sábado, 30 de abril de 2011

... AMPARO PAMPLONA (Enero 2011)



Tras el rotundo éxito obtenido la pasada temporada, la obra de Margarita Sánchez, dirigida por Amelia Ochandiano, “Mi mapa de Madrid”, regresa a la cartelera madrileña, por la puerta grande. El 13 de enero se estrenaba en la Sala de La Princesa del María Guerrero. Días antes charlábamos Amparo Pamplona; ella es Luisa, madura costurera, obligada a comercializar su Don adivinatorio, tras tener que cerrar su negocio ante la competencia absoluta de los chinos; Luisa, como todos los personajes de esta obra, intenta superar las circunstancias adversas de la cotidianidad; de ello hemos podido charlar con la veterana actriz:

Pregunta: Margarita Sánchez, autora de “Mi mapa de Madrid” escribe: “Todavía quedan fuerzas para elevar a lo eterno, unas gotas del momento”. ¿Quizá esta obra está compuesta por una inmensidad de gotas?

Amparo Pamplona: Qué bonito... Realmente esta frase refleja mucho lo que es “Mi mapa de Madrid”. Son gotas de gente que intenta sobrevivir y que intenta salir adelante y que intenta ver una luz, cuando el panorama está un poco turbio... Todo esto contado en un tono de comedia, con gotas de humor negro... Digamos que “Mi mapa de Madrid” es una mezcla entre Arniches, un poco de Valle y un bastante de Azcona y Berlanga.

Pregunta: Supongo que es un éxito rotundo volver a estrenar en la Sala de la Princesa, tras haber pasado por una sala de las mal llamadas “alternativas”...

Amparo Pamplona: Sí. Lo cierto es que esto se hizo durante unos días determinados porque sabes que hay una fecha de inicio y de término, casi siempre, y esta sala tenía unos compromisos posteriores... por eso tuvimos que terminar “Mi mapa de Madrid” y acabamos con la sala llena, con la gente de pie aplaudiendo y con una lista de espera considerable, por si alguna entrada fallaba... creo, incluso, que hubo hasta reventa... fue un bombazo muy satisfactorio para todos nosotros que nos habíamos esforzado tanto.

Pregunta: Supongo que es una obra tan llena de verdad cotidiana que el público llega a verse fácilmente en la piel de todos y cada uno de los personajes... Más aún en los tiempos que corren...


Amparo Pamplona: Efectivamente. Digamos que el espectador cuando entra a ver “Mi mapa de Madrid” entra como espectador, pero a los pocos minutos se siente como un personaje más, porque es todo muy verdad. Son personajes muy nuestros, muy madrileños, muy típicos, muy castizos, pero digamos que también se pueden extrapolar a otros personajes de otras ciudades españolas; de hecho hemos estado en el festival de Alicante y allí también gustó muchísimo, porque es gente humana. Son supervivientes, gente que intenta salir adelante, que las ciudades están cambiando a un ritmo vertiginoso, que les tira las casas, que, por ejemplo, mi personaje tiene que reciclarse porque era costurera y como han llegado los chinos, le han quitado clientela porque ellos trabajan más barato... y la pobre, dice, “como tengo un Don me voy a dedicar a adivinar” y se pone a hacer de pitonisa... cada uno intenta salir por donde buenamente puede... A otro personaje, le tiran la casa, tiene que vender el bar, se marcha al pueblo y descubre que quiere volver a su Madrid... todos estos son personajes e historias muy cotidianas...

Pregunta: Y sobretodo valientes. No me negarás que Luisa, tu personaje, no demuestra una gran valentía al empezar de cero y con una profesión tan distinta...

Amparo Pamplona: Sí... y con una edad avanzada, porque Luisa es bastante talludita y sin embargo... Pero quién no ha hecho cosas de éstas. Estamos cansados de ver a compañeros nuestros que te dicen “yo iba para esto, pero al final me echaron del trabajo y he montado un negocio...” A la fuerza ahorcan, dice el refrán ¿no?

Pregunta: ¿Cómo surge la oportunidad de hacer “Mi mapa de Madrid” y dar vida a Luisa?

Amparo Pamplona: De repente un día me llamaron, me preguntaron si me apetecía involucrarme en esta aventura, me enviaron por correo electrónico el texto, me pareció divertidísimo, interesante y un desafío para mí como profesional, porque es un personaje muy distinto a todos los que suelo hacer en teatro... También me apetecía conocer a Amelia Ochandiano, no había coincidido con ella, que es nuestra directora. Está siendo toda una experiencia, es muy exigente y te obliga a ponerte las pilas continuamente, a no conformarte con lo que estás haciendo, porque siempre hay un “más mejor”, digamos... Y esto es siempre es positivo, para los profesionales que nos sentimos auténticos vocacionales, cuando nos gusta el teatro de verdad; luego también me gusta mucho toda la gente de la compañía que voy a citar, porque me encantan; está Saturna Barrio, Estrella Blanco, Ángel Burgos, Roberto Cairo que se ha incorporado ahora, hemos tenido una sustitución, José Luis Gago y Pablo Viña. Es una gente joven de edad y joven de espíritu y siempre es bueno este baño de juventud.

Pregunta: Creo que la juventud de espíritu es la más importante. Tú tienes una extensa carrera y estás hablando de este proyecto con un entusiasmo contagioso...

Amparo Pamplona: Yo tengo la suerte de considerarme novata siempre. Hace cuarenta años que salí de la escuela de arte dramático y para mí he salido la semana pasada, con sus pros y sus contras. Los pros, es este entusiasmo que quieras o no vuelcas en escena; los contras, digamos que lo mal que me siento antes del estreno, porque me inundan los nervios, las inseguridades, ¿Estaré bien, estaré mal. Me creerá la gente. Interesará lo que estoy haciendo? Pero bueno, todo esto... Mira esta mañana he estado con un grupo de actrices que estrenan en esta semana... María Luisa Merlo, Amparo Larrañaga, Natalia Dicenta... y estábamos todas como un flan... había una especie de carga eléctrica positiva... nos contagiábamos todas nuestros nervios y nuestros buenos deseos... esto es muy bonito.

Pregunta: Has comentado que “hace nada” saliste de la escuela de arte dramático, pero también estudiaste solfeo, canto, danza...

Amparo Pamplona: Todo eso, sí señora y ballet... estas cosas en mi época siempre se estudiaban... Pero ojo, me preparé todo esto antes de saber si iba a ser o no actriz, porque yo iba para locutora; porque tenía una bonita voz, he sido muy mala estudiante y me metieron en la escuela de arte dramático... para enseñarme a pronunciar, para hablar bien y después entrar en Radio Nacional o en cualquiera de las emisoras importantísimas que existían y de repente, un día, me encontré con Manuel Dicenta, que fue mi profesor maravilloso... tuve a Mercedes Prendes... a unos actores de la época que han creado época, también... y mi padre que era periodista, estaba en Radio Nacional en Diarios Hablados, y se encontró con Dicenta, que iba al cuadro de actores y le dijo “hombre usted es el profesor de mi hija” y el respondió, “cómo se llama su hija” mi padre le dijo mi nombre y siguió “hombre, su hija, es mi alumna favorita, puede ser una estupenda actriz” y fue entonces cuando mi padre empezó a creer en mí, ya llegó a casa con otra cara, ya me miraban como si fuese a servir para algo....

Pregunta: Toda una suerte, sobre todo en aquella época...


Amparo Pamplona: Ya te digo (risas) a mi abuelita le sentó muy mal (risas) porque entonces la fama de las actrices, era un poco... ahora ya se nos ha quitado la fama, porque como todo el mundo es todo... pues eso nos relaja...

Pregunta: También eres actriz de doblaje...

Amparo Pamplona: Sí, he estado durante muchísimos años... hice una larguísima pausa cuando tuve a mis hija y trabajé únicamente en doblaje; ciertamente es un medio con el que me siento muy unida y muy a gusto también. He tenido unos compañeros maravillosos, he hecho trabajos interesantes y luego la vida me devolvió al teatro y aquí sigo... y me excuso decirte que también he sido muy conocida por hacer televisión, cuando era en blanco y negro, cuando iban los diplodocus por ahí (risas)

Pregunta: Creí que ibas a decir, “cuando se hacía buena televisión”...

Amparo Pamplona: Bueno, se hacían cosas interesantes, ahora también se hace buena televisión, no toda, pero también la hay. No hay que despreciar, porque hay series que son interesantes. Estamos viendo a actores que no son muy populares y dan una lección a muchos que sí lo son. Me gusta ver las series españolas y de vez en cuando me sorprenden actores, no porque los que yo conozco no sean buenos, que no es así, porque los hay de todo tipo, pero de repente descubres a un actor o a una actriz que son buenísimos y te preguntas “¿Dónde estaban metidos?”... Y hacen trabajos estupendos... No hay que generalizar. Hay basura y hay no basura, depende de lo que se elija... Aunque lo cierto es que era muy didáctico que la gente supiera que “La moza del cántaro” la había escrito Lope de Vega, que “Los Autos Sacramentales” eran de Calderón... Esto es lo que falla hoy día...

Pregunta: La cultura...

Amparo Pamplona: Efectivamente. Esto se aprendía en el colegio y luego tenías la oportunidad de ver el texto y ver en qué consistían las historias; esto ahora mismo falta... esperemos que vuelva, a ver si hay suerte.

Pregunta: Los Estudios Uno...

Amparo Pamplona: Sí, el otro día dieron el primero, van a hacer unos cuantos. A ver si gustan y a ver si tienen audiencia y podemos continuar con esta dinámica.

Pregunta: También eres profesora...

Amparo Pamplona: Sí, he dado y sigo dando bastantes cursos de proyección de voz, de pronunciación, de todas estas cosas, para que la gente no se estropee demasiado la voz con gritos indebidos...

Pregunta: E innecesarios...

Amparo Pamplona: Sí, a veces innecesarios, porque en contra... yo se lo digo a mi hija. Los nuevos actores y algunos de los actores no tan nuevos piensan que lo idóneo es que te pongas a llorar y te salgan las lágrimas y eso yo lo encuentro muy fácil... lo difícil es que llores, te salgan las lágrimas, se te ponga un nudo en la garganta y que la gente te entienda y que al mismo tiempo sepas pronunciar, sepas proyectar y sepas emocionar al espectador de la quinta fila. Lo difícil en teatro es enfadarte bien, hacerlo bien, y poder contener y proyectar y canalizar tu enfado y tu fuerza y tu pronunciación. Creo que es más difícil enfadarte que llorar.

Pregunta: Quizá porque lo primero parte de dentro y va hacia fuera...

Amparo Pamplona: Sí, pero hay compañeros que piensan que llorar es simplemente recordar... Bueno, Stanislavski ha hecho mucho bien y también ha hecho mucho mal, si no se entiende adecuadamente... El enfado es lo que dices, ha de salir hacia fuera, pero es que en la vida real cuando nos enfadamos se nos trabuca la lengua y decimos palabras inconexas a veces y todo esto en el teatro no se puede permitir, entonces, creo que necesita más preparación un buen enfado que un llanto...

Pregunta: Sí, algunos directores comentan que quizá uno de los grandes errores del teatro últimamente es pretender hablar sobre el escenario, tal y como se hace cotidianamente...


Amparo Pamplona: Eso es un error como la copa de un pino. Porque la naturalidad teatral, ahí radica la dificultad, no es la naturalidad cotidiana, ni la naturalidad de televisión ni de cine... Y de hecho hay muchos actores de televisión y muchos actores, magníficos actores de cine, que en teatro pierden los papeles, no dan el mismo juego... ¿por qué? Por que es otro tipo de naturalidad.

Pregunta: ¿Cómo has visto la evolución teatral desde tu amplia perspectiva?

Amparo Pamplona: Ha evolucionado el hábitat. Date cuenta que la primera gira que hice con la compañía de José Tamayo, íbamos a unos teatros que no eran tales... es decir, sí eran teatros pero durante todo el año funcionaban como cines; de repente los cerraban y los habilitaban (lo decimos entrecomillado) para teatro... Y te encontrabas con unos camerinos absolutamente cutres (decir esta palabra es darle demasiada categoría) con un cristal roto, en pleno mes de enero, en Burgos o Soria... oliendo a chamusquina, porque eran cosas que no se utilizaban habitualmente; se ponía la sala de proyección, que luego era el escenario... y hemos pasado unos fríos, unos malos olores... váteres inexistentes... claro, todo esto ya no existe... da gusto... ahora haces una gira y es una maravilla. En cada teatro está todo limpio, todo nuevo, con tu aseo... Todo esto ha cambiado...

Pregunta: ¿La calidad también ha evolucionado positivamente?

Amparo Pamplona: Bueno, el teatro es tan sumamente amplio, digamos que es una síntesis de la propia vida y tan amplio como la vida... entonces, cabe todo. Cabe el experimento, cabe el teatro clásico... y ahora considero que se están montando muchos grandes espectáculos... tal vez la parafernalia se está comiendo lo que es la actuación... el teatro es ante todo un texto y un actor interpretándolo... y un espectador que lo está viendo... ésa es la esencia del teatro; después todo lo que adorne vale, “va abundando en”, beneficiando el espectáculo; lo que a mí no me gusta es que el marco se coma el cuadro. El arte es el cuadro y el marco lo adorna, y aquí muchas veces se está extrapolando todos los términos y se está confundiendo lo que es un concepto con el otro...

Pregunta: Alguien malévolo podría plantear que quizá se haga esto porque la materia prima (el actor) no es de buena calidad... y se intenta suplir esta falta con los accesorios... Quizá no haya excelencia...


Amparo Pamplona: Yo creo que sí hay excelencia. Me veo todo lo habido y por haber, mi hija ya se ríe de mí (risas) y te puedo decir que tenemos un plantel de actores y actrices jóvenes francamente bueno, insisto, no es que sean los más conocidos. Materia buena sí hay. Los hay excelentes y los hay buenos, como siempre, y también los hay malos... ¿directores? Exactamente lo mismo. Los hay buenos, que se fijan en la interpretación del actor y que aman al actor y los hay que directamente dirigen el tráfico... y eso se nota. Muchas veces una mala interpretación no es culpa del compañero, es culpa de que lo han dirigido mal.

Pregunta: Comentas que “no son los actores más conocidos” ¿En la actualidad para subirse al escenario se necesita, se exige, se le da más importancia al hecho de ser conocido, famoso?


Amparo Pamplona: Sí, muchas veces sí. Estamos metidos en una dinámica que para mí es errónea. Es el sistema lo que está funcionando mal. No importa si el actor está bien o mal, lo que importa es que tenga un nombre, ¿por qué? Porque si no... hombre, quizá para un teatro importante, que paguemos tú y yo y el señor bajito de Cuenca, no importa tanto, pero después hay que vender, hay que hacer bolos... y ahí sí, quieren ver a menganito porque lo están viendo en tal sitio, en tal otro... en televisión. Entonces, quizá, se sacrifica lo que es el personaje de teatro que se está interpretando por la venta de ese nombre de menganito o menganita... A mí me parece un error, pero así está funcionando la cosa. “Este cartel no lo conoce nadie, uy no vamos a hacer ni un bolo”... entonces, también se trata de vender, porque esto digámoslo claro, es un negocio.

Pregunta: Y a veces resulta complicado encontrar el equilibrio...

Amparo Pamplona: Sí es complicado... hombre, a veces se encuentra... y a veces, muchas veces, coinciden ambas cosas...

Pregunta: ¿Qué le añadirías al teatro en la actualidad?


Amparo Pamplona: Añadirle... creo que le falta gente que ame de verdad el teatro... en todos los aspectos... hablo desde los programadores, hasta algunos de los grandes capitostes que ahora mismo están manejándonos, que de verdad no aman lo que es el arte dramático... están desviándolo por intereses particulares y va en detrimento de lo que realmente es el teatro... El teatro tendría que estar ahora mismo muchísimo más fomentado, en todos los medios, con muchísima más difusión de la que tiene.... Somos también supervivientes, como los personajes de “Mi mapa de Madrid”... hoy he dicho en una entrevista que me han hecho, que el teatro no morirá nunca porque es un espectáculo que está vivo, que empieza y acaba cada día, que no se puede piratear por internet, pero eternamente estará enfermo, mientras las cosas no cambien... lleva enfermo muchísimo tiempo... pero no han conseguido machacarnos del todo, pero vamos ha habido años que hemos estado a puntito... ahora gracias al cielo, hay un resurgimiento... me gusta muchísimo que, y ya ocurre desde el año pasado, cada vez que voy al teatro, bien es verdad que a veces son estrenos, pero en otras ocasiones, voy días normales y está la sala, sino llena, casi llena... y es un gusto...

Pregunta: El amor por el teatro falta entonces, en quienes rigen nuestros destinos, nuestro día a día ¿no?

Amparo Pamplona: Absolutamente.... Y no hablo ni del PSOE ni del PP... esto lleva ya décadas...

Pregunta: Quizá es el resultado de no considerar al teatro como una forma de cultura...

Amparo Pamplona: Bueno, hemos tenido una ministra de cultura que dijo que el teatro no era cultura, que era espectáculo... No me remito al siglo XIX... y la hemos tenido de ministra de cultura. Ahora tiene otro cargo importante, también, la mujer... y esta señora se permitió el lujo de decir eso... Entonces ya, si partes de esa base, en cuanto tenga media docena de acólitos que piensen lo mismo... vamos apañados...

Sofía Basalo.

(Publicada en www.noticiasteatrales.es y emitida en Esradiomadrid2)

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