“Los trabajos y los días” de Michel Vinaver, es el nuevo proyecto de Producciones Off Madrid que conducen Luis Maluenda y Pepa Sarsa. Tras una extensa gira ha llegado a Madrid, concretamente al Teatro Galileo. Es éste un proyecto diferente y crítico donde el espectador tiene un papel importante, pues no es un mero sujeto pasivo a la espera de lo que la función ose decirle. Sarsa y Maluenda llevan más de dos décadas en el mundo del teatro. Sus producciones contienen siempre una importante dosis de compromiso social y ésta no iba a ser menos. Luis Maluenda dirige este proyecto. Pepa Sarsa es uno de los empleados de la pequeña empresa donde se desarrollan los hechos, con ella hemos charlado:
Pregunta:¿Cómo surge la oportunidad y la idea de llevar a escena “Los Trabajos y Los Días”?
Pepa Sarsa: Conocí a Vinaver a través de lectura de varias obras y hace dos años en un viaje a París pude ver sobre el escenario "Boca Arriba". Era un montaje dirigido por él mismo con veintiún actores y actrices sobre una empresa de bronceadores que trataba un conflicto que podía hacer desaparecer la empresa. Me impresionó el trabajo así como la respuesta del público que aplaudía con pasión. En Francia y Canadá es un autor de culto, como se suele decir ahora, y se ha estrenado en los teatros más importantes de Francia y por los directores más prestigiosos. Aquí en España es apenas conocido hasta por los más expertos. Esta obra no se había estrenado profesionalmente en España.
Pregunta: El micromundo reflejado en la empresa, un hábitat agonizante es también
La imagen de una sociedad que cambia en la que mueren ciertas cosas y surgen otras ¿Qué concluye. Qué comienza. Qué se puede mantener?
Pepa Sarsa: Es el final de unos tiempos en los que se reparaban los objetos de uso diario: de un molinillo eléctrico se arreglaba una pieza o se cambiaba por otra para alargar su “vida”. Termina con ello una época de empresas familiares que fabricaban aparatos estupendos que duraban décadas. Este sistema hizo que se perdiera rentabilidad; los objetivos mercantiles cambiaron y así se comenzó por otro que facilitaba con incentivos la compra de nuevos aparatos dejando de lado los usados. Es el principio de los ordenadores en las empresas, de los contestadores automáticos que mediante voces grabada, sustituirán a los trabajadores y trabajadoras y es el comienzo de las grandes Opas sobre empresas pequeñas. Esa enorme transformación económica lo es también social y laboral; ese cambio afectará las relaciones entre las personas y las empresas que tratarán a los empleados despersonalizadamente. Los personajes de Guillermo,Jaudouard Anne, Nicole e Ivette muestran las diferentes relaciones que mantienen con la “casa” Cosson y cómo afectará su futuro en ella. También afectará al mundo privado de estos trabajadores; estaremos asistiendo a una metamorfosis sin que las personas implicadas se den mucha cuenta de lo que está pasando.
Pregunta: Siguiendo con el paralelismo “empresa/sociedad” vemos en ello que en
Cierta medida prima el individualismo y falta unidad; prima el intentar progresar o avanzar a costa del otro, a base de mentiras, trampas, abusos, en ese aspecto poco se ha cambiado ¿no?
Pepa Sarsa: Efectivamente, poco se ha cambiado. El público que ve sobre el escenario “Los Trabajos y los Días” tiene el privilegio de observar con humor unas veces, con patetismo otras, lo que los personajes, nosotros mismos, no vemos en nuestra vida diaria. Pero lo hace de una manera que ni el cine ni la novela o la televisión puede contar. La mirada de este autor, que trabajó durante 23 años en una multinacional y en todas las categorías, combinada con su formación literaria y como dramaturgo, hace que sea real por su combinación de puntos de vista simultáneos, casi cubista, como la vida misma, cuando las cosas se suceden vertiginosamente sin darnos tiempo a ver lo que pasa, lo que nos pasa, cómo nos cambia. En la obra los acontecimientos se suceden también así, con ese calidoscopio que nos revela la imbricación de nuestra vida privada con la laboral. En nuestro medio laboral pasamos mucho más tiempo con nuestros compañeros que con nuestra propia familia y por ello las relaciones se mezclan de modo que ya no hay forma de separar lo privado de lo laboral. Ningún medio como el teatro puede revelar esa realidad.
Pregunta: Creo que la puesta en escena tiene algunos aspectos simbólicos, por ejemplo la escalera proyectada al fondo del escenario. ¿Es quizá la escalera una salida posible en un principio y poco a poco inexistente. Una salida moribunda como la misma empresa?
Pepa Sarsa: Esta escalera es una metáfora. La escalera ha sido a través de la historia un símbolo de ascenso o descenso, de paso de un lugar a otro, de distintos niveles y estratos sociales, laborales, económicos, culturales, políticos pero también espirituales. Los jefes siempre están arriba, los rascacielos pueden verse como la materialización de ese poder pero estratificado.
En la obra la metamorfosis de la escalera se produce a la vista del público quien ve la transformación social que se está produciendo pero no es visible para los personajes. También nos sitúa en el lugar más bajo que es donde está situado este servicio postventa, un sótano compartido con otras secciones sin ventanas. También simboliza la escalera que todos los personajes tendrían que subir para mejorar su status pero a la que no pueden acceder; es la escalera por la que no bajan los jefes. Es también una metáfora de la pirámide social y de la torre de Babel.
Pregunta: El autor griego Hesíodo escribió una especie de poema llamado también
“Los trabajos y los días”; en él este autor decía entre otras cosas “El trabajo es el destino universal del hombre, sólo el que esté dispuesto a trabajar podrá con él” ¿Tiene alguna relación con la obra de Michel Vinaver?
Pepa Sarsa: Sí, efectivamente. Si recordamos un fragmento de la obra de Hesíodo “…Pero Zeus lo escondió irritado en su corazón por las burlas de que le hizo objeto el astuto Prometeo; por ello entonces urdió lamentables inquietudes para los hombres y ocultó el fuego. Más he aquí que el buen hijo de Jápeto lo robó al providente Zeus para bien de los hombres en el hueco de una cañaheja a escondidas de Zeus que se goza con el rayo. Y lleno de cólera díjole Zeus amontonador de nubes: “¡Japetónida conocedor de los designios sobre todos las cosas! Te alegras de que me has robado el fuego y has conseguido engañar mi inteligencia, enorme desgracia para ti en particular y para los hombres futuros. Vinaver escribe los “Trabajos y los Días” evocando de manera contemporánea ese mito o el católico de la pérdida del Paraíso, situándonos a lo largo de toda su obra en lugares de trabajo; “ganarás el pan con el sudor de tu frente”.
Pregunta: Hesíodo incluía esto en su poema “Los dioses y los hombres odian
igualmente al que vive sin hacer nada (...) y a los que devoran el trabajo de las abejas” Dentro de ese cambio que se muestra en la obra y que se experimenta en la vida misma hay algo que quizá no haya cambiado ¿las “abejas” siguen siendo las mismas y los “devoradores” también siguen siendo los mismos?
Pepa Sarsa: Los poderes, los que manejan los hilos siguen siendo inalcanzables, son los dioses, los de las grandes multinacionales, los que manejan la bolsa… Sí, Vinaver cuenta ese castigo y lo hace en directo pero además la continua transformación vertiginosa.
Vinaver escribe una dramaturgia postbrechtiana pero quizás hace lo que el propio Brecht no se atrevió a hacer, esa visión del mundo del trabajo reveladora de la lucha de clases.
Pregunta: Supongo que el proceso de ensayos, de poner en pie esta obra desde el punto de vista actoral ha sido complejo, quizá desde todos los puntos de vista, porque se trata de una obra diferente, en la que no hay un hilo conductor ¿no?
Pepa Sarsa: El concepto de hilo conductor entendido como una dramaturgia tradicional de causa efecto: un conflicto desencadena una acción que tropieza con un obstáculo que genera otra acción hasta el objetivo final, no funciona en esta obra. Esta obra está fragmentada como la vida misma; una superposición de planos y puntos de vista continua y de manera imprevista. El hilo conductor en su obra es una sub-trama que avanza debajo de los sucesos pero no es lineal. El proceso de los ensayos fue intenso porque descubríamos en cada momento diferentes posibilidades de leer la obra, fue una gozada seguida de momentos de vértigo. Vinaver no te deja instalarte en un estilo, en una forma de hacer. En mi opinión creo que es un reto para el actor/actriz porque tenemos costumbre de desarrollar un trabajo más naturalista y en este montaje el intérprete debe reflejar en pocas palabras todo una carga interior que arrastra el personaje y pasar inmediatamente a otro estado contrario y después de éste a otro y así sucesivamente. Pero indiscutiblemente todos hemos disfrutamos con el trabajo y también hemos sufrido con el desafío que implica este texto.
Pregunta: Hablando de puntos de vista, otro importante es igualmente el del
Espectador. Se necesita a un espectador activo, presto a identificarse con cada uno de los miembros de esta cadena ¿no?
Pepa Sarsa: Ese es el universo que nos plantea Vinaver, le interesa la participación del público cuando en el deslizamiento de frases de distintos personajes sin conexión aparente unas con otras, surge, según cada espectador, una visión humorística diferente en función de su lectura individual. Vinaver no ejerce queriendo imponer una visión política unívoca, su visión es abierta y crítica humorística, lúcida, inteligente. Esta obra es un pastel para espectadores y espectadoras hartos del teatro papilla.
Pregunta: Tienen una larga trayectoria como productores e intérpretes, siempre con un teatro comprometido y social. ¿Es complicado mantener esa línea, sobrevivir en el mundo del teatro manteniendo esos “principios” por así decir?
Pepa Sarsa: Si uno se acerca al teatro buscando éxito económico escenificando estos asuntos, fracasa. En nuestro caso este teatro nos estimula espiritualmente, nos da la fuerza, no sobrevivimos, nos hace vivir. Tanto la CAM como INAEM nos ayudan a realizar un teatro que necesita esa ayuda. Los intérpretes no somos solamente ciudadanos dedicados a hacer reír al público, también somos portavoces de una cultura, formamos parte de una tradición milenaria.
Pregunta: Se habla en muchas ocasiones de “Teatro necesario” ¿Se hace hoy en día
un teatro necesario. En qué consiste ese teatro?
Pepa Sarsa: El público ha cambiado; ¡cómo no lo iba a hacer si ahora consume trescientas ficciones al año!¡ cómo no va a ser necesario contar historias! Los humanos no soportamos el devenir de la historia, necesitamos revelar nuestro mundo interno para saber quienes somos, cómo crecemos. El teatro es el arte de la representación y también ha evolucionado; hoy se hace el teatro como se hacía en Grecia, como hace 2500 años pero también con una danza contemporánea que nos acerca a una visión externa, urbana o interna y reveladora de lo inconsciente. Los medios de comunicación social como la televisión, el cine o la radio, son en muchas ocasiones formas parateatrales, formas contemporáneas de contar historias, de revelar, divertir, serenar, dar un bálsamo para hacer a los ciudadanos la vida más soportable o para encender, indignar, para denunciar, para hacer justicia. También las noticias son fragmentos parateatrales muchas veces y levantan los ánimos a través de la crítica como lo hiciera en tiempos de Esquilo con “Los Persas”. El teatro es necesario pero en todas sus formas posibles.
Pregunta: He leído que eres presidenta o miembro en tal caso de la Asociación de
Mujeres de las artes escénicas. ¿Qué tal se portan las artes escénicas con la mujer?
Pepa Sarsa: Bien, sí soy la Presidenta de la Asociación de Mujeres de las Artes Escénicas, AMAEM “Marías Guerreras” tenemos ya una trayectoria de siete años en los que hemos desarrollado talleres, debates, publicaciones, escritura de textos y representaciones de los mismos en diferentes salas de Madrid y fuera. Siempre todos nuestros trabajos se hacen desde la perspectiva de género, punto de vista que apenas sí tiene reflejo en los montajes de otras producciones; esta es una de las razones de la creación de las Marías Guerreras. De vez en cuando se representan textos en los que la mujer y su mundo son protagonistas pero en la mayoría de estas ocasiones provienen de autoras o son producto del empeño de directoras/productoras, como ha sido mi caso recientemente. En mi opinión los problemas a los que se enfrenta la mujer contemporánea en su obligación de desarrollar diversos roles y todos a la vez no está suficientemente contemplado. Ni tampoco el uso y abusos a los que se ve sometida en diversas culturas y épocas.
Quiero aprovechar la ocasión para animar a todas las creadoras de los diferentes campos de las artes escénicas a colaborar con las Marías Guerreras.
Pregunta: ¿Padece el teatro español de cierto conformismo?
Pepa Sarsa: Es curioso que el público acepte la vanguardia en la pintura asistiendo en masa para ver pintores cubistas, abstractos, surrealistas, etc. pero le cueste aceptar esas mismas formas en el teatro. Es curioso que acepte la música contemporánea en el teatro viendo una representación del miedo, o en el cine pero no soporte esa misma música sin imágenes. Supongo que es cuestión de tiempo. Veo a espectadores de otras culturas mucho más evolucionados en ese aspecto, más cultos, más abiertos, más libres. Los espectadores aquí todavía tienen miedo a reír libremente en el teatro, lo hacen mejor en la te tele, en soledad.
Hay conformismo en el teatro. A veces pienso que gran parte del teatro que se produce y recibe a gran parte de los espectadores lo hace para celebrar el mundo tal y como está. Antes decíamos que el teatro quería cambiar el mundo o por lo menos renovarlo, no creo que debamos olvidarlo.
Pregunta: ¿Qué le falta y qué le sobra al teatro hoy en día?
Pepa Sarsa: Espectadores, una participación de los medios de comunicación en la proyección del teatro con la misma vitalidad que lo hace con el fútbol. Hay una desproporción entre el esfuerzo de los medios de comunicación y la administración, de los gobiernos en general, en la difusión del fútbol, por ejemplo, y la difusión del teatro. Hay interés en que la mayoría de la población se distraiga, lo cual está muy bien, pero no todo el tiempo. Hay miedo a ilustrar, a educar, a reflexionar. Todavía la gran mayoría de la gente piensa que el teatro es caro pero no dice lo mismo de las copas que paga en un espacio de ocio, del fútbol cuando paga tres o diez veces más.. etc. Los ministerios de Educación y Cultura debiera promover una forma de Educación amena, inspiradora, donde también se encuentra la alegría de vivir. El teatro ofrece honestamente esa vida.
Pregunta: ¿Cuáles son vuestros próximos proyectos?
Pepa Sarsa: Estamos preparando una maravillosa obra de Carmen Resino que aborda el tema del Arte y la Política. Es una obra donde oímos música barroca y también la música de los intereses contrapuestos entre los artistas y los promotores culturales.
Es una obra crítica pero también bella, se titula “ORQUESTA” y esperamos estrenarla el 17 de Septiembre de 2008 en el Teatro Fernando de Rojas del Círculo Bellas Artes de Madrid.
Hay otros proyectos mandando radiaciones de energía pero por el momento hay que sujetarlos.
Sofía Basalo.
Pregunta:¿Cómo surge la oportunidad y la idea de llevar a escena “Los Trabajos y Los Días”?
Pepa Sarsa: Conocí a Vinaver a través de lectura de varias obras y hace dos años en un viaje a París pude ver sobre el escenario "Boca Arriba". Era un montaje dirigido por él mismo con veintiún actores y actrices sobre una empresa de bronceadores que trataba un conflicto que podía hacer desaparecer la empresa. Me impresionó el trabajo así como la respuesta del público que aplaudía con pasión. En Francia y Canadá es un autor de culto, como se suele decir ahora, y se ha estrenado en los teatros más importantes de Francia y por los directores más prestigiosos. Aquí en España es apenas conocido hasta por los más expertos. Esta obra no se había estrenado profesionalmente en España.
Pregunta: El micromundo reflejado en la empresa, un hábitat agonizante es también
La imagen de una sociedad que cambia en la que mueren ciertas cosas y surgen otras ¿Qué concluye. Qué comienza. Qué se puede mantener?
Pepa Sarsa: Es el final de unos tiempos en los que se reparaban los objetos de uso diario: de un molinillo eléctrico se arreglaba una pieza o se cambiaba por otra para alargar su “vida”. Termina con ello una época de empresas familiares que fabricaban aparatos estupendos que duraban décadas. Este sistema hizo que se perdiera rentabilidad; los objetivos mercantiles cambiaron y así se comenzó por otro que facilitaba con incentivos la compra de nuevos aparatos dejando de lado los usados. Es el principio de los ordenadores en las empresas, de los contestadores automáticos que mediante voces grabada, sustituirán a los trabajadores y trabajadoras y es el comienzo de las grandes Opas sobre empresas pequeñas. Esa enorme transformación económica lo es también social y laboral; ese cambio afectará las relaciones entre las personas y las empresas que tratarán a los empleados despersonalizadamente. Los personajes de Guillermo,Jaudouard Anne, Nicole e Ivette muestran las diferentes relaciones que mantienen con la “casa” Cosson y cómo afectará su futuro en ella. También afectará al mundo privado de estos trabajadores; estaremos asistiendo a una metamorfosis sin que las personas implicadas se den mucha cuenta de lo que está pasando.
Pregunta: Siguiendo con el paralelismo “empresa/sociedad” vemos en ello que en
Cierta medida prima el individualismo y falta unidad; prima el intentar progresar o avanzar a costa del otro, a base de mentiras, trampas, abusos, en ese aspecto poco se ha cambiado ¿no?
Pepa Sarsa: Efectivamente, poco se ha cambiado. El público que ve sobre el escenario “Los Trabajos y los Días” tiene el privilegio de observar con humor unas veces, con patetismo otras, lo que los personajes, nosotros mismos, no vemos en nuestra vida diaria. Pero lo hace de una manera que ni el cine ni la novela o la televisión puede contar. La mirada de este autor, que trabajó durante 23 años en una multinacional y en todas las categorías, combinada con su formación literaria y como dramaturgo, hace que sea real por su combinación de puntos de vista simultáneos, casi cubista, como la vida misma, cuando las cosas se suceden vertiginosamente sin darnos tiempo a ver lo que pasa, lo que nos pasa, cómo nos cambia. En la obra los acontecimientos se suceden también así, con ese calidoscopio que nos revela la imbricación de nuestra vida privada con la laboral. En nuestro medio laboral pasamos mucho más tiempo con nuestros compañeros que con nuestra propia familia y por ello las relaciones se mezclan de modo que ya no hay forma de separar lo privado de lo laboral. Ningún medio como el teatro puede revelar esa realidad.
Pregunta: Creo que la puesta en escena tiene algunos aspectos simbólicos, por ejemplo la escalera proyectada al fondo del escenario. ¿Es quizá la escalera una salida posible en un principio y poco a poco inexistente. Una salida moribunda como la misma empresa?
Pepa Sarsa: Esta escalera es una metáfora. La escalera ha sido a través de la historia un símbolo de ascenso o descenso, de paso de un lugar a otro, de distintos niveles y estratos sociales, laborales, económicos, culturales, políticos pero también espirituales. Los jefes siempre están arriba, los rascacielos pueden verse como la materialización de ese poder pero estratificado.
En la obra la metamorfosis de la escalera se produce a la vista del público quien ve la transformación social que se está produciendo pero no es visible para los personajes. También nos sitúa en el lugar más bajo que es donde está situado este servicio postventa, un sótano compartido con otras secciones sin ventanas. También simboliza la escalera que todos los personajes tendrían que subir para mejorar su status pero a la que no pueden acceder; es la escalera por la que no bajan los jefes. Es también una metáfora de la pirámide social y de la torre de Babel.
Pregunta: El autor griego Hesíodo escribió una especie de poema llamado también
“Los trabajos y los días”; en él este autor decía entre otras cosas “El trabajo es el destino universal del hombre, sólo el que esté dispuesto a trabajar podrá con él” ¿Tiene alguna relación con la obra de Michel Vinaver?
Pepa Sarsa: Sí, efectivamente. Si recordamos un fragmento de la obra de Hesíodo “…Pero Zeus lo escondió irritado en su corazón por las burlas de que le hizo objeto el astuto Prometeo; por ello entonces urdió lamentables inquietudes para los hombres y ocultó el fuego. Más he aquí que el buen hijo de Jápeto lo robó al providente Zeus para bien de los hombres en el hueco de una cañaheja a escondidas de Zeus que se goza con el rayo. Y lleno de cólera díjole Zeus amontonador de nubes: “¡Japetónida conocedor de los designios sobre todos las cosas! Te alegras de que me has robado el fuego y has conseguido engañar mi inteligencia, enorme desgracia para ti en particular y para los hombres futuros. Vinaver escribe los “Trabajos y los Días” evocando de manera contemporánea ese mito o el católico de la pérdida del Paraíso, situándonos a lo largo de toda su obra en lugares de trabajo; “ganarás el pan con el sudor de tu frente”.
Pregunta: Hesíodo incluía esto en su poema “Los dioses y los hombres odian
igualmente al que vive sin hacer nada (...) y a los que devoran el trabajo de las abejas” Dentro de ese cambio que se muestra en la obra y que se experimenta en la vida misma hay algo que quizá no haya cambiado ¿las “abejas” siguen siendo las mismas y los “devoradores” también siguen siendo los mismos?
Pepa Sarsa: Los poderes, los que manejan los hilos siguen siendo inalcanzables, son los dioses, los de las grandes multinacionales, los que manejan la bolsa… Sí, Vinaver cuenta ese castigo y lo hace en directo pero además la continua transformación vertiginosa.
Vinaver escribe una dramaturgia postbrechtiana pero quizás hace lo que el propio Brecht no se atrevió a hacer, esa visión del mundo del trabajo reveladora de la lucha de clases.
Pregunta: Supongo que el proceso de ensayos, de poner en pie esta obra desde el punto de vista actoral ha sido complejo, quizá desde todos los puntos de vista, porque se trata de una obra diferente, en la que no hay un hilo conductor ¿no?
Pepa Sarsa: El concepto de hilo conductor entendido como una dramaturgia tradicional de causa efecto: un conflicto desencadena una acción que tropieza con un obstáculo que genera otra acción hasta el objetivo final, no funciona en esta obra. Esta obra está fragmentada como la vida misma; una superposición de planos y puntos de vista continua y de manera imprevista. El hilo conductor en su obra es una sub-trama que avanza debajo de los sucesos pero no es lineal. El proceso de los ensayos fue intenso porque descubríamos en cada momento diferentes posibilidades de leer la obra, fue una gozada seguida de momentos de vértigo. Vinaver no te deja instalarte en un estilo, en una forma de hacer. En mi opinión creo que es un reto para el actor/actriz porque tenemos costumbre de desarrollar un trabajo más naturalista y en este montaje el intérprete debe reflejar en pocas palabras todo una carga interior que arrastra el personaje y pasar inmediatamente a otro estado contrario y después de éste a otro y así sucesivamente. Pero indiscutiblemente todos hemos disfrutamos con el trabajo y también hemos sufrido con el desafío que implica este texto.
Pregunta: Hablando de puntos de vista, otro importante es igualmente el del
Espectador. Se necesita a un espectador activo, presto a identificarse con cada uno de los miembros de esta cadena ¿no?
Pepa Sarsa: Ese es el universo que nos plantea Vinaver, le interesa la participación del público cuando en el deslizamiento de frases de distintos personajes sin conexión aparente unas con otras, surge, según cada espectador, una visión humorística diferente en función de su lectura individual. Vinaver no ejerce queriendo imponer una visión política unívoca, su visión es abierta y crítica humorística, lúcida, inteligente. Esta obra es un pastel para espectadores y espectadoras hartos del teatro papilla.
Pregunta: Tienen una larga trayectoria como productores e intérpretes, siempre con un teatro comprometido y social. ¿Es complicado mantener esa línea, sobrevivir en el mundo del teatro manteniendo esos “principios” por así decir?
Pepa Sarsa: Si uno se acerca al teatro buscando éxito económico escenificando estos asuntos, fracasa. En nuestro caso este teatro nos estimula espiritualmente, nos da la fuerza, no sobrevivimos, nos hace vivir. Tanto la CAM como INAEM nos ayudan a realizar un teatro que necesita esa ayuda. Los intérpretes no somos solamente ciudadanos dedicados a hacer reír al público, también somos portavoces de una cultura, formamos parte de una tradición milenaria.
Pregunta: Se habla en muchas ocasiones de “Teatro necesario” ¿Se hace hoy en día
un teatro necesario. En qué consiste ese teatro?
Pepa Sarsa: El público ha cambiado; ¡cómo no lo iba a hacer si ahora consume trescientas ficciones al año!¡ cómo no va a ser necesario contar historias! Los humanos no soportamos el devenir de la historia, necesitamos revelar nuestro mundo interno para saber quienes somos, cómo crecemos. El teatro es el arte de la representación y también ha evolucionado; hoy se hace el teatro como se hacía en Grecia, como hace 2500 años pero también con una danza contemporánea que nos acerca a una visión externa, urbana o interna y reveladora de lo inconsciente. Los medios de comunicación social como la televisión, el cine o la radio, son en muchas ocasiones formas parateatrales, formas contemporáneas de contar historias, de revelar, divertir, serenar, dar un bálsamo para hacer a los ciudadanos la vida más soportable o para encender, indignar, para denunciar, para hacer justicia. También las noticias son fragmentos parateatrales muchas veces y levantan los ánimos a través de la crítica como lo hiciera en tiempos de Esquilo con “Los Persas”. El teatro es necesario pero en todas sus formas posibles.
Pregunta: He leído que eres presidenta o miembro en tal caso de la Asociación de
Mujeres de las artes escénicas. ¿Qué tal se portan las artes escénicas con la mujer?
Pepa Sarsa: Bien, sí soy la Presidenta de la Asociación de Mujeres de las Artes Escénicas, AMAEM “Marías Guerreras” tenemos ya una trayectoria de siete años en los que hemos desarrollado talleres, debates, publicaciones, escritura de textos y representaciones de los mismos en diferentes salas de Madrid y fuera. Siempre todos nuestros trabajos se hacen desde la perspectiva de género, punto de vista que apenas sí tiene reflejo en los montajes de otras producciones; esta es una de las razones de la creación de las Marías Guerreras. De vez en cuando se representan textos en los que la mujer y su mundo son protagonistas pero en la mayoría de estas ocasiones provienen de autoras o son producto del empeño de directoras/productoras, como ha sido mi caso recientemente. En mi opinión los problemas a los que se enfrenta la mujer contemporánea en su obligación de desarrollar diversos roles y todos a la vez no está suficientemente contemplado. Ni tampoco el uso y abusos a los que se ve sometida en diversas culturas y épocas.
Quiero aprovechar la ocasión para animar a todas las creadoras de los diferentes campos de las artes escénicas a colaborar con las Marías Guerreras.
Pregunta: ¿Padece el teatro español de cierto conformismo?
Pepa Sarsa: Es curioso que el público acepte la vanguardia en la pintura asistiendo en masa para ver pintores cubistas, abstractos, surrealistas, etc. pero le cueste aceptar esas mismas formas en el teatro. Es curioso que acepte la música contemporánea en el teatro viendo una representación del miedo, o en el cine pero no soporte esa misma música sin imágenes. Supongo que es cuestión de tiempo. Veo a espectadores de otras culturas mucho más evolucionados en ese aspecto, más cultos, más abiertos, más libres. Los espectadores aquí todavía tienen miedo a reír libremente en el teatro, lo hacen mejor en la te tele, en soledad.
Hay conformismo en el teatro. A veces pienso que gran parte del teatro que se produce y recibe a gran parte de los espectadores lo hace para celebrar el mundo tal y como está. Antes decíamos que el teatro quería cambiar el mundo o por lo menos renovarlo, no creo que debamos olvidarlo.
Pregunta: ¿Qué le falta y qué le sobra al teatro hoy en día?
Pepa Sarsa: Espectadores, una participación de los medios de comunicación en la proyección del teatro con la misma vitalidad que lo hace con el fútbol. Hay una desproporción entre el esfuerzo de los medios de comunicación y la administración, de los gobiernos en general, en la difusión del fútbol, por ejemplo, y la difusión del teatro. Hay interés en que la mayoría de la población se distraiga, lo cual está muy bien, pero no todo el tiempo. Hay miedo a ilustrar, a educar, a reflexionar. Todavía la gran mayoría de la gente piensa que el teatro es caro pero no dice lo mismo de las copas que paga en un espacio de ocio, del fútbol cuando paga tres o diez veces más.. etc. Los ministerios de Educación y Cultura debiera promover una forma de Educación amena, inspiradora, donde también se encuentra la alegría de vivir. El teatro ofrece honestamente esa vida.
Pregunta: ¿Cuáles son vuestros próximos proyectos?
Pepa Sarsa: Estamos preparando una maravillosa obra de Carmen Resino que aborda el tema del Arte y la Política. Es una obra donde oímos música barroca y también la música de los intereses contrapuestos entre los artistas y los promotores culturales.
Es una obra crítica pero también bella, se titula “ORQUESTA” y esperamos estrenarla el 17 de Septiembre de 2008 en el Teatro Fernando de Rojas del Círculo Bellas Artes de Madrid.
Hay otros proyectos mandando radiaciones de energía pero por el momento hay que sujetarlos.
Sofía Basalo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario