sábado, 12 de noviembre de 2011

... REBECA VALLS (Junio 2010)



“Los monólogos de la vagina” han regresado a la cartelera madrileña. Maite Merino les abrió la puerta, permaneciendo con ellos más de nueve años en cuatro teatros madrileños (Alfil, Arlequín, Muñoz Seca y Nuevo Alcalá). Ahora es el Teatro Maravillas el lugar donde el viaje de Eva Ensler toma forma teatral. Con un tono más festivo y más jocoso, Gabriel Olivares ha dirigido esta nueva puesta en escena que interpretan Ruth Núñez, Marta Belenguer y Rebeca Valls. Hemos hablado con ésta última de los monólogos y cómo no, de su aventura teatral lorquiana. La actriz valenciana, como es habitual, nos ha atendido más que amablemente:

Pregunta: Regresan “Los Monólogos de la vagina” pero no son como los recordamos. Gabriel Olivares ha dado una pequeña vuelta de tuerca, esta propuesta es más loca, más hilarante ¿no es así?

Rebeca Valls: Sí, no son monólogos al uso. Es una puesta en escena muy divertida, creo que la gente lo pasa muy bien y las tres (Ruth Núñez, Marta Belenguer y ella misma) hemos congeniado muy bien, somos un equipazo. Es una experiencia muy bonita, con el público y entre nosotras.

Pregunta: Como dices, no son monólogos al uso y aún más, como antes he comentado Gabriel Olivares le ha querido acentuar el carácter teatral y de comedia en la puesta en escena...

Rebeca Valls: Sí, porque Gabriel es un director que trabaja desde lo que tiene, desde el aquí y el ahora; mucho el presente y mucho con los intérpretes... Eso es muy importante, porque ya que hay varios montajes sobre este texto, está bien que cada uno tenga su visión. Ésta es nuestra visión, la de las tres intérpretes y la de Gabriel como director. Hay monólogos dialogados, hay monólogos que se hacen como si fuera una terapia con el público, hay monólogos en los que hacemos homenajes a otros cómicos... hay un poco de todo para variar y todo ello ha surgido desde la improvisación pura y dura. (risas)

Pregunta: Has comentado que habéis aprendido mucho y es que según he leído, antes de iniciar los ensayos sobre el escenario, ha habido dos semanas de intenso trabajo de mesa...

Rebeca Valls: ¡Trabajo de mesa! Que casi diría “trabajo de pie”... porque Gabriel empieza a trabajar en la mesa, empieza a decir “haz esto con este acento”, se emociona, hace que te levantes, te pone delante y comienza a decirte “hazme esta improvisación sobre este personaje que ahora intuyes...” entonces uno pasa por la oficina de producción y es capaz de decirle que pase a ver qué opina... es súper exhibicionista y eso hace que tú te vengas arriba desde el primer día y que investigues a fondo desde el primer día, porque te lo tienes que currar sí o sí... (risas)

Pregunta: Es desde luego un gran examen teatral y artístico, por todo lo que has comentado y porque son muchos los personajes, muchas las caracterizaciones, muchas las distintas vaginas que tenéis que interpretar (risas)

Rebeca Valls: (risas) Sí, vaginas que son mujeres al fin y al cabo... es como contar un poco desde el punto de vista más femenino, cómo vive el tema de su sexualidad, que al fin y al cabo, somos mujeres, somos corazones, somos un sexo y somos un todo...

Pregunta: Como bien dices, sois mujeres... y este es un montaje feminista pero en el buen sentido... ¿es que hay un mal sentido del feminismo?

Rebeca Valls: Yo... creo que sí. No se trata de adoctrinar, ni de dar mensajes, ni de culpar a nadie. A nosotras los hombres nos encantan y están ahí, y vienen muchísimos a vernos y están encantados. Creo que practicamos el buen feminismo, y lo digo así, porque no adoctrinamos, intentamos que la gente aprenda pero desde el sentido del humor, no echamos la culpa a nadie; simplemente hablamos de vaginas y como dice Ruth (Núñez): “no estamos hablando ahora de ellos, estamos hablando de nosotras” entonces, no culpamos a nadie, ni tan siquiera los mencionamos.

Pregunta: ¿Le falta quizá un poquito de sentido del humor al feminismo?


Rebeca Valls: Es que... por un lado creo que sí, pero por otro lo entiendo. Creo que son muchos años en los que la mujer ha estado en silencio, en represión y eso... qué te voy a contar, si acabo de hacer “La casa de Bernarda Alba”... o sea, que... lo he vivido en mis carnes... Creo que ahora mismo la mujer también ha tenido que tomar las riendas y defender esa parte que ha tenido prohibida o en silencio... Y es defender muchas cosas... Nos cuesta reírnos de nosotras mismas, y nos cuesta y de hecho hay menos cómicas que cómicos... Menos mujeres humoristas que hombres humoristas... y creo que todo es por esto... es cuestión de empezar a reírnos de nosotras y eso cuesta, porque nuestra lucha lleva muchos años de atraso.

Pregunta: Quizá además de costarnos, es que nos duele y casi sentimos ese humor como una ofensa...


Rebeca Valls: Sí... debemos relajarnos, porque ya no creo que nos estén ofendiendo y en tal caso, lo vemos nosotras desde dentro... hay que empezar a quitárnoslas desde nosotras mismas, como dice uno de mis personajes, la terapeuta americana, que hace un taller, una mujer que realmente existe y que enseña a las mujeres a encontrar sus orgasmos y a masturbarse. Es una mujer muy especial y dice que tenemos que empezar a encontrar eso nosotras mismas, y nos corresponde a nosotras comenzar a encontrar nuestra sexualidad, nuestros propios orgasmos y nuestra masturbación, para empezar a disfrutar, para encontrar el placer... por eso mismo, nosotras debemos empezar a eliminar la ofensa desde nuestro interior, nosotras mismas...

Pregunta: Quizá también nos han enseñado que todo lo que se refiere a la vagina está prohibido, es malo, es pecado...

Rebeca Valls: ¡Ostras! Es que son muchos años... mi madre mismo, cuando le bajó la regla, la encerraron en casa y le dijeron que no le podían hablar de lo que le estaba pasando porque era una cosa muy mala... ni siquiera se lo explicaron, y a su propio hermano que era menor de ella, le dieron las llaves de casa para salir... entonces... son muchos años en los que no se ha hablado de lo que tenemos ahí, entre las piernas... y encima el órgano está para dentro... como para que enciman no nos hablen, lo que nos faltaba, vamos (risas)

Pregunta: Hablabas del personaje que ha interpretado en “La casa de Bernarda Alba” que dirigió Lluis Pasqual, una aventura, supongo, apasionante...


Rebeca Valls: Hacer “La casa de Bernarda Alba” con Nuria Espert, con Lluis Pasqual y con Rosa María Sardá fue muy bonito... Una lección de maestros que sólo te puede pasar sobre un escenario... es maravilloso vivirlo así, y descubrir un poquito más el mundo lorquiano, que a veces es tan bonito de conocer de la mano de Lluis, que parece que han nacido unidos en algo... no sé en qué... pero han hecho muchas cosas que tienen algo en común, los dos...

Pregunta: Y formar parte de ese dúo...

Rebeca Valls: Sí, sí... y descubrir la Martirio que hice al lado de Nuria (Espert) y Rosa María (Sardá) que me fueron guiando... era muy bonito ir descubriendo poco a poco el mundo de Lorca de su mano y ver cómo trabajaban a nuestro lado... incluso Nuria, se permitió en un ensayo hacer una improvisación donde nos marcaba el terreno que como madre, nos estaba dando un límite, nuestra educación en esa casa... y eso fue muy revelador, mucho... y fue una lección como te he comentado, una lección de estar al lado de Nuria, a la que hemos admirado siempre, y de pronto tenerla como madre, como compañera y como sabia... Es una gran mujer...

Pregunta: Personalmente, creo que uno de los puntos más interesantes de este montaje fue la feminidad, la sensibilidad de Bernarda, frente a la rigidez y vertiente masculina que en casi todas las propuestas hechas se le han otorgado...

Rebeca Valls: Claro, es que dentro de esa rigidez, de esa masculinidad, hay muchas capas escondidas. Esa masculinidad es la capa externa, el rostro que Bernarda ofrece a los de fuera, a los del pueblo, a las vecinas, para lo que es la fachada... y luego, por dentro, hay mucho más... y hay más de una capa, muchas más... y al fin y al cabo somos mujeres... mujeres y familia y madre e hijas... es muy importante...

Pregunta: Volviendo al presente, y éste es “Los monólogos de la vagina”... un cambio de “chip” importante, algo de lo que eres una auténtica experta...

Rebeca Valls: (risas) Sí... para mí, realmente ha sido más difícil “La Martirio” porque el trabajo de “Los Monólogos de la vagina” primero, yo soy mujer, con lo que, de antemano tengo vagina... entonces, eso ya me crea un vínculo muy cercano y por otro lado, Gabriel nos deja crear a nosotras mismas y eso, claro, ya te da una cercanía a todo lo que haces y una soltura... yo me divierto muchísimo cada día que hago la función y salimos las tres... Cuando llegamos, lo hacemos un poco con el bajón del día, del no saber qué va a pasar... pero cuando salimos por la noche al escenario... lo hacemos alegres, eufóricas, orgullosas de ser mujer y de poder compartirlo con un público que se ha conmovido con nosotras, que se ha reído con nosotras...

Pregunta: Algo interesante es la combinación de los diferentes gags, la risa, la locura y la seriedad y poesía, la trivialidad y la profundidad... El parto, las violaciones, la terapia de grupo...

Rebeca Valls: Sí, las partes poéticas son complicadas porque son difíciles de encajar en un espectáculo... pero creo que igual que escuchamos la risa del público y paramos y sabemos hacer un hueco según el público que acude cada día, lo mismo funciona con el público... él también sabe escuchar nuestras transiciones para dejarnos meter esas partes más delicadas, más poéticas y más reales... porque al fin y al cabo también se trata de contar la parte real de la vagina, tantos sus partes buenas como sus partes más tristes... y ésas también deben estar... con lo que es necesario un momento de concentración, de silencio y que el público escuche eso y pare un poquito también...

Pregunta: Hay algunas “cosillas” por ahí que no están en el texto original... ¿De quién fue la idea de meter esas cancioncillas? (risas)


Rebeca Valls: (risas) Ah... Gabriel (risas) La de “Secretaria” fue Gabriel y la de Tina Turner fue porque nosotras investigamos... te habrás dado cuenta de que hemos incluido el viaje que hace la autora, Eva Ensler, para contar esa investigación... Ella tuvo problemas, la violó su padre durante mucho tiempo y a raíz de tener una mala relación con su propia vagina decide investigar sobre el tema y empieza a hacer entrevistas a diferentes mujeres... de todas las entrevistas surge ese espectáculo... De pronto, nos dimos cuenta, que Tina Turner era su cantante favorita...

Pregunta: Con lo que al final, con esa marioneta, le hacéis un pequeño homenaje...


Rebeca Valls: Sí... para nosotras, también es el símbolo de una mujer potente; entonces, decidimos juntar el parto con el movimiento de la marioneta que hacemos al final, con la canción de homenaje a la autora y también a Tina Turner... y hacemos un minishow que es muy chulo...

Pregunta: Y muy bonito, porque esa marioneta está hecha con flores, como las que os “enviáis” cada una al final de cada monólogo...

Rebeca Valls: Sí, es como si al principio Eva Ensler, la autora, está fragmentada y de todas las mujeres que ha entrevistado y de todas las vaginas que ha conocido, de pronto, se vuelve una, y se construye a sí misma a partir de todas y cada una de las mujeres, es como una terapia para las demás y también para ella misma... se encuentra y se reconoce como mujer...

Pregunta: Y supongo también, que esa maleta roja que está presente en el escenario es el símbolo del viaje...

Rebeca Valls: Claro, es el viaje y es ella. Eva Ensler siempre lleva, en unas entrevistas que hemos visto, siempre una chaqueta de cuero roja; entonces, en lugar de incluir la chaqueta, que era un poco raro... como elemento rojo, quisimos incluir la maleta... y es un poco el viaje que ella tiene, donde va metiendo todas sus experiencias, que son vaginas, corazones, flores...

Sofía Basalo.

viernes, 4 de noviembre de 2011

... EUSEBIO LÁZARO. (Mayo 2011)



El Festival de Otoño en Primavera
, nos aguarda con un estreno absoluto. El estreno de la última obra de un autor español. Autor polifacético donde los haya. Dirige su obra, la interpreta y también la produce. Hablamos de Eusebio Lázaro. El autor y director cartagenero, ha escrito “Las más fuertes”. Una obra donde se recogen otras dos: “El ensayo” y “El Premio”, ambas protagonizadas por dos mujeres que han de convertirse en “las más fuertes” para sobrevivir. La obra podremos verla en el Teatro Fernán-Gómez del 13 de mayo, hasta el 29 del mismo mes. Aunque su gira, esperamos, sea muy extensa:

Pregunta: ¿Se paga algún precio por ser la más fuerte o por tener que ser la más fuerte?


Eusebio Lázaro: Sí, la verdad es que siempre se paga un precio, cuando se quiere ser “el más” o “la más” algo... El asunto es si compensa o no.

Pregunta: ¿Compensa?


Eusebio Lázaro: Depende de cuál sea la lucha. A veces la lucha se plantea mal y a veces... Yo creo que no compensa querer ser el más fuerte, yo creo que la lucha es precisamente conseguir que no haya “más fuertes”...

Pregunta: Ha comentado “No compensa querer ser el o la más fuerte” pero a veces se necesita ser el o la más fuerte...


Eusebio Lázaro: Desde luego, sí, a veces la fortaleza... más que la más fuerte, lo que se necesita es tener una fuerza extra para poder salir de situaciones extremas. Entonces, efectivamente, a veces, es necesario una fuerza suplementaria para poder arrostrar las dificultades, que a veces son más para unos que para otros... Ése es el problema en general de nuestra vida social, que las dificultades no son para todos iguales, es decir, siempre hay unas dificultades mayores... hay que superar montañas, a veces, y otras personas lo tienen más fácil...

Pregunta: ¿Las dos mujeres que protagonizan “Las más fuertes” Podrían ser la misma, en diferentes momentos de la vida?


Eusebio Lázaro: Sí. Me pareció más acertado la dualidad porque daba más riqueza de matices, pero efectivamente al ser además, dos historias de dos actrices, podrían perfectamente ser peripecias diferentes de un mismo personajes, pero tiene más riqueza siendo dos, así además tenemos la ventaja de contar con dos magníficas actrices, Ana Marzoa y Yolanda Ulloa.

Pregunta: “Las más fuertes”, estreno absoluto; es una obra que ha escrito, dirigido, también interpretado... ¿Cómo fue su génesis?

Eusebio Lázaro: En realidad escribí las dos funciones para una sola actriz, hace bastante tiempo. Ésa es una parte muy interesante porque escribir teatro en directo, me refiero, para actores; ha sido siempre la base del teatro y es la más viva. Ahora incluso en los ensayos ha sido muy interesante ver a las actrices cómo en momentos determinados han dado sugerencias, hemos cambiado frases, escenas... quiero decir, ha sido un proceso vivo y muy enriquecedor.

Pregunta: Entonces, estamos ante una obra que nació para lo que vamos a ver, precisamente, en el Teatro Fernán-Gómez...

Eusebio Lázaro: Sí, exactamente. Yo he escrito ensayo, guiones de cine, traducciones, pero realmente una obra de teatro o dos obras, en este caso, es la primera vez. Se ha creado en un proceso muy vivo y muy continuo.

Pregunta: Quizá es en estos casos cuando se vive realmente y se siente lo que llaman “magia teatral”...

Eusebio Lázaro: Sí, porque es como teatro dentro del teatro... Y son dos actrices que a su vez interpretan a dos actrices, es una paradoja... el teatro en sí, es una paradoja y en definitiva es una metáfora de la propia vida... Y en este caso se dan esas circunstancias, con lo que es más mágico, sí.

Pregunta: ¿Teme que se tilde esta obra de reivindicativa o feminista?

Eusebio Lázaro: No, porque reivindicar o vindicar derechos es una cosa que está muy bien, y debe ser continua en la sociedad; sino reivindicamos continuamente, cuando se establecen unos derechos conseguidos ya se establecen e inmediatamente, al día siguiente de establecerse comienzan a anquilosarse o empiezan a abusarse o empiezan a ningunearse, ¿no? Entonces, es una buena postura en la vida, más que reivindicar que es un poco molesto y antipático, en sí cuestionar las cosas... Está muy bien, porque si no, la vida se convierte en una rutina poco atractiva; pero no es una propuesta reivindicativa, yo creo que son instantes de vida con la complejidad que tiene la vida de las personas, entonces dentro de esa complejidad hay contradicciones, hay puntos de vista acertados y hay puntos de vista erróneos, pero yo creo que el principio tiene que ser teatral; todo teatro que quiera ser un teatro de ideas... está condenado al fracaso. Yo soy un gran amante de Shakespeare y lo que he aprendido de él es que la ambigüedad y la complejidad es lo que le da la riqueza a las funciones, por eso Shakespeare sigue siendo actual, porque nunca toma partido por ninguno de los personajes; es el gran ejemplo de una obra que se llama “Coriolano”, él no toma partido con lo que podemos ver esa función, tanto si eres partidario de un gobierno más estricto, más duro o de un gobierno más democrático... Entonces, no importa cómo pienses, porque te sigue gustando “Coriolano”... Mientras que Bertolt Brecht, hizo una adaptación y lo puso como un dictador, entonces ya a nadie le interesa y nadie hace la obra de Brecht. ¿Me comprendes? Entonces, desde luego la idea no es un teatro revindicativo de ideas porque no interesa, lo bonito es que las ideas nos surjan una vez hayamos visto la obra, que salgamos a la calle y entonces, sí, pensemos sobre lo que hemos visto.

Pregunta: Con lo que usted estima que el teatro ha de poner ante nuestros ojos una realidad de la que el público ha de extraer esas ideas, esas posturas...


Eusebio Lázaro: Claro, el universo del escenario... Ahí cabe todo el género humano y toda la complejidad y es lo que se expone... Es un encuentro maravilloso de opiniones, sentimientos, emociones... Lo que los griegos llamaban “Agon” en su significado de “lucha” y “agonía”... pero si vamos a resolverlos, para eso escribimos un ensayo mejor ¿no?

Pregunta: ¿Estima que este teatro de ideas ha politizado el arte teatral en general?

Eusebio Lázaro: No, creo que durante toda la historia... Las emociones también tienen ideas y las ideas tienen emociones, o sea que no hay un teatro de ideas... en el siglo XX el teatro más ideológico ha sido el de Brecht, pero las mejores piezas de Brecht no son necesariamente... tienen ideas pero también tienen emociones, tienen personajes vivos, ésa es la cuestión, que haya personajes vivos, con conflictos que nos interesen, porque cualquier gran obra tiene ideas, por ejemplo, “Antígona” quiere enterrar a su hermano y le parece injusto que no lo sea en su tierra... y por ello lucha contra el tirano, con lo que hay una idea, hay una postura ética en “Antígona”, pero lo que nos conmueve es su pasión al hacerlo, su lucha, su castigo, su muerte, eso es lo que nos conmueve; con lo que tienen que estar las dos cosas.

Pregunta: Además de escribir, dirigir e interpretar “Las más fuertes”, también la ha producido, con su compañía “E Lazar”, que anteriormente se llamó “Espacio Abierto” y que lleva ya más de dos décadas en la brecha...

Eusebio Lázaro: Sí, ya somos mayores (risas) Sí, un amigo mío me dice “no pasan las décadas por nosotros”... La verdad es que empezamos en un momento teatral en el que era necesario un esfuerzo de teatro semipúblico y es lo que hicimos, generalmente con Shakespeare, con las grandes tragedias de Eurípides y de Sófocles en Mérida... hemos hecho un recorrido bastante amplio, y ahora en los tiempos de crisis no podemos hacer obras de veinte o treinta personajes, así que se van reduciendo los repartos, pero es igual, vamos a seguir con el mismo entusiasmo.

Pregunta: ¿Este camino ha sido siempre igual de complicado, ha habido etapas más “llanas”. Cómo ha cambiado el teatro, la sociedad, las instituciones?


Eusebio Lázaro: Yo creo que siempre ha sido complicado. Realmente lo de cualquier tiempo pasado fue mejor, es como dice Jorge Manrique “según nuestro parecer”... Es nuestro parecer el que lo refleja mentalmente, pero no creo que los años cuarenta fueran mejores que ahora, para nada... Estoy convencido de que fueron peores... Entonces, cada época tiene su complejidad y sus dificultades; ahora mismo el teatro está mucho más vivo que hace dos décadas, por ejemplo. Hay una asistencia del público mucho mayor, curiosamente, en la crisis, la gente va más a ver un espectáculo en vivo, porque entiende que les habla de sus problema mucho más directamente; en ese sentido creo que el teatro está en crisis desde que nació, pero nada más.

Pregunta: La crisis no le afecta al teatro en lo que al público se refiere pero, ¿y en la esencia, en la creación; y a sus profesionales y en la forma de afrontarlo...?

Eusebio Lázaro: Tampoco, no crea... Esto es como el otro día, que hablaba con una doctora y le pregunté que qué tal iba la sanidad, la consulta... Y me decía que iba bien, sobre todo por el gran esfuerzo de los profesionales, porque institucionalmente se les hacía cada vez más difícil... Entonces eso sí es verdad; yo, hace veinte años, podía montar un Shakespeare con veinte o treinta personajes, ahora no puedo, pero porque las instituciones han ido reduciendo el compromiso cultural y lo han ido convirtiendo en una herramienta política para ellos, en un momento determinado (me da igual, en este sentido, el grupo político) pero lo han ido instrumentalizando... Entonces, han dicho, si damos muchas pequeñas ayudas, tenemos muchos pequeños demandantes... entonces, no han apostado por proyectos serios, por proyectos importantes, de asentar unas bases, de crear un teatro semipúblico... Eso no lo han hecho. Hace veinte años sí, porque les pilló a ellos más bisoños y quizá con más ganas de hacer cosas ¿no? Pero una vez que se han instalado y se han hecho políticos en el sentido pequeño... Hay una política pequeña, con respecto a la cultura de España, en general por supuesto; porque hay gente muy valiosa incluso en el mundo político que tiene una visión más amplia, pero en general no es un país que se caracterice por una visión cultural en profundidad... para nada; en esto, algunos países europeos nos llevan una ventaja atroz... porque se han dado cuenta hace tiempo que es un boomerang, que es una industria que revierte para el país... Aquí hay una racanería... aquí se ve a la gente de la cultura como gente, como unos artistas que andan por aquí dando la lata, que a veces hay que darles de comer y echarles un poquito de... Además incluso se ha creado una cierta corriente de que los artistas reciben subvenciones y cosas de ésas, algo que es realmente incierto, es decir, que las subvenciones institucionales en realidad son como aquel sueño de Quevedo de “La hora de todos”, donde estaban los menesterosos en cola odiándose unos a otros... es decir, que son unas migajas lamentables, en ese sentido...

Pregunta: ¿Puede ser que se cofunda en cierta forma la cultura con el ocio, o que se simplifique la cultura, su papel en la sociedad?

Eusebio Lázaro: Yo creo que son las dos cosas. En ese sentido creo que el público lo entiende muy bien. La palabra cultura como una carga muy seria... tampoco... El teatro isabelino y el nuestro maravilloso del barroco no estaba planteado como cultura y sin embargo fueron los grandes momentos; estaba planteado como una expresión social maravillosa que existe desde tiempo inmemorial, donde unos seres hacen de otros, y otros van a ver como otros hacen de otros... Lo que es un fenómeno fantástico desde un punto de vista antropológico... En los tiempos de Shakespeare la gente iba a comer manzanas, a ver teatro, bebían cerveza, seguramente habría citas eróticas... y las obras de Shakespeare son un compendio de entretenimiento, filosofía y de cultura pero después... Lope es lo mismo y nuestro Calderón... Eso de la cultura, es una cosa del Siglo XIX, de ponerle la etiqueta de algo serio y pesado y no es así; tiene que ser un divertimento, lo es... Pero el “delectare” no impide “aprender”, es enseñar deleitando, el divertimento pero con la cabeza, con todo. Lo de la cultura creo que es un invento... pero es una cosa viva, a la que luego se llama cultura, pero Mozart se divertía mucho con sus sinfonías y no pensaba en su trascendencia y Bach tampoco creo que tuviera una noción de que estaba haciendo cultura... Yo lo veo desde una perspectiva mucho más viva, con más energía interior...

Pregunta: ¿Es complicado contagiar esa energía?

Eusebio Lázaro: Sí, es difícil porque es un problema también de preparación y de vocación; creo que eso siempre está en los artistas... los artistas vocacionales, es como en todo, como los médicos, arquitectos... los hay buenos, regulares, pero el artista que alcanza un determinado punto de comunión con el público, ya sea en pintura etc, tiene una energía interior contagiosa, porque sino, a mí no me interesa... Habré hecho espectáculos mejores, peores, pero siempre tienen un lugar común, es una energía que al público no le deja moverse en el asiento con tedio o con un poco de aburrimiento. El aburrimiento, como dice Peter Brook es el demonio del teatro... Quienes vienen a ver mis espectáculos, saben que eso no lo van a encontrar.

Pregunta: A lo largo de su carrera ha hecho de todo. Escribe, dirige, produce, actúa, en televisión, cine, teatro... también ha organizado eventos culturales...


Eusebio Lázaro: La verdad es que me da un poquito de pudor, porque muchísimas de las cosas que he hecho ha sido por hacer de la necesidad virtud, porque en este caso, lo mismo no me hubiera subido al escenario, me hubiera quedado mucho más cómodo... lo que pasa es que cuando tienes pocos medios, piensas, como tenga que contratar a un actor... ya no llego... Pues es igual, actúo yo... En fin, luego efectivamente tengo una tendencia a la dispersión que durante un tiempo me pesaba, aunque ahora ya me he acostumbrado, no importa... me disperso, bueno, si me lo paso bien, vale. Lógicamente la sociedad está estructurada para que hagas una sola cosa, si haces dos o tres, no está bien visto... Y lo que pasa es que luego si profundizas en una... llegas más lejos, pero también me preguntaba ¿Dónde quiero llegar?... Tampoco quería llegar a ningún sitio... Lo importante es que la actividad te gratifique...

Pregunta: ¿No está bien visto hacer varias cosas a la vez?


Eusebio Lázaro: En general no, hay una tendencia a la especialización... Eso es muy interesante y muy del mundo moderno y ahora, se están dando cuenta, yo no lo sabía pero en Estados Unidos, en un viaje reciente que hice, me contaban que en el ámbito universitario se está volviendo a instaurar las disciplinas humanistas porque habían hecho mucho hincapié en las técnicas, entonces, se han dado cuenta de que es un error práctico tremendo porque la gente que tenía una formación humanista era más capaz de ver a la larga cosas como una crisis económica o cambios sociales... entonces, eso se algo importante, algo para replantear, el tema de la excesiva especialización del mundo contemporáneo y se están plegando velas, recogiendo velas en ese sentido...

Sofía Basalo.