viernes, 30 de julio de 2010

... DAVID DESOLA (Octubre 2009)




Uno de los muchos atractivos que nos depara año a año El Festival Internacional Madrid Sur, es el estreno de nuevas obras de teatro. La apuesta por textos comprometidos con la actualidad y con las circunstancias que nos rodean. Este año, uno de los acontecimientos más importantes de este certamen ha sido el estreno oficial del Premio Lope de Vega 2007 La charca inútil de David Desola. La compañía teatral que lo ha puesto en pie ha sido Kproducciones; compañía del magnífico actor Adolfo Fernández. El estreno tenía lugar en el Teatro Auditorio Federico García Lorca de Getafe, su autor ha afirmado que éste ha sido quizá uno de los pocos estrenos en los que no ha sufrido, hemos podido hablar con él:


Pregunta: Comentas que los personajes de esta obra dan la espalda a la realidad porque la realidad les ha dado la espalda a ellos, si es que la realidad existe… ¿Acaso la realidad no existe?

David Desola: Yo creo que hay tantas realidades como individuos y, aún teniendo cada uno nuestra realidad propia, intentamos evadirnos de ella en cuanto podemos, ya sea leyendo un libro, viendo una película, jugando a un videojuego, con la telebasura, con los fanatismos futbolísticos, religiosos, ideológicos, etc. Todos tenemos nuestros mecanismos de evasión de lo que creemos que es la realidad, aunque no creo que haya una realidad absoluta. Sólo hay que ver lo distintas que son las noticias dependiendo de que las leas en un periódico u otro.

Pregunta: Uno de los personajes afirma que somos una sociedad enferma y perversa. Tú aseveras que dice la verdad. ¿Tenemos posibilidad de redención. Podemos salvarnos. De dónde viene esa grave enfermedad?

David Desola: El ser humano siempre se ha sentido atraído por el dolor ajeno. Antiguamente, en las ejecuciones públicas, lo hacía sin ningún pudor. Hoy en día nos parapetamos tras la pantalla de nuestro televisor como si eso nos salvaguardara de ser partícipes del espectáculo. Las cadenas compiten entre ellas por sacar la historia más truculenta y sórdida, y siempre vence en audiencia la que consigue escarbar en la herida más sangrante y más infectada. La única posibilidad de redención es que el público se rebele, y ahora mismo no creo que esté por la labor. Esta enfermedad ha existido siempre, pero las nuevas tecnologías la propagan infinitamente.

Pregunta: Con “La Charca Inútil” obtuviste un nuevo premio. El Lope de Vega de 2007. En tu carrera hay numerosos galardones ¿Qué significan estos. Suponen quizá un estreno seguro. El prestigio sí lo otorgan, pero hoy en día sirve de algo ese prestigio?

David Desola: Los premios son un apoyo, más simbólico que material, y en ningún caso significan un estreno seguro. A veces ni siquiera una lectura dramatizada o la publicación de la obra viene asegurada con el premio. Respecto al Lope de Vega, vi hace poco en DVD una entrevista que le hicieron a Antonio Buero Vallejo en el programa “A fondo”, en el año 76, y en ella aseguraba que hubo un antes y un después en su carrera a raíz de éste premio. Yo no he notado ese punto de inflexión para nada después de ganarlo, claro que, ni soy Buero, ni mi “antes” es tan hostil como lo fue el suyo. De todos modos, puedo sentirme afortunado al estrenar mis obras y que sean llevadas a escena con equipos tan buenos, a nivel artístico y técnico, como lo han sido hasta la fecha.

Pregunta: “El estreno de “La charca inútil” ha sido especial porque es el único en el que no he sufrido” ¿Por qué?

David Desola: Supongo que en mis otros estrenos intentaba, por encima de todo, hacer reír. Sufría en el estreno porque me daba cuenta de que el público ríe cuando se supone que no tiene que reír y mantiene un silencio sepulcral cuando los que hacemos la función pensamos que reirá. Con La charca inútil no esperaba que la gente se arrancara a reír, porque es un drama, y aunque hay momentos de ironía o humor, uno no espera que nadie se carcajee en una historia tan dura. Me relajé y me puse a contemplar la obra como si fuera un espectador más, y disfruté mucho viendo el trabajo de los actores. Normalmente, durante los estrenos, me fijo más en la reacción del público que en la puesta en escena, y por eso sufro.

Pregunta: También has manifestado que éste es un trabajo de equipo, y es cierto, es asombrosa la música cómo arropa el ambiente, las emociones de la madre, del profesor, las clases con “el niño”, la iluminación… ¿Has asistido a los ensayos, al período de creación. Cómo ha sido?

David Desola: Estuve en las primeras lecturas, luego tuve una reunión muy positiva con Roberto Cerdá, donde desgranamos juntos todo el texto y, finalmente asistí en Agosto a uno de los ensayos, pero no pedí estar en más porque salí de allí con la certeza de que dejaba el texto en buenas manos. Roberto ha sido muy respetuoso con la función y creo que ha hecho un gran trabajo. Cuando hay un consenso previo, creo que el autor ha de estar disponible, pero no metiendo las narices a cada momento en los ensayos.

Pregunta: Al final de esta función la puerta del armario se abre. Quizá avisándonos de la realidad de las creencias del personaje de la madre, o de la realidad de aquello que creemos o intuimos… ¿es así?

David Desola: No lo sé. Supongo que quise cerrar la función con el niño y mantener la duda sobre quiénes son los locos y quienes los cuerdos en la historia. Hay muchas cosas en esta función que las escribí por instinto, sin tener una respuesta lógica a todo lo que dicen o hacen los personajes, simplemente me dejaba llevar por ellos. Y esa puerta que se abre sola creo que invita a adentrarse en el universo de Irene, por donde Oscar deambula toda la función. Puede considerarse un final abierto, un guiño al universo de Irene donde se confunden realidad y ficción, o simplemente una puerta que no cierra bien. Las hay en todas las casas.

Pregunta: En más de una ocasión has dicho que intentas escribir comedias y te salen dramas. En “La charca inútil” intentaste escribir un drama y te salió un drama al cuadrado. ¿Por qué no “te salen” las comedias?

David Desola: Me gusta la delgada línea que separa lo trágico de lo cómico y es difícil mantener un equilibrio entre los dos polos. Intento que la gente pase un buen rato, se ría, pero salga del teatro con la convicción de que ha asistido a algo muy serio. Yo creo que más que tragicomedias he escrito comitragédias, porque siempre he intentado anteponer lo cómico a lo dramático en mis obras. En La charca inútil la historia no ofrece posibilidad a lo cómico, porque es terrible, pero aún así intenté que el espectador respirase en determinados momentos y pudiera por lo menos sonreír.

Pregunta: Esta obra trata sobre la locura, no como patología sino como vía de escape. ¿Podemos decir que en cierta forma todos tenemos algo de locos. Que quizá la frontera entre la cordura y la locura es difusa, tanto, que casi no existe?

David Desola: Muy difusa y, en algunos casos, necesaria. En esta función el personaje de Irene escoge la locura como autodefensa. Es una forma de supervivencia ante una realidad demasiado insoportable. Lo ha entendido muy bien Roberto cuando asegura que esta obra habla, sobretodo, de la búsqueda de la felicidad, que pasa muchas veces por cierto grado de locura.

Pregunta: En la obra se dice que un profesor sin alumnos es una charca inútil. Un lago sin patos es una charca inútil… ¿Cuántas charcas inútiles existen en esta sociedad. La sociedad crea, origina una charca inútil?

David Desola: Nuestra sociedad está repleta de charcas inútiles, y en muchos casos apestan. El Congreso de Diputados es muchas veces una charca inútil, donde se enfangan hasta el cuello unos y otros, las religiones para mí siempre han sido una charca inútil, o los ejércitos armados hasta los dientes en misiones de paz, o los nacionalismos –vengan de donde vengan-, etc. Para un republicano convencido como soy yo, el mejor ejemplo de charca inútil que puede haber es una monarquía dentro de un estado democrático.


Pregunta: Estamos viendo que esta temporada está repleta de reposiciones; con lo que podemos decir que la crisis también afecta al teatro, ¿cómo la percibes tú?

David Desola: Afortunadamente tengo dos obras estrenadas en la actualidad, pero se está notando cierta dificultad en la distribución, supongo que porque casi todos los teatros de provincias son municipales, y los municipios dan prioridad a otros asuntos. Yo vivo eternamente en crisis, así que no puede decirse que lo note especialmente. La de los noventa me la comí con patatas de un empleo basura a otro, trabajando para empresas de trabajo temporal. Esta también me la como, intentando estrenar mis obras y que tengan una proyección digna, y mi suerte es contar con productores valientes, que lo consiguen a pesar de la situación actual.

Pregunta: ¿Es complicado compaginar la calidad y el éxito. La calidad y el mediatismo?

David Desola: El éxito es relativo, y la calidad también pienso que es relativa. Yo no espero que mis textos les gusten a todo el mundo, pero sí me interesa que no vayan sólo dirigidos a un público elitista e intelectual, entre otras cosas porque yo no soy un intelectual y mis historias se nutren del mundo que me rodea, de lo más cercano o, incluso, como es el caso de La charca, de una noticia vista en un telediario tremendista. Claro que uno espera llegar al máximo de gente posible, pero conseguirlo o no siempre es un misterio que no sabe de fórmulas preconcebidas.

Pregunta: Volviendo a la “locura intencionada” de los personajes de esta obra… ¿Una pizca de locura es imprescindible para seguir caminando en esta sociedad?

David Desola: Más que una pizca, una buena dosis de locura. Yo creo en la fórmula quijotesca de vivir loco y morir cuerdo. Si la realidad no te ofrece lo que necesitas, adáptala a tus exigencias.

Pregunta: Una curiosidad para concluir, ¿Cómo aparece en tu vida el teatro y concretamente la escritura?

David Desola: Eso también tiene más de un punto de locura, porque lo mío era el cine y no tenía ni la más mínima idea de teatro cuando me presenté al premio Marqués de Bradomín en el 99. Creo que el estreno de mi obra Baldosas fue la tercera vez que pisaba un teatro en toda mi vida. Me enamoró la escena porque descubrí en ella una libertad que no te permite el celuloide, y a partir de entonces me he empapado de teatro, pero a veces sigo sintiéndome un intruso en éste mundillo, a pesar de haber ganado algunos premios y haber estrenado ya unas cuantas funciones. A mí me interesa contar una historia y, como no me gustan las historias que requieran un gran alarde de medios y multitud de personajes, creo que el teatro me ofrece la cancha en la que me siento más cómodo. No renuncio al cine –que también está en crisis- pero el teatro me ha tratado mucho mejor hasta la fecha, y lo agradezco.


Sofía Basalo.

miércoles, 14 de julio de 2010

... JUAN CARLOS RUBIO (Febrero 2010)




Han pasado diez años desde que Juan Carlos Rubio escribiera Tres, una comedia de ritmo trepidante y realmente original, en la que tres antiguas compañeras se reencuentran y deciden tener un hijo, para lo que buscarán un padre “global” con el que formarán una peculiar “familia”. Han sido numerosos los éxitos obtenidos por toda Hispanoamérica, éxitos que el autor y director cordobés espera repetir en España. Kiti Mánver, Nuria González, Aurora Sánchez y Octavi Pujades son los cuatro intérpretes que llevarán “Tres” de gira por todo el país. Hemos hablado con Juan Carlos Rubio:

Pregunta: Tras rotundos éxitos en Hispanoamérica, decides estrenar en nuestro país tu obra “Tres” ¿Por qué ahora, por qué has tardado tanto tiempo en traerla por qué y por qué el cambio de nombre, ya que también se ha denominado “¡¡Vaya Trío”?

Juan Carlos Rubio: El cambio de nombre se produjo en América, la comedia siempre se ha llamado TRES, pero los distintos productores de los diferentes países no lo consideraban un nombre muy comercial. Ellos conocen a su público así que no me opuse. Ahora que el productor soy yo he decidido mantener su titulo original, que me gusta más. He tardado tanto tiempo en ponerla en pie en España porque a la hora de comenzar mi andadura como productor di prioridad a otras obras mías, LAS HERIDAS DEL VIENTO (de la que traje el montaje original de Miami) y ARIZONA. Pero una vez cumplido este ciclo pensé que era el momento para TRES, se habían cumplido 10 años desde que la escribí y me apetecía mucho acometer una comedia.

Pregunta: Comentas que tras Arizona, tenías ganas de hacer una comedia. ¿No crees que el juego teatral que plantea una comedia es más complejo, exige mucho más?

Juan Carlos Rubio: ¡Todo es complicado! Cualquier labor bien hecha requiere un gran esfuerzo ¿no? Tanto sea comedia como drama. Más que en términos de dificultad de producción o de dirección, me apetecía una comedia por motivos personales. Mis últimas obras reflejan una visión digamos más “negativa”o al menos madura del ser humano, de la realidad que nos rodea. Con TRES he hecho un poco de arqueología de mi mismo ¿cómo era yo hace 10 años? Ya no escribo de esta manera mis obras, mi estilo ha ido sufriendo modificaciones, pero me ha resultado divertido y apetecible echar la vista atrás.

Pregunta: También dices que dada la situación que atravesamos es casi terapéutico ver Tres. ¿Se nota la crisis en el teatro. Resulta más difícil llevar adelante una nueva aventura teatral?

Juan Carlos Rubio: TRES resulta terapéutico porque el público se lo pasa genial, riendo sin parar. Y al bajar el telón el efecto “buen rollo” en ellos es indudable ¿Qué mejor terapia que una obra que da ganas de vivir y de seguir para adelante? Encima tal y como están las cosas hoy en día, con la crisis, la economía haciendo aguas y los miles de problemas que nos rodean. Creo que a veces (muchas, las más, quizá) el teatro es tribuna de lo que pasa. Pero en otras ocasiones me gustaría pensar que sirve, y mucho, para evadirnos de lo que pasa. En cuanto a la crisis en el teatro, llevamos toda la vida viviéndola. Desde que empecé en esto, hace ya 25 años, llevo oyendo lo de “La crisis del teatro”. No creo que ahora sea mayor, e incluso puede que sea menor, que en aquel entonces. Hay un montón de compañías, de oferta teatral. El problema en todo caso, es la falta de liquidez de algunos ayuntamientos que no pagan a las compañías los cachés, con el consiguiente problemón que eso acarrea a los productores.

Pregunta: El objetivo es la diversión. La risa. Pasar un buen rato… y sin embargo, me asaltan algunas preguntas que se pueden extraer del fondo de esta obra ¿En qué consiste tener un hijo. Porque estas tres amigas, lo consideran un antídoto contra su propia insatisfacción o soledad…?

Juan Carlos Rubio: Siempre reivindico que TRES es un juguete cómico, sin más. Al igual que hay comedias en la tele o en el cine que solo buscan ese fin, entretener, creo que deben existir en el teatro. A veces en la profesión tendemos a ponernos demasiado importantes con lo que hacemos, y creo que hay hueco y momento para productos muy distintos. TRES es comedia pura, un vodevil enloquecido. A pesar de esto es imposible, o al menos a mí me lo resulta, escribir algo que no tenga, aunque sea muy en el fondo, un tema. En TRES quise hablar del termino “familia” y de quien está preparado o no para tener un hijo. Y si puede ser que a veces ciertos padres tengan hijos para arreglar su soledad, la falta de comunicación con su pareja, etc. TRES es también un canto a la amistad, a ser capaz de querer a tus amigos aunque se equivoquen y sean muy distintos a ti. Y por último, TRES es una historia de nuestra capacidad para vivir, aunque sea cometiendo locuras ¿dónde radica la felicidad? ¿Qué está bien y esta mal? ¿Hay espacio para cometer locuras? ¡Bueno, ahora que lo pienso si que parece que hay un fondo en la obra!

Pregunta: En un tiempo en el que se está cuestionando con tanta vehemencia en qué consiste una familia; si en un padre y una madre o dos madres o dos padres o un progenitor en solitario… Aquí encontramos que tres madres y un padre “global” forman una familia. ¿En qué consiste, en tu opinión, una familia. Qué es una familia?


Juan Carlos Rubio: La maravillosa Kiti Mánver, que interpreta a Rocío, lo dice en un momento al final de la obra: “Para mucha gente la familia solo puede ser de una manera... Para nosotras una familia es un grupo de seres que se cuida, que se protege, que es capaz de pensar en los intereses comunes y no solo en los propios... Una familia son unas personas que tienen un proyecto de vida... Y nosotras lo tenemos... “. Creo que esto resume bastante bien el espíritu de la obra. ¿Quién es juez en decidir qué es una familia? ¿Son más padres una pareja heterosexual que una homosexual? ¿No puede un soltero criar a un hijo? Creo que lo importante es que un niño tenga una buena educación y se defiendan sus derechos básicos. Y eso se lo puede proporcionar tanto una pareja gay como una hetero. Ha habido (y por desgracia hay) un sector de la población que defiende un modelo de familia que ha quedado superada. ¡Que no destruida, ojo! Y una cosa debe quedar clara: la familia no es patrimonio de la derecha, ni de la izquierda, ni del PP ni del PSOE ni de nadie, la familia es de todos y todos podemos tener un modelo diferente. ¡Por mucho que nos quieran lavar el cerebro!

Pregunta: Comentas que has encontrado al equipo idóneo para llevar adelante esta aventura ¿Te ha costado mucho dar con él?

Juan Carlos Rubio: He tenido la inmensa suerte de contar con mi equipo habitual cuando dirijo un montaje: La luces de José Manuel Guerra, la escenografía de José Luis Raymond, la fotografía para el cartel de Sergio Parra, mi distribuidor Manuel Álvarez y otros muchos a los que no tengo tiempo de nombrar ahora, pero piezas fundamentales de mi trabajo. Eso me hace estar muy tranquilo a la hora de acometer un proyecto, me siento muy bien rodeado. En cuanto a los actores, pensé en tener a tres actrices que pudieran hacer la comedia desde la verdad, tres comediantas natas que afrontasen la risa “muy en serio”. Y no lo dudé: Kiti Mánver, Nuria González y Aurora Sánchez. Ellas eran mi objetivo. A Kiti ya la había dirigido en HUMO. Y a Aurora en ARIZONA. Me dijeron que sí. ¡Me encanta que los actores quieran repetir conmigo! ¡Es un honor increíble! Con Nuria había coincidido en guiones míos para cine (EL CALENTITO) o para la tele (MANOS A LA OBRA). La llamé, se lo leyó y me dijo que sí, que tras CARNAVAL le apetecía una comedia. Solo faltaba el chico, el súper galán que yo necesitaba para que estas tres cincuentonas se volvieran locas por él y que el público lo comprendiese. ¿Y quien mejor que Octavi Pujades? ¡Es guapísimo! Y encima un actor estupendo. Tengo un reparto de lujo, sin duda.

Pregunta:Vemos que, de nuevo, has trabajado con Kiti Manver, también trabajaste con ella en “Humo”…

Juan Carlos Rubio: Uff, Kiti es mucho. ¡La quiero incluir en mis contratos! Una cláusula que diga que ella tiene que interpretar un personaje siempre... Es maravillosa, como actriz y como persona. Nos entendemos el instante, es un artista única. Espero que tengamos otras muchas ocasiones de trabajar juntos.

Pregunta: A la hora de llevar adelante este proyecto, ¿qué diferencia has encontrado con respecto a los otros lugares en los que esta obra se ha representado?

Juan Carlos Rubio: Cada país tiene su idiosincrasia y sus particularidades, tanto en algunas expresiones del lenguaje como en elementos culturales. Pero en todos los montajes han respetado cien por cien el texto y el espíritu de la obra. Yo pude ver en persona el de Puerto Rico y el Miami y lo pasé muy bien, grandes actores, grandes directores y una producción estupenda. Aquí yo he concebido una escenografía mucho más conceptual, menos realista. ¡No sé, me dio por ahí!

Pregunta: ¿Por dónde seguirá la gira de “Tres”. Cuándo llegará a Madrid o quizá ya no es tan importante esa plaza?

Juan Carlos Rubio: Tenemos una gira larguísima por toda España hasta el 17 de noviembre, que debutaremos en el Teatro Lara de Madrid. Estaremos allí 8 semanas, hasta el 9 de enero del 2011. Y entonces seguirá la gira hasta Mayo del 2011 ¡Hay TRES para rato!

Pregunta: Cambiando de “medio”. Si no me equivoco participaste en la realización del guión de la serie que se emitió en Antena 3 “Suárez. ¿Cómo fue esa experiencia, supongo que un reto, dada la importancia del personaje, no?

Juan Carlos Rubio: He trabajado en docenas de series y aunque guardo un recuerdo estupendo de la mayor parte de ellas, participar en Suárez ha sido una experiencia muy especial, dado que es un personaje real y de una importancia descomunal en nuestra historia. He (junto con Carlos Asorey, el coguionista, a quien adoro, por cierto, ¡Aprovecho para decirlo desde aquí!) buceado mucho en la historia de la transición, que es un periodo apasionante y del que deben surgir otras muchas historias. Más allá de la valoración del resultado de la serie, que para gustos están los colores, creo que hay que aplaudir y animar a que las cadenas hagan más series de este tipo y menos programas absurdos en lo que cuatro idiotas carentes de ningún interés se insultan y gritan delante de todo el mundo.

Pregunta: ¿Cuál será tu próxima aventura?

Juan Carlos Rubio: Aparte de continuar con TRES, estoy escribiendo cine, más tele y en agosto estrenaré una nueva obra que ya ha subido a los escenarios de Estados Unidos pero no de España: 100 metros cuadrados, con un repartazo: Maria Luisa Merlo, Miriam Diaz-Aroca y Jorge Roelas ¡Estoy deseando empezar los ensayos!

Sofía Basalo.

martes, 6 de julio de 2010

... JUAN LUIS GALIARDO (Marzo 2010)




Con los principios más renovados que nunca, Juan Luis Galiardo emprende una nueva y ambiciosa aventura teatral. “El Avaro o la escuela de la mentira” de Moliere. Un proyecto que cuenta con una gran dosis de pedagogía social que lo convierte en mucho más que un número determinado de representaciones teatrales. A escasos días del estreno, que tendrá lugar el 8 de abril en el María Guerrero, hemos podido hablar con el artífice de esta gran aventura. Tres años por delante para alguien que sin duda ha dejado de ser una promesa como profesional y como ser humano:

Pregunta: Creo que “El Avaro” es un proyecto que tenía en mente desde hace bastante tiempo...

Juan Luis Galiardo: Como proyecto estaba acuñado hace tiempo, ahora es ya una realidad, no se puede hablar de proyecto porque estrenamos el ocho de abril... “El Avaro” me interesaba porque me parece que el teatro que no tenga pedagogía social... Primero diría yo que el teatro debe ser entretenido y con pedagogía social, si no la tiene, el teatro a mí no me interesa; no digo que no haya otro tipo de teatro, de puros entretenedores y bueno, también es cierto que hay espectáculos en donde hay un señor que es capaz de estar eructando y tirándose pedos todo el tiempo... y la gente se ríe. Eso es un acto de escatología pueril e infantil que la sociedad, hoy día, alimentada por una televisión procaz, lo consume... igual que la gente consume drogas, igual que la gente bebe alcohol... y la gente para ser feliz necesita beber un litro de vino... entonces, como hay para todo en esta humanidad, yo hablo de mi opción; mi opción como autor y productor es hacer un teatro entretenido y que tenga pedagogía social, que tenga un cierto didactismo para poder marcar y ser un pequeño factor corrector de los instintos brutales de la sociedad.

Pregunta: Esa pedagogía social, ese didactismo es lo que llamamos “función social” del teatro ¿no es así?


Juan Luis Galiardo: Sí, efectivamente. Decía Pascal, aquel pensador, que lo primero en la vida es comprender, si no lo hacemos es difícil... para cualquier cosa, el primer paso es comprender; no entenderlo todo, pero sí comprender determinadas acciones de nuestro comportamiento y creo que el teatro, esa función social, no la puede perder.

Pregunta: “No la puede perder” ¿La está perdiendo, quizá?

Juan Luis Galiardo: Yo creo que vivimos oleadas... Lo primero que ha perdido la sociedad es la estructura de la familia. Yo creo que la cultura básica está en la familia, luego, la instrucción está en el colegio, en la universidad... Había un ministerio hermoso en la república que se llamaba “Ministerio de instrucción pública” que es hoy el Ministerio de educación, ha cambiado el vocablo. Yo creo que la educación nace con tus propios genes en el ámbito familiar y que es el amor y la comprensión a través del amor, lo que nos lleva a la base fundamental de la estructura social que tiene que estar sustentada en una ética y en una moral que se aprende y se digiere en la familia y luego el resto te instruye la vida... entonces, yo creo que cuando se ha roto básicamente el núcleo familiar como base de cultura, tenemos que tener otros factores correctores, uno de ellos puede ser el teatro.

Pregunta: ¿Tal vez uno de los problemas para que este factor corrector no lo pueda ser el teatro, es que desde diversos sectores no se le considera “cultura” sino únicamente “ocio”?


Juan Luis Galiardo: Yo no diría como ocio, porque a mí me parece que la voracidad de determinados empresarios (por eso el estreno de “El Avaro” es tan oportuno) la voracidad y la repercusión del parámetro único económico como factor de síntesis de cualquier cosa, yo veo en cine, en donde participo mucho como actor y productor, también el televisión, el rating... pero claro, nadie desglosa que en el rating de seis millones de personas puede haber una falta de fidelización con el producto que se ha consumido a las nueve de la noche agotado en casa, el televisor abierto como una cosa de fondo... y entonces, nadie matiza, usted consume pero con qué grado de fidelización, de intensidad, al producto... entonces claro, como se ha elegido un parámetro vicioso y absolutamente torticero que es el del dinero... ahí estamos equivocándonos... entonces los empresarios buscan dinero rápido fácil... con lo que podríamos permitir la venta de droga en los colegios, sería muy bueno, un negocio que me permitiera tener la licencia para vender marihuana y tabaco y cocaína a la puerta de los colegios, me daría muy buenos ingresos... pero no, parece que el Estado aplica ese factor corrector en algunas cosas pero no ante el ocio malversado, que es el que realmente existe. Deberían cerrar algunos teatros y deberían cerrar algunas televisiones por procacidad y agresión a los valores básicos del humanismo... algunos puticlubs han cerrado... porque consideran que la trata de blancas no es bueno ¿no? Estoy haciendo una metáfora y la ha comprendido perfectamente...

Pregunta: Sí, sí, desde luego. Con lo que podríamos decir que en cierta forma “todo vale”...

Juan Luis Galiardo: Bueno, vale todo para algunas personas y evidentemente no estamos todos en la misma cesta. Es más fácil que otros sectores como la sanidad, la justicia... tengan parámetros más cercanos y que pueda juzgarse al sector profesional porque tienen elementos comunes. En el mundo del teatro no somos todos de la misma familia, estamos juntos pero no revueltos... entonces yo no tengo nada que ver con determinados actores ni con determinados productores ni con determinados empresarios. No se puede globalizar el sector. El sector es como el género humano, en este caso, porque el teatro tiene que ver mucho con el género humano, con la presencia de los distintos arquetipos, entonces no debemos confundir el atún con el betún y a unos con otros.

Pregunta: ¿Es complicado caminar en este ámbito, también en el de la vida, tan independientemente como lo hace usted?


Juan Luis Galiardo: Me ha costado mucho trabajo encontrar un camino de cierta verticalidad. He estado perdido mucho tiempo y he pedido ayuda a buenos psiquiatras, a buenos psicólogos, a buenos intelectuales como Rafael Azcona, Carlos Saura, Manolo Gutiérrez Aragón... me he rodeado de personas que me han estimulado y tengo amigos como Juan Diego, Juan Echanove, Imanol Arias... no estamos todos en la misma familia, somos distintas familias que formamos una tribu que es la del mundo del espectáculo. Me ha costado, me ha costado trabajo... y evidentemente soy todavía una promesa como ser humano, me queda mucho camino por recorrer para seguir aprendiendo y para no desviarme nunca más de principios que los tuve, los perdí y los he recuperado.

Pregunta: Eso es muy loable. Es difícil hoy en día encontrar alguien que apueste por algo tan grande como “El Avaro”, que apueste por el teatro como pedagogía social y que arriesgue de esa manera manteniendo sus principios...

Juan Luis Galiardo: Y además de todo, vamos a hacer una gran campaña escolar con esta obra... vamos a llevar a los colegios al teatro, al marco idóneo; no hacerle una pirueta de dos actores recitando unos chistes, no. Vamos a hacer una campaña escolar con mayúsculas.

Pregunta: Eso he leído, “invitando a la reflexión de los grandes textos clásicos”...

Juan Luis Galiardo: Sí, entreteniendo, que reflexionen riéndose, eso es muy importante. “El avaro” es una obra muy divertida y no tiene por qué estar hecha como un sainete, como una caricatura. “El avaro” somos todos, una gran parte de avaricia, de codicia, de nepotismo. “El avaro” no tiene por qué ser una persona de un metro cincuenta, jorobado... eso fue un error y quien ha hecho de “El avaro” un sarcasmo satírico se ha equivocado y no ha traducido el espíritu de Moliere, de hecho esta obra la estrenó el autor en su madurez, cuando era un primer actor, con una presencia importante, con lo que no tenemos que hacer el guiño patético, diciendo “El Avaro” es otra cosa, un espécimen... no... “El avaro” somos todos y los arquetipos de los quince actores que están sobre el escenario son los arquetipos del género humano. Hay que hacerlo de verdad, para que sea risible y divertido hay que llenarlo de verdad.

Pregunta: Sí, hay que tener mucho cuidado para no cruzar la línea. El humor y la crítica está en el texto, no hay que buscarlo en otras cosas que lo empobrecen...

Juan Luis Galiardo: Exacto, no hay que buscarlo fuera. No hay que hacer comentarios al texto, sólo haciendo, interpretando la verdad sobre el personaje y el texto... no hay que hacer guiños, eso es un error de tantas personas que comentan... y los comentarios están en las clases, son los comentarios de texto que allí se hacen, pero en el teatro se tiene que interpretar y no hacer un comentario a lo que ya en sí, se está diciendo. Eso lo hacen los malos actores, los patéticos personajes que se mueven en el subvencionismo y en el pesebre alimenticio de su mediocridad.

Pregunta: Por tanto, entiendo que no está del todo de acuerdo con las subvenciones...


Juan Luis Galiardo: Estoy en contra de la subvención barata y alimenticia por autonomías que crea el clientelismo, no del apoyo que revierte en impactos sociales y que hay obras que tienen una repercusión en su recorrido, quinientas representaciones, doscientos cincuenta mil espectadores y no en unos señores que son alimentados para que no salgan a la calle a criticar a los gobiernos autonómicos o a defender las lenguas las lenguas autonómicas y periféricas que impiden que un espectáculo pueda salir, como éste, al mundo, a seiscientos millones de hispanoparlantes o amantes del castellano, de esto estoy preocupado, de la mediocridad del pesebrismo.

Pregunta: ¿Cree que el gobierno central o los autonómicos están manipulando a ciertos sectores del mundo del espectáculo?

Juan Luis Galiardo: Yo creo que es un viaje de ida y vuelta. El sector se deja, la política lo usa y tanto monta, monta tanto... no creo que sea un problema de los gobernantes. Los gobernantes ya se sabe que lo que quieren es el poder y usan a quien se deja... No hay excusa. La crisis no la ha creado sólo Botín o el Banco de Santander, no. El Banco ha podido poner una zanahoria que usted ha comido, el taxista que ha comprado tres pisos creyendo que era un inversor inmobiliario... y en este caso, quien se ha equivocado ha sido el taxista... no el Banco de Santander dándole créditos fáciles ¿me explico? La crisis la hemos creado todos, la burbuja la ha creado toda la sociedad, toda la ciudadanía... porque yo no tengo más que una casa y tenía muchas más posibilidades que el taxista que me hablaba (hablo del taxista metafóricamente)... entonces, creo que en este sentido no es el gobernante el que crea el vicio, es el propio ciudadano, las asociaciones de actores que quieren ser... cuando esto no es una obligación, no es obligatorio ser actor y los gobiernos autonómicos y nacionales no tienen que pagar las carreras de arte dramático a nadie, esto es una opción... soy actor, no me llaman... tendrá usted que preguntarse por qué...

Pregunta: Pero también encontramos a veces, sobre los escenarios a actores a los que llaman... y nos preguntamos por qué los llaman...

Juan Luis Galiardo: No, no los llaman... están dentro de determinados lobbies... los lobbies de determinados circuitos, porque son baratos, son fáciles, son eso que se llama “políticamente correctos” y sobre todo, manejables... son dóciles al poder nepotista de directores que han ocupado espacios singulares que tampoco les correspondía y de todo un engranaje que arranca por una administración que tiene demasiados funcionarios... en la administración, en los propios teatros, en técnicos que tiran el martillo porque le ha llegado la hora... eso, claro, en el teatro, en las profesiones libres, no se puede dar... El cirujano, a las tres, con el enfermo abierto, no le dice “muérase que me tengo que ir”... pues esto está lleno de mucha diarrea, de mucha miseria y de mucho engaño...

Pregunta: Adolfo Marsillach, solía decir que uno de los grandes peligros del teatro era que se estaba convirtiendo en un funcionariado...


Juan Luis Galiardo: En funcionariado, efectivamente... van al café en su provincia, o donde sea, a decir “somos artistas que tenemos sueldos fijos” eso no puede ser, eso no ha existido en la historia del mundo. Shakespeare no tenía un sueldo fijo, ni Cervantes... y aquí se ha cambiado el atún por el betún...

Pregunta: Dada su gran experiencia en el teatro y para concluir esta charla...

Juan Luis Galiardo: Bueno, gran experiencia... mi experiencia es razonable, tampoco es excesiva... lo digo porque creo que tengo que trabajar diariamente con una vigilancia y una humildad para no... una cosa es que tenga una cólera, como decían aquellos hombres de la generación del 98 “me duele España” pero me duelo yo mismo, y el dolor se manifiesta no en altanería sino en una definición y una exteriorización del dolor existencial de esta sociedad que me rodea, pero tengo que seguir manejando la humildad permanente para ser lo que soy, una promesa de mí mismo.

Pregunta: ¿Qué le añadiría a nuestro teatro, qué le restaría?

Juan Luis Galiardo: Yo creo que el teatro como a la propia vida de nuestra incipiente democracia le falta consolidar principios. Estamos en una época de adolescencia democrática en donde todo va en esta dirección, somos adolescentes de una democracia que está naciendo... en este sentido faltan dos o tres generaciones para consolidar principios y al teatro igual.

Pregunta: “El Avaro” está a punto de ver la luz, cuál será su recorrido, tengo entendido que va a ser muy extenso...

Juan Luis Galiardo: La verdad es que para esta obra tengo previstos tres años de gira nacional e internacional. Este es el compromiso que he contraído con mi compañía y con las instituciones que han colaborado y con el propio público y así va vendida la obra, vamos a festivales internacionales, hay una gira por Hispanoamérica y por América... y cuando se tienen setenta años recién cumplidos, como decía mi abuela tan simpática, aquélla andaluza cuando en mi adolescencia en los veranos de mi pueblo, San Roque, de mi ciudad, la muy ilustre y leal ciudad de San Roque, en aquellos veranos yo dormía con mi abuela Victoria que murió con 104 años y aquella matriarca maravillosa, cuando me agitaba en mis principios de la sexualidad “Hijo mío, los polvos de uno en uno”...

Pregunta: Una última pregunta, el título original de esta obra es “El avaro o la escuela de la mentira” ¿Cuál es la mentira más dolorosa?

Juan Luis Galiardo: Yo creo que la más dolorosa de las mentiras, y lo he vivido, es la suma de mentiras que vas acumulando en tu subconsciente con lo que te anestesias... eso tiene un tratamiento que es la cirugía del dolor para salir de ahí... la más terrible mentira es la suma de las mentiras no asumidas, que las conviertas en medio verdades. Las mentiras tienen que ser cada minuto de tu vida en donde hayas mentido, debes reconocerlo y dolerte de él... con lo que, la mayor de todas las mentiras es mentir a tus mentiras.

Pregunta: Muy interesante respuesta...

Juan Luis Galiardo: Bueno, la de un psicoanalizado... que ha mentido mucho en otra época...

Sofía Basalo.

jueves, 1 de julio de 2010

...TINA SÁINZ (Noviembre 2009)



La casualidad le abrió las puertas de la interpretación. La constancia, el trabajo y su buen hacer las han mantenido abiertas durante muchos años. Ver sobre las tablas a Tina Sáinz es siempre un lujo; y actualmente lo tenemos en el Teatro Bellas Artes, bajo la dirección de Magüi Mira; en un cuento del siglo XVIII, un cuento para reflexionar y vivir como ella misma dice: “La Marquesa de O”. Si el teatro es un milagro, ella es de las que le pone la “M” mayúscula. Con Tina Sáinz, La Coronela, en esta nueva aventura hemos tenido el placer de charlar:

Pregunta: Un libro que he leído hace relativamente poco tiempo se escribe lo siguiente: Hay cuentos para dormir, cuentos para soñar, cuentos para reflexionar, cuentos para vivir... ¿Qué tipo de cuento es “La marquesa de O”?


Tina Sáinz: Sería un cuento para vivir y para reflexionar.

Pregunta: ¿Para reflexionar por ejemplo sobre qué dilemas tendría Julieta hoy en día?


Tina Sáinz: No exactamente. Para mí lo más importante de la lucha de Julieta es su propia lucha; los derechos de una mujer en una época que hasta hace poco no los tenía. Cómo esa mujer en el siglo XVIII, se enfrenta a una sociedad establecida por tener el derecho de dar a luz un hijo natural; ese muro con el que se encuentra esa mujer, empezando por sus padres, que hay un momento en que el padre le dice “si tienes ese niño, lo arrojaremos de aquí y a ti te echaremos de esta casa...” para mí, eso es realmente el dilema que sigue estando de alguna manera vigente y sobre el que sí se debe reflexionar... lo que se ha conseguido y lo que queda por conseguir.

Pregunta: Comentas que ese dilema aún sigue existiendo... ¿Qué normas nos quedan aún por romper?


Tina Sáinz: Normas morales, sociales... nos quedan pocas normas por romper, porque pertenecemos a un mundo privilegiado, entre comillas... pero cuando miramos a la España profunda, cuando miramos a Latinoamérica, a países como México donde las mujeres no tienen ningún tipo de respeto ni de derecho social, donde se las mata impunemente, en sitios como Ciudad Juárez... cuando miramos a países.. a toda Sudamérica... y África, no te quiero ni contar... entendemos perfectamente que esa lucha está vigente y que mientras exista una mujer que no pueda hablar sin el permiso del hombre... esto es para reflexionar.

Pregunta: Vivimos en un mundo privilegiado, ¿en cierto modo nos hemos vuelto cómodos?

Tina Sáinz: Claro, y no tenemos costumbre de mirar a nuestro entorno... nos autocomplacemos en la vida que tenemos, en los amigos, en nuestro círculo y nos parece que como nosotros somos personas libres... que eso es cosa de noticia en el telediario, de vez en cuando, una mujer muerta... pero no nos acostumbramos a mirar qué hay detrás de eso y detrás de eso hay unas condiciones de educación, de cultura, y sociales muy fuertes...

Pregunta: Sí, nos conformamos con pedir una ley más dura, más severa, creemos que ésa es la solución...

Tina Sáinz: O más policía, más aparato represivo... no, ésta es una cuestión de mirar hacia atrás e ir al origen del tema... ¿y cuál es? La educación. En un primer término... y luego hay países donde esto no se entiende porque la cosa viene de... hay que romper vallas culturales inmensas, como la ablación en África y tantas cosas que antes de la educación habría que empezar a romper...

Pregunta: Sin contar que muchas veces somos las mismas mujeres quienes provocamos estas situaciones, como por ejemplo tu personaje en esta obra de teatro.

Tina Sáinz: Claro, por supuesto. Es que eso sigue vigente en nuestra sociedad. Hay chicas hoy día, muchas ¿eh? Que se las educa para cazar un buen partido y ése es el objetivo de las madres, que su hija haga una buena boda y se sigue valorando esto como algo, socialmente importante. Es que ha hecho una boda espléndida, esto lo he oído yo en los medios de comunicación a comentaristas cuando el hijo de Tita Cervera se ha casado con esta chica o cuando Leticia Ortiz se ha casado con el príncipe... esto sigue vigente... casarse por amor... depende... si te casas con un mecánico tornero... no sé... cuestionaremos esa boda... claro que sí... pero si es un conde, como pasa en esta función, bienvenido sea...

Pregunta: Aunque sea un violador...

Tina Sáinz: Aunque sea un violador y aunque luego en ese matrimonio haya malos tratos, haya vejaciones o le esté echando en cara todo el día “tú no tienes nada, estás aquí porque el dinero es mío...”

Pregunta: Alguna vez me han dicho que sería necesario un cambio estructural, un cambio profundo... y que quizá la sociedad no está preparada para ello...

Tina Sáinz: Yo creo que sí, que la sociedad siempre está preparada para todo... recuerdo, cuando en el franquismo decían que la sociedad no estaba preparada para la democracia. Yo creo que sí, que el problema viene de quién le pone el cascabel al gato... y ahí la inmensa mayoría mira hacia el otro lado, porque hacer un cambio estructural es casi un acto revolucionario, hoy día... porque hay muchos intereses económicos alrededor de esa estructura social... entonces, es como casi un acto revolucionario y eso implica un compromiso muy fuerte, un compromiso en el que autoridades... se juegan mucho... y es muy difícil por eso, no porque la sociedad no esté preparada, la sociedad casi siempre va por delante de los acontecimientos... hay muchos intereses aunque hay algo en lo que habría que incidir para cambiar el chip, nuestro chip... que el dinero durante unos años ha constituido el principal valor social, y eso se ha acabado... y hay que volver otra vez a otra estructura mental. El dinero sólo vale lo que vale y no es un valor en sí mismo.

Pregunta: Sí, y la frase de moda era “Tanto tienes tanto vales”...

Tina Sáinz:... Y no sólo eso, sino ¡Qué barbaridad ha salido una señora en la televisión diciendo no sé qué!... bah, es que le han pagado... ¿comprendes? Eso se ha terminado, se van a tener que poner otra vez en práctica cosas como la honestidad, la lealtad, el trabajo bien hecho, la solidaridad... el humanismo, en una palabra...

Pregunta: Hay quien lo va a tener un poquito difícil...

Tina Sáinz: Sí, porque hay gente que le cuesta mucho cambiar la mente y se ha acostumbrado a esto, pero les va a costar mucho, pero bueno... cuando oigo programas de radio donde llama la gente... el otro día un señor llamaba desesperado, llorando... porque le quitaban su casa al no poder pagar la hipoteca... y lo más importante era su casa... le ofrecían cambiar de ciudad, ir a un pueblo de estos donde están ofreciendo casas a gente que lo habite... no, lo más importante era que le quitaban esa casa, que nunca había sido suya porque esa casa siempre ha sido del banco... entonces la gente se ha aferrado a los bienes materiales y eso hay que cambiarlo... y cada uno va a tener que ir dándose cuenta...

Pregunta: Volvemos a “La Marquesa de O”. Es un cuento y tengo la impresión que la puesta en escena e incluso vuestro trabajo como intérpretes ha sido muy acorde a lo que es el cuento...


Tina Sáinz: Sí, ahí tengo que resaltar siempre el trabajo inmenso y maravillosamente inteligente que ha hecho Magüi Mira de este texto... esto es un cuento donde el público es cómplice desde el primer momento de lo que va a pasar y de lo que está pasando y sin embargo ella ha conseguido sacar todo el humor de esa tragedia y todos los puntos de vista que uno pueda ver... con lo que el drama se desarrolla entre lo cotidiano del disparate y en ese sentido el mérito es de la directora.

Pregunta: En esta aventura, un gran actor se retira, una joven actriz llega a los escenarios. No sé si cuando un intérprete se despide deja un poso que todo aquel que llega debería recoger, ¿se está haciendo. Las jóvenes generaciones están recogiendo bien el testigo dejado por los actores que ya no están?

Tina Sáinz: Yo creo que sí. Creo que hay una generación de actores magníficos, jóvenes, que van a recoger todo eso. Creo que sí, de hecho me sigo conmoviendo e impresionando con trabajos de gente muy joven. En este caso tengo a mi lado a Amaia Salamanca, que es una actriz muy consciente de lo que es esta profesión, es una actriz enormemente trabajadora, porque todo esto pasa por el trabajo y creo que sí. En cuanto a Juanjo Otegui, no me creo esto de que se va. Creo que él voluntariamente se quiere ir; lleva mucho tiempo, está cansado y ha decidido por problemas personales marcharse, pero no me lo creo... creo que un gran actor como es él no se va a ir nunca, es decir que en cualquier momento le van a ofrecer otro personaje cómodo que a él le parezca bien y va a volver porque los actores como Juan José Otegui son imprescindibles y un actor no se va si no le echan y a Juanjo Otegui no le van a echar nunca...

Pregunta: ¿Se deja alguna vez de ser actor o actriz?

Tina Sáinz: Si uno no ejerce su profesión de nada vale que diga que eres actor o actriz, tu sentido está en el plató o en el escenario y si no actúas es muy difícil decir “yo soy actor o actriz”... actores y actrices somos todos, todos tenemos que interpretar desde por la mañana, pero el sentido del actor es el trabajo. Esto suena duro y puede sonar a personas que... pero cuando llevas un tiempo sin trabajar y tu teléfono no suena y no te hacen ofertas... eso tiene una lectura y hay que empezar a pensar... “tengo que dejar de ser actor”...

Pregunta: ¿Alguna vez lo has tenido que dejar de pensar tú?

Tina Sáinz: Sí, lo he pensado... cuando llevo un tiempo que excede de seis meses sin trabajo siempre le digo a mi representante: “¿Paloma, esto querrá decir que me tengo que ir?” Siempre he sido muy consciente de ello. De hecho cada vez que abordo un proyecto lo hago como si fuera el primero, la primera vez que trabajo, porque siempre tengo esa sensación de expectativa de decir “me voy a asomar otra vez aquí y a ver qué pasa”... porque es muy incierta esta profesión y es un hecho con el que tenemos que contar todos.

Pregunta: Creo que la casualidad es muy importante en tu carrera. He leído que eres actriz por “casualidad”.


Tina Sáinz: Sí, la casualidad es muy importante en la vida. Muy importante, en todos los aspectos de la vida. Hay cosas que pueden estar escritas, entre comillas, pero la casualidad es importante. Por un lado creo mucho en la casualidad y por otro, creo mucho en que las cosas siempre son por algo. Nunca son porque sí. Cuando me falla un proyecto, siempre pienso “no lo tenía que hacer. Algo va a venir que va a decirme que efectivamente eso no era para mí” y la casualidad, es cierto, siempre ha estado muy presente en mi trabajo...

Pregunta: Alguna vez has dicho que el olvido es el deporte nacional...


Tina Sáinz: Sí, cada país tiene unas características y nosotros tenemos ésa. Aquí se olvida todo rápidamente, eso nos hace ir un poco a trompicones en la historia, porque claro, si uno olvida el pasado difícilmente construye el presente y el futuro que se hace con el presente... pero bueno, es una característica, como la envidia... somos así... hay que asumirlo todo, porque en el momento en que tú asumes las contradicciones dejan de ser contradicciones y te haces mejor y no envejeces.

Pregunta: Tus comienzos fueron en el teatro pero rápidamente pasaste a la televisión, cine...

Tina Sáinz: Sí, mi primera obra fue en el Teatro Lara de Madrid. Era una obra francesa, “Los años del bachillerato”, la dirigía un director que entonces despuntaba, José Luis Alonso... que fue un grandísimo director y gran descubridor de muchos actores y ahí empecé... enseguida vino la televisión, el cine y el teatro... creo que un actor debe hacer teatro como muy tarde, cada cuatro años... eso como mucho...

Pregunta: No sabía que también dirigiste el Teatro Estable de Málaga...


Tina Sáinz: Sí, en un cierto momento, me reciclé a nivel personal, me fui a vivir a Málaga y estuve cinco años allí. Como no sé estar sin hacer nada, junto con Miguel Gallego que dirigía un grupo de allí con el que empezó Antonio Banderas, me metí en esta aventura y nos concedieron un local y dirigimos una cooperativa de la que formábamos parte todos que se llamó Teatro Estable de Málaga...

Pregunta: ¿Y cómo se ve el teatro desde esa perspectiva más organizativa?

Tina Sáinz: Muy duro... porque nosotros no teníamos ningún tipo de subvención, excepto un millón de pesetas que nos concedía el ayuntamiento de Málaga y el resto era todo a base de patearte la ciudad, los comercios para que te dejaran muebles para las funciones, carteles, hacíamos socios... una labor muy dura, pero muy gratificante por otra parte...

Pregunta: Hablas de las subvenciones. ¿Crees que son positivas porque quizá te restan independencia, libertad?


Tina Sáinz: Son fundamentales, me parece que subvencionar la cultura es siempre barato. Yo estoy totalmente a favor. La cultura es la ventana abierta a todo, a la sociedad y al mundo. Entonces, eso los americanos lo entienden muy bien y los ingleses y la gente que tiene una cultura muy sólida. Me parece fundamental. Menos dinero en fastos que no van a ningún sitio y más dinero para la cultura.

Pregunta: Quizá uno de los lastres para ello, sea el hecho de que a veces se habla del teatro y el cine como “ocio” y no como cultura...

Tina Sáinz: No, perdón, es “ocio cultural”. En el teatro te están transmitiendo unas ideas, te están transmitiendo unas sensaciones. Todo eso forma parte de la cultura del individuo. Ocio es otra cosa. Hasta el fútbol puede llegar a ser cultura, fíjate. Todo aquello que transmite al individuo una determinada pasión y una determinada idea y algo que excede al puro y duro divertimento es cultura. La gastronomía es cultura, la moda es cultura... que luego uno esté de acuerdo o no, es otra cosa, pero la pintura, la escultura, la literatura... todo esto está dando la imagen y el sentir de un pueblo.. y el cine, lo mismo. El cine es una de las ventanas culturales más grandes que hay... lo que pasa es que vivimos, que ya digo, esto se acaba, pero hemos vivido en unos años y en una sociedad donde el aspecto cultural estaba mal visto... entonces era todo de usar y tirar... y si las cosas no eran “la risa por la risa” como que no...

Pregunta: Quizá nos falte compromiso...

Tina Sáinz: Acabas de decir la palabra clave. Compromiso. Pero compromiso no sólo con el teatro, sino que empieza con uno mismo. Y con todo lo que te rodea, desde que te levantas. Compromiso con el otro, con tu ciudad, con tu trabajo... con todo... y eso luego forma el criterio a la hora de ir a ver un espectáculo...

Pregunta: No sé si en cierta medida, en estos años, se ha manipulado o tergiversado el significado de esa palabra...


Tina Sáinz: Sí, ha habido muchas palabras muy devaluadas... y una de ellas ha sido “compromiso”, que ha sido una palabra muy mal vista... en los setenta era una palabra que tenía un sentido y a mediados de los ochenta, cuando empezamos a ser ricos, entre comillas, el compromiso se fue como dejando de lado; era una cosa como de “rojos”... como “puf... qué dices, qué antigua...” y no. Las palabras vuelven a tener un significado. Es como la palabra “genio”, también se ha devaluado, hoy cualquiera es genial. No, mire usted, genial es... no sé, Beethoven... Antonio López... pero no un señor que baila muy bien, no es un genio; es un buen bailarín, y punto pelota... o un cantante... un genio es María Callas, porque era excepcional dentro de su profesión... pero, son palabras que han de volver a recuperar su sitio y hoy día, creo que todo debe volver a pasar por el compromiso, y así entenderemos muchas cosas...

Pregunta: ¿Permitiremos que eso ocurra?


Tina Sáinz: No sé... yo he luchado siempre por eso y siempre he sido una persona comprometida...

Pregunta: Supongo que dependerá de cada uno, sin hacer caso de lo que nos digan, sin que nos manipulen...

Tina Sáinz: Todo ha de pasar por el individuo... y bueno, sí podemos hacer caso de lo que nos digan, si estamos de acuerdo, claro... aunque tenemos que tener cuidado, ahí es donde se debe encender la luz roja... hasta qué punto... en una época en la que todo el mundo preconizaba que éramos ricos y que nos podíamos comprar barcos, coches y pedir créditos para una comunión, ir a veranear a Cancún... ahí, hay que detectar dónde está la trampa porque eso no es verdad... ahí hay trampa... y eso es lo que el individuo debe saber... y eso para por él, claro... tú tienes que preguntarte por qué me va a dar a mí el banco el cien por cien... esto tiene truco... y eso tiene que volver a pasar porque ya la gente ha aprendido con el jarabe de palo... que a veces es el jarabe que nos toca para aprender...

Pregunta: Volviendo al teatro, en todos años ¿cómo has visto su evolución?

Tina Sáinz: El teatro va siempre al compás de la sociedad. Ha sufrido los cambios que ha sufrido la sociedad, es su espejo. Alguien decía hace años que para saber cómo va un país sólo hay que leer en el periódico la cartelera de los teatros... entonces sí, ha cambiado, pero no lo ha hecho ni para bien, ni para mal... ha cambiado en unas cosas para distinto y en otras cosas para distinto, en bien... pero el teatro siempre estará en crisis porque la sociedad siempre estará en crisis, afortunadamente... y desde pequeña he oído siempre las mismas conversaciones, que el teatro está muy mal... y siguen los años y sigo oyendo lo mismo... quiero decir que es así... es algo incierto, algo milagroso, algo que dices “madre mía...” una vez, hace muchos años, en América, hice una gira con Adolfo Marsillach y una noche en una ciudad, creo que fue en Managua, Adolfo me dijo: “¿Te das cuenta que nos dedicamos a una profesión que depende de que un señor le diga a su señora: María arréglate que te llevo al teatro? Imagínate la cantidad de gente que se tiene que poner de acuerdo”... Eso resumen muy bien lo que es esto...

Pregunta: Un milagro...


Tina Sáinz: Exactamente. Eso sí es la pura casualidad, que algo guste mucho y algo que es muy bueno y que los intérpretes, el director todos creen en ello, el público decida que sí... y a eso no se le puede aplicar una lógica... y a eso me dedico yo... y para mí el triunfo, si es que puedo presumir de algún triunfo, es el de haber podido ir pagando las facturas durante todos estos años...

Sofía Basalo.