desde la improvisación pura y dura. (risas)
Pregunta: Has comentado que habéis aprendido mucho y es que según he leído, antes de iniciar los ensayos sobre el escenario, ha habido dos semanas de intenso trabajo de mesa...
Rebeca Valls: ¡Trabajo de mesa! Que casi diría “trabajo de pie”... porque Gabriel empieza a trabajar en la mesa, empieza a decir “haz esto con este acento”, se emociona, hace que te levantes, te pone delante y comienza a decirte “hazme esta improvisación sobre este personaje que ahora intuyes...” entonces uno pasa por la oficina de producción y es capaz de decirle que pase a ver qué opina... es súper exhibicionista y eso hace que tú te vengas arriba desde el primer día y que investigues a fondo desde el primer día, porque te lo tienes que currar sí o sí... (risas)
Pregunta: Es desde luego un gran examen teatral y artístico, por todo lo que has comentado y porque son muchos los personajes, muchas las caracterizaciones, muchas las distintas vaginas que tenéis que interpretar (risas)
Rebeca Valls: (risas) Sí, vaginas que son mujeres al fin y al cabo... es como contar un poco desde el punto de vista más femenino, cómo vive el tema de su sexualidad, que al fin y al cabo, somos mujeres, somos corazones, somos un sexo y somos un todo...
Pregunta: Como bien dices, sois mujeres... y este es un montaje feminista pero en el buen sentido... ¿es que hay un mal sentido del feminismo?
Rebeca Valls: Yo... creo que sí. No se trata de adoctrinar, ni de dar mensajes, ni de culpar a nadie. A nosotras los hombres nos encantan y están ahí, y vienen muchísimos a vernos y están encantados. Creo que practicamos el buen feminismo, y lo digo así, porque no adoctrinamos, intentamos que la gente aprenda pero desde el sentido del humor, no echamos la culpa a nadie; simplemente hablamos de vaginas y como dice Ruth (Núñez): “no estamos hablando ahora de ellos, estamos hablando de nosotras” entonces, no culpamos a nadie, ni tan siquiera los mencionamos.
Pregunta: ¿Le falta quizá un poquito de sentido del humor al feminismo?
Rebeca Valls: Es que... por un lado creo que sí, pero por otro lo entiendo. Creo que son muchos años en los que la mujer ha estado en silencio, en represión y eso... qué te voy a contar, si acabo de hacer “La casa de Bernarda Alba”... o sea, que... lo he vivido en mis carnes... Creo que ahora mismo la mujer también ha tenido que tomar las riendas y defender esa parte que ha tenido prohibida o en silencio... Y es defender muchas cosas... Nos cuesta reírnos de nosotras mismas, y nos cuesta y de hecho hay menos cómicas que cómicos... Menos mujeres humoristas que hombres humoristas... y creo que todo es por esto... es cuestión de empezar a reírnos de nosotras y eso cuesta, porque nuestra lucha lleva muchos años de atraso.
Pregunta: Quizá además de costarnos, es que nos duele y casi sentimos ese humor como una ofensa...
Rebeca Valls: Sí... debemos relajarnos, porque ya no creo que nos estén ofendiendo y en tal caso, lo vemos nosotras desde dentro... hay que empezar a quitárnoslas desde nosotras mismas, como dice uno de mis personajes, la terapeuta americana, que hace un taller, una mujer que realmente existe y que enseña a las mujeres a encontrar sus orgasmos y a masturbarse. Es una mujer muy especial y dice que tenemos que empezar a encontrar eso nosotras mismas, y nos corresponde a nosotras comenzar a encontrar nuestra sexualidad, nuestros propios orgasmos y nuestra masturbación, para empezar a disfrutar, para encontrar el placer... por eso mismo, nosotras debemos empezar a eliminar la ofensa desde nuestro interior, nosotras mismas...
Pregunta: Quizá también nos han enseñado que todo lo que se refiere a la vagina está prohibido, es malo, es pecado...
Rebeca Valls: ¡Ostras! Es que son muchos años... mi madre mismo, cuando le bajó la regla, la encerraron en casa y le dijeron que no le podían hablar de lo que le estaba pasando porque era una cosa muy mala... ni siquiera se lo explicaron, y a su propio hermano que era menor de ella, le dieron las llaves de casa para salir... entonces... son muchos años en los que no se ha hablado de lo que tenemos ahí, entre las piernas... y encima el órgano está para dentro... como para que enciman no nos hablen, lo que nos faltaba, vamos (risas)
Pregunta: Hablabas del personaje que ha interpretado en “La casa de Bernarda Alba” que dirigió Lluis Pasqual, una aventura, supongo, apasionante...
Rebeca Valls: Hacer “La casa de Bernarda Alba” con Nuria Espert, con Lluis Pasqual y con Rosa María Sardá fue muy bonito... Una lección de maestros que sólo te puede pasar sobre un escenario... es maravilloso vivirlo así, y descubrir un poquito más el mundo lorquiano, que a veces es tan bonito de conocer de la mano de Lluis, que parece que han nacido unidos en algo... no sé en qué... pero han hecho muchas cosas que tienen algo en común, los dos...
Pregunta: Y formar parte de ese dúo...
Rebeca Valls: Sí, sí... y descubrir la Martirio que hice al lado de Nuria (Espert) y Rosa María (Sardá) que me fueron guiando... era muy bonito ir descubriendo poco a poco el mundo de Lorca de su mano y ver cómo trabajaban a nuestro lado... incluso Nuria, se permitió en un ensayo hacer una improvisación donde nos marcaba el terreno que como madre, nos estaba dando un límite, nuestra educación en esa casa... y eso fue muy revelador, mucho... y fue una lección como te he comentado, una lección de estar al lado de Nuria, a la que hemos admirado siempre, y de pronto tenerla como madre, como compañera y como sabia... Es una gran mujer...
Pregunta: Personalmente, creo que uno de los puntos más interesantes de este montaje fue la feminidad, la sensibilidad de Bernarda, frente a la rigidez y vertiente masculina que en casi todas las propuestas hechas se le han otorgado...
Rebeca Valls: Claro, es que dentro de esa rigidez, de esa masculinidad, hay muchas capas escondidas. Esa masculinidad es la capa externa, el rostro que Bernarda ofrece a los de fuera, a los del pueblo, a las vecinas, para lo que es la fachada... y luego, por dentro, hay mucho más... y hay más de una capa, muchas más... y al fin y al cabo somos mujeres... mujeres y familia y madre e hijas... es muy importante...
Pregunta: Volviendo al presente, y éste es “Los monólogos de la vagina”... un cambio de “chip” importante, algo de lo que eres una auténtica experta...
Rebeca Valls: (risas) Sí... para mí, realmente ha sido más difícil “La Martirio” porque el trabajo de “Los Monólogos de la vagina” primero, yo soy mujer, con lo que, de antemano tengo vagina... entonces, eso ya me crea un vínculo muy cercano y por otro lado, Gabriel nos deja crear a nosotras mismas y eso, claro, ya te da una cercanía a todo lo que haces y una soltura... yo me divierto muchísimo cada día que hago la función y salimos las tres... Cuando llegamos, lo hacemos un poco con el bajón del día, del no saber qué va a pasar... pero cuando salimos por la noche al escenario... lo hacemos alegres, eufóricas, orgullosas de ser mujer y de poder compartirlo con un público que se ha conmovido con nosotras, que se ha reído con nosotras...
Pregunta: Algo interesante es la combinación de los diferentes gags, la risa, la locura y la seriedad y poesía, la trivialidad y la profundidad... El parto, las violaciones, la terapia de grupo...
Rebeca Valls: Sí, las partes poéticas son complicadas porque son difíciles de encajar en un espectáculo... pero creo que igual que escuchamos la risa del público y paramos y sabemos hacer un hueco según el público que acude cada día, lo mismo funciona con el público... él también sabe escuchar nuestras transiciones para dejarnos meter esas partes más delicadas, más poéticas y más reales... porque al fin y al cabo también se trata de contar la parte real de la vagina, tantos sus partes buenas como sus partes más tristes... y ésas también deben estar... con lo que es necesario un momento de concentración, de silencio y que el público escuche eso y pare un poquito también...
Pregunta: Hay algunas “cosillas” por ahí que no están en el texto original... ¿De quién fue la idea de meter esas cancioncillas? (risas)
Rebeca Valls: (risas) Ah... Gabriel (risas) La de “Secretaria” fue Gabriel y la de Tina Turner fue porque nosotras investigamos... te habrás dado cuenta de que hemos incluido el viaje que hace la autora, Eva Ensler, para contar esa investigación... Ella tuvo problemas, la violó su padre durante mucho tiempo y a raíz de tener una mala relación con su propia vagina decide investigar sobre el tema y empieza a hacer entrevistas a diferentes mujeres... de todas las entrevistas surge ese espectáculo... De pronto, nos dimos cuenta, que Tina Turner era su cantante favorita...
Pregunta: Con lo que al final, con esa marioneta, le hacéis un pequeño homenaje...
Rebeca Valls: Sí... para nosotras, también es el símbolo de una mujer potente; entonces, decidimos juntar el parto con el movimiento de la marioneta que hacemos al final, con la canción de homenaje a la autora y también a Tina Turner... y hacemos un minishow que es muy chulo...
Pregunta: Y muy bonito, porque esa marioneta está hecha con flores, como las que os “enviáis” cada una al final de cada monólogo...
Rebeca Valls: Sí, es como si al principio Eva Ensler, la autora, está fragmentada y de todas las mujeres que ha entrevistado y de todas las vaginas que ha conocido, de pronto, se vuelve una, y se construye a sí misma a partir de todas y cada una de las mujeres, es como una terapia para las demás y también para ella misma... se encuentra y se reconoce como mujer...
Pregunta: Y supongo también, que esa maleta roja que está presente en el escenario es el símbolo del viaje...
Rebeca Valls: Claro, es el viaje y es ella. Eva Ensler siempre lleva, en unas entrevistas que hemos visto, siempre una chaqueta de cuero roja; entonces, en lugar de incluir la chaqueta, que era un poco raro... como elemento rojo, quisimos incluir la maleta... y es un poco el viaje que ella tiene, donde va metiendo todas sus experiencias, que son vaginas, corazones, flores...
Sofía Basalo.
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