sábado, 22 de agosto de 2009

... ÁNGEL PAVLOVSKY (Diciembre 2008)






Ángel Pavlovsky se despoja de máscaras, deja a “La Pavlovsky” en el camerino, se viste el “traje de soñar” y recibe a su público a la entrada de la Sala Pequeña del Teatro Español. Mientras tanto, las notas de la banda sonora de la película Cinema Paradiso abre la puerta de nuestros propios sueños. El primer paso está dado. Nada será difícil en la nueva ceremonia del teatro.
“Alas Furtivas” permaneció en Barcelona más de un año con un éxito absoluto. Los seguidores del actor argentino no salen defraudados y quienes lo descubren entran rápido en un juego absolutamente emocionante. Pudimos charlar con Ángel Pavlovsky. Llega muy pronto al teatro, él mismo lo dice en el espectáculo. Apaga la música que “dulcifica” la espera y comenzamos:


Pregunta: ¿Con “Alas Furtivas” podemos volar a igual altura que con las “Alas normales”?

Ángel Pavolvsky: Lo que ocurre es que a veces con las “Alas Normales” nos aparecen y nos desaparecen y “Las Furtivas” es cuestión de buscarlas... y eso es un apaño... sería genial que todo el mundo siempre encontrase las que debemos tener... las que nos tocan y las que nos hacen avanzar... porque las Furtivas... bueno, te pueden sacar de un apurito... y se llega más o menos al propósito... pero con las auténticas... si uno se ejercita bien... se llega más lejos...

Pregunta: Con las auténticas... ¿tenemos que creer en esas alas auténticas?... Cuando hablaba de “buscar y encontrar”... ¿Sabemos buscarlas?...

Ángel Pavlovsky: Mira, una madre ante un hijo en peligro las encuentra... las encuentra y también... lo que pasa es que las usamos en general bastante poco por los demás... en general estamos acostumbrados a usar esas Alas para intereses personales y se acabó...

Pregunta: En este espectáculo “Alas Furtivas” Nos recibe. Tengo la impresión de que nos observa, de que nos mira a los ojos, de que quiere saber quién está al otro lado. He leído lo importante que es la relación entre el actor y el público... ¿quizá en su carrera se ha alcanzado un “nivel” especial porque el público no es “anónimo”?


Ángel Pavlovsky: Es una observación interesante... pero creo que el espectáculo, si no los recibiera, quizá llevaría un poquito más de tiempo en establecer la conexión, pero he resuelto recibirlos para ahorrarme ese tiempo de después, porque sino, se hace eterno y hay días que no controlo el tiempo y se me hace eterno... yo pienso que en principio, yo intento que al espectador le ocurra lo que a mí me gustaría que me ocurriera siempre que voy al teatro: Que me cuiden, que me diviertan, que me entretengan, si es posible que me emocionen y que se vayan pensando en lo que les ocurrió y todo esto que te digo se logra... en mayor o en menor medida todas las noches...

Pregunta: ¿Qué tienen las películas Cinema Paradiso o El Cartero de Neruda y sus bandas sonoras para que las hayas escogido en su espectáculo?

Ángel Pavlovsky: ... Que me di cuenta que en casa, cuando lo preparaba, las tenía muy a mano y las ponía a menudo... y era en su momento... y cuando hubo que elegir una música... dije “éstas que tenían que ver con la preparación del espectáculo” cuando me senté a escribirlo a mano... y además son tranquilas y son emotivas y son buenas... son excelentes...

Pregunta: Habla a menudo de “emociones”... ¿La emoción es lo más importante del teatro?... También hace una diferencia muy interesante entre las ideas que son transmitidas y las emociones que han de ser contagiadas...

Ángel Pavlovsky: Sí, es verdad... es verdad... y eso me lo decía mi padre, pero como ya lo nombro bastante... todo lo que me acuerdo de mi padre, no es que diga “esto lo decía mi padre”... pero él lo decía y mi padre se emocionaba con nada... con nada... y generalmente se califica de blanda a la gente que se emociona demasiado ¿no? Y creo que es todo lo contrario, es una parte muy pura, nuestra, que aparece cuando nos emocionamos... en buenas y en malas circunstancias...

Pregunta: Sí, comenta en el espectáculo que se gusta más a sí mismo emocionado... Habría que emocionarse más, quizá...

Ángel Pavlovsky: Sí, pero de repente te puede emocionar una situación... hay gente que le emocionan las puestas de sol... llegando al límite... pero yo no conozco a nadie que diga yo me emocioné tanto viendo la tele... no, ¿verdad?... igual te puede emocionar una película que veas en la tele... pero, en general... además las pequeñas emociones, las más simples, las que nos sorprenden... ésas me gustan mucho... un reencuentro con alguien que no esperabas, que no veías hace tiempo... puede ser emocionante... y en el teatro si se producen emociones es que trabajamos generalmente con emociones, con los sentimientos humanos y ese material si está cuidadosamente tratado, en el mejor de los casos, produce emoción y si no la produce y te hace pensar también sirve y si te hace sonreír también sirve... y si te entristece también sirve...

Pregunta: Escribe en el programa de mano que en “Alas Furtivas” realiza una búsqueda del sentido del hecho teatral... como si de un milagro se tratase. ¿Los actores son en cierta forma “hacedores de milagros”?

Ángel Pavlovsky: Sí... pero muchas veces no depende del actor, depende de una buena dirección, si el actor lo interpreta muy bien, es el que te transmite la emoción, pero también puede depender de un buen texto... que en mi caso, es cotidiano, no tiene pretensiones literarias... pero depende de todo... en el teatro depende de todo...

Pregunta: ¿Qué nos impide ser sinceros con nosotros mismos y con la vida y admitir que estamos “hartos”?

Ángel Pavlovsky: A mí no me lo impide nadie... porque no hay un director, no hay un autor... éste es un trabajo especialmente particular... pero, qué nos impide reconocer la clase a la que pertenecemos, generalmente, uno observa que la gente intenta presentarse ante los demás como intentando superar el grado que te toca vivir en el aspecto, en la moda... en montones de cosas... y yo creo que una persona que va incluso, que pasa de la moda, pero que lleva la ropa limpia, para mí tiene tanto valor como una persona que estrena un arman ¿no?...

Pregunta: Pero en la vida cotidiana no es así...

Ángel Pavlovsky: Ah!! Porque en la vida cotidiana no es así, yo traigo estos temas al escenario, producto de la observación y en mi vida tampoco es así, a mí me cuesta reconocer que estoy orgulloso de pertenecer a la clase trabajadora... me cuesta y lo digo... y generalmente la gente no... yo creo que en general es muy difícil reconocer lo que somos o lo que creemos ser, somos lo que aparentamos, lo que piensan los demás... montones de cosas...

Pregunta: Igualmente es difícil reconocer que no conseguimos realizar nuestros sueños... que no conseguimos ser aquellos que quisimos ser en un momento dado...

Ángel Pavlovsky: Seguro, absolutamente... pero esto no es necesariamente malo, es decir, porque entre lo que quisiste ser y lo que lograste ha pasado una vida... y no es una vida de frustraciones... es una vida de pequeños logros, también depende de las oportunidades que para mí eso es importantísimo y no son las mismas según el sitio en el que te ha tocado nacer... no son las mismas...

Pregunta: Con lo que no somos iguales...

Ángel Pavlovsky: En esencia sí... en esencia somos absolutamente iguales... pero no somos iguales en sensibilidad, o no la desarrollamos o no la demostramos... todos creemos ser lo suficientemente generosos siempre se puede más... todos creemos ser lo suficientemente piadosos (en el buen sentido de la palabra) y se puede más... y todos podemos ser un poquito más... ya te dije generosos... podemos acercarnos mucho más, tender mucho más la mano de lo que lo hacemos... generalmente miramos para otro lado y quizá nos importan muy poco los demás... a todos... y siempre hacemos la diferencia y nombramos “a mi familia, que no le falte nada”... pero ¿y el que no le tocó ser de tu familia y vive en la puerta de al lado, qué pasa?

Pregunta: ¿Esto es quizá producto de la comodidad o del egoísmo?

Ángel Pavlovsky: Del sistema en general... evidentemente siempre creemos ser también menos egoístas de lo que somos... y además sorprende que uno diga en primera persona “yo me quiero mucho”... lo primero, sueltan una risa... pero es que si reconocemos realmente que no nos queremos, lo llevamos muy mal con nosotros mismos...

Pregunta: Sí, pero quizá nos han enseñado que eso no es bueno...

Ángel Pavlovsky: Bueno, sí, pero ya es hora, en mi caso... tengo una edad en la que tengo que desaprender bastante... y bueno, nos enseñaron lo mejor que pudieron, supongo... y yo agradezco todo lo que me enseñaron y que me ha servido... incluso lo que me enseñaron y no me ha servido, pues hay que cambiarlo y generalmente nos molestan muchas cosas de las demás personas.... ¿y no será que nos molestan tanto porque algo de eso nos molesta en nosotros?...

Pregunta: También suelen decir lo contrario que lo que nos gusta en otras personas, lo que nos atrae de otras personas, es también porque nos gusta en nosotros mismos...

Ángel Pavlovsky: Es posible... pero en eso de la atracción... creo que no es igual, porque son dos casos diferentes... es decir, el exterior, podemos coincidir cuatro o cinco personas sobre el aspecto de una persona y nos puede resultar atractivos a los cuatro y si los tratamos individualmente, estoy seguro que si nos juntamos luego los cuatro, uno lo pone verde, el otro... porque en eso no estaremos nunca de acuerdo porque quizá buscamos otra cosa y además cuando nos gusta alguien nos gusta de entrada como lo percibimos pero a partir de una relación... cambiaríamos tanto de una persona... y eso es un error...

Pregunta: ¿Vivimos en un tiempo en el que los sueños están hipotecados?

Ángel Pavlovsky: Es bonita la frase... sí, en general sí, pero yo no sé si tiene algo que ver con este tiempo o con todos los tiempos ¿eh?... es un problema también de libertades que uno puede tomarse... la libertad de dedicarnos más tiempo a construir a vivir intensamente a recordar y a no olvidarnos de los sueños... porque los sueños son de alguna manera... en los sueños aparece generalmente todo lo que nos falta... todo lo que nos falta despiertos...

Pregunta: ¿Cómo darnos ese tiempo para soñar, para construir, recordar...?

Ángel Pavlovsky: Esa pregunta no sirve para un actor... cuando encuentres un maestro, un gurú, un predicador... te dará la suya... yo me la hago... y no doy respuestas en general... no doy respuestas porque no estoy convencido y porque tengo muchos desacuerdos y muchas dudas, pero a mí me sirve si por lo menos me encuentro con gente que me escucha en el espectáculo y que siente los mismos desacuerdos que yo... y entonces, digo, esto ya nos une de alguna manera... y eso hace que el espectáculo siga funcionando... alguien decía por ahí, no me gusta usar esta frase, “no hay nada que una tanto a la gente como los mismos odios”... y es verdad... un pueblo transmite sus odios a veces fundados, otras infundados... a veces históricos, a veces religiosos... a veces de cualquier tipo y de repente todo el pueblo termina odiando al pueblo vecino... o al país vecino cuando a lo mejor en un momento de litigio salvaría a una de esas personas...

Pregunta: Llegó a España desde Buenos Aires hace treinta y cinco años... Se ha convertido en parte de nuestra cultura teatral... ¿Cómo ha sido el camino?

Ángel Pavlovsky: Para nada... tampoco hice una carrera de grandes logros... conseguí una pátina de prestigio, ubicándome en reconocer lo que soy... “ A sí, ese tío... está bien lo que hace”... pero se supone que a mi edad que un actor con una trayectoria en lo posible logra un patrimonio, vive únicamente de su profesión, elige los trabajos... pues nada de eso me pasa... paso muchas épocas sin trabajo... y como cualquier otro actor... fácil, no hay nada en el teatro y lo fácil no sirve en el teatro... yo siempre diferencio mucho a veces en una rueda de prensa, en general, que no se trata de un monólogo sólo para hacer reír... que hay otra gente que lo hace... yo considero que eso es muy fácil y si te lo escriben unos guionistas, mejor... y yo eso lo he visto... intento correr riesgos, me meto en berenjenales sin solución, pero mientras me hagan pensar a mí y a los demás, ya me quedo contento, aunque se rían un poco menos que en otro espectáculo dedicado a hacer chistes... y se ríen igual...

Pregunta: Comentaba que escribe su guión y que lo hace sin ninguna pretensión literaria... pero, por ejemplo, el origen del aplauso que nos dice hacia el final del espectáculo es muy hermoso...

Ángel Pavlovsky: Ah... eso no se escribe en casa ¿eh?... eso te vas arriesgando día a día... y un día te sale y unes esto con aquello... y aquello con lo otro... y dices, bueno, igual nació así el aplauso... no sé... te juro... esto no está ensayado... intento coordinarlo, pero con el trabajo diario se va afinando un poco más... y es verdad que el aplauso como gesto es muy primario, pero de pronto, no sé, intentando hablar del amor y sentir que puede ser como un pájaro que lo coges en las manos y si aprietas puede morir y si lo sueltas puede volar... te pasas la vida así... entonces un día dije, pues habrá nacido el aplauso así... y ya lo redondeé con otra frase y que... así se va haciendo el espectáculo, quizá en el original que por obligación llevo a la SGAE no estaba esa frase...

Pregunta: ¿Qué le ha enseñado el teatro?

Ángel Pavlovsky: A mí lo que más me enseñaron los años y la obstinación especial que tengo con dirigirme y escribir yo y vestirme e inventarme todo y poner las luces... que sea todo un trabajo integral mío, cuando posiblemente si cojo otros colaboradores sería mejor o diferente... lo que aprendí es que cada vez estoy convencido de que es dificilísimo que cada vez me resulta más difícil hacerlo bien... si te toca un papel en un reparto vas, lo aprendes, y de entrada crees que va bien pero con los ensayos te vas dando cuenta que evolucionas o no... y es difícil, ahora como me gustan a mí las dificultades porque soy así, me gusta que todo tenga que ver con mi forma de sentir, de apreciar la belleza, de transmitir y entonces, lo que tengo que destacar algo es ¡qué difícil es! Pero tengo muy claro que lo fácil termina no funcionando y por eso lo primero que se me ocurre cuando escribo algo, termina siempre en la papelera...

Pregunta: Tras su paso por el Teatro Español, ¿hacia dónde lo llevaran esas Alas Furtivas?

Ángel Pavlovsky: Hasta el día once estaré en el Teatro Español. El doce de enero ya no sé qué futuro inmediato habrá... voy así... me programo así... tengo un contrato firmado para 2010 en una ópera en el Teatro del Liceo, en un papel que no canta... pero porque en la ópera te hacen el contrato con mucha antelación, pero no sé qué pasará... si lo supiera te lo diría... no soy supersticioso... te lo diría... además ser supersticioso trae mala suerte...

Sofía Basalo.

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