viernes, 15 de julio de 2011

... CELIA NADAL (Febrero 2011)



Hace más de diez años, Carlos Sobera y Angels Gonyalons estrenaron en el Teatro Infanta Isabel “Palabras encadenadas”; obra de Jordi Galcerán que en 1995 recibió el XX Premio Born de Teatre y en 1996 el Premio de la Crítica Serra D’or a la mejor obra en lengua catalana. Hace dos años, los miembros de la compañía de teatro La Ruta, eligieron este ingenioso texto para celebrar su décimo aniversario. En enero de 2011 este nuevo montaje ha llegado a Madrid, interpretado por Celia Nadal y Javier Manzaneda, bajo la dirección de Juan Pedro Campoy. Hemos charlado con Celia Nadal, una mujer llena de energía y pasión por el teatro que da vida a Laura en este nuevo e íntimo montaje:


Pregunta: ¿Qué verdad busca Laura?

Celia Nadal: Lo primero y ante todo, Laura busca salvar la vida, porque la historia comienza en un sótano en el que Laura está secuestrada por Ramón; con lo que su objetivo principal es salvar la vida. A partir de ese momento, cuando se empieza a desvelar que esos dos personajes han tenido una relación anterior, Laura se empeña en buscar por qué hubo tanta mentira, tanto engaño y tanta miseria... Ramón, por su parte, lo mismo, claro.

Pregunta: “Palabras encadenadas” es una obra muy intensa que reflexiona sobre la falta de emociones básicas como la bondad, la lealtad, el amor... Unas emociones que tal vez hoy en día echamos en falta...

Celia Nadal: Sí, mira la verdad es que todos tenemos una reflexión que nos hacemos como actores y que nos hicimos en su momento en el proceso de ensayos. Todos tenemos una parte diabólica, enfermiza, llena de trapos sucios, de zonas negras... y Tenemos también una parte maravillosa, luminosa, donde están todos los valores que has dicho... En esta función, lo magistral del texto es que se pone todo sobre la mesa. Aparece todo, lo que nos une y lo que nos distancia; lo que nos hace amarnos y lo que nos hace odiarnos hasta intentar matar al otro... En ese sentido, el texto es fabuloso... está más que premiado y con razón...

Pregunta: El trabajo para dar vida e interiorizar esos personajes, ha debido de ser más que arduo... No sólo como actores, sino también como seres humanos, no sé si habréis tenido que escarbar en vosotros mismos, investigar en tantas emociones...

Celia Nadal: Sí, buceas, buceas mucho... lo que pasa es que esto es un privilegio... Es una aventura y cuanto más te expongas tú, más vas a llegar al público, más les vas a hacer disfrutar y encontrarse consigo mismo... A parte de que esta profesión es un lujo, una maravilla... No un lujo en el sentido económico, que todo lo contrario (risas)... Pero es un privilegio, humanamente hablando es un privilegio... Y esta función más todavía... Un bis a bis con tu compañero... Es fabuloso...

Pregunta: Adivinamos en ti una auténtica pasión por el teatro... ¿Quizá es una forma vida, quizá sea algo que sin la pasión que demuestras es complicado hacer?

Celia Nadal: Necesariamente. La verdad es que no corren buenos tiempos para nada, pero para los temas artísticos, menos todavía, porque... claro, siempre hay que priorizar y se empieza por la barriga, es normal... y entonces la cultura se queda como un poquitín rezagada... Pero sí, es lo que has dicho, o te empuja la vocación y la pasión o esto no hay quién lo haga, porque es un porcentaje ínfimo el que consigue vivir por encima de los niveles de dignidad, así pues, hay que amarlo, hay que amarlo para enamorarse cada día, porque si no...

Pregunta: Aún así, diez años con “La Ruta”... ¿Cómo ha sido esa “ruta”, por qué senderos, por qué caminos os ha conducido, apostando siempre por autores contemporáneos y españoles como Antonio Álamo o Ernesto Caballero?

Celia Nadal: Sí, aunque también clásicos... “La Ruta” que es la compañía de Juan Pedro Campoy y además el director de esta función, es una compañía con la que Javier Manzaneda y yo estamos trabajando desde hace montones de años y tratamos de encontrarnos siempre que podemos, porque también, al hilo de lo que hablábamos antes, muchas veces te encuentras con la necesidad de compaginar varios proyectos, de trabajar con varias compañías, de crear la tuya propia... y entonces, Juan Pedro ha luchado contra viento y marea durante los últimos diez años y por fin, le llega el reconocimiento, y es que lo que hace está bien hecho y se lo dicen... Se lo dice el público, se lo dice la crítica... tiene que estar orgulloso y nosotros más, de estar a su lado...

Pregunta: Sois una compañía murciana, ¿Es complicado entrar en Madrid?


Celia Nadal: Sí lo es... Es complicado con una compañía madrileña, imagínate con una compañía murciana... Es muy difícil porque hay muchísima oferta, hay mucha gente que adora este trabajo y que se deja la piel... Pero creo que es una cuestión de persistir... Nosotros en general, las compañías independientes, tenemos la visión de que las funciones tienen como dos añitos de vida, y sin embargo fíjate, con “Palabras encadenadas” llevamos dos años luchando para poder hacerla y a los dos años empieza a vivir, en un teatro, en el centro de Madrid y con razón...

Pregunta: Comentas que hay mucha demanda, mucho amor por esta profesión, pero ¿no creéis que priman otras cosas en la sociedad y en el teatro como espejo de esa sociedad?...


Celia Nadal: Creo que hay tantísima oferta... hay demanda de teatro, pero hay muchísima más oferta que demanda de teatro, desde mi punto de vista... Y creo que las compañías o los profesionales del tema, cuando vemos claro que deseamos hacer una cosa, nos lanzamos a hacerlo aunque nos vayamos a arruinar... El resultado es que al final, el sesenta o setenta por ciento, se arruina... Pero te dejas todo, como si te pudieras morir en el intento... Entonces, quizá esto es algo que debíamos todos reflexionar un poquito porque hay veces que compartimos inquietudes con otros y sin embargo no llegamos nunca a unirnos, para decir, “bueno vamos a unirnos porque todos tenemos la misma inquietud...” Ahí queda la reflexión en el aire...

Pregunta: Estimas que en el gremio no hay unión. Algunos intérpretes con los que he charlado, me han comentado eso mismo, que quizá no debería haber tantas compañías pequeñas, sino una mayor que diera cabida a todas...


Celia Nadal: Bueno, una... sería demasiado... Pero sí se hacen intentos de unión temporal de empresas o de coproducciones... y ahora mismo, con este momento de crisis todo el mundo intenta buscar nuevas fórmulas, en las que arriesgando menos, puedas compartir el beneficio con otras compañías... luego también, en realidad, es muy difícil para las compañías independientes luchar con una oferta de mercado en la que hay mucho cabeza de cartel y grandes aparatos... estoy hablando de musicales, o de grandes funciones, que la mayoría son fabulosas, no lo pongo en duda; pero hay otro tipo de teatro, entonces acostumbrar al público de que hay un teatro de pequeño o mediano formato con mucha calidad, con mucho talento sobre las tablas... y un buen trabajo... hay que acostumbrarlo, hay que educarlo, al fin y al cabo como somos hijos de la televisión y del cine, llama lo grande... pero bueno, hasta ahora, el público que estamos teniendo en el Teatro Nuevo Alcalá es precioso, un público que viene a ver teatro en estado puro y tienen unas caritas que te dan ganas de comértelos a besos...

Pregunta: A ese respecto también quería comentarte, que el teatro que estáis llevando a cabo ha apostado absolutamente por el actor... ¿no crees que hoy en día se abusa de los elementos accesorios, acostumbrándonos mal, para esconder deficiencias en la materia prima, en la formación del actor, prima más su fama que su formación?

Celia Nadal: Hay muchos fuegos artificiales en esta profesión, lo que pasa es que uno debe saber qué es lo que quiere ver, porque hay veces que se agradecen mucho los fuegos artificiales, hay veces que quieres verlos, y cuanto más dignos sean mejor... y hay otras veces que la gente quiere ver y creo que la sociedad necesita ver actores exponiéndose, desnudos, sin apoyaturas de ninguna clase, completamente expuestos, desvalidos, indefensos, mostrando su forma de encarnar a alguien... y es otro tipo de teatro, entonces si uno lo que quiere ver es teatro, a ver, ver actores, trabajo de interpretación y un texto interesante... tienen que saber dónde van y este tipo de obras son idóneas para eso, creo...

Pregunta: Yo no sé, Celia, si te ha traicionado el subconsciente cuando has dicho “si uno, lo que quiere ver es teatro”... (risas)

Celia: (Risas) ha sido muy feo (risas)...

Pregunta: No sé si me estás siendo muy políticamente correcta (risas)

Celia Nadal: (risas) Mira, realmente te voy a decir una cosa, yo he visto espectáculos enormes y de una calidad excepcional... pero de quedarme con la boca abierta y que se me salten las lágrimas...

Pregunta: ¿Por ejemplo?


Celia Nadal: Por ejemplo vi un musical “La pequeña tienda de los horrores”, majestuoso, fantástico... Me pareció... Genial... He visto otros muchos en España y fuera de España y es que lo cortés no quita lo valiente, ahora sí que es verdad que hay un tipo de teatro del detalle, que ése, es el que queremos rescatar con esta obra...

Pregunta: ¿Teatro del detalle?

Celia Nadal: Sí... Mira esta sala, en la que estamos, la pequeña del Nuevo Alcalá, es idónea, porque tenemos al público tan cerquita que le salpicamos con nuestra adrenalina... reciben todo... el miedo, la risa... Es que hay mucha emoción, es una montaña rusa de emociones, esta función... A veces es casi cine, porque escuchan cada suspiro, ven cada matiz de la cara... Claro, eso a nosotros nos obliga, imagínate, al doscientos por cien... Es un reto...

Pregunta: Desde luego, no sé si ésa es la mayor recompensa del actor... Transmitir la verdad, sobre todo en un texto como éste que está jugando de manera continua con la verdad y la mentira... y las medias verdades que quizá son las más complejas...

Celia Nadal: La verdad es que es un entorno único, para experimentarlo como actriz... La gente va a ver algo que efectivamente está muy trabajado, pero como no estés en el momento de verdad, no llega igual, aparte de que entonces, no lo disfrutas tanto...

Pregunta: Háblame de “Perigallo teatro”...

Celia Nadal: Bueno... lo que te estaba contando antes, de que uno se ve obligado a diversificar y trabajar para varias compañías, Javier y yo hace dos años, creamos nuestra propia compañía, Perigallo Teatro, que es murciana también, y ahí estamos, vamos a ver si podemos mostrar en Madrid nuestra primera producción, que se llama “Háztelo mirar”, pero tendrá que ser cuando tenga que ser, porque ahora mismo estamos con “Palabras encadenadas” y no tenemos tiempo para más... Además “Palabras encadenadas” es nuestro hijo (risas) es nuestro regalito de enero de 2011 y estamos viviendo por y para él...

Pregunta: “Palabras encadenadas” es un viaje de hora y media sumamente intenso. ¿Cómo ha sido el proceso de llegar a ser Laura y el proceso de Javier, para llegar a ser Ramón?

Celia Nadal: Ha sido muy interesante. Javier y yo, se da la circunstancia de que somos pareja en la vida real, lo éramos antes de iniciar este proceso de ensayos y cuando Juan Pedro nos lo propuso, la verdad es que... era un texto que para ensayarlo con tu pareja... hay que estar muy limpios... hay que llegar al ensayo muy limpitos, sin ningún trapo sucio, sin ningún rencor... la verdad es que fue interesantísimo... Hay veces que hacemos funciones, no sabes bien cuál va a ser, pero de repente aparece una obra en tu vida, que te transforma un poquito como persona, que te hace crecer un poco y aunque suene un poco “new age” esto que estoy diciendo, te aseguro que es verdad. Hay algo que o creces o puede contigo... y esto ha pasado aquí... Imagínate, yo agradecida porque al final lo más importante eres tú como persona, más que el éxito... entonces, ha sido un regalo, un auténtico regalo.

Pregunta: Viendo el cartel, el dibujo que incluís en él, da la sensación de ser una de esas manchas de psicología...

Celia Nadal: Sí, las manchas de Rochard... Sí, parece eso, son un hombre y una mujer, si ves el cartel de lejos, hay gente que nos ha preguntado si era una vagina enorme... hay gente para todo con este tema de las manchas... Es que hay mucha ambigüedad en esta obra, cuando empieza la función odias a uno de los personajes y amas al otro y a mitad de la función estás amando al que odiabas y odiando al que amabas... y cuando termina la función no sabes a quién amar ni a quién odiar...

Pregunta: La comedia es complicada por el peligro de traspasar esa línea invisible que convierte lo hilarante en vulgar, pero en una obra como ésta, un texto tan intenso y violento, tan ambiguo también hay una ligera línea, invisible, también que no debéis atravesar...

Celia Nadal: Sí, lo que tienes que tener es un director... los actores muchas veces tenemos la costumbre de que cuando estamos a gustito, nos vendemos a la comedia... no cruzamos la línea, la pasamos, volvemos a ella, la pisamos y la destrozamos.... Entonces teniendo un director, en este caso Juan Pedro Campoy, muy fino... la verdad es que ha trabajado con nosotros de una forma muy inteligente, creo yo, y ha conseguido que toda la tensión que se genera al principio de la obra, la gente desengrase al final y libere esa tensión... Y ha conseguido que el público se ría, se carcajee y nunca llegar a grosería, aunque sí a lo sórdido, pero no a lo grosero...

Pregunta: Eres una actriz con una trayectoria muy extensa, has trabajado con grandes directores... ¿Cuánto tiempo llevas en esta profesión?

Celia Nadal: Si yo te contara... te voy a decir que antes me dedicaba a otra cosa que en principio no tenía nada que ver y fue con 26 años, cuando empecé a hacer teatro, me enamoré del teatro y no pude dejar de hacerlo. Me formé en Murcia, pero antes yo era psicóloga, trabajaba en un gabinete y lo que pasa es que... esto, como lo pruebes y sea lo tuyo... imposible, te tiene que dejar el teatro a ti, porque tú no puedes hacerlo...

Pregunta: ¿Qué fue lo que te enamoró?

Celia Nadal: Creo que fue el sentido lúdico del teatro. Te pones a hacer teatro, pero te hablo del proceso de ensayos que es lo que más me gusta, mucho más que las representaciones, y es una sensación de que está permitido hacer el ridículo, pero no sólo eso, sino que es recomendable... Tienes que probar absolutamente todo lo que se te ocurra, lo único que tienes que hacer es no traspasar la barrera del respeto al otro, de escucharlo, entonces era como... ¡Madre mía se puede dedicar uno a jugar profesionalmente!... y a mí eso me enganchó, no sé si porque era una inmadura o por qué, pero me enganchó eso...

Pregunta: Quizá necesitemos abandonarnos un poco... perder ese sentido del ridículo, tan ridículo... quizá estamos demasiado atrapados...


Celia Nadal: Yo creo que sí, luego además cuando ya te dedicas a esto profesionalmente y pasan los años, entonces, te das cuenta de que hay otras cosas que quieres asumir, como una responsabilidad social, qué quiero poner en el mundo, qué quiero contar, qué quiero aportar, cuál va a ser mi granito de arena culturalmente... entonces, como empieces a pensar en eso, es que ya estás ahí para siempre... (risas)

Pregunta: Cuando te hiciste esa pregunta ¿Qué te respondiste?... Cuando te preguntaste qué querías contar ¿Qué te respondiste?

Celia Nadal: Cuando montamos nuestra compañía Javi y yo, decidimos que queríamos aportar un poquito de luz, o sea, lo que hiciéramos por mucha denuncia que hubiera... que al final la gente se fuera con un poquito de luz en la cara, de ilusión, de esperanza... y luego como tienes que trabajar para muchas compañías y muy diferentes, al final entiendes que esta profesión te enseña algo precioso y es que tienes que servir a la idea de otro que es el director... y esto es un “trabajazo” de humildad que te mueres... Si tienes “ego” has de dejarlo en casa, porque tienes que servir a la idea de alguien y al texto de alguien... Entonces, es un trabajo precioso que a la larga nos hace grandes y luego con tu propia compañía, con tus propios proyectos, dices, “vale, voy a servir a mi idea; voy a hablar de lo que quiero hablar”... Pero claro te lo tienes que poder permitir, que los tiempos que corren, tampoco te lo permiten mucho...

Sofía Basalo. (emitida en Esradio Madrid 2 y publicada en www.noticiasteatrales.es)

No hay comentarios: