sábado, 16 de abril de 2011

... MIGUEL DEL ARCO ( Septiembre 2010)


Miguel del Arco ha sido el artífice del proyecto con el que el 20 de junio se ha conmemorado un año más el día mundial del refugiado. Estrella Galán recurrió a nuestro interlocutor porque quería algo distinto, algo que distinguiera este hecho de todos los “días mundiales” que se conmemoran a lo largo del año. No sólo lo ha logrado, sino que “El Proyecto Youkali” se ha convertido en un importante título por su texto, por la realidad que nos ayuda a conocer y por el grado de compromiso que sobre el escenario de la segunda sala de Las Naves del Español aglutina. Son posibles lugares como Youkali, es posible la utopía. Hemos charlado con Miguel del Arco, quien junto a Aitor Tejada nos regaló uno de los mejores montajes teatrales de la pasada temporada “La función por hacer”:

Pregunta: ¿Hasta qué punto somos libres. Hasta qué punto un Estado de Derecho puede garantizarnos la libertad?

Miguel del Arco: Eso no lo sé, es más, no sé cómo responder. Si te paras a analizarlo, la verdad es que da mucho miedo porque estamos condicionados. No somos libres de decidir casi nada... Por estructura de sociedad, por estructura mental y por muchas más estructuras; lo realmente pernicioso es que normalizamos una serie de comportamientos que creemos que son lo habitual y vivimos de espaldas al dolor de otros seres humanos que no están tan lejos de nosotros... La libertad es bastante subjetiva...

Pregunta: En “El proyecto Youkali” creo que hacéis una fuerte crítica hacia los Estados de Derecho, que afirman ser solidarios y practican esa solidaridad enmascarando una gran hipocresía...


Miguel del Arco: Exacto, y a eso me refiero cuando hablo de “normalización” en la vida cotidiana; de hecho en los ensayos hablábamos sobre la controversia que se produjo cuando gente del PSOE fue a Cuba y todo el mundo se llevó las manos a la cabeza diciendo que cómo podían ir allí, que estaban apoyando a una dictadura y demás; y sin embargo, no se dijo nada del coincidente viaje de Estado de Zapatero a China... entonces ¿de qué estamos hablando?... ¿Todo lo que sucede en China se puede permitir porque es una gran potencia económica?... Y fíjate, no leí ninguna carta al director ni ningún editorial contra ese viaje, ningún político dijo nada, ningún periodista arremetió contra ese viaje... Es algo absolutamente hipócrita, pero está aceptado como algo normal. Hay unas relaciones económicas muy fuertes, por lo que esto se pasa por alto, como ocurrió en las olimpiadas... Me parece que vivimos inmersos en algo... y creo que todo esto marca de algún modo la política que se practica...

Pregunta: Incluso, en lugar de hablar de “racismo” deberíamos hablar de “clasismo” ¿no?

Miguel del Arco: Totalmente. Te vuelvo a remitir a los titulares aparecidos hace poco; llegan los refugiados que han venido de Cuba y como le viene bien al gobierno ponerlos de manifiesto y decir que se solidariza con ellos, llegan ya casi con el estatuto de refugiado bajo el brazo; cuando ese mismo gobierno, rechaza casi al 95% de las solicitudes que se presentan, repito el 95%... Sé que este montaje ha levantado algunas ampollas en el ministerio y afirman que estamos poniendo de manifiesto que hacen mal su trabajo... Pero, nosotros no estamos diciendo nada, simplemente estamos sacando a la palestra una realidad y del modo que les gusta, con estadísticas. Y esta estadística es vigente en la actualidad: El 95% de las solicitudes que se presentan, son rechazadas, no es algo subjetivo con lo que yo haya jugado. Es un dato objetivo y por cierto, bastante curioso.

Pregunta: ¿Cómo surge este proyecto?

Miguel del Arco: Surgió para celebrar el 20 de junio, el día mundial del refugiado; entonces Estrella Galán que es la coordinadora territorial de CEAR, la Coordinadora Española de Ayuda al Refugiado, con la que mantengo una gran amistad, me pidió hacer algo diferente; no quería hacer otra vez una gala con un músico, con un manifiesto... porque al fin y al cabo hay tantos días mundiales, que podemos llegar a confundirnos... Y ella creía que ésta era una realidad muy desconocida; con lo que empezamos a hablar y poco a poco fue tomando forma “El proyecto Youkali” lo que pasa es que era una cosa complicada porque a todos los efectos era poner en pie una función y nosotros no teníamos ni presupuesto ni nada, así que a partir de ahí comenzamos a pedir favores y afortunadamente los dos tenemos muy buenos amigos y tenemos mucha capacidad de convencer... También la causa lo merecía y el texto le gustaba a la gente... por lo que se fueron sumando profesionales de primera línea... Así el proceso fue cogiendo forma. En un principio pensamos que el proyecto se hacía para un día, que fue cuando el Teatro Español nos cedió El Matadero para ponerlo en pie, pero lo vio Mario Gas, le pareció que aquello no podía ser flor de un día, que debíamos tener más recorrido y que le apetecía que lo tuviese su teatro y nos abrió las puertas del Español y hemos inaugurado la temporada y la sala.

Pregunta: Creo que en el elenco no sólo hay actores profesionales, sino también refugiados...

Miguel del Arco: Sí es una de esas coincidencias felices que surgió cuando empecé a preguntar y conocía a nadie procedente de África y quería que hubiese alguien representando a ese continente, porque desgraciadamente es el granero de refugiados... y preguntando a gente y empezando a lanzar anzuelos para ver por dónde podíamos tirar, un compañero me dijo que porqué no recurría a un actor con el que él estaba trabajando que además de ser profesional es refugiado y por eso conocí a Donat Mbuyi venido de La República (mal llamada) Democrática del Congo, que tuvo que salir después de haber estado en la cárcel, dejando allí a su mujer y a su hija de diez años... y Aquí está, y es una de esas personas que tras haber pasado por la cárcel y viendo su vida en claro peligro, su solicitud fue rechazada; actualmente se encuentra con un permiso de residencia que obtuvo “in extremis” y así está, pero él no tiene el estatuto de asilo.

Pregunta: Comentas que se trata de una realidad desconocida; tal vez cuando vemos a un inmigrante no nos paramos a pensar porqué está aquí, cuál es su causa y los catalogamos de una única manera y como decías anteriormente nos hemos acostumbrado y lo peor de todo es que no nos importa ni nos preocupa...

Miguel del Arco: Sí y yo el primero. Para mí ha sido una realidad que ha cambiado al paso que íbamos poniendo en pie la obra; Yo no era una persona realmente concienciada a ese respecto, es decir, conocía un poco la situación pero tampoco era extenso, de hecho, he hecho ese camino a la par que el espectáculo. A la conclusión a la que llegas siempre es que la gente que se marcha de su país, que deja sus referentes, su educación, su familia, sus amigos... eso no se elige por vocación, se opta por ello porque su situación económica es acuciante o porque estás aplastado por una dictadura o porque no te dejan expresarte en libertad o porque no te dejan amar en libertad, porque la homosexualidad está muy perseguida e incluso penadas mortalmente en muchos países, con lo que, tienes que renunciar a tu naturaleza o comportarte de una forma que no tiene nada que ver con tu vida... entonces, esta gente nunca elige libremente marcharse de su país... por eso los cuatro testimonios terminan todos diciendo que no querían venir a este país, porque no hay una vocación de venir aquí, si ellos pudieran haber hecho su vida donde tenían a toda la gente que han querido, donde tenían sus referencias, lo hubieran hecho... y luego la realidad que se desconoce fundamentalmente, porque sí se conoce que viene mucha gente, pero la realidad de poner en pie una vida una vez que ya estás aquí, habiendo renunciado a todo y sabiendo que no vas a poder volver nunca más a tu país, y a ver a tus seres queridos es de una dureza extrema... para mí al menos es inimaginable...

Pregunta: He leído algún comentario donde se expone la falta del argumento del país que no permite la permanencia de estas personas, el país de origen de estas cuatro voces...

Miguel del Arco: Yo también lo he leído, y lo admito; admito las críticas porque es algo muy subjetivo... pero me extraña que alguien necesite...

Pregunta: El llamado “conflicto”...

Miguel del Arco: Ya, pero el “conflicto”... no sé, alguien que me está diciendo que no tengo libertad para amar a quien me dé la gana... Es que es un argumento que no quiero escuchar, es decir, ese argumento no puede existir... Puede haber muchas opiniones al respecto, pero es que estás haciendo tu trabajo... es que los cuatro casos que El Proyecto Youkali plantea son reales, entonces qué argumentos se pueden plantear, qué explicación posible hay para decir que te voy a encarcelar porque estás enamorada de una mujer o viceversa... Es un argumento que no tiene cabida, que no puede ser, hay que denunciarlo sea como sea y perseguirlo esté donde esté, no hay explicación posible, está mal y punto. Es que estás cercenando libertades tan básicas, tan principales... Nos podemos pelear si vamos a prohibir el tabaco en un determinado lugar, pero no estamos hablando de estas cosas, eso me parece una minucia y puede haber debate al respecto, pero cómo opinar en estos casos, en el caso de una mujer que ha sido sometida a malos tratos, una vejación tras otra, una violación tras otra, que va a denunciarlo a la policía y que por las relaciones de su marido, maltratador y violador, con el ejército es machacada, es expulsada, desprovista de su clínica... O la jueza, que intenta hacer su trabajo y es perseguida sistemáticamente por un señor en connivencia con la justicia o injusticia de su país y no puede sacar adelante ese trabajo y tiene que marcharse de su país porque si no lo hace la matan... No sé, si alguien necesita tener un argumento... Es como si le pidiéramos a Hitler la razón por la que mató a miles de judíos... Me parece que no ha lugar.

Pregunta: Sobre todo, cuando en este país, no hace tanto pasaba más o menos lo mismo y muchos españoles fueron también refugiados...


Miguel del Arco: Exactamente. De ello hablamos mucho Estrella y yo, sobre la idea de... también nos han criticado mucho por la inverosimilitud del final, de que se diera la vuelta y el que estaba sentado presentando el programa en un país que en un principio es libre, se dé la vuelta y por los cambios políticos ese país deje de ser todo lo libre que era y puedan empezar a pasar cosas como las que pasan en las dictaduras... Y a mí me hacía mucha gracia eso de pensar que la gente no lo creyese o lo considerase imposible... cuando, como dices, hace cuarenta años vivíamos en una dictadura... Ha sido muy emocionante encontrarme con personas que han venido a ver la función, que han pasado por lo mismo, que han estado perseguidas... que en un primer momento pensaban que no podía ser posible, que de repente se encontraron presas, sin libertades, sin derechos... Y fue exactamente lo que ocurrió con Hitler, en Alemania se vivía feliz, y ellos pensaban que este señor les iba a solucionar la vida, y de repente se dieron cuenta y cuando se despertaron se dieron cuenta de lo que habían hecho, de lo que había ocurrido... cómo habían llegado al infierno.

Pregunta: Formas parte de la productora “Kamikaze” tenéis muy pocos años de vida ¿verdad?

Miguel del Arco: Sí, empezamos haciendo cortometrajes. Aitor Tejada y yo (los dos formamos esta productoras) éramos actores y hemos devenido él en productor y yo en director, nos vamos dividiendo las tareas y la verdad, formamos un tándem perfecto. Poco después dimos un paso más, comenzamos a producir e hicimos “La función por hacer”, nuestra primera producción. La verdad es que nos ha cambiado la vida radicalmente, a partir de ahí estamos haciendo un montón de proyectos y la verdad es que estamos muy contentos.

Pregunta: Sin duda uno de los mejores títulos de la pasada temporada. Creo que tardasteis cuatro años en poder hacerla realidad...

Miguel del Arco: Sí, lo de siempre, hay una parte romántica... todo el mundo quiere hacer cosas diferentes, pero claro, también, todo el mundo quiere cobrar, y como era una cosa en la que teníamos que decir, mira no tenemos dinero vamos a intentar sacar esto, si llegamos a buen puerto bien, sino, mala suerte... Fue duro... En ese momento no pudo ser porque el elenco estaba muy ocupado y nos resultaba difícil juntarnos, lo dejamos reposar y cuando salió, lo volvimos a intentar, tuvimos la suerte de encontrar un elenco absolutamente comprometido y feliz, porque es un elenco feliz, lo fue desde el principio y de ahí surgió todo. Luego fue relativamente fácil porque aunque tuvimos que esperar y no teníamos ningún tipo de apoyo de sitios donde pudiésemos estrenarlo ni nada, vino todo rodado... la gente se entusiasmó desde el primer momento con este texto, las tres primeras funciones que hicimos en la sala de ensayo fue un rotundo éxito, ahí ya estuvo Ayanta Barili, lo vio, nos propuso el Lara, luego fue Barcelona, la gira, estamos llenos de bolos... tenemos otra producción con el mismo elenco para el Teatro de la Abadía... ha sido un año realmente feliz.

Pregunta: ¿Es difícil encontrar profesionales, compañeros con esa capacidad de compromiso?

Miguel del Arco: Yo te tengo que decir que no, porque en estas dos últimas experiencias hemos tenido mucha suerte... hemos ensayado a deshoras, han estado siempre a plena disposición, hemos contado con un equipo de treinta personas que se dice pronto y de ellos hay gente que pertenece al teatro amateur, otros que no son actores, pero luego hay actores de primera línea y no te quiero ni contar el equipo técnico, Juanjo Llorens, Álvaro Luna... gente que está haciendo los montajes que se pueden ver en los teatros nacionales... y sin embargo, les dije que no tenía dinero, que no pensaba pagarles y que además tenían que trabajar mucho... y aún así, aceptaron sin problema alguno... no tuve que explicar más cosas, el texto les gustaba, la causa era más que justa (en “El Proyecto Youkali”)... yo creo que cuando tienes las ideas claras... Por otro lado, ya nos conocen y saben que somos serios y que las cosas nos gusta hacerlas bien, esto es importante, porque la gente lo que quiere es trabajar y hacerlo a gusto, no quiere perder el tiempo... y para eso Aitor es una garantía total.

Pregunta: Nos hablabas de otro proyecto en el Teatro de la Abadía...

Miguel del Arco: Sí, son “Los veraneantes”. Aún estamos dándole forma al montaje, vamos a partir del texto de Gorki, para dislocarlo... vamos a trasponer la acción de principios del siglo XX a principios del siglo XXI y de Rusia nos vamos a venir a España...nos gustaban estos personajes encerrados en un paraíso supuesto, donde han ido todos a disfrutar, a relajarse y cómo comienza a aparecer esa incapacidad para ser feliz aunque todo el mundo lo intente de una manera compulsiva... nos apetecía hablar de ello... Así que hemos cogido la historia y ahora mismo estamos dando forma al texto final. Comenzaremos a ensayar a finales de febrero para estrenar el 13 de abril en La Abadía.

Pregunta: ¿Qué necesitaríamos para crear un lugar como Youkali?

Miguel del Arco: El otro día hablaba con compañeros, con Estrella... hablábamos de las utopías, que tiene mucho que ver con lo que estamos manejando en “Los veraneantes” donde se dice que las utopías comienzan por las cosas más cercanas, es decir que hay que pensar a lo grande para que los sueños sean provechosos... y decíamos que realmente hemos construido un Youkali, que el Proyecto Youkali al final se ha construido porque pensar en dar forma a este proyecto, con un texto escrito Ad Hoc y demás... la cosa parecía bastante peregrina, la verdad... porque yo estaba muy ocupado con un montón de cosas... si hacer una función con la que piensas tener un rendimiento económico es difícil, imagínate ésta, donde el esfuerzo es exactamente igual nada más que para hacerlo un día... me parecía muy difícil, la verdad... y lo hemos logrado, lo hemos construido, así que “Los Youkalis” son posibles, todo es posible... creo que gran parte de los problemas de nuestra sociedad actual viene porque hemos renunciado a la idea de la utopía, de las cosas que nos mueven... Si metes la palabra “utopía” en el google encuentras más nombres de tiendas y marcas de ropa que realmente lo que significa... es bastante gráfico ¿no?

Sofía Basalo.

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